01 December 2023
El sector agroalimentario es un pilar fundamental de nuestra sociedad, y no es para menos, pues de él depende alimentar a la población mundial.
Precisamente su aumento, unido a la preocupación por el medioambiente, el cambio climático y la consecución de los Objetivos de la Agenda 2030, nos replanteamos la forma en la que cultivamos y producimos nuestros alimentos. Por ello, no es de extrañar que en los últimos años haya aumentado el interés por las prácticas de agricultura sostenible.
La agricultura sostenible no solo se fundamenta en la producción de alimentos, sino también en cómo se producen, con el objetivo principal de cuidar y regenerar los ecosistemas
Frente al modelo agricultura intensiva, dentro de la agricultura sostenible surgen diferentes tendencias, todas con el objetivo común de buscar el equilibrio entre la productividad y la sostenibilidad o el respeto al medioambiente.
Pero, ¿qué tipos de agricultura sostenible existen y cómo están redefiniendo el mundo agroalimentario?
¿Qué es la agricultura sostenible?
La agricultura sostenible es un enfoque de producción agrícola que busca equilibrar las necesidades actuales de alimentación y producción con la preservación de los recursos naturales.
La agricultura sostenible combina prácticas económicas, sociales y ambientalmente responsables
Su objetivo principal es asegurar la viabilidad a largo plazo de la producción y la salud del ecosistema. Esto implica la adopción de prácticas agrícolas que no solo mantengan, sino que mejoren el suelo, el uso del agua y otros recursos naturales, beneficiando tanto a la generación actual como a las futuras.
El término "sostenible" abarca una amplia gama de prácticas, y la definición de lo que es sostenible puede variar según el contexto.
Sin embargo, hay varios tipos de agricultura que se destacan por su enfoque específico en la sostenibilidad y que han ganado popularidad alrededor del mundo en los últimos años.
¿Cuáles son los principales tipos o prácticas de agricultura sostenible más populares?
Existen multitud de corrientes y prácticas agrícolas dentro de la agricultura sostenible. Todas tienen enfoques, metodologías y objetivos específicos que las hacen únicas. Sin embargo, la interconexión entre ellas es evidente, con muchos principios y técnicas que se solapan o complementan entre sí. Algunas de las más populares son:
- Agricultura orgánica
La agricultura orgánica es un sistema de producción agrícola que busca cultivar alimentos de manera sostenible, respetando los ciclos y equilibrios naturales.
Su principal característica es la renuncia al uso de productos químicos sintéticos, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales, así como el uso de organismos genéticamente modificados (OGM). En su lugar, se promueve el uso de prácticas y materiales naturales y biológicos para nutrir el suelo y controlar las plagas.
Es más estricta que la agricultura ecológica, y además, no solo se enfoca en el proceso de cultivo, sino también en el procesamiento posterior, almacenamiento y transporte para garantizar que el producto final esté libre de residuos químicos y contaminantes.
Además de sus ventajas medioambientales, los alimentos orgánicos se perciben generalmente como más saludables, ya que carecen de residuos químicos. No obstante, su producción puede ser más laboriosa y costosa, lo que a menudo se refleja en precios más altos en el mercado.
- Agricultura ecológica
Similar a la agricultura orgánica en su énfasis en prácticas sostenibles, en muchos países o regiones ambas hacen referencia a lo mismo. En un sentido más estricto, podemos decir que la agricultura ecológica tiene una perspectiva más amplia sobre el ecosistema agrícola que la agricultura orgánica, con una atención más rigurosa en preservar los ciclos naturales y la biodiversidad.
Busca no solo eliminar químicos, sino también promover la biodiversidad y mantener un equilibrio ecológico en la granja.
Además, la agricultura ecológica es una modalidad menos estricta que la orgánica en términos de insumos. De hecho, en algunos sistemas o regiones puede permitirse el uso de ciertos insumos sintéticos, siempre que no sean contaminantes o perjudiciales para el medioambiente o la salud humana.
- Agricultura biodinámica
Desarrollada a principios del sigo XX por Rudolf Steiner, la agricultura biodinámica se distingue por su enfoque holístico y espiritual hacia la agricultura, combinando prácticas agrícolas con conceptos espirituales y astrológicos.
