12 July 2024
"Lo que importa ya no importa
lo que es grande ahora es pequeño".
Origen del conflicto
China ha respondido a los planes de la Comisión Europea de aumentar los aranceles a los coches eléctricos importados desde China, algo que EEUU ya introdujo y Canadá está estudiando, con una investigación antidumping sobre las importaciones de carne y despojos de cerdo de la Unión Europea.
La investigación, que comenzará este martes 16 y podría durar hasta un año, se centrará en las importaciones destinadas al consumo humano, cubriendo posibles daños desde 2020 hasta 2023.
Esta medida se considera una respuesta a la investigación de la UE sobre los subsidios chinos a los fabricantes de coches eléctricos, lo que llevó a Bruselas a incrementar los aranceles hasta un máximo del 48,1 %. China ha calificado esta decisión como "proteccionismo" y ha prometido tomar todas las medidas necesarias para defender sus intereses.
Aunque es temprano para analizar todas las consecuencias de estos aranceles, es fundamental entender el volumen y la dependencia comercial entre ambos bloques para evaluar su impacto.
La UE es uno de los principales exportadores de productos porcinos, y su carne goza de una excelente reputación debido a sus altos estándares de calidad, incluyendo la garantía de estar libre de ractopamina. Esta característica la hace especialmente apreciada en los mercados asiáticos, donde la seguridad alimentaria y la calidad son altamente valoradas.
Mientras tanto, la carne de cerdo y sus derivados son cruciales para China, ya que representan la principal fuente de proteína animal en la dieta local. La alta demanda interna en China supera su producción doméstica, lo que hace que las importaciones sean esenciales para estabilizar los precios y garantizar la seguridad alimentaria.
¿Cómo depende nuestro sector de las exportaciones a China?
España exporta aproximadamente el 46 % de su producción de productos derivados del cerdo a distintos países y regiones. Aunque las ventas internacionales han disminuido desde los picos alcanzados en 2021, el año 2024 ha comenzado con un incremento moderado en las exportaciones. En el primer cuatrimestre de este año, el volumen de ventas de estos productos ha aumentado en 9.000 toneladas equivalentes en canal, comparado con el mismo periodo del año anterior.
El valor de estas ventas, que había alcanzado máximos en 2023 debido a un notable aumento en los precios, experimentó un leve retroceso, principalmente debido a la significativa reducción del valor medio de nuestras exportaciones a Asia, especialmente en China.
La carne constituye el principal producto exportado, abarcando aproximadamente dos tercios de nuestras ventas al exterior, tanto en valor como en volumen.
Los despojos, a menudo vistos como subproductos o incluso residuos, han encontrado un mercado significativo en la gastronomía de China y otros países del Sudeste asiático, donde son altamente valorados. Aunque representan cerca del 18 % de nuestras exportaciones en volumen, solo contribuyen con el 10 % del valor total. En contraposición, los productos curados o secos, como los jamones, gozan de gran prestigio en Europa y también en América, destacando por su elevado valor en el mercado.
En los últimos años, el destino de nuestras exportaciones ha experimentado cambios significativos, especialmente en relación con China, donde han disminuido considerablemente. En el primer cuatrimestre de 2021, China representaba el 54 % de nuestras exportaciones totales, pero esta cifra se ha ido reduciendo hasta el 17 % en 2024.
Este cambio se debe principalmente al aumento de la producción ganadera en China y, desde 2023, a una mejora de los precios en Europa en comparación con otros mercados. Estos factores han redirigido la mayoría de nuestras exportaciones hacia países europeos.
Sin embargo, esta reducción no ha afectado a todos los productos de manera uniforme. Casi el 100 % de nuestras exportaciones en volumen a China consisten en carne y despojos, pero el comercio de cada producto ha evolucionado de forma diferente.
La carne ha visto la mayor disminución: aunque en 2023 todavía estaba un 44 % por encima de las cifras de 2018, ha sufrido una caída de dos tercios respecto al máximo alcanzado en 2020, igualándose ahora con las exportaciones de despojos. Por otro lado, las ventas de despojos, que en 2023 superaban en un 108 % a las de 2018, han mostrado mucha más estabilidad e incluso experimentaron un crecimiento del 1 % el año pasado.
Esta tendencia se ha mantenido en 2024. Durante los primeros cuatro meses del año, aunque las exportaciones de carne de España se han mantenido estables, las dirigidas a China han disminuido un 28 % en comparación con el mismo período del año anterior, mientras que las exportaciones de despojos se han incrementado un 3 %.
