21 October 2024
Resumen
El mercado de materias primas ha repuntado tras meses de caída de los precios, impulsado por la crisis en Oriente Medio, que ha generado temores sobre un aumento en los precios del petróleo. Esta situación ha fortalecido al dólar, mientras que las condiciones climáticas adversas en grandes zonas productoras han elevado los precios de los granos a niveles comparables a los de enero.
A nivel global, las últimas estimaciones del USDA prevén un pequeño desequilibrio entre oferta y demanda de cereales con grandes diferencias regionales, aunque el aumento de las reservas iniciales ha aliviado parte de las tensiones. Se espera una mayor producción de trigo en países como Canadá y Estados Unidos, mientras que en Europa y la región del Mar Negro se anticipan descensos. Las importaciones de trigo a nivel mundial disminuirían debido a la recuperación de la cosecha en países importadores.
En cuanto al maíz, cosechas excepcionales en América del Sur y Norteamérica compensarían parcialmente las caídas en Ucrania, Rusia y la UE, aunque la producción global sería la segunda más alta de la historia. No obstante, la demanda global sigue siendo débil, especialmente en China, lo que afectará el comercio.
En Europa, la producción de grano se espera que caiga un 4 % respecto a la campaña anterior, con una notable disminución en la superficie sembrada de trigo blando y un rendimiento menor del maíz. En España, se espera una recuperación significativa en los cereales de invierno, con un aumento del 91 % respecto al año anterior. Además, las previsiones para arroz y girasol son optimistas, aunque el rendimiento del maíz sigue siendo incierto.
Situación general
Tras varios meses de continua bajada, los recientes acontecimientos económicos están revitalizando el mercado de las materia primas. La crisis en Oriente Medio está generando preocupación sobre una posible escalada en los precios del petróleo, que hasta ahora habían estado debilitados por la baja demanda. Aunque por ahora, esos temores se han podido debilitar, no se descarta que una escalada pueda afectar
Este conflicto, sumado a la creciente debilidad de la economía europea, ha consolidado al dólar como un activo refugio, impulsando su apreciación frente al euro y otras divisas. Todo esto ocurre en un contexto de reducción de tasas de interés tanto por el Banco Central Europeo como por la Reserva Federal de EEUU.
Todo esto, unido al empeoramiento de las condiciones climáticas en grandes zonas productoras, está provocando un repunte de los precios en el mercado de granos en las últimas semanas, que se vuelven a situar en los niveles de enero.
Situación internacional de la campaña
Las estimaciones del USDA para la nueva campaña, publicadas en octubre, señalan un ligero desequilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado de cereales, con significativas variaciones según la región. Este informe revisa a la baja las proyecciones de consumo y producción en comparación con el informe anterior. Sin embargo, de manera paradójica, esta revisión ha ayudado a estabilizar el panorama, ya que también incrementa las reservas iniciales, lo que dejaría el balance de la campaña en una situación similar a la prevista en septiembre.
En el caso del trigo, se espera un aumento casi generalizado en la producción global, destacándose las grandes cosechas ya obtenidas en importantes exportadores como Canadá y Estados Unidos, y las que se proyectan en Australia y Argentina. No obstante, se prevén caídas en la región del Mar Negro y en el resto de Europa, lo que reduciría el stock disponible en los principales países exportadores, responsables del 80 % de las ventas en el mercado internacional, en aproximadamente 7 millones de toneladas durante esta campaña.
Por primera vez en los últimos cinco años, se espera que las importaciones mundiales de trigo disminuyan. Esto se debe a la recuperación de la producción en la mayor parte de los grandes importadores, con la excepción de Marruecos, y también la restricción a las importaciones de Turquía. La buena cosecha en España o en el sur de Asia y China, sumada a la caída del consumo en este último país, estimada del 2 %, está contribuyendo a aliviar la presión en el mercado global.
En cuanto al maíz, las cosechas excepcionales en América del Sur, junto con la prevista en Norteamérica, aunque ligeramente inferior a la del año pasado (juntos suponen el 50% de la producción y el 70 % de las exportaciones), compensarían solo parcialmente las pérdidas en Ucrania, Rusia y la Unión Europea respecto a la pasada campaña. Aún así, la producción global de maíz sería la segunda más alta de la historia, aunque 5,7 millones de toneladas por debajo de la del año anterior.
A pesar de esta reducción, la campaña de maíz seguiría siendo excedentaria. Además, aunque el consumo aumentaría 3,5 millones de toneladas, se reduciría en regiones claves como la UE u Oriente Próximo, gracias a la recuperación de la cosecha de trigo y otros cereales secundarios en países claves como España o Irak.
En el caso de China, la producción de cereales secundarios aumentaría un 1 % de manera parecida al consumo, que sigue sin despegar.
La débil demanda del gigante asiático, junto con el incremento general de las cosechas de cereales en varios países importadores, provocará una reducción del comercio. Según estimaciones del USDA, las importaciones bajarán aproximadamente 8 millones de toneladas para el trigo y 6,4 millones para el maíz, lo que sin duda tendrá efectos a lo largo de la campaña.
