29 January 2021
El uso de acolchados agrícolas fabricados con bioplásticos biodegradables que se desintegran en la tierra después del cultivo, elimina la necesidad de retirar y reciclar los acolchados fabricados con plásticos convencionales después de cada ciclo, reduciendo los gastos, evitando la contaminación del suelo y permitiendo su uso en todo tipo de cultivos, climas y suelos.
Por su capacidad de acumulación en el suelo y dispersión en el medio ambiente, la retirada y posterior reciclaje de los acolchados de plástico convencional (no biodegradables) es uno de los grandes retos de la industria agrícola actual.
Para la correcta gestión de los residuos de dichos acolchados, compuestos en su mayoría por LDPE (Low Density Polyethylene o polietileno de baja densidad en inglés), es necesaria su retirada, transporte y reciclado por parte de empresas autorizadas
Más allá de malas prácticas como la quema o el enterramiento de estos residuos, por desgracia aún extendidas en algunas áreas de España, el proceso de reciclaje resulta más o menos simple en el caso de los films agrícolas utilizados para los invernaderos, de espesores gruesos con una vida útil de más de 3 años.
Este proceso se complica en los plásticos con un ciclo de vida corto y en contacto directo con la tierra como son los acolchados agrícolas que protegen los cultivos principalmente en horticultura.
El uso de bioplásticos como el Mater-Bi, certificado biodegradable en suelo de acuerdo con los principales estándares europeos como EN-17033:2018i, para la fabricación de acolchados biodegradables de bajo espesor, hace innecesaria su retirada ya que, por su composición, tras el ciclo de cultivo, son metabolizados por los microorganismos del sustrato y se integran completamente en el suelo en forma de agua, dióxido de carbono y biomasa, tal como sucede con los restos del cultivo.
El resultado es una solución más sostenible y eficiente que elimina el impacto ambiental y los gastos asociados a la gestión de estos residuos contaminantes.
El polietileno de baja densidad, cómplice de la white pollution
Dispuestos sobre el terreno y válidos para un único ciclo de cultivo, los films para acolchado agrícola convencionales fabricados en LDPE son usados en el campo durante un breve periodo de tiempo, para cultivos hortícolas entre 3 y 6 meses, por lo que generan una gran cantidad de residuos en un periodo concreto del año (normalmente desde finales de verano hasta otoño, época de cosecha).
Además, al estar en contacto con la tierra, contienen un alto índice de impurezas (restos de cultivo y tierra) que dificulta su retirada y su posterior reciclado.
La dificultad de procesado y la baja calidad de los materiales regenerados trae consigo un importante problema en su eliminación al final de la vida útil, lo que ha llevado a China a incluir los films agrícolas entre las 24 categorías de residuos plásticos cuya importación está prohibida desde 2018ii.
Con más de 86.000 toneladas al año de plásticos usados para acolchado en Europa, de los que 75.000 corresponden a productos no biodegradables (LDPE), se calcula que unas 15.000 toneladas de film de polietileno se introducen en los suelos europeos cada añoiii. Extremadamente delgados y frágiles, estos restos permanecen muchos años acumulándose en el suelo.
Esto es aún más grave en el caso de los acolchados oxodegradables (materiales compuestos de LDPE con un aditivo oxidante que lo fragmenta) que, por la oxidación que sufren al finalizar el ciclo, se rompen en pequeños trozos y van acumulándose en el suelo en forma de microplásticos, por esta razón, serán prohibidos en la Unión Europea a partir de 2021.
Si no se retiran del campo los acolchados plásticos no biodegradables de forma adecuada y completa, al final de su vida útil seguirán en el suelo durante muchos años
Según un estudio de Organic Waste System (OWS), cuanto más delgado es el film más fragmentos generan y, por tanto, son muy difíciles de recuperariv. Por ejemplo, se ha estimado que, para un film de 20 μm (80 galgas) en un ciclo de cultivo anual, se pueden acumular en el suelo hasta 460 kg/ha en diez años. Este fenómeno de acumulación de plástico en el suelo es el que se define como white pollution en inglés, es decir, ‘contaminación blanca’.
Acolchados certificados biodegradables en suelo que no hay que retirar ni reciclar
Aunque los primeros bioplásticos para la fabricación de acolchados biodegradables en suelo surgieron hace más de 20 años, se calcula que actualmente solo el 3 % del total de materiales que se utilizan en Europa lo son.
Con Italia, Francia, España, Alemania y Benelux a la cabeza, la European Bioplastics (asociación europea del sector) constatav, sin embargo, que su uso está aumentando de forma significativa y estable al hilo de una mayor conciencia ambiental.
