
17 March 2025
Resumen
El año 2025 comenzó con una subida en los precios de los productos lácteos, impulsada sobre todo por el queso, que aumentó un 7,6 % en enero debido a una mayor demanda internacional. En contraste, la mantequilla y la leche en polvo bajaron de precio por el exceso de stock en Europa y una menor demanda en las exportaciones.
El mercado sigue marcado por la incertidumbre. En EEUU, las nuevas restricciones comerciales y el brote de gripe aviar en el ganado podrían afectar las exportaciones. Aun así, se espera que la producción de leche crezca en varios países como EEUU, Argentina y Nueva Zelanda, mientras que en la Unión Europea habrá un leve descenso debido a costes más altos y regulaciones ambientales. China, por su parte, intenta reducir sus compras de leche en polvo al impulsar su producción local, que descendió en los últimos meses de 2024, mientras que Brasil y Corea del Sur están aumentando su demanda de productos lácteos.
En Europa, la producción de leche creció un 0,7 % en 2024, con España destacando con un aumento del 2 %, superando la media del continente. Alemania y Países Bajos han reducido su producción, mientras que Francia e Italia han mostrado signos de recuperación. La demanda de queso sigue en ascenso, con un crecimiento del 4 % desde 2022, aunque se está ya ralentizando, consolidándose como el producto lácteo más estable y rentable.
En España, la producción de leche de vaca ha crecido ligeramente, aunque la de oveja y cabra sigue en descenso. A pesar de que en el vacuno el número de reproductoras sigue reduciéndose, la mejora en la eficiencia ha permitido mantener la producción estable a lo largo de estos años. En el comercio, las importaciones de lácteos crecieron un 3 % en 2024, con el queso representando la mayor parte de las compras. Sin embargo, aunque las exportaciones han aumentado en mercados clave como EEUU y Portugal, la desaceleración de los últimos meses ha ampliado el déficit comercial del sector, que alcanzó los 1.188 millones de euros en 2024.
Mercado internacional
A inicios de 2025, los precios agrícolas han mostrado variaciones significativas, con un impacto directo en el sector lácteo. En particular, los cereales, fundamentales para la alimentación del ganado, han registrado un ligero incremento. En enero, el índice de precios de los cereales de la FAO aumentó un 0,3 % respecto a diciembre, alcanzando los 111,7 puntos, aunque sigue siendo un 6,9 % inferior al registrado hace un año.
El precio del trigo se mantuvo estable inicialmente debido a la baja demanda de importaciones; sin embargo, desde febrero ha comenzado a repuntar ante la reducción de exportaciones desde el Mar Negro y la preocupación por las heladas que podrían afectar la próxima cosecha en Rusia. En contraste, los precios del maíz han mantenido una tendencia al alza debido a la escasez estacional de oferta y las condiciones climáticas adversas en Argentina y Brasil.
Por el contrario, la soja, la buena producción de Brasil y Argentina está estabilizando la oferta, lo que podría evitar aumentos de precios a pesar de la alta demanda.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO también inició el año al alza, con un incremento mensual del 2,4 % en enero, situándose en 142,9 puntos, lo que representa un aumento del 20,4 % en comparación con el mismo mes de 2024.
Aunque la diferencia respecto al año pasado se explica en gran parte por el fuerte incremento en el precio de la mantequilla y, en menor medida, del queso, el crecimiento más reciente ha estado impulsado principalmente por el encarecimiento de este último (+7,6 % mensual). Este aumento responde a una mayor demanda internacional y a un repunte en las ventas internas de los principales países productores. En contraste, la mantequilla y la leche en polvo registraron caídas, afectadas por la acumulación de existencias en Europa debido a la debilidad del consumo local y la reducción de exportaciones.
El buen desempeño del mercado del queso ha permitido la recuperación de los precios de la leche en Europa, mientras que los productos lácteos en Oceanía mantienen su fortaleza. En Nueva Zelanda, la leche en polvo descremada se mantiene cerca de sus niveles más altos de noviembre, lo que ha llevado a las cooperativas a aumentar sus previsiones de pago a los productores. A pesar de la reciente subida de precios, el interés internacional por este producto sigue en aumento, a la espera de novedades sobre los aranceles de EEUU.
