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Fernando Miranda SotillosConsejero de Agricultura, Pesca y Alimentación en la Misión Permanente de España ante la ONU y los Organismos Internacionales
10 min

Biocombustibles: actores globales y políticas divergentes

14 January 2025
Energías Renovables
Sostenibilidad
Biocombustibles

14 January 2025

El pasado 10 de enero se hizo público el informe del grupo especial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en relación con las medidas impuestas por la Unión Europea en la directiva de uso de energía procedente de fuentes renovables (RED II) que afectan a la importación de aceite de palma que, de facto, quedaría excluido de la posibilidad de importación en la UE para la fabricación de biocombustibles. 

 

OMC Informe 2025 Unión Europea Biocombustibles

 

Con este informe, la UE ve respaldada en lo sustancial su normativa, poniendo de manifiesto lo que son, de hecho, dos maneras de enfocar la política sobre biocombustibles por dos de los principales actores en esta materia que, junto con Estados Unidos y Brasil, suponen el 80 % de la producción mundial.

 

 

Ranking mundial de los principales países productores de biocombustible en 2023

Objetivos en el empleo de biocombustibles como fuente renovable de energía

Y es que, en efecto, las políticas en lo que se refiere al uso de los biocombustibles de estos cuatro grandes actores tiene enfoques comunes, pero también divergentes. 

Enumeremos primero los objetivos que podríamos denominar comunes:

  1. Incrementar la seguridad energética, reduciendo la dependencia de las importaciones de combustibles o fuentes de energía no renovables.
  2. Cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asumidos en las denominadas “Contribuciones Nacionales Determinadas”; es decir, núcleo del Acuerdo de París, de 2015, en las que cada país expresa de qué manera concreta va a cumplir con sus compromisos.
  3. Y no menos importante, proporcionar una alternativa económica de cultivo rentable para los agricultores.

 

Volumen de biocombustible producido a nivel mundial de 2000 a 2022

El nuevo escenario derivado de la electrificación del transporte

La irrupción del vehículo eléctrico ha venido a alterar este escenario, sobre todo para los biocombustibles de mezcla con gasolina y diésel. En efecto, el consumo de gasolina y diésel habrá tocado techo esta década y se espera que descienda significativamente en la próxima década de los 30. 

Para entonces, a partir de 2035, en la UE ya no se podrán fabricar vehículos eléctricos y furgonetas ligeras con motores de combustión interna, de manera que las emisiones de los nuevos vehículos se reducirán un 100 %. Igualmente, en Estados Unidos, se espera que los vehículos eléctricos representen el 70 % de las ventas de nuevos vehículos en 2035. 

 

Número de automóviles eléctricos puros (BEV) en uso a nivel mundial entre 2014 y 2023

 

A escala mundial, de acuerdo con los datos de la Agencia Internacional de la Energía, de los Estados Unidos, el descenso del consumo de diésel y gasolina en 2035 será del 30 % y del 40 %, respectivamente con respecto a 2023.

El descenso en el consumo de estos carburantes, en principio, debería trasladarse al consumo de bioetanol y biodiésel. Sin embargo, la evolución puede ser diferente en cada país, sobre todo si biodiésel y bioetanol se emplean para incrementar los porcentajes de mezcla o si entran a formar parte de las materias primas para elaborar combustible de aviación sostenible (SAF) o biocombustibles avanzados, cuya producción se incrementará rápidamente, vinculada al cumplimiento de los objetivos vinculantes de utilización.

Brasil, apuesta clara por el incremento de la producción de biocombustibles

El ejemplo de Brasil es paradigmático. La mezcla obligatoria de etanol en gasolina en Brasil data de 1931, mucho antes de que lo fuera en Estados Unidos y Europa, cuando se introdujo de manera obligatoria para eliminar los aditivos con contenido en plomo altamente contaminantes. 

Con ello Brasil se ha dotado históricamente de un parque automovilístico de vehículos que pueden emplear bioetanol con un alto porcentaje de mezcla. Así, en Brasil se comercializa el bioetanol mezclado al 27 % con gasolina (E27), y en diésel está previsto que la mezcla con biodiésel llegue este año al 15 % (B15).

Brasil, segundo productor mundial, destina aproximadamente el 49 % de la producción de caña de azúcar y el 10 % de su producción de maíz a la producción de etanol. Aproximadamente 17 millones de hectáreas destinadas a la producción de etanol. 

Con 9 plantas de bioetanol en construcción y otras 11 en proyecto, Brasil apuesta por el incremento de la producción de bioetanol y de biocombustibles, para cumplir sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero, pero también para apoyar a su sector y exportar. 

Buena parte de las nuevas plantas se construyen en el estado de Mato Grosso (el más alejado de los circuitos de exportación), en donde el subproducto de la extracción de etanol, el DDG, sirve como pienso a la creciente industria de carne de ave.

El acuerdo de Mercosur establece una cuota libre de arancel de 450.000 t, pequeña en relación a la capacidad de exportación de Brasil, pero equivalente al 12 % de la producción comunitaria, para un mercado que todavía admite cierta expansión.

