11 July 2023
Alrededor del 38 % de la superficie terrestre del mundo se destina a labores agrícolas. De ellas, un tercio va destinado directamente al cultivo y los dos restantes son usados como pastizales para el pastoreo. Además, cuanto mayor es la demanda de alimentos, más crece la presión sobre la tierra.
En la actualizad existe una mayor preocupación global por el componente medioambiental y la lucha por la equidad social. Por ello, se hace más esencial que nunca entender y adoptar prácticas más sostenibles y justas.
Dentro de este contexto encontramos la agroecología, un movimiento que está ganando terreno con el objetivo de cumplir esas demandas: ofrecer un método más amable con el medioambiente y más equitativo para la sociedad.
Además, está considerada como una posible respuesta para guiar la transformación sostenible de nuestros sistemas alimentarios y alcanzar los ODS de la Agenda 2030.
Qué es la agroecología
Según la FAO: “La agroecología es una disciplina científica, un conjunto de prácticas y un movimiento social".
La agroecología es un sistema integrado que combina ciencia, práctica y movimientos sociales para promover formas de agricultura sostenibles y equitativas. Estudia como interactúan los componentes de un ecosistema y busca implementar prácticas sostenibles que optimicen y estabilicen la producción.
Además, tiene como objetivo abarcar la sostenibilidad desde un punto de vista integral en la sociedad, promoviendo la justicia social, la identidad y la cultura y preservando la económica de las zonas rurales.
Según la presidenta de la Sociedad Española de Agroecología (SEAE), Concha Fabeiro, los proyectos agroecológicos confrontan con la agricultura industrializada, pues afirma que su único objetivo es aumentar la producción de alimentos, descuidando otros aspectos medioambientales y socioculturales que sí integra la agroecología.
Diferencia entre agroecología y agricultura ecológica
A menudo suelen confundirse ambos términos, ya que son dos tendencias que se superponen y pueden generar confusión.
- La agricultura ecológica es una práctica, un conjunto de técnicas agrícolas y ganaderas que se caracterizan por evitar el uso de fertilizantes, pesticidas u otros insumos químicos, con el objetivo de promover y mejorar la salud de los agroecosistemas, teniendo en cuenta la biodiversidad, los ciclos biológicos y la propia actividad biológica del suelo.
- La agroecología, aunque también se centra en la sostenibilidad y la reducción de insumos químicos, va un paso más allá. No es una práctica en sí misma, aunque aborda prácticas agrícolas sostenibles, pero el hecho es que también considera la agricultura desde una perspectiva social, económica y cultural.
Las ideas de la agroecología han inspirado una amplia gama de prácticas agrícolas y ganaderas, entre las que encontramos la agricultura ecológica.
Cuáles son los principios de la agroecología
Según la FAO, existe un decálogo que se basa la agroecología y que sirven de base para su implementación son:
- Diversidad: la agroecología promueve la diversificación de cultivos para mejorar la productividad y la resiliencia. Esto puede incluir la rotación de cultivos, el cultivo intercalado o la policultura, entre otros.
- Creación conjunta e intercambio de conocimientos: defiende la combinación de los conocimientos tradicionales y experiencias locales de los agricultores con los conocimientos científicos mundiales y de la industria y los mercados para conseguir las mejores prácticas agrícolas adaptadas a cada entorno.
- Sinergias: se busca diseñar sistemas agrícolas que imiten los ecosistemas naturales, promoviendo interacciones beneficiosas entre las diferentes especias de plantas y animales presentes en el agroecositema, como la asociación de cultivos, la polinización natural o el control biológico de plagas.
- Eficiencia: se busca que las prácticas agroecológicas produzcan más con menos recursos, mejorando el uso de los recursos naturales, especialmente aquellos que son abundantes como la radiación solar, el carbono o el nitrógeno atmosférico.
- Reciclaje: enfatiza el reciclaje de nutrientes y energía en los cultivos, en lugar de introducir inputs externos. Esto implica, por ejemplo, el uso de los residuos de la granja y cultivos de cobertura para mantener y mejorar la fertilidad del suelo.
- Resiliencia: a través de la diversificación se busca mejorar la resiliencia de las personas, las comunidades y los ecosistemas, es decir, su capacidad para recuperarse de las perturbaciones, en particular de fenómenos meteorológicos extremos como la sequía o las inundaciones y para resistir el ataque de plagas y enfermedades.
- Valores humanos y sociales: se centra en los valores humanos y sociales, como por ejemplo la dignidad, la equidad, la inclusión y la justicia, los cuales contribuyen a la dimensión de los ODS relativa a la mejora de los medios de vida.
- Cultura y tradiciones alimentarias: la agroecología desempeña un papel importante con vistas a lograr un equilibrio entre la tradición y los hábitos alimentarios modernos, de forma que se cultive una relación saludable entre las personas y la alimentación, se contribuya a la seguridad alimentaria y se mantenga la salud de los ecosistemas.