En contraste, el precio de la leche en EEUU ha mostrado una mayor volatilidad entre 2024 y principios de 2025. Hasta julio de 2024, los precios cayeron debido a una producción elevada y una demanda débil, tanto en el mercado interno como en las exportaciones. Sin embargo, los menores costes de alimentación ayudaron a sostener la oferta.
Entre julio y octubre, los precios repuntaron debido a la reducción estacional de la producción provocada por el calor y al incremento de las ventas, especialmente en el mercado exterior. No obstante, desde noviembre, los precios volvieron a descender debido a la recuperación de la producción, que superó los niveles del año anterior, a la apreciación del dólar y al temor a guerras arancelarias, considerando que EEUU exporta el 20 % de su producción.
En 2025, el mercado lácteo enfrenta una gran incertidumbre por dos factores clave: los aranceles de Trump y el brote de gripe aviar en EEUU. Las nuevas restricciones comerciales podrían afectar las exportaciones de productos lácteos a escala global. Al mismo tiempo, la propagación del virus H5N1 en el ganado bovino aunque ha afectado a muy pocas explotaciones, sí que está encareciendo los costes para los productores. Si la crisis sanitaria se agrava o las barreras comerciales se endurecen, el equilibrio del mercado lácteo global podría verse seriamente afectado, con posibles alzas de precios y cambios en los principales exportadores.
Estas incertidumbres todavía no se recogen en las últimas proyecciones del Departamento de Agricultura de los EEUU (USDA) para 2025, que esperan un crecimiento moderado de la producción de lácteos en la mayoría de los países exportadores, con un enfoque en productos de mayor valor agregado y una mayor eficiencia en la producción.
La producción de leche en Estados Unidos tendrá un leve incremento debido a mejoras en eficiencia y tecnología en las granjas. En Argentina, se espera una recuperación del 4,7 % tras un año difícil causado por la sequía. Australia también verá un crecimiento, aunque más limitado debido a las condiciones climáticas secas que han afectado la disponibilidad de pasto. Nueva Zelanda aumentará su producción en un 0,9 %, impulsada por mejores precios para los productores. En la Unión Europea, la producción disminuirá 0,2 % debido a nuevas regulaciones ambientales y altos costes operativos.
La producción de queso seguirá en ascenso. En Estados Unidos, se espera un aumento del 1,8 %, gracias a la expansión de plantas procesadoras y una demanda creciente tanto a nivel local como internacional. La Unión Europea continuará liderando la producción de queso, con un crecimiento del 0,4 %, ya que las procesadoras priorizan este producto por su rentabilidad. Nueva Zelanda y Australia también producirán más queso para abastecer el mercado asiático y latinoamericano.
La producción de mantequilla tendrá una leve disminución en la Unión Europea, ya que más leche se destinará a la producción de queso. En cambio, en Nueva Zelanda, la producción de mantequilla aumentará debido a la creciente demanda en China y Estados Unidos.
La producción de leche en polvo tendrá variaciones según el país. En Estados Unidos, se espera un crecimiento del 3 % en la producción de leche en polvo desnatada (SMP), aunque enfrentará una competencia creciente de la Unión Europea. Nueva Zelanda seguirá dominando la producción de leche en polvo entera (WMP), con un aumento del 2,8 %, en respuesta a la mayor demanda en el Sudeste Asiático y América Latina. En China, el gobierno subsidiará la producción local de leche en polvo, reduciendo su necesidad de importar, aunque los datos de producción de 2024 han sido peores de lo esperado.
Según el USDA, el comercio de lácteos en 2025 estará marcado por la competencia entre los principales exportadores y la evolución de la demanda en los mercados clave. Nueva Zelanda, la UE y Estados Unidos mantendrán su liderazgo en la exportación de productos lácteos, mientras que China reducirá sus importaciones, aunque otros mercados de Asia cobrarían mayor relevancia.