Este enfoque, que se relaciona con la agricultura orgánica, considera a la granja como un organismo interconectado. En él interactúan el suelo, los nutrientes, los microorganismos, los animales, los cultivos y las relaciones energéticas entre estos elementos.
Además, la agricultura biodinámica se caracteriza por emplear soluciones homeopáticas para el suelo y cultivos basadas en hierbas, minerales y estiércol, y por seguir un calendario agrícola basado en fases lunares y planetarias, donde la posición de los astros determina los momentos adecuados para sembrar, cultivar y cosechar.
- Agricultura regenerativa
La agricultura regenerativa no solo busca la sostenibilidad, sino que pretende mejorar activamente la salud de los ecosistemas. En concreto, se caracteriza por buscar la regeneración y revitalización del suelo y con ello el entorno en general.
Se relaciona con la permacultura y la agroecología. Utiliza prácticas como la rotación de cultivos, la labranza mínima y la cobertura vegetal para aumentar la materia orgánica del suelo y la biodiversidad.
El objetivo es mejorar la salud del suelo, aumentando la materia orgánica y fomentando la vida microbiana. Al mejorar su salud, se revitalizan las tierras degradadas y con ello aumenta la capacidad de estas de capturar carbono del ambiente, lo que ayuda a combatir el cambio climático.
- Agricultura de precisión
La agricultura de precisión es un enfoque moderno de la agricultura que utiliza tecnologías avanzadas para monitorizar y optimizar las prácticas agrícolas a nivel de cultivo en general y de planta individual. La idea detrás de esta metodología es maximizar la eficiencia en la utilización de recursos y la producción, minimizando al mismo tiempo los costos y el impacto ambiental. Por lo que en ese sentido, se relaciona con la sostenibilidad.
Con el uso de tecnologías avanzadas, como sensores, drones y sistemas de información geográfica, la agricultura de precisión permite a los agricultores monitorear y gestionar sus cultivos con gran detalle. Esto lleva a una utilización más eficiente de recursos como agua y fertilizantes, y permite responder rápidamente a problemas como plagas o enfermedades.
- Permacultura
A diferencia de otros sistemas que pueden centrarse principalmente en la producción agrícola, la permacultura aborda la sostenibilidad de manera holística. Abarca no solo la agricultura, sino también la construcción, la gestión del agua, diseño de comunidades y otros aspectos de la vida humana, buscando crear sistemas cerrados y autosuficientes.
Fue desarrollada por los ecologistas australianos Bill Mollison y David Holmgren. Es una filosofía que se centra primero en la observación meticulosa y reflexiva de la naturaleza como referente, para después poder imitar o utilizar los patrones y características de los ecosistemas naturales y así crear sistemas agrícolas y entornos humanos sostenibles
La permacultura se basa en tres grandes principios: cuidado de la tierra, cuidado de las personas y reparto equitativo
Utiliza técnicas que fomenten la biodiversidad y la regeneración natural, como la reutilización y reciclaje, para minimizar los desperdicios. Además, promueve la cooperación entre las especies, el aprovechamiento eficiente de los recursos y la creación de sistemas resilientes.
- Agroecología
Aunque todas las prácticas sostenibles integran cierta relación entre la naturaleza y la agricultura, la agroecología se destaca por su enfoque científico, práctico y social.
Se basa en un equilibrio entre tradiciones agrícolas ancestrales y conocimientos ecológicos actuales, combinando ciencia, práctica y movimientos sociales para promover formas de agricultura sostenibles y equitativas.
Estudia como interactúan los componentes de un ecosistema, y busca implementar prácticas que optimicen y estabilicen la producción para formar sistemas sostenibles y resilientes.
- Agricultura sintrópica
Originaria de Brasil y creada en los 80 por el agricultor suizo Ernst Götsch, la agricultura sintrópica combina elementos de agroforestería y permacultura, guiando al ecosistema desde un estado degradado hacia un sistema forestal productivo.
Esta técnica agrícola se basa en un enfoque que, ayudándose de la tecnología, pretende integrar bosques y cultivos con el fin de producir alimentos mientras transforma suelos inutilizables en tierras fértiles
Es única en su enfoque secuencial, donde cada etapa del cultivo prepara el terreno para la siguiente, en un proceso que imita la sucesión natural en un bosque.
Con ello, genera sistemas estratificados que combinan cultivos anuales, perennes, arbustos y árboles en el mismo espacio.
