
07 February 2025
El elemento diferencial y característico de la agricultura de Almería son sus invernaderos.
A mediados de los años sesenta, a un grupo de pioneros se les ocurrió utilizar la estructura de palos y alambres que se había empleado tradicionalmente para el cultivo de uva de mesa y le colocaron un plástico por encima. De esa forma surge el invernadero tipo “parral”.

Con esta simple estructura, los cultivos se veían protegidos de los fuertes vientos de la zona, se mejoraban las temperaturas durante los meses más fríos y se reducía la evaporación, lo que permitía un importante ahorro de agua.
Estás simples estructuras permitieron aumentar considerablemente los rendimientos y mejorar el precio obtenido por los agricultores, ya que los frutos llegaban al mercado cuando no había oferta. De esta forma los ingresos llegaron a a crecer hasta un 1.500 % con respecto a los sistemas tradicionales de cultivo.
Aún así, los rendimientos que se obtenían eran muy limitados y apenas llegaban a los 4 kilogramos por metro cuadrado para tomate o pepino, y eran de solo 1 kilogramo para pimiento. Hoy se pueden alcanzar fácilmente los 15 kilogramos en tomate y pepino y más de 10 kilogramos en pimiento.
Del parral al multitúnel
Aquellas primeras estructuras tenían la altura que permitía a una persona trabajar la uva que colgaba entre los alambres, por lo que escasamente llegaban a los 2 metros. Eran planos, y estaban agujereados para unir los tejidos de alambres que estaban por debajo y por encima del plástico.
A partir de esas primeras estructuras, empezamos a trabajar en la Estación Experimental Las Palmerillas en diferentes modificaciones que permitiesen mejorar las condiciones ambientales en las que crecían las plantas. Teniendo siempre muy presente que la característica principal de nuestra agricultura era el bajo consumo energético. Por ello, se buscaban unas condiciones subóptimas pero muy eficientes en el aprovechamiento de los recursos.

Haciendo un rápido repaso de los cambios que progresivamente se van introduciendo en el invernadero almeriense, tenemos que empezar por la evolución desde el “parral plano” hacia el “raspa y amagado”, que consintió en darle una pequeña pendiente a la cubierta, con lo que se conseguía concentrar la caída de agua de lluvia a un espacio limitado.
Se evitaba así el mojado generalizado de las plantas, y con el tiempo facilitó la evacuación fuera del invernadero con la colocación de las canaletas correspondientes.
Prácticamente al mismo tiempo se empezó a incrementar la altura. Más volumen suponía unas mejores condiciones de trabajo, mayor espacio para el crecimiento de los cultivos y una mayor inercia térmica. De los 2 metros iniciales se pasó a los 3,5 metros, y ahora es posible ver estructuras con más de 7 metros en cumbrera.
Paralelamente al aumento de la altura, resultó de interés jugar con la pendiente de la cubierta, con objeto de mejorar la radicación solar que penetraba dentro del invernadero. La principal época de producción es en los meses invernales, cuando menos horas de luz solar tenemos. Aumentar un 1 % el porcentaje de radiación captada suponía incrementar la producción en la misma proporción.
De esta forma se diseño el INACRAL ('Invernadero Asimétrico de la Caja Rural de Almería'). Al final ese primer modelo tuvo algunos defectos de diseño, pero supuso un avance en cuanto a poner el foco en la geometría de la cubierta como factor que influye sobre la productividad.
Gestión del clima
Durante los primeros años de desarrollo de la agricultura protegida las campañas de producción eran bastante más cortas, y la mayor actividad tenía lugar durante los meses de otoño e invierno. Prácticamente se iniciaba la plantación en septiembre y en marzo se estaba acabando, entre otras cosas porque a partir de ese mes ya no se podía exportar a Europa.
En la medida en la que se fue ampliando dicha campaña empezamos a preocuparnos por las elevadas temperaturas que se alcanzaban al inicio, en agosto o septiembre, o hacia el final, abril, mayo y junio. Una vez más, la solución se encontró en la gestión pasiva del clima, jugando con los gradientes términos y favoreciendo la circulación del aire, con la colocación de ventanas laterales y cenitales que generaban el efecto chimenea, se reducía considerablemente la temperatura del interior.
La apertura y cierre de las ventanas se convirtió en una tarea que exigía cierta atención y dedicación, y no siempre se accionaban en el momento adecuado perdiendo las ventajas que proporcionaban. Para resolver esta cuestión se motorizaron las acciones y se automatizaron con las instalación de los controladores de clima.
Con este mayor porcentaje de los laterales y cubiertas de los invernaderos ocupados por ventanas, aumentó la superficie por la que podían entrar las plagas desde el exterior. Por culpa del virus de la cuchara, y con objeto de dificultar la entrada de la mosca blanca que lo transmitía, se empezaron a instalar las mallas en las aperturas, con lo que se creaba una barrera física que mejoraba la protección.
Progresivamente, el tradicional invernadero “raspa y amagado” ha ido cediendo terreno frente a las estructuras más industriales, tipo “multitunel” o “multicapilla”, que presentan una mayor hermeticidad al evitar el perforado de los plásticos. En estos invernaderos no existe el doble tejido de alambre, sino que el plástico se sujeta por presión.
Plásticos de cubierta
Y simultáneamente a la evolución de las estructuras hemos asistido a la transformación de los materiales plásticos. Si los primeros apenas duraban unos pocos meses ahora es posible mantener el mismo film durante 3 o 4 años.
Aquí también el papel de la Estación Experimental Las Palmerillas ha sido muy relevante, a través de los sucesivos convenios que hemos suscrito sucesivamente con empresas como Plásticos Alcudia, Repsol y BASF.
Gracias a la evolución que han ido experimentando los invernaderos de Almería se ha podido mejorar considerablemente en los rendimientos, se ha incrementado la calidad de los productos y se ha reducido el empleo de fitosanitarios hasta llegar al control biológico de plagas.
Las apariencias engañan
Muchas veces se tiene la imagen que el interior de un invernadero es un lugar inhóspito en el que se alcanzan temperaturas muy elevadas, que hacen que sea tremendamente duro realizar las labores agrícolas necesarias. La realidad es bien distinta, y en nuestra Estación tenemos registros que demuestran que en pleno verano, si el cultivo está en pleno desarrollo, hace más calor fuera que dentro.
Recuerdo el verano pasado, a finales del mes de agosto, que teníamos 35 ºC en la calle en pleno mediodía. En un invernadero estábamos realizando la desinfección del suelo mediante el sistema de solarización, que consiste en cubrir el suelo con un plástico, se riega y se cierran todas las ventanas, y allí el termómetro marcaba valores superiores a los 50 ºC. Sin embargo, en otro invernadero con un cultivo avanzado de tomate, con las ventanas abiertas, no superaba los 32 ºC.

Estamos totalmente convencidos que con una buena gestión, el invernadero es el modelo más sostenible para producir alimentos. Con muy pocos recursos se pueden obtener grandes producciones con una bajísima huella de carbono.
La gestión eficiente del agua ya la contamos en una entrada anterior.
En la próxima hablaremos de como podemos ayudarnos de la biodiversidad para conseguir el equilibrio adecuado que evite los problemas con las plagas.
Plataforma Tierra se exime de cualquier tipo de responsabilidad derivada del contenido publicado en el presente espacio web por sus respectivos autores. Los respectivos autores firmantes del contenido publicado en este espacio web son los exclusivos responsables del mismo, de su alcance y efectos, los cuales garantizan que dicho contenido no es contrario a la ley, la moral y al orden público, y que no infringen derechos de propiedad intelectual.