22 December 2022
La nueva Política Agraria Común (PAC) que entrará en vigor en 2023 supondrá una serie de cambios en el uso de fitosanitarios y fertilizantes, dos sectores que además se han visto impactados por el aumento de los costes de producción desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Una de las novedades de la PAC son los ecoesquemas, unas ayudas ligadas a prácticas ambientales como la siembra directa y las cubiertas vegetales, propias de la agricultura de conservación.
Más requisitos ambientales
Fuentes de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla) se muestran a favor de los ecoesquemas, aunque critican la prohibición de los herbicidas en el manejo de las cubiertas, salvo autorización excepcional expresa, porque se elimina una herramienta "segura ambientalmente".
La patronal reconoce que el nuevo registro de los datos de uso de insumos en el Cuaderno de Explotación Digital puede ayudar a mejorar el empleo de tecnologías de precisión y la gestión integrada de plagas.
Sin embargo, expresa su preocupación por la propuesta de la Comisión Europea de recortar a la mitad la utilización de pesticidas químicos para 2030, un objetivo "poco realista" incluido en el Pacto Verde Europeo que impactará "negativamente" en la agricultura española y europea.
En el caso de los fertilizantes, la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (Anffe) considera que la condicionalidad reforzada que deben cumplir los agricultores a nivel ambiental conllevará menos aportes de fertilizantes y, por tanto, menor productividad agrícola.
Los productores deberán tener un plan de abonado para determinados cultivos y podrán dedicar un porcentaje de sus tierras a elementos productivos o espacios de biodiversidad si se acogen a ciertos ecoesquemas.
Anffe aboga por conciliar los requisitos medioambientales de la UE con la seguridad alimentaria de la UE, asegurando el suministro adecuado de alimentos a precios asequibles.
El coste de la guerra
Aunque el sector de los fitosanitarios no ha detectado problemas de suministro de fitosanitarios a consecuencia de la guerra en Ucrania, sí ha visto encarecerse ciertos productos por los cuellos de botella en el comercio internacional y el mayor coste de combustibles y transporte.
Una industria que sí está sufriendo los efectos del conflicto es la de los fertilizantes, debido a la escalada de precios del gas natural, principal materia prima de los abonos nitrogenados
Fuentes de la patronal Anffe apuntan que, al incremento del precio de la energía y la electricidad, se suma el de algunas materias primas, lo que ha elevado los costes de producción y reducido su poder competitivo.
Dado el importante papel que tienen los fertilizantes en la producción agrícola y la alimentación, es "fundamental" contar en España con una industria fabricante de fertilizantes fuerte, que pueda seguir abasteciendo productos a los agricultores, aseguran las fuentes.
Anffe llama a garantizar un suministro estable y a precios asequibles de gas natural y otras materias primas para la industria de fertilizantes, así como mecanismos de ayuda a nivel europeo.
Desde la patronal europea del sector Fertilizers Europe, su director general, Jacob Hansen, subraya que un 30 % de las plantas de producción de la UE siguen cerradas y se están importando grandes volúmenes de fertilizantes de otros países como Rusia.
Hansen advierte del riesgo de que la UE caiga en la dependencia de los fertilizantes rusos, que no están sujetos a sanciones europeas directas, pero sí tienen dificultades para operar.
El responsable reclama ayudas a corto plazo para volver a operar en todas las fábricas con precios competitivos de gas natural y una estrategia a largo plazo para garantizar la producción europea de fertilizantes, clave para la autonomía estratégica y la seguridad alimentaria de la UE.