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Análisis del sector porcino: perspectivas y desafíos para el otoño de 2023

26 September 2023
Economía Agroalimentaria
Estadísticas
Con el aumento de la producción los precios tienen a estabilizarse, mientras el sector sigue pendiente de la evolución de la demanda interna y europea
Cerdo

26 September 2023

El tiempo vuela... el otoño se termina, y de golpe es pleno verano 

 

Julio Cortázar

El mercado del sector porcino sigue en un periodo de ajuste tras estos últimos años convulsos marcados por guerras y pandemias, y aunque se espera que el año acabe con un ligero incremento de la producción y el consumo respecto al año pasado, este se produciría de forma muy desigual, concentrándose únicamente en algunas regiones.

El tiempo avanza rápidamente, y en España, los precios de los animales comienzan a descender después de haber alcanzado máximos históricos. La buena rentabilidad en las granjas, el crecimiento de la facturación y de las ventas en Europa, que están desplazando a las de otros países europeos, así como el freno en el descenso del consumo interno a pesar de la inflación y el aumento de las tasas de interés, están estimulando el crecimiento en la producción en nuestro país.

En el plano internacional, se prevé que el crecimiento económico mundial se ralentice significativamente en un contexto de inflación elevada, política monetaria restrictiva y condiciones crediticias más limitantes, lo que se teme pueda tener un impacto en el consumo y el comercio.

Estos factores perjudicarían aún más el consumo de carne en Europa, que ya venía cayendo en los últimos años, aunque esta caída podría producirse de forma desigual. Fuera de la UE, China y Vietnam serían prácticamente los dos únicos países en los que crecería el consumo de carne de porcino a escala global en 2023, si bien ya no al ritmo de los últimos dos años.

En el caso de China, la economía y el consumo se comportan muy por debajo de las expectativas, entre otros factores, por la crisis inmobiliaria. Aunque habrá que ver la efectividad de las medidas del gobierno chino para reactivar el consumo y la economía, por ahora la demanda y el consumo de carne crece menos de lo previsto.

También el mercado de los piensos está sometido a la incertidumbre económica actual, además de la política derivada de la guerra en Ucrania y la climática. Aunque el USDA vaticina una mejora a producción global respecto a la campaña 22/23, las últimas previsiones de agosto y septiembre ya contienen correcciones a la baja en ambas.

Se espera un aumento de la cosecha en el maíz respecto al año pasado. Aunque los datos serían peores de lo esperado al inicio del verano por la sequía y las altas temperaturas en EEUU y la UE, compensarían el peor resultado de otros cereales.

En contraste, la cosecha mundial de trigo se espera sea peor que la del año pasado y que finalice con una bajada de las reservas. Sin embargo, esta situación solo ha comenzado a reflejarse en los precios durante septiembre. Hasta este momento, la gran campaña en Rusia y sus exportaciones de trigo estaban manteniendo el ritmo de la campaña, a pesar de la interrupción de los acuerdos en el mar Negro. Las primeras estimaciones de septiembre del hemisferio sur también están rebajando las expectativas de mejora de los resultados en este cereal.

Con respecto a la soja, la cosecha en EEUU y Argentina serían peor de lo que se pensaba en verano, aunque la mejora de la de las estimaciones de las reservas de enlace podrían compensarlo. De cara al futuro, el nuevo reglamento sobre deforestación no plantea de momento grandes cambios respecto a la situación actual para la importación de soja en Europa como se temía, aunque las futuras revisiones en 2024 y 2025 sí que podrían plantear un gran reto si se amplía la superficie protegida a áreas distintas de los bosques.

Más allá del mercado, se espera que este otoño se publique la nueva propuesta de normativa sobre bienestar animal en la UE, que podrá tener un gran impacto en el transporte, en el manejo y en el sacrificio.

A eso hay que añadir el ya aprobado Real Decreto 159/2023 también sobre bienestar animal, y que se enfoca en el sector porcino en establecer una serie de adaptaciones para eliminar la práctica del raboteo de manera rutinaria.

Recientemente también se ha aprobado el nuevo Real Decreto sobre medicamentos veterinarios, que regula más su prescripción, distribución, dispensación y uso.

En el caso de la peste porcina, el crecimiento de los focos en Italia y la aparición de casos en Suecia reflejan el progresivo avance de la enfermedad y siguen creando una gran preocupación.

Finalmente, el sector manifiesta una creciente inquietud debido al incremento del 37 % en la tasa de mortalidad de los lechones en comparación con el período 2015-2020, lo que ha resultado en una disminución en la oferta, a pesar del aumento en la prolificidad. 

