Sostenible en su cultivo y versátil en la cocina, está considerada por la FAO como uno de los '50 alimentos del futuro'
Balance del sector porcino y perspectivas 2021
Existe una edición actualizada de este informe. Ver aquí.
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A lo largo del 2020 podemos destacar dos eventos que han impactado a nivel global y su efecto continúa marcando la coyuntura actual del sector porcino mundial:
El país trabaja en superar la PPA y recuperar su cabaña para restablecer su prioritaria política de autosuficiencia alimentaria. Sin embargo, los grandes volúmenes de importación revelan la escasez en el país asiático.
Asimismo, a pesar de registrar moderadas oscilaciones, los precios se mantienen en niveles muy superiores al resto de mercados. El precio medio del cerdo vivo en su mercado interior a lo largo del 2020 fue de 4,33 euros/kg. Este nivel de precios permite intuir que la política de incentivos a la producción porcina nacional no está alcanzando los niveles de recuperación de la cabaña ganadera al ritmo que se preveía.
La construcción de modernas granjas y que cumplan las medidas de bioseguridad deseables está chocando, en muchas ocasiones, con las acciones de eliminación de los animales contagiados. El transporte de los mismos está favoreciendo la transmisión de la enfermedad y está dificultando su erradicación.
En definitiva, la implementación de las medidas de control de la enfermedad y la reposición de cerdas reproductoras sanas necesitará tiempo para transformarse en un aumento real de la producción de carne de porcino. Las expectativas indican que a lo largo del 2021 se mantendrá el ritmo de las importaciones chinas.
Ya hemos visto en otros países las dificultades para combatir la propagación de la enfermedad, por ejemplo, en Rusia a pesar de los esfuerzos en centralizar su plan de vacunación desde los primeros contagios en 2011, actualmente sigue registrando nuevos brotes.
La detección de la enfermedad paralizó el comercio exterior del país y trasladó el excedente de carne alemana hacia el mercado intracomunitario. Esta sobreoferta provocó una bajada de los precios en los principales productores europeos y solo ha mostrado signos de recuperación al inicio del 2021.
No se prevé que en el corto plazo avancen las negociaciones y acuerdos comerciales entre Alemania y países terceros para aceptar la regionalización (esto permitiría que las zonas no afectadas puedan seguir exportando), por lo que es previsible que las exportaciones alemanas a lo largo del 2021 no encuentren salida y se sigan desviando al mercado europeo.
Paralelamente a estos dos fenómenos la crisis sanitaria del Covid ha obligado a cambiar pautas de movilidad y consumo a nivel mundial. En el caso del sector del porcino de capa blanca no se han visto muy alteradas las dinámicas de funcionamiento de la cadena. El descenso de la demanda en el canal HORECA, como consecuencia del cierre del mismo en un primer momento y de las restricciones posteriores de los horarios, se ha visto compensado con el incremento del consumo en el hogar. A una situación muy diferente se enfrenta el porcino ibérico que se consume en una mayor proporción fuera del hogar y que no ha podido recuperar los niveles de demanda pre Covid.
La crisis sanitaria del Covid ha obligado a cambiar pautas de movilidad y consumo a nivel mundial
Ante este panorama mundial atípico, para valorar el impacto sobre la cadena del sector porcino en España podemos destacar los siguientes aspectos:
A pesar de las tensiones generadas por la pandemia no se registraron importantes ralentizaciones en los mataderos ni en la cadena de transformación, al contrario que sucedía en Alemania, Países Bajos y Dinamarca. Este engranaje de la cadena permitió mantener un ritmo elevado de matanza, alcanzando máximos históricos el mes de octubre, con cifras cercanas al millón de cerdos sacrificados a la semana. Como resultado, en el 2020 se alcanzó la cifra récord en producción de porcino con más de 5 millones de toneladas, lo que representa un aumento del 8,24 % respecto al año anterior y del 24,1 % en los últimos 5 años.
En este incremento de la producción, es interesante destacar el fuerte crecimiento del sector porcino en Aragón. Esta comunidad ha aumentado su rendimiento un 28 % respecto al 2019 y actualmente representa el 19 % del sacrificio de porcino en España (solo por detrás de Cataluña que representa el 40 % del sacrificio total). El crecimiento aragonés ha estado motivado, en gran medida, por la entrada en plena producción de la industria cárnica Litera Meat, que en su primer año completo de funcionamiento ha producido más de 250.000 toneladas de carne. Y probablemente se seguirá consolidando con la progresiva entrada en producción de los diferentes proyectos que las empresas del sector están desarrollando en las tres provincias aragonesas.
La capacidad competitiva del sector porcino español, basada en gran medida en la organización integrada de toda la cadena y en la permanente introducción de innovaciones (tanto en la genética de los animales como en el manejo de los mismos), junto con la situación de país libre de PPA, son los principales factores que han diferenciado a España del resto de países europeos. Esto ha permitido mantener el ritmo ascendente de las exportaciones, hasta alcanzar los 3 millones de toneladas (el 60 % de la producción interna). De esta forma se consolida el liderazgo de España en la exportación de porcino, siendo China la principal salida de la producción española. El 30 % de las importaciones del país asiático del pasado mes de diciembre procedían de nuestro país y respecto al acumulado a lo largo del 2020 se alcanzó el 24 % del total de las importaciones chinas.
La combinación de los puntos anteriores ha ayudado a que los precios del porcino en España no registrasen grandes caídas, a pesar del fuerte progreso en la producción. En 2020, el precio medio para porcino vivo fue de 1,33 €/kg y el precio medio del lechón fue de 38,8 €/unidad. En líneas generales, el sector porcino ha sorteado las incertidumbres y complejidades de la pandemia y se encuentra en una posición de partida para el 2021 más favorable en comparación con el resto de países europeos.