En exportaciones, Estados Unidos seguirá liderando la venta de suero de leche de alta proteína, con una creciente demanda en China y otros países asiáticos. También aumentará la exportación de queso, impulsada por una mayor demanda en el Sudeste Asiático, el Medio Oriente y México, aunque las compras globales de este último podrían desacelerarse debido a un incremento en la producción local. Nueva Zelanda y la Unión Europea seguirán dominando las exportaciones de queso y mantequilla, con una fuerte presencia en Japón y el Medio Oriente.
Las exportaciones europeas de queso a EEUU en 2025 podrían verse afectadas por nuevos aranceles del 25 % que la administración de Donald Trump tiene previsto introducir a partir del 2 de abril. Aunque se esperaba un crecimiento, la medida amenaza productos como el Parmigiano Reggiano y el Grana Padano, recordando el impacto negativo de aranceles similares en el pasado.
Las exportaciones de queso europeas a los EE. UU. alcanzaron en 2024 los 1.300 millones de euros, un 11% más que en 2023 y un 15 % de las exportaciones fuera de la UE. Casi un 40 % de estas exportaciones fueron italianas, un 17 % francesas y 9 % eespañolas.
A esto se suman las posibles represalias comerciales de China debido a los aranceles impuestos al coche eléctrico fabricado en su territorio. Aunque aún no se han establecido aranceles específicos, existen investigaciones en curso sobre presuntos subsidios a la producción de queso en ocho países, entre ellos Italia e Irlanda. Cabe destacar que España no figura entre los investigados.
En el mercado de leche en polvo, Nueva Zelanda será el principal proveedor de leche en polvo entera, con una demanda estable en Argelia, Indonesia y Vietnam. La Unión Europea y Estados Unidos competirán en la exportación de leche en polvo desnatada, con ventaja para la UE en mercados cercanos como el Norte de África, pero también en el Sudeste Asiático.
China reducirá su compra de leche en polvo debido al fortalecimiento de su producción interna con apoyo gubernamental, aunque seguirá dependiendo de queso y mantequilla importados, principalmente de Nueva Zelanda y la Unión Europea, por la preferencia del mercado por productos extranjeros.
En Latinoamérica, México se mantendrá como el mayor importador de productos lácteos de Estados Unidos de queso y leche en polvo desnatada, aunque reducirá de forma importante las compras de mantequilla de otros destinos. Brasil experimentará un fuerte incremento en la compra de leche en polvo entera, con un aumento del 75 %, pasando de 165 mil a 289 mil toneladas, por la creciente demanda de productos procesados. En contraste, Argentina mantendrá niveles bajos de importación.
En Asia, el crecimiento de la demanda de queso será significativo. Corea del Sur registrará el mayor aumento absoluto, con 15 mil toneladas adicionales (10,7 %), mientras que China aumentará sus importaciones en 5 mil toneladas, consolidando su demanda de quesos de alta calidad. En el Sudeste Asiático, Indonesia, Filipinas y Vietnam, grandes importadores de esta región, seguirán aumentando sus compras de leche en polvo y queso, debido al crecimiento del consumo de productos lácteos en la región.
En África, Argelia tendrá el mayor crecimiento absoluto en la importación de leche en polvo entera, con 29 mil toneladas adicionales, lo que la convierte en un mercado clave para los exportadores.
En conjunto, a pesar de la reducción de compras global de lácteos en algunos países como México, el crecimiento en Corea del Sur, China, Brasil y Argelia compensará esta caída, beneficiando a los principales exportadores, especialmente Nueva Zelanda, la Unión Europea y Estados Unidos.
Producción europea
En el panorama de entregas en Europa, España ha mantenido una tendencia de crecimiento moderado, con un aumento del 2 % en comparación con el año anterior. Este incremento la sitúa en una posición estable dentro del conjunto de grandes productores, aunque sigue lejos de alcanzar los volúmenes de Alemania, Francia e Italia. En 2024, España produjo 7.53 millones de toneladas de leche, lo que representa aproximadamente el 5 % del total de la Unión Europea.