Este fenómeno se atribuye principalmente a la presencia del PRRS y la diarrea post destete, una enfermedad emergente multifactorial que acompaña a los procesos de intensificación. El aumento de su incidencia, en parte por la prohibición del uso de óxido de zinc por su potencial daño al medioambiente y la reducción del uso de antibiótico, obligará a cambios en el manejo para su control.

Oferta: producción y precios internacionales

De acuerdo con USDA, se espera cerrar el año con un leve aumento en la cantidad de carne producida.

 

 

Parte de este crecimiento se produciría en EEUU y Brasil, dos de los principales exportadores mundiales. Pero el grueso del mismo se daría sobre todo en los principales países consumidores de Asia, especialmente en China y en Vietnam.

En lo que respecta a China, la persistencia de precios bajos a lo largo de la primavera ha dado lugar a un crecimiento por debajo de las expectativas. En este contexto, numerosas explotaciones han acumulado pérdidas, lo que ha ocasionado un aumento en el sacrificio de madres. Este incremento, a su vez, ha contribuido al repunte de los precios durante el mes de agosto.

A pesar de todo, la creciente demanda que se espera para los últimos meses del año, facilitaría que 2023 cierre con una producción superior a la del año anterior.

 

 

Por otro lado, en 2023 la Unión Europea seguirá experimentando una tendencia de decrecimiento que se ha mantenido en los últimos años, aunque esta se distribuye de manera desigual entre los Estados miembros. Al eliminar la influencia de la estacionalidad, resulta evidente que este fenómeno se concentra principalmente en Alemania, aunque también se observa en menor medida en otros grandes productores, como Dinamarca y Polonia.

Por el contrario, los Países Bajos parecen haber estabilizado la producción, mientras que España retomaría la senda de crecimiento en los últimos meses de 2023 (la Comisión Europea estima que podría alcanzarse el mayor número de sacrificios en este último cuatrimestre al menos desde 2020).

 

 

Pero ¿por qué está afectando de forma tan desigual a los distintos países europeos?

En primer lugar, el importante descenso de la cabaña que tuvo lugar en 2022, principalmente en Europa, mantuvo altos los precios durante buena parte de 2023 en los principales mercados de nuestro continente, que se han ido trasladando al consumidor.

Esta subida de la carne está provocando una caída del consumo europeo desde 2022, salvo los repuntes estacionales que tradicionalmente se producen en otoño y en primavera, y de las exportaciones comunitarias, sobre todo hacia Asia.

Este declive en el consumo sería aún más pronunciado en países con mayores dificultades económicas, donde el crecimiento es menor y la inflación mayor, lo que mantendría los precios por debajo de un umbral que está provocando una disminución en sus cabañas ganaderas.

En segundo lugar, en el competitivo mercado europeo, las exportaciones provenientes de España, han estado ganando terreno frente a las de otros países, en gran medida debido a una mejor estructura de costes con cadenas más integradas y eficientes, frente a la industria de otros países que puede estar experimentando problemas de sobrecapacidad.

Esto ha permitido que en España los precios del cerdo vivo hayan superado todos los registros históricos, y junto con la gradual disminución de los costes de alimentación, está impulsando un aumento en la población porcina. Se prevé que esto contribuirá a que la moderación del precio por animal continúe, repercutiendo en beneficio tanto de los consumidores como de las exportaciones.

Este ajuste de precios se mantendría hasta que se alcance un punto de equilibrio con la demanda de consumo en España y en la Unión Europea, así como con el mercado internacional. Esto último implica una reducción del diferencial de precios con respecto a otros países como Estados Unidos y Brasil.

 

 

Estas previsiones se mantendrán siempre y cuando no se reaviven los problemas de suministro de materias primas para la alimentación que se experimentaron el año pasado.

Es importante destacar que, aunque el precio del pienso sigue siendo elevado, la producción ganadera ha disfrutado de una disminución constante de sus costes durante los primeros ocho meses del año.

Sin embargo, al comenzar el último cuatrimestre del año, el precio de las materias primas parece haber alcanzado un punto de inflexión por diversas razones. En el caso del petróleo, el acuerdo entre Arabia Saudita y Rusia para prolongar la reducción de la producción ha contribuido al alza de los precios.

Mientras, la sequía y las altas temperaturas parece que nuevamente van a recortar las expectativas de cosecha de soja en EEUU y de maíz y trigo en la UE.

