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El sector porcino español en 2025 sigue firme ante la incertidumbre global

03 February 2025
Comercio Exterior
Producción Animal
El sector porcino español resiste la incertidumbre global con estabilidad en producción, diversificación de mercados y adaptación a un entorno comercial volátil
Industria del porcino.

03 February 2025

Resumen

A pesar de la incertidumbre global, el sector porcino español se mantiene firme en un entorno marcado por la volatilidad de los mercados de materias primas, la agresiva política comercial de EEUU y los desafíos sanitarios en Europa.

El mercado global de materias primas sigue mostrando estabilidad dentro de niveles históricamente altos, con un impacto significativo de la fortaleza del dólar y la incertidumbre en las cosechas de maíz y soja en Sudamérica. La política comercial de la nueva administración estadounidense y la posible reducción de aranceles en Argentina añaden más variables a un entorno ya volátil.

En EEUU, la gripe aviar ha golpeado la industria avícola y lechera, mientras que la oferta porcina muestra signos de estabilidad o incluso de ligero crecimiento gracias al aumento previsto de los precios durante buena parte del año.

En España, el sector porcino ha demostrado su resiliencia en un escenario global complejo. La producción se ha estabilizado tras la ligera caída de 2023, manteniéndose como la más sólida de Europa. Aunque las exportaciones han dejado atrás su pico de 2021, el comercio exterior ha encontrado un nuevo equilibrio con una menor dependencia de China y un refuerzo de un mercado estratégico como el japonés y la consolidación del mercado europeo. El consumo interno ha crecido un 3 % en el último año, impulsado por la estabilidad económica, lo que ha contribuido a amortiguar la leve caída en las exportaciones.

La reciente crisis sanitaria en Alemania y la posible reconfiguración del mercado europeo refuerzan la posición de España como actor clave en el comercio porcino. Con una industria resiliente y una diversificación estratégica de mercados, el sector continúa en pie, reafirmando su liderazgo en un contexto global desafiante.

Precio de materias primas

Desde una perspectiva amplia, el mercado de materias primas alimentarias se mantiene estable, aunque en niveles históricamente elevados. Los recientes movimientos están determinados por la evolución del dólar frente al euro, que favorece las exportaciones de trigo francés y encarece las importaciones de maíz, especialmente desde EEUU. En este contexto, el USDA ha ajustado ligeramente a la baja la oferta de maíz, mientras que la incertidumbre sobre la cosecha en Sudamérica está impulsando los precios globales de este cereal.

La política comercial de la nueva administración estadounidense emerge como un factor determinante a tener en cuenta. Si bien una guerra comercial que afecte al mercado de granos no parece inminente, la volatilidad e imprevisibilidad del nuevo presidente no permiten descartarla del todo. Por otro lado, será importante seguir de cerca una posible reducción de los aranceles de exportación en Argentina, que podría alterar las dinámicas del mercado.

En Europa, el precio del gas ha seguido una tendencia alcista en los últimos meses, impulsado por la reducción de suministros desde Rusia y el aumento de la dependencia del gas natural licuado. A pesar de haber bajado respecto a los picos extremos de la crisis energética, los precios siguen siendo significativamente más altos que los niveles previos a esta, con fluctuaciones que reflejan la demanda global y las condiciones climáticas. La Unión Europea ha intentado mitigar la volatilidad con mecanismos de compra conjunta y límites a los precios, pero la incertidumbre sigue siendo elevada.

Esta situación impacta especialmente a sectores como la ganadería, donde el gas desempeña un papel fundamental en la calefacción de explotaciones, el secado de forrajes y otros procesos productivos. Aunque muchos países han implementado diversas ayudas para mitigar estos costos, su alcance y efectividad varían según la región y el acceso de los productores a estos programas.