El continuo aumento del consumo está disminuyendo las reservas mundiales, a pesar de las buenas cosechas. Excluyendo las enormes reservas de China, la ratio de reservas respecto al consumo volvería a reducirse en esta campaña para el conjunto de granos para el resto de países. No obstante, estos números serían algo más altos entre los principales exportadores de trigo (23 %) y maíz (13 %), habiendo mejorado incluso un punto en el caso del maíz en esta campaña. Esta mejora en este grupo de países se debe a la combinación de mejores cosechas en algunos de ellos y reducción de las exportaciones por la menor demanda internacional.
El deterioro constante que viene sufriendo este índice proporcionará un buen soporte a los precios de los cereales a lo largo de la campaña. Aunque el límite tradicional del 15 % que definía niveles excesivamente bajos ha perdido algo de relevancia, unos valores ajustados en los países exportadores siguen suponiendo un elemento que amplifica el impacto de eventos que puedan limitar la oferta.
Situación en Europa
La producción en la UE disminuiría principalmente por dos factores: en primer lugar, la reducción de casi 1,3 millones de hectáreas en la superficie de trigo blando (un 6 % menos que la campaña anterior) debido a las malas condiciones durante la siembra, lo que provocaría una caída de la cosecha en 9 millones de toneladas. En segundo lugar, el rendimiento del maíz se reduciría en más del 10 %, aunque el aumento de la superficie cultivada en casi 500.000 hectáreas limitaría la pérdida de producción a solo 2,7 millones de toneladas, según los datos de la Comisión Europea, que coinciden en líneas generales con las estimaciones del USDA.
En total, la producción de grano en Europa disminuiría en 9 millones de toneladas esta campaña, lo que representa una cosecha un 4 % inferior a la de la campaña anterior. Al mismo tiempo, el consumo aumentaría en 1 millón de toneladas, impulsado por un mayor uso en la alimentación humana, lo que provocará una reducción de las reservas al final de la campaña. La diferencia de precios con otros mercados y destinos sugiere una fuerte caída del comercio, acentuada por la disminución de la demanda de grandes importadores.
Situación en España
Según datos del Ministerio de Agricultura, la campaña en 2023/24 finalizó con unas existencias finales de 2,7 millones de toneladas, tras lograr importar una cifra récord de aproximadamente 24 millones de toneladas de grano de cereales para compensar la pobre cosecha.
Respecto al origen de esas importaciones, Ucrania ha sido nuestro principal suministrador, siendo el origen del 54 % de las compras de maíz y de trigo que hemos realizado.
En la campaña actual, aunque solo se disponen de datos de comercio correspondientes al mes de julio, el nivel de importaciones continúa siendo muy elevado. En dicho mes, el total de importaciones alcanzó casi 1,8 millones de toneladas equivalentes en grano, lo que representa un aumento del 5 % en comparación con julio del año pasado y un 45 % por encima de la media de los últimos cinco años para ese mismo mes. Destacan especialmente las importaciones de maíz, con 430.000 toneladas procedentes de Ucrania y 217.000 toneladas de EEUU.
En cuanto a la producción, esta campaña se espera una significativa recuperación de la cosecha. Para los cereales de invierno, el Ministerio de Agricultura en su documento de avances de superficie y producción con datos de julio prevé un aumento de hasta el 91 % en comparación con el año pasado, gracias a la mejora del rendimiento en secano y al incremento de la superficie sembrada. Sumando el maíz y el sorgo, la producción total alcanzaría casi 20 millones de toneladas, cifras muy similares a las estimaciones de la Comisión Europea publicadas durante el verano.
Las estimaciones del USDA y Cooperativas Agroalimentarias son aún más optimistas, situando la previsión de cosecha en 21,3 y 22,5 millones de toneladas, respectivamente. Este aumento se debe principalmente a la mayor producción de cebada, donde prevén superar los 8,5 millones de toneladas, y al maíz, con una estimación de al menos 3,2 millones de toneladas.
Los resultados del Ministerio y de la Comisión podrían ser aún mejores si se incorporan las estimaciones de rendimientos más recientes basadas en muestras y en modelos climáticos propios, y que proyectan un aumento de más de 20 puntos en los rendimientos de los cereales de invierno. Los datos preliminares publicados por el JRC de la Comisión Europea en octubre, así como el informe de Tendencias de Rendimientos de Cultivos de ESYRCE de septiembre, mejoran significativamente las previsiones iniciales de ambos organismos.
También las condiciones moderadas de temperatura y la buena disponibilidad de agua han favorecido el desarrollo de los cultivos de verano en la Península Ibérica, lo que genera expectativas de rendimientos por encima de la media de los últimos cinco años para el arroz y el girasol. Aunque persisten algunas discrepancias en el caso del maíz, los modelos de la Comisión podrían reflejar una evolución más favorable durante el mes de septiembre. Además, a pesar de que las lluvias en el noreste ocasionaron ciertos daños, estas también mejoraron la humedad del suelo, beneficiando las siembras futuras.
En este contexto, y de acuerdo con los modelos de la Comisión, ESYRCE anticipa un incremento en el rendimiento del arroz (+30 % respecto al año anterior y +15 % en comparación con la media de cinco años), aunque con un nivel de muestreo aún bajo (alrededor del 15 % respecto al año pasado). Para el girasol, con un 30 % de los aforos realizados, se estima un aumento del 9 % en relación con el año anterior, mientras que los rendimientos del maíz se proyectan ligeramente inferiores.
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