04 March 2024
Introducción
El panorama económico para el año 2024 presenta un horizonte más claro que 2023, marcado por mejores perspectivas de crecimiento y una inflación más controlada. Este cambio positivo se atribuye en parte a la notable disminución en los precios mundiales de los alimentos en los últimos meses. Esta tendencia ha sido posible gracias a condiciones favorables en la producción agrícola y a una reducción en los costes de los insumos, brindando así un impulso significativo a la estabilidad económica global.
Sin embargo, este aparente alivio económico está sujeto a incertidumbres debido a diversos factores de riesgo que acechan en el horizonte. Desde la posibilidad de una escalada en el conflicto del Medio Oriente hasta los efectos de eventos climáticos adversos que podrían alterar los mercados de los productos agrícolas, pasando por restricciones a la exportación y la influencia de las condiciones macroeconómicas y del cambio climático.
Situación global del mercado de cereales
Las perspectivas de cosecha de cereales se mantienen a niveles históricos según el USDA y otros organismos internacionales como la FAO y el Consejo Internacional de Cereales, lo que sin duda podría reactivar el consumo hasta un 2 % según el Departamento de Agricultura de los EE. UU., en un contexto de mayor crecimiento económico.
El mayor crecimiento del consumo se concentraría en EE.UU., donde la reactivación económica parece estar experimentando mayor fuerza y donde podría llegar a crecer alrededor de un 3 %. Asimismo, se espera que India y China experimenten un crecimiento alrededor del 1,5%, beneficiadas por cosechas favorables y mejores precios. En el caso específico de China, el crecimiento económico sigue por debajo de su potencial por las dudas de su sector inmobiliario, que logra capear gracias a su política de estímulos.
También crecería el consumo en países como Argentina, una vez superados los efectos de la desastrosa sequía de la campaña pasada y en el Norte de África, una vez que el precio de las materias primas está aliviando la situación económica. Únicamente descendería la cosecha en Australia, muy afectada por la sequía en otoño y por la que está reduciendo su cabaña ganadera.
A pesar del crecimiento del consumo, las perspectivas sugieren que el nivel de reservas para la próxima campaña podría aumentar, al menos según el análisis del USDA. Sin embargo, para el CIC, se prevé que estas reservas se mantengan relativamente estables. Esto es especialmente relevante dado que los niveles de reservas mundiales de cereales siguen siendo relativamente bajos, si excluimos a China, lo que plantea desafíos adicionales para garantizar la seguridad alimentaria a nivel global.
Pero la recuperación se espera que sea desigual, con mejores perspectivas para el maíz que para el trigo, aunque todavía faltaría tener los datos definitivos de Brasil.
Los pobres resultados en la producción de trigo se atribuyen principalmente a la extrema sequía que azotó a Australia debido al fenómeno de El Niño. Aunque se observó una mejora en Estados Unidos y Argentina, así como una nueva cosecha récord en Rusia, esta última fue ligeramente inferior a la del año anterior.
Esta situación contrasta notablemente con el notable crecimiento en la producción de maíz en Estados Unidos, la Unión Europea y Argentina tras las malas cosechas de la campaña anterior.
En el caso de Brasil, el mayor exportador mundial junto con Estados Unidos, se espera una disminución del 9 % en la producción después de la gran cosecha del año pasado, aunque seguiría siendo la segunda mejor de su historia, superando en un 14 % el promedio de las últimas cinco campañas.
Sin embargo, preocupa el impacto de la sequía en las regiones centrales, que está afectando las previsiones de cosecha de soja y la siembra de maíz de segunda cosecha.
La tendencia descendente en los precios se ha fortalecido no solo debido a la excelente cosecha mundial, particularmente de maíz en EE. UU. y Brasil, sino también por la continua exportación de granos a bajos precios desde la región del Mar Negro. Además, las dos exitosas cosechas de trigo en Rusia y los descuentos aplicados al cereal ucraniano debido a los riesgos asociados a la invasión han contribuido a esta dinámica favorable.
De hecho, los descuentos respecto a cereales de origen francés llegan a superar el 20 % en el caso del trigo y la cebada y el 26 % en el caso del maíz, casi el triple que antes de la invasión.
Si evaluamos las posiciones de los fondos en los mercados de valores, donde actualmente están reduciendo sus posiciones largas, es probable que esta tendencia bajista se extienda hasta que tengamos más información sobre la evolución de la cosecha en el hemisferio norte.
Esta tendencia bajista también está ayudando a contrarrestar la apreciación del dólar frente al euro, que se mantiene en niveles históricamente elevados tras la invasión de Ucrania, debido a las mejores perspectivas económicas y a las políticas de atracción de inversiones implementadas por la actual administración.
Si nos detenemos a analizar el comercio de Ucrania, de donde provienen un 50 % de las importaciones de la UE, sus ventas al exterior han bajado un 19 % en la campaña 2023/24 hasta diciembre frente a la campaña pasada, que ya lo hicieron un 30 %. Esta caída por ahora es superior a la pronosticada por el USDA, que estima una caída del 14 % para toda la campaña frente a la anterior.