Únicamente la buena cosecha de trigo en Rusia y la continua salida del grano desde sus puertos, a pesar de las limitaciones logísticas y del cierre del mar Negro a Ucrania, parece estar conteniendo los precios y animando las compras, especialmente en países de Oriente Medio y del norte de África.

 

El consumo internacional de carne

El consumo internacional de carne se espera que cierre este 2023 con un ligero aumento. Aunque el consumo global llegó a incrementarse en 2022 hasta un 5 %, gracias al continuo crecimiento especialmente en países asiáticos, este año no llegaría al 1 % por la incertidumbre económica.

A pesar de que el consumo en China se ha visto favorecido por los bajos precios en su mercado interno durante gran parte de este año, no ha experimentado el esperado despegue que se anticipaba a principios de año, logrando solamente un modesto incremento. Las dudas sobre ciertos sectores de su economía han obstaculizado el crecimiento que se pronosticaba luego de la eliminación, a principios de año, de todas las restricciones relacionadas con la COVID-19.

En Europa, que cuenta con el consumo per cápita más alto del mundo, se espera una nueva caída del consumo, sobre todo en aquellos países con estancamiento económico o altas tasas de inflación, como Reino Unido o Polonia, pero también Alemania. La persistencia de la inflación y los altos precios que ha tenido los animales durante el año 2023 reduciría aún más el consumo.

 

Comercio internacional

El balance esperado de comercio de 2023 solo se espera que cierre con un ligero aumento respecto al año anterior. El incremento de la producción interna y el débil crecimiento del consumo por la inflación en muchos de los países importadores, son las principales causas.

Los bajos precios del mercado en China, donde España es el principal exportador de carne seguido de Brasil, han provocado una caída importante de las importaciones de carne a lo largo de 2023, tras el pico del inicio de la campaña.

 

 

Del resto de principales importadores, solo México aumentaría sus compras en el exterior, motivado por el incremento del consumo, y del que se beneficiarían principalmente EEUU y Canadá, países miembros del USMCA.

 

 

La caída de la producción y los mayores precios en Europa, junto con el encarecimiento de un 10 % del euro en este último año, serían las causas de la caída de las exportaciones europeas en 2023 hacia Asia, el principal mercado junto con el Reino Unido, en beneficio sobre todo de EEUU.

 

 

Este retroceso en las exportaciones fuera de la UE ya es evidente en el primer semestre, y afectaría a todos los países europeos, pero especialmente a España, que era más activo en tipo de comercio, y que como veremos en detalle en el punto siguiente, ha orientado el grueso de sus exportaciones al mercado europeo.

Si bien gran parte del crecimiento de EEUU se atribuye al aumento de las ventas dentro del USMCA, también se evidencia un aumento en la cuota de mercado en países como Japón o Corea a expensas de la Unión Europea en su conjunto y, específicamente, de España.

 

En los próximos meses habrá que seguir la evolución de la demanda en Europa y de los precios en China

No se anticipan cambios significativos en estas tendencias a corto plazo, sin embargo es esencial considerar las siguientes variables clave para comprender cómo evolucionará el comercio en los próximos meses: una mayor disminución del consumo en Europa podría ralentizar más el comercio intraeuropeo (dejando aparte los tradicionales cambios estacionales); el giro de los precios en China que se inició en el mes de agosto en respuesta a la reducción del censo debido a las pérdidas registradas en el sector; y el incremento del precio del transporte por la subida del petróleo y las dificultades de tránsito por el canal de Panamá que afectan a las exportaciones estadounidenses hacia Asia.

El mercado porcino en España

Los altos precios de los animales y la bajada del precio de los piensos han mejorado notablemente el rendimiento económico del sector durante 2023.

La actual rentabilidad seguirá fomentando el crecimiento de la producción, lo que, en caso de que no se produzcan cambios drásticos en los costes, mantendrá el proceso de ajuste de precios que comenzó en agosto. Como resultado, se espera que esto estimule tanto el consumo interno como las exportaciones.

 

 

El alto valor de los animales ha provocado que la demanda por lechones se disparara favorecida también por una progresiva caída de su precio, y con ello la importación de animales vivos, principalmente de los Países Bajos. Parte también de este aumento se debe a la mayor mortalidad en el momento del destete que se está observando en las granjas.

 

Las exportaciones hacia Europa, que incluyen al Reino Unido, han experimentado un aumento del 53 % en los últimos dos años y ahora representan más del 60 % de nuestro volumen total de ventas.

A pesar de los elevados precios internos del cerdo vivo, que en ocasiones han superado a los de numerosos países europeos de gran envergadura, la industria porcina ha demostrado una destacable eficiencia en sus cadenas de producción, respaldada por una estructura de costes optimizada y una agilidad notable.

