17 January 2025
Este 2025 es un año especial para Cajamar Caja Rural, ya que se cumple el 50 aniversario de una iniciativa que ha condicionado gran parte de nuestro avance como entidad financiera.
A principios de los años 1970 estábamos todavía en una fase inicial de nuestra actividad y los crecimientos eran lentos. Sin embargo, un hecho accidental y lamentable, como fueron las graves inundaciones sufridas por el Sureste español en octubre de 1973, propiciaron un fuerte impulso a la actividad crediticia, al ser los canalizadores de una parte importante de la financiación que se puso a disposición del sector agrario de la provincia de Almería.
De esta forma, el año 1974 supuso un salto en la dimensión de la Caja Rural y permitió que obtuviésemos nuestros primeros beneficios.
Dada la especial vinculación que manteníamos con el sector, y la visión que tenían las personas que en aquel momento dirigían la Caja, en la Asamblea General de 1975 se adoptó la decisión de invertir aquellos primeros resultados en poner en marcha un centro de experimentación que contribuyese al desarrollo tecnológico de la agricultura.
Esa decisión se tomó en un contexto en el que la horticultura de invernadero estaba todavía en una fase incipiente de desarrollo, que se basaba en explotaciones poco tecnificadas y en unos agricultores que no tenían experiencias previas en este tipo de agricultura.
Nuestro propósito
Con la puesta en marcha de la Estación Experimental de Las Palmerillas pretendíamos varios objetivos paralelos:
- Por un lado, asegurar que esa riqueza que empezaba a generar la producción de hortalizas no se quedase en una mera anécdota que pudiese retroceder a la situación de secular pobreza que había sufrido la provincia de Almería durante muchas décadas.
- Para seguir creciendo teníamos que ser más competitivos que otras zonas productoras, y para ello el incremento de los rendimientos era fundamental.
- Estábamos en un territorio especialmente árido y escaso en recursos hídricos, por lo que para asegurar la sostenibilidad del modelo teníamos que hacer el mejor uso posible del recurso más escaso: el agua.
- Debíamos contribuir a mejorar el valor obtenido para los productos agrarios, y la actividad productiva tenía que ser complementada con las tareas de manipulación y comercialización hasta poner el producto en los mercados de destino finales.
- Y, por último, que debíamos de realizar una labor de formación y transferencia hacia los agricultores para que todos los nuevos conocimientos se fuesen implementando lo antes posible y de la forma más extensa.
El salto que ha dado el sector agroalimentario de Almería en estos 50 años ha sido espectacular, y la contribución que hemos podido realizar a través de nuestra Estación Experimental ha sido mediante la generación de una cultura y un espíritu muy abierto a la innovación entre los agricultores y los empresarios del sector.
En continua evolución
Con el progresivo crecimiento y desarrollo de la actividad financiera de Cajamar, su expansión hacia otras provincias del Estado español, la diversificación de los sectores agrarios a los que atendemos y el ir abarcando todas las fases de la cadena alimentaria, nos ha llevado a ir ampliando nuestra labor de generar y compartir conocimiento. Y las nuevas tecnologías que han ido apareciendo durante estos años nos ha permitido generar nuevas herramientas.
De esta forma, hemos complementado aquella labor que iniciamos hace 50 años con la Estación Experimental de Las Palmerillas con el Centro de Experiencias de Paiporta (Valencia), el Servicio de Estudios y Publicaciones, una intensa labor de formación técnica y empresarial.
Más recientemente, hemos puesto en marcha Cajamar Innova, nuestra incubadora/aceleradora que pretende impulsar ideas e iniciativas empresariales que aporten soluciones orientadas a mejorar la gestión sostenible del agua y a nuevas tecnologías de producción agroalimentaria; y Plataforma Tierra, con la que aprovechamos las posibilidades que ofrece la digitalización para facilitar nuevas herramientas a los agentes del sector agroalimentario que le ayuden a tomar las mejores decisiones posibles.
Y con ellas esperamos contribuir a consolidar un sector más eficiente, más sostenible, más productivo y más rentable.
Todo esto no hubiese sido posible sin el convencimiento de Cajamar de que a través de la tecnología podemos ayudar al desarrollo de la agricultura española; sin el apoyo y confianza que los agricultores y empresas agroalimentarias han depositado en nosotros; y sin la colaboración de muchos expertos y centros de conocimiento con los que hemos mantenido una fructífera relación.
A todos ellos queremos expresarles nuestro más sincero agradecimiento. Y plantearles el reto de seguir construyendo entre todos la agroalimentación del futuro.
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