 

Situación del mercado internacional

El nuevo año comenzó con un incremento en los precios en EEUU, impulsado por una escasez de oferta agravada por los brotes del síndrome reproductivo y respiratorio del cerdo (PRRS). No obstante, la demanda sigue siendo elevada, por lo que dentro del sector se prevé que los precios continúen con un aumento gradual, ya que no esperan grandes cambios en la oferta. Este escenario está condicionado por la todavía baja rentabilidad del sector, el impacto potencial de conflictos arancelarios, que incluso está empujando el dólar al alza por su posible efecto inflacionario, y un posible desvío de inversiones hacia la industria avícola.

El sector ganadero estadounidense se enfrenta con preocupación a la propagación del virus H5N1 de gripe aviar, cuya incidencia sigue creciendo. Desde 2022, el virus ha afectado a 134 millones de aves y ha comenzado a impactar también al ganado lechero. Estos brotes han obligado al sacrificio masivo de animales, con un costo estimado por el USDA de al menos 1.140 millones de dólares en compensaciones a los productores. Esto ha generado una escasez de huevos en los supermercados, disparando sus precios a más del doble de su valor habitual, aunque aún sin alcanzar los niveles máximos registrados en 2022.

El USDA también prevé incremento de los precios en EEUU en su informe de situación de enero de 2025 y que los 1,24 euros/kg de media anual de 2024, crezcan hasta los un 1,26 euros/kg en 2025, un incremento menor que en el informe anterior de octubre. A lo largo de 2025, los precios seguirán una tendencia alcista en los tres primeros trimestres, con un crecimiento del 4,1 % en el segundo trimestre y un 3,2 % en el tercero. No obstante, en el último trimestre del año se prevé un ajuste a la baja del -13,1 %, situando el precio en 1,13 EUR/kg, lo que podría reflejar una sobreoferta o una caída en la demanda.

Este nuevo informe sólo actualiza las previsiones del mercado norteamericano respecto al anterior de octubre, cuyas conclusiones sobre el mercado mundial se puede consultar en el informe anterior de Plataforma Tierra.

En términos generales, el USDA es ligeramente más optimista que el sector y proyecta una ligero crecimiento de la oferta estadounidense de un 2 % para todo el año, con una demanda media anual estable, aunque advierte sobre el riesgo de presión a la baja en los precios hacia el final de 2025, debido a factores como una posible sobreoferta o cambios en la demanda global.

Más concretamente estima un aumento en la producción de carne de cerdo, pasando de 12,61 millones de toneladas en 2024 a 12,94 millones en 2025, número ligeramente inferior a las proyecciones previas. Mientras tanto, el consumo interno se mantiene estable en 10,13 millones de toneladas, y las exportaciones se mantendrían en 3,32 millones de toneladas, las mismas que el año pasado.

 

 

En China la volatilidad del precio de los últimos años está favoreciendo la creciente concentración en manos de las grandes empresas, mientras que las compañías más pequeñas afrontan serias dificultades financieras. La expansión de la producción a gran escala y la optimización de costes han fortalecido a los líderes del sector, dejando a las empresas con menor capital en una posición vulnerable y con riesgo de desaparición.

Para 2025, se prevé un aumento en el volumen de ventas de cerdos, pero con una bajada de precios, lo que podría poner a prueba la rentabilidad del sector y acelerar la reestructuración del mercado.

 

Evolución del mercado europeo

La declaración de un brote de fiebre aftosa en Alemania ha vuelto a poner de relieve la importancia de la sanidad en la ganadería. Como consecuencia, algunos países fuera de la Unión Europea, como el Reino Unido donde los productos alemanes acaparan el 14 % de las importaciones, han cerrado sus mercados a las exportaciones de productos ganaderos germanos.

Si esta nueva crisis sanitaria se prolonga, podría generar cambios en el mercado europeo, provocando un exceso de oferta a corto plazo. En el sector porcino, aunque sus ventas fuera del continente europeo ya habían sufrido una fuerte reducción desde 2019 debido a la peste porcina africana, en los últimos años habían comenzado a recuperarse gradualmente en mercados como Corea del Sur, aunque siguen siendo proporcionalmente bajas.

