13 September 2022
En 2021 se consumieron 460 millones de toneladas de plástico, tal y como comunica la OCDE. Su elevado consumo provoca la generación de ingentes cantidades de residuos. La agricultura mundial demandó 6,1 Mt de polímeros plásticos en 2017. En 2030 se estima que la actividad agrícola consuma 9,4 Mt de plásticos. El 60 % de la producción agropecuaria depende de este material, teniendo una importancia elevada para la seguridad alimentaria. En 2060 se espera que en todo el mundo se consuman 1.230 millones de toneladas de plástico.
Externalidades negativas
La situación ha generado distintos impactos sobre el medioambiente. Solo en 2021 se vertieron 22 millones de toneladas de macro y microplásticos en los ecosistemas.
Además, se ha causado un daño sobre los ecosistemas marinos y oceánicos, pudiéndose observar nuevas formaciones rocosas compuesta por una mezcla de mineral y plástico, o en la infestación interna por microplásticos o por sustancias tóxicas en animales marinos, que pueden desembocar en desequilibrios fisiológicos en el animal.
Los ecosistemas terrestres también han expresado externalidades negativas. La actividad agrícola ha sido una de las causantes
El uso de acolchados puede incrementar el contenido de microplásticos en el suelo o el empleo de las rafias de enturado pueden concluir con la contaminación interna de animales por el consumo de partículas plásticas.
Materiales con capacidad de descomposición
La alerta mundial causada por los plásticos ha provocado que se generen nuevas generaciones de polímeros que permiten compostar o biodegradar al material.
Los insumos se encuentran sintetizados a partir de moléculas de origen natural o sintético, y pueden así beneficiarse de las propiedades anteriormente comentadas.
En agricultura, el desarrollo de las alternativas se limita, a priori, para la fabricación de acolchados, rafias y anillas de entutorado o maceteros.
Insumos como los materiales de cubierta de los invernaderos o el plástico usado en biosolarización aún no disponen de una alternativa sintetizada por plástico biodegradable con unas características similares a las que ofrece el plástico petroquímico.
Para el caso del plástico de desinfección, el material alternativo mantiene una temperatura edáfica menor que el material tradicional
¿Interferencia en el crecimiento?
Los insumos agrícolas biodegradables se componen por compuestos naturales o sintéticos que permite la descomposición natural del polímero. Por ello, en el último tiempo han proliferado las recomendaciones de biodescomponer el material en el suelo agrícola.
Sin embargo, durante la descomposición de la cubierta plástica biodegradable se pueden obtener compuestos como el ácido adípico, que reduce el desarrollo vegetativo de diversas especies vegetales como el tabaco, la lechuga, la judía o la fresa a concentraciones desde 50 mg/L.
La externalidad negativa que pueden ocasionar algunos de los polímeros biodegradables ha desencadenado que se evalúe su impacto sobre el crecimiento de especies vegetales en el suelo agrícola.
Autores como Qi et al. (2018) han estudiado la capacidad de los macro y microplásticos biodegradables al interferir en el desarrollo de plántulas de trigo.
Para ello los investigadores mezclaron un 1 % de residuos obtenidos de partículas de cubiertas sintetizadas con polietileno de baja densidad y polímeros biodegradables en un suelo natural arenosos, con y sin la presencia de lombrices.
Las plantas de trigo crecieron en una cámara de ambiente controlado durante casi cinco meses. Al final de su periodo de ensayo se observó una merma del crecimiento en las plantas que habían crecido sobre los sustratos con residuos, principalmente, en las macetas que poseían residuos de plásticos biodegradables.
Los plásticos biodegradables pueden mermar el desarrollo de los vegetales
La incorporación de lombrices de tierra a los maceteros tuvo un efecto positivo sobre el crecimiento de las plantas de trigo. Las deyecciones ocasionadas por estos organismos pueden mejorar el desarrollo de la microbiota del suelo, la cual se encarga de descomponer algunos de los materiales biodegradables.
Resumen gráfico del experimento:
Fuente: Qi et al. (2018).
Reflexión final
La situación comentada en este artículo crea una alarma sobre los plásticos biodegradables.
La actividad científica ha demostrado que algunos polímeros biodegradables pueden influir en el desarrollo vegetativo de los vegetales y, con ello, pueden comprometer a la seguridad alimentaria.
Se ha multiplicado 230 veces el consumo de plástico desde la década de los 50 del siglo XX
El desarrollo sostenible requiere de la sustitución de algunos de los insumos tradicionales, como es el plástico petroquímico; aunque las alternativas no deben interferir sobre la sostenibilidad. También es cierto, que la expansión comercial de los polímeros biodegradables es reciente, por lo que parte de la tecnología puede requerir de algunas adaptaciones.
Por otro lado, también se debe confortar, valorar y evaluar las externalidades negativas ocasionadas por el material convencional y el biodegradable.
Los impactos medioambientales ocasionados por los biopolímeros son menores que las ofrecidas por el plástico petroquímico
En este contexto, hay que plantearse una transición gradual hasta la identificación de polímeros biodegradables que posean una durabilidad similar al material convencional en todos los insumos agrícolas.
También es necesario valorar todos los polímeros biodegradables para ver si este comportamiento es reproducible en todos ellos.
Por otro lado, existen alternativas sintetizadas con polímeros biodegradables de origen natural que pueden no tener estas externalidades negativas, como las rafias de entutorado.