Alemania, que sigue siendo el mayor productor, ha registrado una ligera caída del 1 %, con un volumen total de 32,22 millones de toneladas. Algo similar se observa en Países Bajos, el tercer productor, que ha reducido sus entregas en un 2 %, situándose en 13,76 millones de toneladas. En contraste, Francia ha experimentado un leve crecimiento del 1 %, alcanzando 23,83 millones de toneladas, mientras que Italia ha sido la que más ha aumentado, con un 3 % más, sumando un total de 13,05 millones de toneladas.
En términos globales, la producción europea ha crecido un 0,7 % en 2024, alcanzando casi 148 millones de toneladas de leche. España, con su incremento del 2 %, se encuentra por encima de la media europea, consolidando su papel como uno de los principales productores dentro de la UE.
Aunque la producción de leche en la Unión Europea se ha mantenido estable como bloque, las diferencias entre países son cada vez más marcadas. Alemania y los Países Bajos, que en 2023 habían iniciado una recuperación tras el desplome del año anterior, han mostrado signos de agotamiento en 2024 y concentran las mayores caídas en la producción. En Alemania, el descenso se ha acelerado en los últimos meses, debido a la incertidumbre en torno a las posibles nuevas regulaciones ambientales y de bienestar animal y un menor consumo. En los Países Bajos, la reducción responde más a factores estructurales, con políticas nacionales que han limitado la producción ganadera y restringido la expansión del sector por razones medioambientales.
Francia, ha sido el único gran productor que ha reducido su producción de manera sostenida en la última década. No obstante, en el último año ha logrado frenar su caída e incluso registrar un leve crecimiento. Italia, por su parte, ha sido el país con mayor crecimiento en los últimos diez años, gracias a la fuerte demanda de productos lácteos de calidad diferenciada. Ya ha recuperado los niveles de 2022 y, aunque lideró el crecimiento en los primeros seis meses de 2024, parece haber alcanzado un punto de estabilidad. España también está cerca de recuperar los niveles de 2022, consolidándose como otro de los pocos países con una producción en ascenso y desmarcándose del declive que afecta a otros grandes productores.
La evolución de las entregas de leche en Europa ha estado estrechamente vinculada al precio de la leche cruda y al coste de producción. Hasta mediados de 2023, los precios en origen sufrieron una caída significativa, impulsada por la reducción del consumo debido a la inflación general. No obstante, el descenso del coste de la alimentación del ganado, que se prolongó hasta comienzos de 2024, junto con la recuperación de los precios de la leche desde mediados de 2023, permitió que la producción europea se reactivara a lo largo de ese año.
Sin embargo, en el primer tramo de 2024 surgieron incertidumbres, ya que los precios de la leche volvieron a caer varios puntos. A pesar de ello, la recuperación progresiva de los precios, aunque con diferencias entre países, ha favorecido un repunte de la oferta desde el verano, aunque sin alcanzar los niveles máximos de 2022. En la actualidad, esta tendencia alcista parece haberse detenido, lo que sugiere un posible cambio de dirección en el mercado.
En España, los precios bajaron ligeramente a comienzos de 2024, pero tras recuperarse en parte tras el verano, muestran ahora mayor estabilidad. En Francia e Italia, la evolución ha sido similar, con una leve recuperación desde la primavera, aunque Italia sigue manteniendo precios más altos en comparación con otros países del sur de Europa.
Por otro lado, Alemania y Países Bajos experimentaron caídas más pronunciadas a finales de 2023, pero en los últimos meses el precio de la leche ha crecido más allí que en España o Francia. Sin embargo, los precios en el norte de Europa están empezando a estabilizarse o a retroceder, al igual que el precio al contado en Italia, reduciendo así la brecha con otros países.