Las exportaciones alemanas de productos derivados del cerdo a países fuera de la UE alcanzaron 975 millones de euros en los primeros once meses del año pasado, representando un 19 % del comercio total alemán en este sector. Aunque este porcentaje es inferior al de por ejemplo España, cuyas exportaciones fuera de la Unión ascendieron a 3.477 millones de euros en el mismo periodo (un 43 % del total), la interrupción del comercio alemán sí podría alterar significativamente el mercado interior europeo.

Hasta noviembre, las exportaciones de Alemania al Reino Unido alcanzaron un valor de 300 millones de euros en productos lácteos y 483 millones en productos derivados del cerdo, los cuales ahora deberán encontrar nuevos mercados.

Por otro lado, Alemania había logrado reanudar progresivamente sus exportaciones de carne de cerdo a Corea del Sur tras un acuerdo a mediados de 2023 que autorizaba los envíos de tres mataderos, relajando las restricciones impuestas por la peste porcina. De enero a noviembre de 2024, estas exportaciones alcanzaron un valor de 150 millones de euros. En comparación, España exportó productos derivados del cerdo por 290 millones de euros a Corea y 300 millones al Reino Unido.

 

 

Mientras continúa la investigación sobre el origen del brote, la ausencia de nuevos casos ha permitido que la Comisión Europea aplique el principio de regionalización, garantizando que las exportaciones dentro de la UE sigan sin mayores restricciones. Los precios del cerdo, que habían experimentado una leve caída, se han estabilizado tanto en Alemania como en el resto de Europa.

 

 

Al analizar con detalle la evolución de la producción de carne de cerdo en Europa en 2024 y compararla con 2023, se observan cambios significativos en la tendencia de varios países.

En 2023, la mayoría de los países experimentaron una fuerte caída en la producción, prolongando la tendencia descendente iniciada en 2022. Sin embargo, en 2024, esta tendencia ha mostrado signos de estabilización en muchos casos e incluso de recuperación en algunos países, especialmente a partir del otoño.

 

 

España, que en 2023 sufrió una leve disminución, ha logrado mantener un nivel relativamente estable en 2024. Aunque su producción ya no alcanza los máximos históricos, sigue situándose por encima del resto de los países europeos y es la única que permanece por encima de los niveles de 2020. Su tendencia es plana, lo que sugiere una mayor resistencia de su industria porcina frente a los cambios en el mercado.

Italia y, sobre todo, Polonia han mostrado claros signos de recuperación en 2024. Mientras que en 2023 ambas naciones mantenían una ligera tendencia descendente, en 2024 sus curvas han comenzado a subir, lo que indica un repunte en la producción. Este cambio representa una mejora considerable respecto al año anterior, cuando el sector estaba en plena contracción.

La Unión Europea en su conjunto, que en 2023 registró una tendencia descendente similar a la de Alemania, también muestra señales de estabilización en 2024. Aunque la producción no ha retornado a los niveles previos a la caída, la tendencia ya no es negativa, lo que sugiere que el sector ha alcanzado un nuevo punto de equilibrio.

Por otro lado, Dinamarca, Francia y Alemania siguen en niveles bajos, aunque en 2024 su descenso parece haberse detenido. Alemania, que registró la mayor disminución en los últimos años, ha dejado de caer y ha mantenido su producción estable en los niveles bajos alcanzados en 2023. Dinamarca sigue un patrón similar: aunque no muestra signos de recuperación clara, al menos su tendencia ya no es de una caída pronunciada como en el año anterior.

Por último, los Países Bajos han experimentado una evolución particularmente interesante. Tras las fuertes caídas de 2023, 2024 comenzó con un repunte en la producción, pero a partir del verano se produjo una nueva disminución drástica. Este retroceso parece estar alineado con el impulso del gobierno neerlandés hacia una racionalización del número de cabezas de ganado, en respuesta a cuestiones medioambientales y regulaciones más estrictas en materia de emisiones contaminantes.

