Las restricciones en la hostelería han provocado una caída en las cotizaciones de todas las categorías de vacuno de carne.L Son las exportaciones las que ayudan al mantenimiento de los precios sin llegar a compensarla.
Evolución de las cotizaciones en España
Desde mediados de junio se han suavizado las caídas en los precios de vacuno de carne y en las últimas semanas se mantienen estables, aunque en todas las categorías por debajo del nivel de otros años.
A 20 de noviembre el precio medio de bovino vivo se sitúa en 180,0 €/100kg (6% menos que el año anterior en las mismas fechas). Y repasando el mercado de las principales categorías de carne, el precio de animales entre 8 y 12 meses se sitúa en 365,4 €/100kg y la carne de bovino macho entre 12 y 24 meses en 336,0€/100kg.
Ambas cotizaciones muestran ligeras variaciones a la baja, pero se mantienen estables. En el caso de la carne de ternera se repite el precio de la semana anterior en 352,9€/100kg.
Esta continuidad bajista se explica principalmente por la disminución del consumo interno provocado por el covid. Se han promovido ayudas para el almacenamiento privado de carne, pero por ahora no parecen que estén teniendo un efecto visible en los precios, siendo el comercio exterior el elemento principal que ayuda al mantenimiento de los mercados.
Las restricciones en la hostelería han provocado una caída en las cotizaciones de todas las categorías de vacuno de carne
Evolución de la producción – Por el lado de la oferta
En 2019 la producción de carne de vacuno en España aumentó por quinto año consecutivo. Así, durante ese año el número de animales sacrificados alcanzó las 2,5 millones de cabezas, con una producción de 696 mil toneladas de carne, lo que supone un incremento del 15% en sacrificios y del 21% en producción de carne respecto al año 2014.
Estas cifras sitúan a España como el tercer país de la Unión Europea en producción de carne de vacuno, por detrás de Francia y Alemania. Cataluña sigue siendo la principal región productora con 90 mil toneladas, seguida de Castilla y León y Galicia con 82 y 76 mil toneladas, respectivamente.
Esta tendencia expansiva de la producción, motivada por una ganancia de mercados exteriores y un buen comportamiento del mercado interno, solo se ha visto alterada desde el inicio del estado de alarma como consecuencia directa del cierre de la restauración.
Este cambio se refleja en la disminución del ritmo de matanza, con una reducción del 3% en el número de cabezas sacrificadas en lo que va de año respecto al 2019 (lo que implica una disminución del 2,7% en volumen de carne producida).
Aun así, desde enero hasta septiembre, la producción total de carne de bovino en el territorio nacional alcanzó las 507 mil toneladas, con el sacrificio de 1,8 millones de cabezas de ganado.
Otro aspecto a tener en cuenta que afecta a los ganaderos y compromete la viabilidad de sus explotaciones es el aumento de las cotizaciones de los cereales en los últimos meses.
Según las últimas cifras publicadas en el SILUM, actualmente el precio del pienso para terneros es de 265,7€/t. Esto representa un aumento del 11,2% respecto al 2019 y tiene una repercusión directa en el incremento de los costes de producción.
Evolución del consumo – Por el lado de la demanda
El impacto del covid junto con las restricciones en la movilidad, las cuarentenas y el cierre de buena parte de la hostelería han reducido el consumo (sobre todo para las piezas de mayor valor añadido como las vacas engrasadas o los bueyes). En el caso del sector vacuno, la reducción del consumo en hostelería no se compensa con el consumo en los hogares y la producción nacional está encontrando salida principalmente a través del comercio exterior.
A pesar de las dificultades logísticas (por el encarecimiento de los fletes y la ralentización de las rutas de comercio) el buen funcionamiento de los mercados de exportación permite aliviar los excedentes de la producción y estabilizar los precios.
Al analizar el saldo comercial desde enero hasta septiembre, en valor las exportaciones han aumentado un 4% y un 6% en volumen respecto al año pasado. Esto consolida la evolución favorable de las exportaciones nacionales que han ido creciendo en los últimos años a un ritmo mucho mayor que las importaciones.
Esta tendencia se explica, por un lado, por la consolidación de mercados extracomunitarios como Argelia, Libia y Líbano, y la apertura de nuevos mercados como Japón, Vietnam, Arabia Saudí y Jordania.
Por otro lado, destaca el aumento de las exportaciones de carne a Italia, resultado de la firme demanda italiana de animales de pesos grandes y buena conformación que ofrece un mercado de alto valor añadido.
En definitiva, la trayectoria de las empresas con estrategia exportadora y la situación actual de precios muy competitivos favorece la salida estable de la producción nacional. Asimismo, el debilitamiento generalizado de la demanda interna se traduce en un descenso de las importaciones, con una caída del 21% en valor y un 13% en volumen desde el inicio del año. En cifras totales, el saldo comercial este año acumula un superávit de 224.9 millones de euros.
El buen funcionamiento de los mercados de exportación permite aliviar los excedentes de la producción y estabilizar los precios
¿Qué podemos esperar a medio plazo?
El contexto actual pone de manifiesto la dependencia del sector vacuno de la restauración. Esto hace pensar que una vez se levanten las restricciones y aumente el consumo interno los precios se reactivarán.
Al contrario, si se prolongan las restricciones es probable que se mantengan los precios a la baja y la incertidumbre aumente el desconocimiento del tipo de consumo y esto altere la dinámica habitual del vacuno, que suele registrar incrementos de precios durante la campaña de Navidad.
En cualquier caso, toda esta situación, subraya la necesidad de seguir fortaleciendo la tendencia exportadora del sector para amortiguar las variaciones del consumo interno y apuntalar la internacionalización del sector hacia países asiáticos y del medio oriente como estrategia fundamental para consolidar su sostenibilidad.