Aunque el sector se ha mantenido estable recientemente, su futuro sigue siendo incierto, ya que todo dependerá de cómo evolucionen la demanda y los costes en los próximos meses. Sin embargo, si miramos el número de novillas, vemos que la tendencia sigue siendo desigual. Según los datos de diciembre de 2024, en comparación con el año anterior, ha habido un aumento del 1,5 % en Francia y del 2,5 % en España, mientras que en Holanda y Alemania ha disminuido un 1,5 % y un 3,7 %, respectivamente.
Esta situación está estrechamente vinculada al mercado de la carne, donde la producción se está reduciendo a un ritmo más acelerado que el consumo, lo que mantiene los precios elevados. No obstante, la demanda se resiente especialmente en países como Alemania.
La evolución de los precios está estrechamente vinculada al incremento de la demanda de queso en Europa y al aumento de sus exportaciones, que han crecido más de un 4 % desde 2022. Actualmente, este producto representa más del 30 % del consumo total de productos lácteos, medido en equivalentes lácteos, y junto con la mantequilla, concentra el 50 % de la producción total de derivados lácteos.
Según estimaciones de la Comisión Europea y el USDA, la demanda interna de queso podría haber aumentado un 2 % en 2024, lo que ha ayudado a compensar la leve reducción en el consumo de mantequilla y ha contribuido al mantenimiento del equilibrio en el sector lácteo.
Estos cambios en la demanda han tenido un impacto directo en la producción de distintos productos lácteos, con un notable incremento en la elaboración de queso y una recuperación significativa de los yogures. En menor medida, la producción de leche líquida también ha crecido, mientras que la fabricación de mantequilla y leche en polvo ha seguido una tendencia descendente.
La mantequilla, que en 2023 experimentó una fuerte recuperación gracias a un aumento del 14 % en las exportaciones que tuvo su impacto en los precios hasta mediados de este año, ha logrado mantener ese nivel en 2024. Esto ha permitido amortiguar el impacto de la caída en el consumo interno y evitar un descenso significativo en la producción, aunque los precios hayan disminuido ligeramente desde el verano.
En cuanto a la leche desnatada, su demanda parece haberse estancado. Sin embargo, es posible que el consumo interno no haya caído tanto como sugieren las cifras de producción, ya que parte del mercado podría haberse compensado con una reducción en las exportaciones fuera de la UE, que en 2024 registraron una caída del 7 %.
La disminución de las entregas de leche en los Países Bajos ha tenido un impacto visible en la producción de queso, que en los últimos seis meses podría haber retrocedido hasta dos puntos. En Alemania, aunque la producción de queso sigue siendo fuerte, también se empieza a notar un cambio de tendencia.
En España, como veremos más adelante, la producción no ha logrado despegar, pese al incremento de la producción, en parte debido a la fuerte competencia de las importaciones provenientes de estos países. No obstante, el mayor aumento del precio de la leche en otros países en los últimos meses permitirá disminuir la dependencia exterior paulatinamente.
Las previsiones para 2025 en el mercado europeo muestran diferencias entre la Comisión Europea y el USDA, especialmente en el caso de la mantequilla. Ambos coinciden en que su producción y consumo caerán, aunque la Comisión estima descensos más moderados que el USDA. Sin embargo, la mayor discrepancia está en las exportaciones: mientras la Comisión prevé una caída del 2 %, el USDA estima un crecimiento del 1,8 %, lo que refleja diferencias en las expectativas sobre la demanda externa.
Para el queso, las estimaciones son más uniformes. Se espera un ligero crecimiento en la producción, el consumo y las exportaciones, con valores similares en ambas instituciones. En general, el queso muestra mayor estabilidad, mientras que la evolución de la mantequilla sigue siendo más incierta, sobre todo en los mercados internacionales.
En resumen, mientras que el queso muestra una evolución más predecible, con precios en equilibrio o con leves aumentos, el mercado de la mantequilla sigue siendo más incierto. La clave estará en cómo evolucionen las exportaciones y en qué medida la oferta interna pueda adaptarse a los cambios en la demanda.