- Gobernanza responsable: se necesitan mecanismos de gobernanza transparentes, inclusivos y que rindan cuentas para poder crear un entorno favorable que ayude a los productores a transformar sus sistemas siguiendo conceptos y prácticas agroecológicas.
- Economía circular y solidaria: busca volver a conectar a productores y consumidores a través de una economía circular y solidaria, la cual priorice los mercados locales apoyando su desarrollo sostenible e inclusivo.
Beneficios de la agroecología
La agroecología tiene un gran potencial para alimentar al mundo de manera sostenible. Si bien requiere cambios en la forma en la que pensamos sobre la agricultura y la economía, la evidencia sugiere que puede ser tan productiva como los métodos convencionales. Algunos de los beneficios que puede aportar son:
- Aumenta la sostenibilidad ambiental, al reducir la dependencia de productos químicos nocivos, minimizando su impacto en el medio ambiente y la salud humana.
- Mejora la fertilidad y salud del suelo, evitando productos químicos agresivos.
- Aumenta la seguridad alimentaria y la resiliencia, pues los sistemas agroecológicos son más resistentes a las perturbaciones y a la condiciones climáticas extremas.
- Promueve dietas saludables y sostenibles.
- Preserva las culturas locales y los sistemas de conocimiento tradicionales.
- Ayuda a proteger la biodiversidad al promover técnicas de cultivo que respetan y mantienen los ecosistemas naturales.
- Favorece la equidad social con sistemas de producción justos, que respetan los derechos de los agricultores y fomentan su autonomía.
Qué tipos de prácticas agroecológicas existen
Los sistemas de producción agroecológicos representan un enfoque holístico hacia la agricultura que busca trabajar con la naturaleza, en lugar de luchar contra ella.
Al integrar principios ecológicos surgen diferentes sistemas de producción agroecológicos, como por ejemplo:
- Agricultura orgánica/ecológica: probablemente la forma más conocida de la agroecología. Se caracteriza por evita el uso de pesticidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos, en favor de técnicas naturales de gestión de plagas y nutrientes.
- Permacultura: es un sistema de diseño agrícola que busca crear sistemas de cultivo autosuficientes y sostenibles que imiten los patrones de los ecosistemas naturales. La permacultura integra plantas, animales, paisajes y personas en una productividad y ecología sinérgica. Va más allá de la agricultura y abarca el diseño de asentamientos humanos sostenibles en general.
- Agroforestería: este sistema se centra principalmente en la integración de árboles, arbustos y plantas en los sistemas agrícolas. Busca aprovechar sus beneficios de los árboles, como la sombra, la producción de frutas o maderas, la captura de carbono y la mejora del suelo.
- Agricultura biodinámica: esta forma de agroecología busca la sostenibilidad a través de la armonía entre el hombre y la tierra. Los dos rasgos principales de la agricultura biodinámica son el uso de preparados medicinales para el suelo, a partir de plantas y minerales y la posición de los astros, es decir, tiene en cuenta los ciclos cósmicos como las fases de la luna y la posición de los planetas para marcar las épocas de siembra, cosecha, etc.
- Agricultura de conservación: se centra en la conservación del suelo, el agua y los recursos. Sus prácticas se basan en minimizar la perturbación del suelo, manteniéndolo con una cobertura vegetal permanente y en practicar una rotación diversa de cultivos para mejorar su salud y la fertilidad.
- Agricultura regenerativa: esta práctica pone especial énfasis en la regeneración y mejora del suelo y de los ecosistemas. La agricultura regenerativa no solo pretende preservar la salud y fertilidad del suelo, sino restaurar la de aquellos ecosistemas ya deteriorados.
- Silvopastura: es un sistema que integra los árboles, el forraje y el ganado en la misma área. Los árboles proporcionan sombra y pueden ayudar a mejorar la salud del suelo, mientras que el ganado ayuda a controlar las malezas y la fertilización del suelo.
La agroecología en España
La agroecología en España ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años y se ha convertido en un movimiento importante dentro del sector agrícola.
En cuanto a producción agroecológica, España es uno de los líderes en Europa, con 2.635.442 hectáreas destinadas a la producción ecológica, un 10,8 % de la superficie agraria útil, según los últimos datos de MAPA.
Esta tendencia está respaldada por una creciente demanda de alimentos ecológicos por parte de los consumidores españoles y europeos.
En el ámbito académico, universidades como la Universidad de Córdoba y la Universidad Politécnica de Madrid ofrecen programas de estudios en agroecología
A nivel regional, organizaciones como la Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Agroecología (SEAE) promueven la investigación, la formación y la divulgación en el campo de la agroecología.
Sin embargo, aún existen desafíos para la agroecología en España. Estos incluyen la falta de apoyo político y financiero, la dificultad de acceso a la tierra para los nuevos agricultores y la competencia con los sistemas de producción de alimentos industriales.
A pesar de estos desafíos, el movimiento agroecológico en España continúa creciendo, impulsado por una creciente conciencia de la necesidad de sistemas de producción de alimentos más sostenibles y justos.