Es importante destacar que el valor promedio de nuestras exportaciones, tanto de carne como especialmente de despojos hacia este mercado, ha registrado una disminución en los últimos cuatro meses. A pesar de que los precios aún superan los de 2022, la caída del 8 % en el valor unitario de las ventas de carne en China, que ya eran los más bajos entre nuestros clientes, contrasta con un aumento modesto en otros destinos.
Sin embargo, la caída del valor unitario de las exportaciones de despojos es más significativa, alcanzando un 17 %. Aunque esta reducción es similar en términos absolutos a la observada en otros mercados, la alta demanda en China y los precios relativamente mayores comparados con otros países mantienen a China como un destino prioritario para este tipo de productos.
Los bajos precios de la carne en el mercado chino están redirigiendo los cortes de mayor valor hacia otros mercados, principalmente hacia Europa, así como hacia naciones desarrolladas de Asia como Japón y Corea. Esta situación refuerza el papel de China como destino predominante para los cortes de menor valor y los despojos.
Un ejemplo evidente de esta dinámica es la composición de las ventas de carne a este país, donde esta partida representa el 11 % del volumen exportado y el 9 % del valor total. En contraste, los despojos vendidos en este país conforman el 51 % del volumen y el 58 % del valor exportado.
Es crucial reconocer que, si bien la carne de cerdo es más consumida en términos de volumen, los despojos tienen un valor considerable en la cultura china debido a sus usos tradicionales y a su importancia cultural y nutricional. Esto permite ofrecer una demanda más estable de productos del exterior que ofrezca garantías de calidad y a mejores precios que nuestro mercado interno.
La posibilidad de de exportar estos productos a Asia proporciona una ventaja competitiva a la industria de nuestro país, ya que países como Alemania, Polonia, o Italia tienen el mercado chino cerrado por problemas con la PPA.
¿Cómo puede afectar a China y su comercio una subida de aranceles a la UE en el porcino?
Tras la crisis por la peste porcina (PPA) de 2019, China ha recuperado un alto nivel de autosuficiencia superior al 95 %, aunque todavía depende de las importaciones para equilibrar su mercado interior. La producción de carne en el país ha crecido hasta 2023, en un esfuerzo por reducir su dependencia del exterior y amparándose también en unos aranceles que varían entre el 12 % y el 20 %.
Sin embargo, algunas dificultades económicas que lleva arrastrando el país están ralentizando su economía, que se espera reduzca su crecimiento este año y el siguiente. Esta tendencia ha impactado el consumo de cerdo, que aumentó menos de lo proyectado en 2023, induciendo una baja en los precios. Esto, a su vez, ha provocado una reducción en el censo ganadero y en las importaciones.
De hecho, el USDA estima una caída del consumo y de la producción de alrededor de un 3 %, con un descenso del 1 % en las importaciones para 2024. El retroceso de la producción doméstica ya está influyendo en los precios del ganado en China, lo que podría incentivar la existencia de picos en las compras internacionales. Dado el estricto control de mercado en China, las autoridades buscan preservar una armonía que fomente la actividad productiva local sin perjudicar a los consumidores.
Pero a pesar de todo China sigue jugando un importante papel en el comercio global del porcino. Según los datos comerciales de las Naciones Unidas, en 2023, las adquisiciones chinas comprendieron el 15 % del total global de carne y el 32 % de los despojos, incluidos los intercambios dentro de la Unión Europea.
En valores, estas proporciones fueron del 11 % y el 35 % respectivamente, situando a China como un destino de alto volumen pero de menor valor, especialmente en lo que respecta a carne.
Desde 2020, el volumen de importaciones de carne ha registrado una disminución continua significativa, aunque las cifras actuales superan a las de 2018. Por el contrario, la categoría de despojos ha demostrado mayor estabilidad, y a pesar de que 2023 se quedó un 10 % por debajo de las cifras de 2018, muestra ya signos de recuperación de la demanda externa.
Un aspecto destacado es la reducción en el valor de las importaciones, especialmente en carne, que, aunque constituye el 63 % del volumen importado, ya solo alcanza el 58 % del valor registrado en aduana. Este retroceso se debe, en parte, a la disminución en la venta de cortes de mayor valor y más preparados, como sucedía con España.
El diferencial de precios entre China y la Unión Europea ha mermado el interés de nuestros operadores hacia este mercado asiático. No obstante, la baja eficiencia en las explotaciones chinas, principalmente por cuestiones sanitarias, está limitando su producción, lo que probablemente permitirá una cierta recuperación de sus precios.
Pero también el origen de las importaciones explica esta situación; desde 2023, se han producido divergencias significativas en los precios de los principales mercados exportadores, con valores en Brasil y EEUU claramente inferiores a los europeos.