 

Análisis de la producción, el consumo y el comercio en España

El mercado nacional está marcado por la estabilidad, con un censo de reproductoras que se mantienen al mismo nivel que el año pasado y con un número de animales para cebo que ha crecido en los últimos 6 meses a pesar de que aún su número se encuentra ligeramente por debajo de los de enero del año pasado. La importación de lechones sigue alta, lo que ha logrado compensar una nueva, pero muy ligera caída de la productividad de lechones en 2024.

 

 

Sin embargo, el consumo interno ha crecido en el último año un 3 % según los datos de consumo aparente, dato que casi coincide con la subida del 2 % que que mostraba hasta agosto el panel de consumo de los hogares y que se puede consultar en el informe de octubre.

Este aumento, impulsado por la buena situación económica del país, también podría explicar la leve caída de las exportaciones al analizar el año móvil, especialmente hacia finales del año pasado, tras el un mínimo de producción de mediados del año pasado.

 

 

No obstante, si cogemos únicamente los datos de 2024 hasta octubre, las exportaciones de productos derivados del cerdo en España se han estabilizado en comparación con las del mismo periodo de 2023, registrando un volumen casi idéntico de 2.718 mil toneladas frente a las 2.717 mil toneladas del año anterior. Esta estabilización marca un punto de inflexión tras la tendencia descendente observada desde 2022, cuando el volumen exportado comenzó a disminuir después del máximo histórico alcanzado en 2021.

Aunque el nivel de exportaciones en 2024 sigue lejos del pico de 2021, la ausencia de nuevas caídas destaca como un signo de resiliencia del sector porcino español en un contexto global más competitivo y con mayores restricciones. Por lo tanto, 2024 representa un año de consolidación tras un periodo de contracción, lo que podría indicar una base más estable para el comercio exterior en el futuro.

 

 

A pesar de que el volumen de exportaciones se mantuvo prácticamente estable entre 2023 y 2024, el valor total de las exportaciones experimentó una ligera reducción, pasando de 7.661 millones de euros en 2023 a 7.535 millones en 2024.

Este comportamiento sugiere que, aunque la cantidad exportada no varió significativamente, los precios de los productos derivados del cerdo han registrado un leve descenso o, en algunos casos, una evolución dispar según el destino y la categoría del producto. Gran parte de esta caída se debe a la caída de las exportaciones en volumen a China de carne, y en menor medida al descenso de los precios de exportación de los despojos al país asiático, que han caído un 9 %. Además, la carne fresca destinada a Europa también ha sufrido ajustes a la baja de un 3 %.

En contraste, otras partidas han mostrado una evolución positiva. La carne congelada, por ejemplo, ha experimentado un incremento en su precio, impulsado por el aumento de las exportaciones hacia Japón, un mercado estratégico con alto poder adquisitivo. Este crecimiento en mercados de alto valor ha ayudado a compensar parcialmente la caída en otras categorías.

Desde una perspectiva más amplia, el valor de las exportaciones sigue en niveles elevados en comparación con años anteriores, lo que refleja la solidez del sector en los mercados internacionales. Sin embargo, el ligero retroceso en 2024 podría responder a un ajuste en los precios tras los máximos alcanzados en 2023, indicando que el mercado está entrando en una fase de estabilización.

 

 

Los datos hasta noviembre de 2024 confirman la consolidación de la Unión Europea y Reino Unido como el principal destino de las exportaciones españolas de carne de cerdo, con niveles elevados y sin signos de grandes movimientos. China ha dejado de ser un actor relevante, con volúmenes muy reducidos respecto a años anteriores y que han bajado ligeramente durante el otoño.

Las exportaciones a Corea y Japón se han estabilizado por encima de las de China, posicionándose como una alternativa creciente pero sin grandes aumentos en la última parte del año. En general, el mercado de exportación de carne porcina española parece haber encontrado un nuevo equilibrio, con una menor dependencia de China y una mayor apuesta por mercados más diversificados y estables.