Para valorar la evolución del porcino de cara al 2021, es necesario analizar el comportamiento que ha tenido cada uno de los grandes bloques productores durante el último año:
En las últimas décadas, el desarrollo tecnológico, los avances en investigación genética y la mejora en las prácticas de sanidad y alimentación animal han permitido mejorar la producción de carne de porcino. Este crecimiento de la productividad ha permitido que esta carne sea una de las principales fuentes de proteína animal a precios asequibles para consumo humano.
A pesar del impacto del covid en las economías mundiales, el último informe de la OCDE y la FAO sobre perspectivas agrícolas señala que no se prevén grandes cambios en la demanda y que el aumento de la población seguirá siendo el principal factor de crecimiento. Estas previsiones de crecimiento vinculadas a procesos cada vez mayores de concentración de la población en zonas urbanas, el aumento de la capacidad de compra de las economías emergentes y la transición hacia dietas con un mayor consumo de animales y grasas llevará a que la demanda de carne de porcino se mantenga alta (principalmente en Europa Oriental, Asia Central y América Latina). En esta línea, para el 2021 el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estima que el consumo de carne de porcino mundial alcance los 102,9 millones de toneladas (un incremento del 1,3 % respecto al 2020).
En este contexto, las importaciones de China provocadas por la PPA tienen implicaciones directas en los mercados internacionales (este país representa el 20 % de la población mundial). Y a pesar de que las importaciones puedan reducirse respecto al 2020, las previsiones apuntan a que seguirán siendo elevadas. Por lo que durante la mayor parte del 2021 y hasta 2022 se espera que los precios de los principales países exportadores continúen respaldados por las importaciones del país asiático.
El aumento esperado de la demanda favorece el crecimiento de la producción. Según las previsiones del USDA la oferta de carne de porcino mundial alcanzará los 103,7 millones de toneladas (un incremento del 1,5 % respecto al 2020). Tambien las perspectivas agrícolas OCDE-FAO apuntan en esta dirección y proyectan que la oferta mundial de carne de porcino siga creciendo a un ritmo moderado en la siguiente década. Además del aumento de la productividad, las mejoras en la gestión de la cadena de refrigeración y suministros potenciaran el crecimiento de la oferta y el comercio internacional.
Las incertidumbres que podrían desacelerar el crecimiento de la oferta están relacionadas con la competencia cada vez mayor por los recursos (agua, tierra y energía), los altos costes de la alimentación animal y el aumento de enfermedades y plagas.
El desafío para los países europeos será atender las inquietudes de la sociedad en temas ambientales y de bienestar animal y, al mismo tiempo, seguir produciendo de manera competitiva. Este entorno en el que realizan su actividad los ganaderos europeos les ha obligado a ser punteros en la introducción de innovaciones que reducen el impacto ambiental de la actividad ganadera. Las actuaciones se han encaminado a la mejora en las dietas de los animales para reducir las emisiones de amoniaco, el tratamiento y valorización de los purines y la reducción del consumo de antibióticos en la dieta de los cerdos. Todas estas líneas de trabajo se irán intensificando para implementar apropiadamente la economía circular a lo largo de toda la cadena de producción y transformación de porcino.
A corto plazo, el futuro del porcino español va a estar muy condicionado por la evolución del mercado chino. Durante el último año nos hemos convertido en su primer proveedor, aportando durante los últimos meses un tercio de sus compras en el exterior.
Durante el 2021 se espera que se mantengan los altos niveles de exportación de carne de cerdo hasta China, esperando que a lo largo de 2022 se empiece a recuperar progresivamente su cabaña ganadera y se irán reduciendo sus compras.
No obstante, los diferentes organismos internacionales, como la Dirección General de Agricultura de la Unión Europea o el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, no esperan que China recupere totalmente su capacidad productiva antes de 2025.
Para esa fecha, el sector porcino español tendrá que explorar nuevos mercados hacia donde ir diversificando sus ventas. Diversos factores nos hacen ser moderadamente optimistas sobre la capacidad del sector para abordar los retos de futuro:
A medio plazo, el sector está sometido por un lado a la tendencia de los consumidores de los países más desarrollados de disminuir el consumo de carne y otros productos de origen animal, por consideraciones de carácter ambiental y de salud. En este contexto, la reducción en el consumo se verá compensada con la mayor demanda de productos de más calidad, entendida la misma según los sistemas de producción, que tienden a ser más extensivos, y por las características organolépticas que priman el sabor sobre la productividad y el precio. En este sentido, las empresas cárnicas españolas están ya posicionándose con la creación de gamas de productos muy diversificadas entre las que empiezan a incluirse alimentos vegetarianos y veganos.
Por otro lado, aumentará la demanda de los países en desarrollo. En la medida que crezca su poder adquisitivo incrementan el consumo de proteína animal, especialmente procedente de aves y cerdos. Y que a medio plazo van a satisfacer parte de ese aumento de demanda a partir de las importaciones.
En cualquier caso, el gran reto que tiene el sector porcino español es seguir estando a la vanguardia mundial en cuanto a las preocupaciones sanitarias, para evitar que la peste porcina africana pueda llegar a nuestras granjas, y medioambientales, para conseguir que la actividad porcina sea totalmente compatible con otro tipo de actividades humanas y que la huella de carbono que genera sea lo más reducida posible. Para ello la implementación de una verdadera economía circular en toda la actividad ganadera e industrial se presenta como una obligación, pero también como una oportunidad para ser más competitivos en un sector totalmente internacionalizado.
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