El mercado en España
- Producción y elaboración
En el último año, la producción de leche en España ha mostrado tendencias muy distintas según el tipo de ganado. Mientras que la leche de oveja y de cabra han registrado una disminución progresiva, la leche de vaca ha mostrado una leve recuperación en los últimos meses.
Si tomamos como referencia el año 2020, la producción de leche de oveja se situaba un 8 % por encima a principios de 2023. Sin embargo, a lo largo del último año ha experimentado un descenso progresivo, cerrando 2024 con un nivel un 10 % inferior al año 2020. Esta caída ha sido especialmente marcada en los últimos meses, lo que refleja una reducción constante en la producción.
La leche de cabra ha seguido una evolución similar. A comienzos de 2023, su producción estaba casi un 12 % por debajo de la referencia del año 2020, y a finales de 2024 ha descendido aún más, situándose un 16 % por debajo. La tendencia descendente ha sido clara en los dos últimos años, y aunque parecía haberse estabilizado a principios del año pasado, volvió a caer en el último tramo del año.
En contraste, la leche de vaca ha mostrado una evolución diferente. A principios de 2023, su producción se encontraba un 1,6 % por debajo de los niveles del año 2020, pero a lo largo de 2024 ha ido recuperándose progresivamente. En los últimos meses, ha logrado superar la referencia, cerrando el año un 0,2 % por encima de los niveles del 2000.
Si lo medimos en términos interanuales, la producción de leche de oveja ha caído un 10 %, consolidando su tendencia descendente, mientras que la leche de cabra ha registrado una disminución más moderada del 2 %. En contraste, la producción de leche de vaca ha aumentado un 2 %, lo que refuerza su estabilidad dentro del sector.
Es importante destacar el enorme peso de la leche de vaca en el mercado lácteo español. Con una producción de 7,5 millones de t, su volumen es ampliamente superior al de la leche de oveja y cabra, lo que la convierte en el pilar fundamental del sector.
El crecimiento de la producción láctea se ha mantenido a pesar de la reducción continua del censo de vacas lecheras, que en enero de 2025 cayó un 2 % respecto al año anterior, acumulando una disminución del 9 % desde 2020. No obstante, si miramos el censo de novillas esta tendencia podría haberse estabilizado e incluso podría mostrar signos de una leve recuperación del 2 % en el último año. La mejora en el consumo de carne y leche en España, junto con el buen desempeño de las exportaciones cárnicas, está impulsando el optimismo en el sector en un contexto internacional hasta ahora favorable.
Este mismo proceso de reducción de hembras en activo también afecta al sector caprino y ovino, con descensos del 4 % y 5 %, respectivamente, en el último año. Sin embargo, si tomamos como referencia 2020, las caídas son aún más pronunciadas, alcanzando el 17 % en el caso del ganado caprino y el 15 % en el ovino.
Los tres sectores reflejan que el cierre de explotaciones se mantiene a un ritmo anual cercano al 6 % desde 2020. Sin embargo, en el caso del ovino y el caprino, esta tendencia se ha acelerado en los últimos 2 años, llegando a duplicarse.
En el sector bovino, la reducción del censo de vacas está siendo compensada por un proceso de concentración que cada vez afecta a explotaciones más grandes como proponen Sineiro y Santiso (2025), lo que permite mejorar la productividad y aumentar el rendimiento de las explotaciones. Pero la situación es diferente en el ovino y el caprino, donde los factores estructurales como la falta de relevo son más evidentes y se han agravado por los efectos de la sequía, lo que está impulsando un abandono progresivo de la actividad. Esto plantea un desafío significativo para la sostenibilidad de estos sectores en el futuro.
El progresivo descenso de la producción tuvo su reflejo en los precios, que han mostrado un crecimiento constante, con un punto máximo entre 2023 y 2024. Sin embargo, a partir de ahí los valores han empezado a bajar, hasta alcanzar lo que parece un nuevo equilibrio.
