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¿Es posible reducir el uso de productos fitosanitarios a la mitad para 2030? Una visión agronómica

13 September 2024
Sanidad Vegetal
Manejo de Cultivos
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Envase de fitosanitarios

13 September 2024

Desde su publicación a finales de 2009, la Comisión Europea ha detectado deficiencias en la implementación, aplicación y ejecución de la Directiva sobre Uso Sostenible de Plaguicidas

Posteriormente, en mayo de 2020, la Estrategia Europea 'De la Granja a la Mesa' de la Comisión fijó la necesidad de pasar a un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medioambiente. A partir de ahí se han propuesto varios objetivos específicos, pensando en 2030, relativos a reducir el uso de plaguicidas químicos y, en especial, los más peligrosos, así como el riesgo que conllevan. 

El segundo objetivo es mejorar la disponibilidad de datos de seguimiento, para lo que existen herramientas como el cuaderno digital, en el que los agricultores tendrán que informar de todos los tratamientos, dosis y cantidades empleadas, con el objeto de poder medir esa posible reducción. Si bien hay que recordar que la obligatoriedad de la implantación del cuaderno digital ha sido pospuesta, y que se ha anunciado la retirada de la polémica ley de pesticidas.

 

CX Tierra

Claves para entender la estrategia de reducción  

Cuando nos planteamos, desde una perspectiva global del sector agrario, si es posible reducir el uso de fitosanitarios a la mitad para 2030, las primeras preguntas que nos vienen a la mente son: ¿Por qué el 50 % y no el 30 % o el 20 o el 70%? ¿Cuándo empezó a contar el reloj, en junio de 2022? ¿Afecta por igual a todos los cultivos?

Otra cuestión que nos planteamos es qué punto de partida tomamos como criterio. Hay agricultores o grandes empresas que ya han establecido estrategias eficientes para reducir el uso de fitosanitarios, catalizadas en muchos casos por las diferentes certificaciones de Producción Integrada, Global GAP, Eurep Gap, Producción Ecológica, Biodinámica, Regenerativa, etc. Apoyadas en gran medida en lo que conocemos como Gestión Integrada de Plagas (GIP), que forma parte de ese primer objetivo que comentamos antes, aumentando su aplicación y cumplimiento, al que por ley estamos todos obligados. 

Hay que aclarar que algunas certificaciones impuestas por los supermercados son todavía más restrictivas que la propia Ley, teniendo implantadas las empresas que suministran diferentes estrategias para poder llegar a esos mercados. 

Como consecuencia de todo lo anterior, en los últimos años se vienen prohibiendo numerosos productos fitosanitarios (materias activas). El sector ve con buenos ojos este tipo de medidas cuando es por razones toxicológicas y por cuestiones de seguridad alimentaria y seguridad de los aplicadores. 

Pero también estamos asistiendo a la desaparición de plaguicidas por cuestiones administrativas, porque en ocasiones a la empresa que lo representa no le interesa económicamente defenderlo para mantener su registro, incluso con productos de muy baja toxicidad. Esto tiene como consecuencia la reducción de herramientas requeridas para el control de plagas y enfermedades.

El cuarto objetivo es promover la adopción de nuevas tecnologías, que hay que evaluar y analizar si existen alternativas reales, económicamente viables. 

Alternativas al uso de plaguicidas

Diferentes alternativas al uso de plaguicidas se vienen utilizando desde hace muchos años con resultados muy interesantes, entre los que hay que destacar los distintos métodos de control biológico: el clásico, que, en algunos casos, ha permitido controlar muchas plagas sin recurrir o excluyendo el control químico; y los métodos de control biológico por inundación, que han funcionado muy bien para abordar plagas en cultivos hortícolas bajo invernadero, planta ornamental, viveros de frutales, implantado de forma masiva en los invernaderos de Almería, así como en la producción hortícola del área mediterránea. 

Existen empresas que tienen 'fábricas de bichos' (biolabs), algunas de ellas de capital nacional como Agrobio, internacionales como Koppert, y otras que nos suenan como vendedoras de fitosanitarios como Syngenta, que suministran diferentes artrópodos, que se sueltan para controlar distintas plagas, con una tecnología y conocimiento integral de su manejo, que han contribuido a la reducción del uso de fitosanitarios de manera significativa. 

 

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En los últimos años estamos asistiendo incluso al estudio y suelta de estos bichos en cultivos al aire libre, para el control de plagas en los cultivos anteriormente citados bajo invernadero, frutales y jardinería. 

En cultivos al aire libre se está avanzando, en fórmulas para la mejora de la biodiversidad, apoyados cada vez más en los métodos de control biológico por conservación, con las estrategias de producción integrada, que ha permitido en los últimos 40 años reducir notablemente el uso de plaguicidas. 

 

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Estas estrategias se están implementando con la implantación de infraestructuras verdes, como es el establecimiento de setos vivos, cubiertas vegetales entre hileras en frutales, islas de biodiversidad, hoteles para insectos y murciélagos.

Cada vez se conoce mejor la repercusión que tiene la implantación de sistemas de semiforzado para reducir la presencia de plagas, malas hierbas y transmisión de virosis, como es el uso de acolchados, microtúneles, cubiertas flotantes, utilizando materiales como el polipropileno no tejido, plásticos, cultivos bajo malla en diferentes cultivos hortofrutícolas, que también incide en la reducción del uso de plaguicidas.

 

Cubiertas Vegetales Paiporta
Ensayos en el Centro de Experiencias Cajamar en Paiporta (Valencia).

 

Los métodos biotecnológicos como el uso de feromonas de atracción y muerte, captura masiva, confusión sexual, en la medida en la que económicamente son viables, se van implantado en control de plagas como la polilla de la vid, de lepidópteros en cultivos como el maíz, arroz, frutales, etc. 

En plagas como el piojo rojo en cítricos, cotonets, barrenetas, etc., hay numerosas empresas proveedoras de estos productos como SEDQ, Suterra, AO Midori u Open Natur, que desarrollan líneas de investigación para obtener nuevas moléculas y así abrir el abanico de posibilidades. Para reforzar el control de las plagas, tan importantes como de la mosca de la fruta o del olivo, se pueden simultanear otras estrategias como la cría y suelta de machos estériles para su control, que se realiza con avioneta, para intentar reducir la población de moscas silvestres.

No podemos olvidar la contribución de la mejora genética, en la búsqueda de nuevas variedades resistentes a plagas y enfermedades y mejor adaptadas al entorno, así como la combinación con portainjertos utilizados no solo en fruticultura, sino también en horticultura, con ejemplos como la sandía, tomate y otros cultivos como melón, pimiento, etc. 

 

 

Todas estas técnicas analizadas por separado están contribuyendo a reducir el uso de fitosanitarios. Quizás un mayor esfuerzo en soluciones integradoras, junto con las nuevas tecnologías como diferentes técnicas de digitalización, ayuden a resolver nuevos problemas que van surgiendo en el control de plagas y enfermedades emergentes y de nueva introducción. 

Estas requieren por ahora de tratamientos químicos repetitivos y que ponen al límite el uso de fitosanitarios, sin resolver claramente el problema, para lo cual es necesario un cambio de paradigma, que requiere de líneas de investigación, experimentación y demostración que convenza al sector agrícola.

En ese sentido, en los Centros Experimentales de Cajamar se están consiguiendo resultados muy interesantes, con los que consideramos se contribuirá a la mejora de la innovación en el control de plagas y enfermedades de forma más sostenible.

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