24 January 2024
La agricultura de regadío en España es heredera de una visión jovellanista, alimentada y promovida por Costa y políticos de todos los signos y regímenes políticos del siglo XX, y creada por muchos ingenieros agrónomos, políticos y juristas. Es también subsidiaria de unas condiciones geográficas y climáticas muy particulares. Condiciones que existen también en California y parte del Oeste de EEUU, Australia, Chile, México, sur de Europa y Oriente Próximo.
Sin embargo, el regadío de hoy poco tiene que ver con el del siglo XX. El control del agua, la agronomía, la genética y la tecnología permiten al regadío producir mucho más cantidad y valor con mucho menos agua y fertilizantes. Todo ello ha dignificado el trabajo, y mejorado sensiblemente su productividad y las condiciones de vida de los agricultores.
No es difícil imaginar cómo sería el paisaje y el mundo rural español si no existiese el regadío. Lo que no es tan obvio es imaginar cuán limitadas y costosas serían nuestras dietas y cómo de difícil sería lograr alimentarnos de manera saludable. La producción agraria vegetal estaría al albur de la climatología, y solo podrían subsistir explotaciones de gran escala, basadas en producciones de cereal, leguminosas y barbecho, olivar, viñedo y almendros, de muy bajo y volátil rendimiento. El sector agroalimentario tendría una fracción del tamaño que tiene y España importaría cada año el triple de lo que importa sin apenas capacidad de exportación.
Pero también sería irreconocible el regadío español para alguien que viajara en el tiempo desde 1986 (año de entrada de España en la CE y de entrada en vigor de la Ley de Aguas de 29/1985) a 2022, al observar el desarrollo tecnológico, la calidad y estabilidad de la producción, los cultivos y productos, el manejo del agua y los insumos, y el manejo de los suelos. ¿Alguien puede dudar que la silenciosa revolución digital y de la genética no sea el único camino para hacer la agricultura más productiva, más sostenible y más generadora de empleo en el mundo rural? En España es justo en el regadío donde esta transformación ha tenido mayor profundidad e impacto, pero es tal vez la más desconocida.
El objetivo de esta obra es mostrar con datos objetivos esta realidad, proporcionando una visión analítica de esta compleja realidad recorriendo su evolución y proyectándola al futuro. Ligado a ello, intenta subrayar el carácter estratégico del regadío para el territorio, el mundo urbano, el turismo y la economía agroalimentaria y su compatibilidad con los objetivos ambientales que una sociedad avanzada desea ver cumplidos.