En el último año, los precios han caído en todas las categorías. En el caso de la oveja, su precio en diciembre alcanzó los 149,22 €/100 kg, lo que supone una disminución de 20,51 € respecto a diciembre del año anterior. La cabra también ha bajado 12,81 €. Por su parte, la vaca ha registrado una caída más moderada, de 2,62 € menos.
Sin embargo, si analizamos la evolución de los precios en relación con los costes estimados de la alimentación, como una aproximación a la rentabilidad de la actividad, observamos que el progresivo abaratamiento de los piensos ha favorecido una mejora sustancial en la rentabilidad de las explotaciones. A pesar de un ligero retroceso reciente, esta ratio se mantienen en máximos, reflejando una tendencia positiva en el sector.
A lo largo de 2023 y 2024, se ha producido una fuerte recuperación de este índice de rentabilidad, especialmente en el sector ovino y caprino. En enero de 2023, el índice para el ovino se situaba en 49, pero para diciembre de 2024 había escalado hasta 67,5, lo que representa un incremento de casi el 38 % en solo dos años. En el caso del caprino, el crecimiento también ha sido notable, pasando de 31 en enero de 2023 a 41 en diciembre de 2024, lo que supone un aumento del 32 %.
Por su parte, el índice para el vacuno ha mostrado un crecimiento más moderado pero sostenido. En enero de 2023, se situaba en 17, y para diciembre de 2024 había aumentado hasta 19,4, lo que representa un incremento del 14 % en este período. Además, la tendencia alcista continúa en enero de 2025, cuando el índice alcanza los 19,91, consolidando la mejora en la rentabilidad del sector.
Desde 2018, el consumo total de lácteos en los hogares ha tenido altibajos. Durante la pandemia, se disparó hasta un 13 % en el caso de los quesos, ya que la gente pasó más tiempo en casa, pero después de ese boom, comenzó a descender. Hoy en día, el queso es el único que ha salido beneficiado, con un consumo un 3,14 % superior al de 2018. En cambio, la leche líquida y los derivados lácteos han perdido protagonismo, con caídas del 9,3 % y 6,4 %, respectivamente. En los últimos meses, el consumo ha mostrado una leve recuperación, aunque sigue por debajo de los niveles previos a la pandemia.
El consumo de queso ha experimentado también un notable aumento en el sector de la hostelería. En el segundo trimestre de 2024, registró un crecimiento interanual del 9 %, seguido de un 6 % en el tercero, lo que evidencia una sólida recuperación en restaurantes y cafeterías, cuyos niveles de demanda se acercan a los de 2019.
Desde 2018, el gasto en productos lácteos en los hogares ha aumentado de manera constante debido a la inflación. Durante la pandemia, el consumo en los hogares creció y, con ello, el gasto, pero el verdadero salto se produjo entre 2022 y 2023, cuando los precios subieron con fuerza. En comparación con 2018, el gasto en quesos ha aumentado más de un 30 %, mientras que el de leche líquida y derivados lácteos ha subido alrededor de un 24 %.
En los últimos meses, los precios han mostrado signos de estabilización. El gasto en quesos ha seguido en ligero aumento, mientras que el de leche líquida ha bajado levemente y los derivados lácteos se han mantenido estables. A pesar de estas variaciones, el gasto sigue muy por encima de los niveles previos a la pandemia, reflejando el impacto de los precios en el presupuesto de los hogares.
- Comercio
Las importaciones de productos lácteos en España crecieron un 3 % en 2024, alcanzando 2,80 millones de toneladas, con un valor de 2.683 millones de euros, superando los 2.514 millones de euros del año anterior.
El queso sigue siendo el producto más relevante, representando más de la mitad del volumen importado en equivalentes lácteos (52 %) y casi tres cuartas partes del valor total (73 %). Además, fue el producto con el mayor crecimiento absoluto, con 1,46 millones de toneladas importadas, un 13 % más que en 2023. En términos de valor, las importaciones de queso alcanzaron los 1.952 millones de euros, un 12 % más que el año anterior.