Aunque la Unión Europea sigue siendo el suministrador principal tanto de carne como de despojos, su participación ha ido disminuyendo en beneficio sobre todo de Brasil, pero también de los Estados Unidos, motivado principalmente por los precios más accesibles en estos países.
La reducción en el número de sacrificios en la UE también podría haber afectado la disponibilidad de despojos, un subproducto que en este mercado representa una opción más lucrativa comparada con otros usos. A diferencia de Estados Unidos, que incrementó su producción en 2023, la UE experimentó un recorte en su capacidad productiva, en medio de una demanda menguante e inflación elevada.
Este ajuste fue menos evidente en España en comparación con otros productores europeos como Holanda y Dinamarca, que también gozan de acceso al mercado chino al estar libres de PPA (peste porcina africana).
Por lo tanto, la reducción en las exportaciones europeas de despojos se ha focalizado en ciertos países, con Dinamarca como el más afectado, mientras que España ha logrado mantener se ventas.
Estos datos evidencian que, aunque los volúmenes de importación de China han disminuido significativamente, el país continúa dependiendo de las importaciones. Un aumento en los aranceles a los productos europeos podría traducirse en un incremento de los precios internos y en una sustitución parcial por otros productos o proveedores.
Entre las principales opciones se destacan EEUU, Brasil y Canadá, que son también grandes exportadores a nivel mundial. EEUU y Canadá destinan cerca del 50 % de sus exportaciones de carne al comercio regional dentro del T-MEC, y un 20 % a Japón y Corea, mercados en los que pueden obtener mayores beneficios. Por otro lado, China constituye menos de un 10 % de sus exportaciones totales.
Brasil se está posicionando como un socio comercial esencial para China en productos agrarios, siendo el principal proveedor después de la UE. Debido a su impresionante crecimiento y a los precios atractivos de los últimos años, Brasil ha fortalecido su influencia en el mercado chino y en otros mercados del Sudeste asiático con ingresos más bajos. Sin lugar a dudas, se espera que Brasil adquiera una importancia aún mayor a medio y largo plazo en el comercio de carne de cerdo.
Sin embargo, en lo que respecta a los despojos, las normativas sanitarias y las expectativas del mercado en China imponen restricciones adicionales sobre el origen de las importaciones, que están dominadas en un 87 % por proveedores norteamericanos y europeos.
Aunque existe una notable variación en los precios según el tipo de despojo, la disponibilidad y la capacidad de exportar estos productos con garantías adecuadas parecen influir en las ventas de cada país al mercado chino. De hecho, el volumen de exportaciones a China parece estar más relacionado con el número de sacrificios realizados en cada país que con la importancia global de sus exportaciones de carne.
Cabe destacar la limitada participación de Brasil en este tipo de comercio, lo que sugiere que, a pesar de estar emergiendo como un actor con una industria en crecimiento, todavía no está preparado para sustituir a la Unión Europea en este segmento.
Conclusiones
El potencial aumento de aranceles al porcino en China, como respuesta a las medidas proteccionistas de la Unión Europea sobre los coches eléctricos, resalta la relevante interdependencia comercial entre estos dos bloques. La tensión comercial podría intensificar la tendencia observada en los últimos años, donde las exportaciones de productos porcinos a China, especialmente carne, han disminuido notablemente.
En el primer cuatrimestre de 2021, China representaba el 54 % de nuestras exportaciones totales del sector, pero esta proporción se ha reducido al 17 % en 2024, y además se exporta la misma cantidad de carne que de despojos. Este cambio se atribuye principalmente al aumento de la producción ganadera protegida en China y, desde 2023, a una mejora de los precios en Europa en comparación con otros mercados, lo que ha orientado la mayoría de nuestras exportaciones de carne hacia países europeos.
En cuanto a China, aunque las importaciones han disminuido en los últimos años, siguen siendo cruciales para estabilizar los precios y asegurar la seguridad alimentaria del país. Aproximadamente un 50 % de sus importaciones de derivados del cerdo provienen de la Unión Europea, reconocidos en Asia por su alta calidad y por estar libres de ractopamina.
Esta guerra comercial, aunque podría beneficiar al sector productor local chino, debería ser cuidadosamente gestionada para no que no afecte a la población local en un contexto económico complicado. Parte de este impacto podría mitigarse con un aumento de las importaciones de carne de otros países, principalmente Brasil, pero también EEUU y Canadá. Sin embargo, existen dudas en cuanto a los despojos, un producto de menor valor en nuestros mercados pero con alta demanda en China.
La disponibilidad y la capacidad de exportar estos productos con las garantías adecuadas parecen tener más influencia en la presencia de cada país en el mercado chino que otros factores, lo que complica la sustitución de la UE como principal socio comercial.
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