Unión Europea: cautela en el empleo de productos de origen vegetal en la elaboración de biocombustibles

En el caso de la Unión Europea, los porcentajes de mezcla de biocombustibles en gasolina y diésel son mucho menores, entre el 5 y el 10 % en bioetanol (E7 – E10) y y entre el 7 y el 10 % en biodiésel (B7 – B10), pues, por una parte, la UE no es gran productora de materias primas baratas para su elaboración y, por otra parte, aún más importante, en la UE pesa más el compromiso político del Acuerdo de París

Así, la reducción de emisiones de GEI en el sector del transporte, se confía, sobre todo, a la prohibición de nuevos vehículos y furgonetas ligeras con motores de combustión interna a partir de 2035. 

La Directiva de fuentes de energía renovable establece un objetivo para el sector del transporte del 29 % de energía renovable en 2030 (considerando energía y combustibles), al tiempo que se establece un límite del 7 % para los biocombustibles cuya materia prima proceda de productos de origen vegetal (cultivos). 

En este contexto las previsiones de consumo de diésel y gasolina se prevé que se reduzcan el 60 % y el 52 %, respectivamente en 2035. Por su parte, se prevé que se incremente el consumo de biocombustibles avanzados, en los cuales el aceite de palma caerá al 2 % en 2035, mientras que se espera que se mantenga el consumo de aceite de colza. En bioetanol, las materias primas procedentes de cultivos pasarán del 82 % al 67 % en 2035. 

Asimismo, se establece una limitación para cultivos que puedan tener un efecto directo o indirecto sobre el incremento de emisiones de GEI por cambio de uso de la tierra, que es la que afecta sobre todo al aceite de palma, y es el origen del litigio en la OMC al que hacíamos referencia al principio.

 

Volumen de biodiésel consumido en España de 2007 a 2023

Estados Unidos, la importancia de un cultivo y una industria

A finales de diciembre, los medios de comunicación especializados se hacían eco de la propuesta legislativa de la senadora norteamericana por Nebraska, Deb Fisher, para permitir la mezcla de etanol en gasolina al 15 % (E15) durante todo el año en los Estados Unidos, uniformando una legislación fragmentada mediante la cual son los estados quienes pueden decidir aumentar hasta dicho porcentaje la mezcla con etanol. 

Con ello, la industria y los agricultores productores de maíz tendrían un horizonte de estabilidad en la demanda para un producto que consume el 40 % de la producción de maíz de los Estados Unidos, primer productor mundial, lo que supondría una superficie dedicada a este fin de aproximadamente 13 millones de hectáreas. 

Al igual que ocurre en la Unión Europea, la adopción de vehículos eléctricos, que en 2035 se espera que alcancen el 70 % de las ventas, reducirá de manera significativa el consumo de diésel y gasolina, un 30 y un 40 %, respectivamente. 

Todo hace pensar que la política sobre biocombustibles en los Estados Unidos tendrá muy en cuenta la necesidad de preservar la alternativa económica que supone para el sector productor de maíz y de soja que sus productos se destinen a la producción de bioetanol, biodiésel y también, los biocombustibles avanzados y SAF, estos últimos con menores restricciones que en la UE. 

El lobby productor norteamericano, agrícola e industrial, ha demostrado en el pasado que puede diseñar estas políticas por encima de los objetivos ambientales, y más ahora, con la nueva Administración Trump.

Indonesia, una política agresiva en el uso de biodiésel para dar salida a su producción de aceite de palma

En la política de Indonesia predominan los objetivos de desarrollo económico sobre los de carácter climático o medioambiental. 

Siendo el primer productor del mundo de aceite de palma, con 47 millones de toneladas, del que exporta más de la mitad, su política se dirige hacia el incremento de la mezcla de este producto en el combustible diésel, siendo su objetivo alcanzar un porcentaje de mezcla del 35 al 40 % (B40). Indonesia subsidia internamente este combustible a través de las exacciones que aplica a las exportaciones de aceite de palma.

Como primer exportador mundial, los compromisos internacionales en materia de deforestación afectan mucho a este país, particularmente a través de la Unión Europea por la aplicación del Reglamento de desforestación importada (EUDR), además de la mencionada directiva de uso de fuentes de energía procedente de fuentes renovables. 

A este respecto, recientemente las exportaciones de aceite usado de cocina o UCO (Used Cooking Oil), que se está convirtiendo en una de las principales materias primas demandadas para la fabricación de SAF y combustibles avanzados, se ha visto envuelto en la polémica por sospechas de que, en su mayor parte, fuera aceite crudo de palma, para sortear las limitaciones a la exportación.

 

El dilema del uso de la tierra en el debate climático

Al año, a escala mundial, se estima que se destinan más de 30 millones de hectáreas a la producción de biocombustibles, lo que supondría, aproximadamente el 2 % de la superficie de cultivos del mundo o un 25 % más de lo que supone toda la Superficie Agrícola Útil de España, incluyendo pastos y leñosos. 

El uso de la tierra y su vinculación al cambio climático es un asunto cada vez más presente en el debate de las políticas climáticas y agrarias. La sensibilidad hacia estas políticas sigue estando principalmente en la Unión Europea, tanto si se trata de emisiones procedentes de la ganadería, como del cambio de la tierra para producir cultivos energéticos

De momento, el resto de los grandes actores del planeta en la producción de alimentos parece seguir declinándose más por criterios económicos que ambientales. 

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