Las importaciones de queso desde la Unión Europea crecieron de manera desigual según el país de origen, aunque siguen concentrándose en Alemania, Francia, Países Bajos e Italia, que en conjunto representan el 76 % del valor total importado.
Francia fue el país que más aumentó sus envíos, con un 40 % más en volumen y un 23 % más en valor, lo que sugiere que el precio medio bajó, probablemente por la mayor entrada de queso destinado a la industria. Alemania también tuvo un crecimiento notable, con un 22 % más en volumen y 18 % más en valor, manteniendo precios algo más estables.
En cambio, Italia mostró un avance más moderado, con un 11 % más en volumen y 13 % más en valor, mientras que Países Bajos solo aumentó su facturación en 3 %, pero redujo ligeramente la cantidad exportada (-1 % en volumen).
En el lado opuesto, Dinamarca y Bélgica fueron los únicos países que experimentaron descensos tanto en volumen como en valor. Las importaciones desde Dinamarca cayeron aproximadamente 8 % en ambos indicadores, mientras que Bélgica redujo su volumen un 5 % y su valor un 8 %, lo que indica una menor presencia de estos quesos en el mercado español.
Las exportaciones de queso español en 2024 han tenido un desempeño variado. Mientras que han crecido con fuerza en mercados estratégicos como Estados Unidos, Portugal y Reino Unido, en algunos países europeos han mostrado señales de desaceleración.
En Estados Unidos, las exportaciones han subido con fuerza, con un 15 % más en volumen y un 16 % más en valor, alcanzando los 121,3 millones de euros. Este crecimiento consolida a EEUU como un destino clave fuera de la Unión Europea. Sin embargo, las tensiones comerciales y posibles nuevas barreras arancelarias podrían afectar la estabilidad de estas ventas en el futuro.
Dentro de la UE, que representa el 64 % de nuestras exportaciones de queso, Portugal sigue siendo el principal comprador, con un aumento del 14 % en volumen y un 10 % en valor, superando los 159,4 millones de euros. Por otro lado, Reino Unido ha sido el mercado con el mayor crecimiento relativo, con un 22 % más en volumen y valor, reflejando una recuperación de la demanda tras la incertidumbre del Brexit.
En cambio, las ventas a Francia, Italia y Alemania han sido menos favorables. Francia ha importado más cantidad (+6 % en volumen), pero ha pagado menos (-3 % en valor), lo que sugiere una bajada de precios. Italia, aunque ha mantenido estable su volumen, ha reducido su facturación en un 3 %, mientras que Alemania, a pesar de un notable aumento del 14 % en volumen, ha registrado una caída del 4 % en valor, lo que podría indicar precios más ajustados o menor margen de beneficio.
A pesar del buen desempeño de las exportaciones, en los últimos seis meses su ritmo de crecimiento se ha desacelerado. Al mismo tiempo, las importaciones han seguido aumentando de forma constante, lo que ha agravado aún más el déficit comercial del sector lácteo.
El volumen de las exportaciones apenas ha cambiado, con una caída de 1,6 puntos desde julio, lo que confirma la falta de impulso en las ventas al exterior. En términos de valor, las exportaciones han bajado 1 punto, posiblemente por una combinación de menor demanda en Europa, descenso de la producción y de crecimiento del consumo nacional, alcanzando un total de 1.848 millones de euros en el año.
Por su parte, las importaciones siguen en aumento, con un crecimiento de más de 3 puntos en volumen y más de 10 puntos en valor, debido en parte al encarecimiento del queso en Europa en el último trimestre. En 2024, el total importado ascendió a 3.036 millones de euros.
Como resultado, el déficit comercial ha crecido significativamente. En los últimos seis meses, la diferencia entre importaciones y exportaciones ha aumentado en un 17%, situándose en 1.188 millones de euros en 2024.
Aunque esta situación evidencia las dificultades del sector para competir en el mercado de los quesos industriales, el aumento de los precios internacionales podría abrir oportunidades para mejorar la posición de la industria en este segmento.