 

 

En 2024, el Este de Asia se consolida como el mercado más rentable para las exportaciones españolas de carne de cerdo, destacando sobre todo Japón, donde la demanda de productos premium permite obtener precios más altos por tonelada.

Europa Occidental sigue siendo el principal destino en términos de volumen y valor absoluto, aunque con márgenes más ajustados, mientras que China ha reducido su atractivo como mercado de alto valor, ya que sus importaciones se centran en productos de menor precio, como los despojos, cuyos valores han experimentado una caída significativa.

El Sudeste Asiático y otros mercados emergentes representan una menor proporción de las exportaciones, pero suponen una oportunidad para diversificar los destinos y reducir la dependencia de regiones tradicionales.

 

 

Japón se consolida como el mercado más atractivo en términos de valor, con un incremento del 22 % en ingresos y un 9 % en volumen. Este crecimiento refleja una fuerte demanda de productos premium y una mayor disposición a pagar precios más altos, lo que lo convierte en un destino clave para maximizar la rentabilidad. La evolución del mercado japonés refuerza la necesidad de fortalecer la presencia en Asia, especialmente en economías con alto poder adquisitivo donde la calidad es un factor determinante en la decisión de compra.

Italia continúa siendo el principal destino en volumen, con 256 mil toneladas exportadas y un crecimiento del 5 %. No obstante, la estabilidad en términos de valor sugiere una mayor competencia o una demanda enfocada en productos de menor precio unitario. En contraste, Francia muestra signos de estancamiento, con un descenso del 6 % en valor y un volumen prácticamente invariable, lo que indica una presión a la baja en los precios dentro del mercado europeo.

China sigue perdiendo peso en las exportaciones españolas de carne de cerdo. Con una reducción del 14 % en volumen y un 17 % en valor, queda claro que el gigante asiático ya no es el motor de crecimiento que fue en años anteriores. La recuperación de su producción porcina ha reducido drásticamente la necesidad de importaciones, afectando especialmente a la carne congelada y en menor medida a los despojos, que incluso suben un 5 % en volumen aunque el valor retrocede un 5 %. Ante esta nueva realidad, la estrategia de exportación hacia China deberá ajustarse a una menor demanda y enfocarse en segmentos específicos con mayor margen de rentabilidad.

En el ámbito europeo, Rumanía y la República Checa han mostrado un crecimiento notable, con aumentos de entre 6 % y 9 % tanto en volumen como en valor este último año. Este comportamiento sugiere que, aunque Europa sigue siendo un mercado clave, la demanda se está diversificando y países del centro y este de Europa están ganando protagonismo en las exportaciones españolas. Portugal, por su parte, muestra una evolución más moderada, con un crecimiento del 4 % en volumen y un 1 % en valor, lo que indica un mercado estable sin grandes fluctuaciones.

El caso más preocupante es el de Corea del Sur, que ha registrado la mayor caída en 2024, con una reducción del 24 % en volumen y un 25 % en valor. Parte de esta contracción se debe a un consumo más débil de lo esperado y a la reincorporación de Alemania al mercado coreano a finales de 2023 para cortes de mayor valor. Sin embargo, este factor ha perdido impacto, ya que Alemania ha vuelto a quedar fuera del mercado coreano en 2025, lo que podría abrir nuevas oportunidades para España en el futuro.

En conclusión, 2024 ha sido un año de reequilibrio en los destinos de exportación, con Japón consolidándose como un mercado estratégico de alto valor, China perdiendo peso y Europa diversificándose hacia nuevos mercados emergentes. Corea del Sur sigue siendo un punto de incertidumbre, aunque la salida de Alemania del mercado en 2025 podría representar una oportunidad para recuperar terreno. La clave para el futuro estará en fortalecer la presencia en Asia y optimizar la estrategia en los mercados europeos más dinámicos.

 

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