Esto se debe a que los agricultores ponen en la balanza el sobrecoste que supone el uso de acolchados biodegradables (habitualmente con un precio EUR/KG superior a los plásticos convencionales), frente a los altos costes derivados de la correcta gestión de los residuos de plásticos convencionales.
Considerando además, que la correcta gestión implica la retirada del material del campo al final de cada ciclo de cultivo, el transporte (mezclado con gran cantidad de tierra) hasta la planta de reciclado y finalmente, el necesario lavado previo al reciclaje para la obtención de un subproducto de baja calidad, muchos profesionales apuestan por los beneficios de sustituir los plásticos no biodegradables por opciones realmente sostenibles.
A esto hay que añadir que, precisamente por el alto nivel de suciedad y tierra adherida -los residuos de los plásticos no biodegradables en suelo, pueden llegar a contener entre un 50-70 % de impurezasvi, mayor cuanto más bajo es su espesor-, el film para acolchado fabricado en plástico convencional no es nada fácil ni, por supuesto, económicamente rentable de reciclar. Esto unido a que genera materiales de muy baja calidad, lo convierte en un producto poco eficiente (en relación a reciclabilidad).
Mater-Bi, film (acolchado) agrícola biodegradable en suelo para todo tipo de cultivos
Elaborado con bioplásticos biodegradables en suelo, obtenidos en parte a partir de materias primas renovables, el acolchado biodegradable fabricado en Mater-Bi elimina esta problemática al integrarse en el terreno cuando finaliza el ciclo de cultivo, transformándose en agua, dióxido de carbono y biomasa gracias a la acción de los microorganismos del suelo que lo utilizan como alimento.
Preparados para utilizarse con las mismas máquinas acolchadoras y acolchadoras-trasplantadoras que se utilizan para los plásticos convencionales, los films agrícolas fabricados en Mater-Bi tienen como mercado principal los cultivos de hortalizas con ciclos desde los 3 a los 6 meses. Su eficacia ha sido probada con éxito desde hace más de dos décadas en una gran diversidad de climas y suelos y para numerosas técnicas de cultivo.
El acolchado referido sigue la norma europea EN 17033:2018, que define criterios y umbrales de la biodegradación en el suelo, pruebas de ecotoxicología y características mecánicas de los films
Estos bioplásticos biodegradables presentan una perfecta estabilidad y procesamiento en las plantas de extrusión por soplado que se utilizan para los plásticos convencionales (como por ejemplo de polietileno), logrando un amplio rango de espesor (de 10 a 200 μm) de film. Además, gracias a su mínimo grosor, presentan un excelente rendimiento sobre la hectárea sin menoscabo de una gran resistencia y dureza.
Al no requerir su retirada tras el ciclo de cultivo por integrarse en el suelo, los films agrícolas fabricados con Mater-Bi también pueden usarse en siembras que normalmente no emplean acolchados plásticos por la imposibilidad de recuperarlos tras el cultivo. Ejemplos son el tomate de industria con recogida mecánica, el arroz, la vid y los árboles frutales, los pequeños frutos como los arándanos o los espárragos, entre otros.
Gracias a los 20 años de experiencia en toda clase de cultivos, estos acolchados han evolucionado hasta ofrecer el mejor rendimiento y biodegradación en todo tipo de suelos, ambientes y zonas climatológicas.
En el caso de una primera experiencia con Mater-Bi, se recomienda probar su uso en una parte del cultivo para observar su rendimiento y biodegradación al final del ciclo.
De este modo, en el siguiente cultivo y habiendo comprobado los beneficios de la utilización de acolchado biodegradable, se podrá ampliar su uso a todo el terreno aprovechándose de todos los beneficios de este material. Para lograr el rendimiento óptimo del acolchado biodegradable se recomienda seguir el Manual del usuario del acolchado biodegradable en Mater-Bi.
Los agricultores que han valorado los beneficios de la utilización de films de acolchado biodegradables están convencidos de su elección y comparten sus experiencias en estos vídeos. Si desea más información, rogamos visite la web Novamont Iberia.
Notas
- i - AENOR. ii - ICEX España Exportación e Inversiones: China limita las importaciones de residuos. Enero - 2018 | Oficina Económica y Comercial de España en Shanghai. iii - Comisión Europea, 2016, Commission Staff Working Document, SWD (2016) 64 final, 2016. iv - Accumulation of (bio)degradable plastics in soil. CIPA Congress 2018, Arcachon, May 29, 2017. v - European Bioplastics - EuropaBIo, Fertliser regulation: biodegradable mulch film, 2018. vi - Sorema, Recycling schemes for thin mulching agricultural film analysis of the process and application examples, International Congress Plastic & Agricolture MACPLAS 2008. Bari, 21-22 de febrero de 2008.