Estos factores han contribuido significativamente a su capacidad para adaptarse de manera exitosa a las variaciones en la dinámica de precios. En este sentido, es relevante señalar que, si bien se ha observado un aumento en los precios de exportación hacia todos los destinos, atribuible a diversos factores, como la disminución de las exportaciones de cortes con menor valor hacia destinos específicos, destaca especialmente el incremento del 38 % en el precio de venta a la UE y del 33 % en el caso del Reino Unido.

Este aumento de los precios en Europa ha impulsado un cambio en la dirección de nuestras exportaciones hacia este mercado.

Esta tendencia se empezó a vislumbrar en 2021 debido a la reducción de las importaciones por parte de China, pero ha cobrado un impulso significativo en 2023, especialmente a partir del segundo trimestre.

En conjunto, las exportaciones hacia Europa, que incluyen al Reino Unido, han experimentado un aumento del 53 % en los últimos dos años y ahora representan más del 60 % de nuestro volumen total de ventas.

Este fenómeno ha permitido que el sector nacional experimente un incremento del 15 % en sus ingresos por exportaciones durante el primer semestre de 2023, a pesar de que las ventas en términos de volumen hayan descendido un 10 % en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Precisamente, las exportaciones al conjunto de Asia, nuestro principal mercado fuera de Europa, han caído un 24 % en volumen y un 10 % en valor en el primer semestre de 2023 respecto al mismo semestre del año pasado.

A pesar de esto, Japón continúa siendo un mercado significativo, representando el 10 % de nuestras exportaciones. Además, junto con Estados Unidos, aunque este sólo representa menos del 1 % del volumen de nuestras exportaciones, se destacan como los destinos con los precios de exportación más elevados.

 

 

Este cambio de orientación en el comercio se puede observar no sólo en el volumen exportado, sino también en el tipo de carne. Los precios ofertados en el mercado europeo no ofrecen incentivos para la congelación, y las ventas de este tipo de carne, destinada principalmente a mercados extraeuropeos, ha caído un 22 % hasta junio de 2023 respecto al primer semestre de 2022. Por el contrario, las ventas de carne fresca destinada al mercado europeo ha aumentado un 10 %.

Todo esto ha permitido a España, que es actualmente en el segundo mayor exportador de carne de cerdo a nivel mundial, ocupe el primer puesto en términos de valor en este primer semestre de 2023.

 

 

En cuanto al mercado interior, la subida de los precios se ha hecho sentir más en la carne de cerdo en este 2023 que en el resto de carnes, que han empezado ya a moderar o incluso detener su crecimiento.

 

 

Este mayor encarecimiento relativo pesa en el consumo de carne de cerdo fresca en los hogares en los cinco primeros meses del año. Al contrario de lo que en el caso de la carne de pollo, que muestra signos de recuperación, el consumo de porcino se mantiene en los mismos niveles que 2022, un 10 % por debajo de la media del periodo 2017-2021.

 

Conclusiones

Los precios en España comienzan a moderarse tras la recuperación que está experimentando la cabaña porcina, y se espera que el número de sacrificios en el último cuatrimestre sea el mayor de los últimos cuatro años.

Con los costes de las materias primas estables aunque altos, el nivel de equilibrio dependerá mucho de la recuperación de la demanda.

La bajada de los precios y el incremento de la producción podría animar el consumo interno, que lleva dos años a niveles mínimos, así como las exportaciones que globalmente han retrocedido en el primer semestre de 2023.

Los altos precios principalmente de la carne en España, pero también en otros países europeos, unido a la revalorización del euro en este último año, ha hecho que las exportaciones se reorientasen hacia el mercado europeo, donde la demanda sigue baja por la situación económica. Aún así, las ventas se han incrementado, desplazando a otros países.

En este proceso, la carne española ha desplazado a la de otros países europeos exportadores, que ya vienen sufriendo problemas de consumo en el mercado interior. Precisamente el retroceso del consumo en muchos países de la UE y el Reino Unido debido a la inflación, a la subida de tipos o el estancamiento económico, además de a cambios en los patrones de consumo, vuelve a ser importante.

El consumo internacional continúa creciendo prácticamente de forma única en el este asiático, aunque la recuperación de la cabaña en China o Vietnam los hace menos necesitados de importaciones. Precisamente en China, la esperada recuperación económica está atravesando dificultades, lo que está lastrando el consumo, que crece menos de lo esperado, y los precios.