12 November 2020
Sostenibilidad y digitalización como estrategias de innovación
La nueva Comisión Europea lanzó, en diciembre de 2019, su propuesta de trabajo para su mandato: el Pacto Verde Europeo, o green deal.
El objetivo general planteado es alcanzar la neutralidad climática en 2050, para lo que consideran necesario reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE entre el 50 y el 55% para 2030.
Para conseguir este objetivo es preciso involucrar a los sectores de:
- La energía
- La industria
- El transporte
- El agroalimentario
- Y a toda la sociedad
Cada uno de los ámbitos de trabajo es abordado en un documento específico. La producción de alimentos es el objetivo de la estrategia de la granja a la mesa, pero también se ve afectada por la estrategia de biodiversidad y por el plan de acción europeo de la economía circular.
Estrategia de la granja a la mesa
La estrategia de la granja a la mesa plantea seis grandes objetivos para el sector agroalimentario:
- Avanzar hacia explotaciones agrarias y hacia cadena de valor climáticamente neutrales
- Reducir las pérdidas de nitrógeno y de fósforo en el conjunto del sistema productivo, hasta un 50%, sustituyendo los fertilizantes de origen fósil por biofertilizantes
- Reducir el uso de fitosanitarios en un 50% en 2030, a través de la introducción de control integrado de plagas
- Reducción del uso de antimicrobianos en el mismo porcentaje y tiempo
- Incrementar la superficie cultivada en condiciones ecológicas hasta un 25% del total de la UE.
- Promover el consumo de dietas saludables y sostenibles a través de la información a los consumidores
Plan de acción de la economía circular
Hay otros objetivos adicionales para la cadena alimentaria derivados de las estrategias de biodiversidad y economía circular: los sistemas alimentarios deben contribuir a restaurar los ecosistemas de la UE y, a la vez, proveer a la sociedad de servicios ecosistémicos; hay que disminuir las pérdidas de alimentos a lo largo de todo el proceso de producción y comercialización; la aplicación de estrategias de ecodiseño es imprescindible para avanzar en la sustitución de envases y plásticos basados en recursos fósiles por otros que tengan un origen renovable.
Detrás de esta línea de trabajo se encuentra la opinión de los ciudadanos europeos, que valoran positivamente los compromisos de la Unión Europea con la mitigación del cambio climático y la protección de la biodiversidad.
La opinión de la sociedad en general, y de los consumidores en particular, también tiene un peso importante en las decisiones de las empresas de distribución de alimentos. La distribución alimentaria se suele adelantar a las propias normas legales a la hora de exigir a sus proveedores determinadas condiciones de producción.
Su objetivo es diferenciarse de su competencia, y en otras ocasiones, no quedarse atrás.
OBJETIVO: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE entre el 50 y el 55% para 2030
¿Cuál es la respuesta a las exigencias de la sociedad?
Nuestro sector agroalimentario siempre ha definido sus estrategias de innovación teniendo en consideración algunos vectores clave, como han sido el mercado, la sociedad, las condiciones de producción y las tecnologías disponibles, tanto en el ámbito de los procesos como en el de la organización.
El mercado de la alimentación es complejo y diverso. En él conviven un gran número de operadores y consumidores cuyas decisiones de compra se basan en el precio, por lo que los productores deben mantener su competitividad por la vía de los costes de producción.
Pero, a la vez, hay muchos nichos de productos para personas que buscan alimentos que promuevan su salud, que les garanticen una nutrición personalizada, o que respondan a sus exigencias de conveniencia. Otras prefieren alimentos naturales, o que garantice el bienestar animal, o que estén libres de productos de origen animal, u otros valores añadidos.
La respuesta a las exigencias de la sociedad requiere, en la actualidad, garantizar que las futuras generaciones van a tener acceso a los mismos recursos naturales de las que disfrutamos nosotros. Y ahí se consideran el acceso al agua de calidad, la disponibilidad del suelo, la calidad del aire, la preservación de la biodiversidad y el mantenimiento de los ecosistemas.
Todo se puede medir a través de las diferentes huellas ambientales de los alimentos, ya sea la huella de carbono o la huella de agua, por ejemplo.
Las condiciones ambientales a las que debe hacer frente la agricultura o la ganadería vienen determinadas por el cambio climático que estamos experimentando.
La modificación del entorno agroclimático, con temperaturas más elevadas y precipitaciones más concentradas en el tiempo, obligará a las producciones, especialmente las más extensivas, a adaptarse al nuevo entorno, con variedades más especializadas y razas más rústicas y resilientes.
Herramientas de mejora en los procesos productivos
Las biología y la biotecnología han puesto a disposición de la cadena alimentaria herramientas para mejorar la eficiencia en los procesos productivos. La mejora genética, junto con la fisiología, la nutrición, la inmunidad o la lucha contra plagas y enfermedades han evolucionado de forma muy rápida en los últimos años.
En los últimos años contamos con herramientas asociadas a la genómica, que nos permiten acelerar los procesos de mejora, tanto en la producción vegetal como en la animal o en la industria alimentaria. También nos facilita el acceso a los sistemas microbianos aplicables desde el suelo al intestino humano.
Por otra parte, la biología fundamental o la ecología nos proporcionan aproximaciones diferentes.
Todas las tecnologías asociadas a la ingeniería han permitido mejoras en la productividad y en la eficiencia en el uso de todo tipo de recursos, desde los naturales a la mano de obra o la energía, etc.
La mecanización, la automatización, y más recientemente, la robotización de todas aquellas tareas en las que se puede sistematizar la toma de decisiones, están ayudando en ese proceso.
En los últimos años hay que añadir, como fuente de datos para su utilización por la cadena de valor, la sensórica, la aviónica y las ciencias del espacio. Todos ellos combinados con las TICsaplicadas a la captura, análisis y procesado de grandes volúmenes de datos, y como fuentes de información de apoyo a la toma decisiones.
Las respuestas a la innovación en la producción de alimentos van a venir dadas por la integración de todas las tecnologías, las tradicionales con las nuevas. La combinación de las ciencias de la vida con las tecnologías de la información y la comunicación, así como la organización y la logística, nos van a permitir desarrollar la agricultura o la ganadería de precisión o la industria 4.0.
El objetivo es similar en todos los casos: utilizar los insumos en la cantidad, el momento y la combinación óptima para conseguir la máxima productividad, mitigando el impacto en el entorno.
Conclusión
La sostenibilidad se ha integrado plenamente en los objetivos de la innovación de la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria. A la vez, la digitalización permitirá hacer realidad una producción ambientalmente neutra manteniendo la competitividad y la adecuación a la demanda.