- Agricultura de conservación
Su nombre lo indica: conservar. La agricultura de conservación, a través de prácticas como la labranza mínima, la cobertura permanente y la rotación de cultivos, busca preservar y mejorar la estructura, la biodiversidad y la vitalidad biológica del suelo.
Aunque comparte similitudes con la agricultura regenerativa y la ecológica, su enfoque principal es mantener el suelo intacto.
Se centra en mantener la salud del suelo minimizando las perturbaciones innecesarias, mientras que la agricultura regenerativa va más allá de la mera conservación, y busca activamente restaurar y rejuvenecer suelos degradados.
- Agroforestería
Esta práctica combina cultivos agrícolas y forestales en la misma parcela, integrando árboles, arbustos y cultivos y/o animales en un mismo sistema.
Su peculiaridad radica en cómo se aprovechan las interacciones beneficiosas entre plantas y árboles para maximizar la productividad, conservar el agua y proteger contra la erosión.
Los árboles pueden proporcionar sombra, actuar como barreras contra el viento, y aportar nutrientes al suelo.
La agroforestería resulta en sistemas más resilientes y biodiversos, con beneficios tanto productivos como ecológicos
A diferencia de los sistemas agrícolas convencionales o de monocultivo, la agroforestería se caracteriza por su diversidad y estructura vertical, al incluir componentes de bajo, medio y alto estrato en el mismo sistema. Se relaciona con la silvicultura y la agricultura sintrópica, pero se distingue por la coexistencia activa y planificada de cultivos agrícolas y forestales.
- Agricultura vertical
Se refiere al cultivo de plantas en estructuras verticales, como torres o estantes apilados, generalmente en entornos controlados como invernaderos o edificios específicos.
Esta técnica permite maximizar la producción en un área limitada y es especialmente popular en entornos urbanos.
Además, permite un control total del ambiente, resultando en cultivos más predecibles y rápidos. Tiene el potencial de reducir la necesidad de transporte de alimentos al cultivar productos cerca de los consumidores.
La agricultura vertical puede combinar tecnologías como la hidroponía o la aeroponía:
- La hidroponía es simplemente el cultivo de plantas en soluciones nutritivas basadas en agua, sin suelo. Este sistema permite el control preciso de las condiciones de cultivo y son especialmente útiles en áreas con suelos pobres o contaminados.
- La areoponía es un innovador sistema de cultivo en el que las plantas crecen en un entorno donde sus raíces están suspendidas en el aire, sin utilizar suelo o un medio de cultivo sólido convencional. A diferencia de otros sistemas hidropónicos o acuapónicos, en la aeroponía las raíces están mayormente expuestas al aire, y reciben los nutrientes necesarios a través de una fina nebulización de soluciones nutritivas.
Además de estos tipos de agricultura sostenible, existen numerosos enfoques de la agricultura que buscan lograr sistemas más sostenibles o incluir técnicas que mejoren la eficiencia y que han ido surgiendo alrededor del mundo.
Muchos de ellos son muy parecidos a los anteriores, con pequeñas variaciones o diferencias como la agricultura integrada, la silvicultura, agricultura biointensiva, etc.
¿Qué beneficios nos aportan estos tipos de agricultura sostenible?
Estos sistemas son reconocidos mundialmente y se practican en diversas regiones, adaptándose a las condiciones locales y las necesidades de las comunidades.
Es importante destacar que muchos agricultores combinan elementos de varios sistemas para crear un enfoque integrado y adaptado a sus circunstancias específicas.
La adopción y expansión de los tipos de agricultura sostenible subrayan la importancia de trabajar con la naturaleza y no en su contra. Representan una esperanza y el camino hacia un futuro más verde y equilibrado.
Entre las ventajas comunes destacadas de la agricultura sostenible, encontramos:
- Mejora en la salud del suelo
- Resiliencia climática
- Aumento de la productividad
- Reducción de los insumos químicos
- Productos más saludables
- Aumento de la biodiversidad
- Beneficios económicos y sociales
En resumen, la agricultura sostenible no es simplemente una alternativa, sino que debe ser vista como una solución integral para los desafíos agrícolas y ambientales del siglo XXI.
Al respaldar y adoptar estas prácticas, no solo estamos asegurando un suministro de alimentos para las generaciones futuras, sino que también estamos realizando una inversión en la salud de nuestro planeta.