En relación con el destino de las exportaciones de Ucrania, la Unión Europea es el mercado principal para el cereal ucraniano, absorbiendo más del 60 % de las 18.4 millones de toneladas exportadas hasta diciembre.
España e Italia son los principales destinos, representando aproximadamente el 30 % y el 10 %, respectivamente, del flujo de importaciones de cereal. Sin embargo, una parte considerable entra al mercado europeo a través de países como Rumanía (7 %) y Holanda (5 %), a pesar de que las protestas por estas importaciones se centran principalmente en Polonia y Hungría.
Aunque las importaciones de cereal procedente de Ucrania a través de estos países son comparativamente menores, han experimentado un aumento del 13 % y 30 %, respectivamente, en comparación con los niveles anteriores a la invasión. Sin embargo, durante los primeros seis meses del año pasado, cuando los precios del cereal alcanzaron su punto máximo, las exportaciones a Rumanía, Polonia y Hungría representaron el 18 %, 8 % y 6 % del total de las exportaciones ucranianas, respectivamente.
En cuanto a la demanda y las previsiones de importación a escala global, a pesar de las incertidumbres económicas, el aumento en la producción ganadera interna continúa impulsando la demanda de importaciones de granos por parte de China. Además, se anticipa un crecimiento del 10 % en las necesidades de importación de países del norte de África, recuperando niveles anteriores a la invasión de Ucrania e incluso alcanzando niveles históricos, como en el caso de Marruecos, debido a la severidad de la sequía experimentada en 2023.
Destaca el descenso de Turquía, motivada por la mejora de la cosecha interna y la finalización de los Acuerdos del Mar Negro, en los que actuaba como intermediaria entre las partes.
Situación del mercado en Europa
Los datos del balance de la campaña europea de octubre indican una mejora en la cosecha de maíz este año, después de la desastrosa campaña anterior, aunque ha sido la tercera peor de los últimos 10 años.
Como resultado, se prevé una notable disminución en las necesidades de importación para este año. Los datos comerciales hasta diciembre respaldan estas proyecciones: las exportaciones europeas han aumentado un 10 %, mientras que las importaciones han disminuido un 17 %, especialmente destacadas en el caso del maíz debido a la recuperación de la producción tras la campaña anterior.
Sin embargo, habrá que esperar a los datos de primavera para confirmar las tendencias de consumo, ya que la mejora de los datos económicos por la resistencia del empleo y el aterrizaje de los datos de inflación, aún a pesar de ser más lenta de lo prevista en otoño, podría generar cambios significativos.
En cuanto a la siguiente campaña, el Boletín JRC MARS de febrero informa sobre patrones climáticos variables en toda Europa, con condiciones más cálidas de lo habitual predominando en la mayoría de las regiones, mientras que áreas en el noroeste, centro-norte y este experimentaron condiciones más húmedas.
Las temperaturas más cálidas podrían beneficiar el desarrollo de los cultivos pero aumentan la vulnerabilidad a las heladas, mientras que los excedentes persistentes de lluvia en áreas del norte y déficits en regiones del sur están afectando la saturación del suelo y podrían tener consecuencias en el rendimiento de los cultivos.
Situación en España
Según los informes de campaña del Ministerio de Agricultura, se proyecta una disminución del 4,6 % en el consumo de cereales para esta campaña. Sin embargo, es posible que la recuperación económica en España, que es más sólida que el promedio de la Unión Europea, pueda aumentar ligeramente esta cifra.
En términos de comercio exterior, hasta diciembre, el saldo del balance comercial se sitúa en alrededor de 13 millones de toneladas en equivalente de grano, con un 96 % proveniente de granos de cereal. Esta cantidad representa aproximadamente el 53 % del total de las necesidades de importación según la estimación del balance del Ministerio.
En cuanto al origen de estas importaciones, los buenos precios del cereal de Ucrania y la mayor seguridad de la ruta, están impulsando las importaciones y convirtiendo a Ucrania en nuestro mayor suministrador de trigo y maíz.
Conclusiones
Las perspectivas económicas para el año 2024 muestran un panorama más alentador que el del año pasado, caracterizado por un crecimiento mejorado y una inflación más controlada, atribuido en parte a la reciente disminución de los precios mundiales de los alimentos. No obstante, este optimismo se ve amenazado por diversos factores de riesgo, que van desde conflictos geopolíticos hasta eventos climáticos adversos, lo que podría minar la estabilidad económica global.
En lo que respecta al mercado de cereales, se espera que la campaña 2023/24 cierre con una producción histórica, especialmente en el caso del maíz. Los sólidos datos de producción de este cereal en EE. UU. y Brasil, junto con los del trigo en Rusia, y las necesidades de liquidez de Ucrania, mantienen los precios a la baja.
Este descenso en los precios podría impulsar el consumo, particularmente en países como EE.UU., India, China y Argentina. A pesar del aumento en la demanda, existe la posibilidad de que las reservas para la próxima campaña también aumenten, lo que representa un alivio dado que los niveles actuales siguen siendo relativamente bajos.