Congreso de Mecanización Agroalimentaria (II): aplicación de fitosanitarios

Continuamos con el resumen del 'Congreso de Mecanización Agroalimentaria' celebrado en el municipio alicantino de Pilar de la Horadada el pasado 19 de septiembre y que contó con Cajamar en su organización.

En este caso, y después de abordar en el primer bloque la robotización de las explotaciones agrícolas, continuamos con la evolución de la digitalización para el control de plagas y enfermedades.

En este bloque II, la doctora Patricia Chueca, coordinadora del Centro de Agroingeniería del IVIA, nos habló de los últimos avances para una aplicación precisa y sostenible de los fitosanitarios, aportando soluciones para reducir la deriva que genera problemas de pérdida de producto y contaminación ambiental. 

Están buscando soluciones que permitan un control eficaz de plagas y enfermedades, con un bajo riesgo para el medio ambiente y económicamente viable, es decir, sostenible a nivel ambiental, económica y socialmente.

Puso en valor lo que se conoce como “buenas prácticas agrícolas”, siendo importante a la hora de decidir el momento de hacer un tratamiento y las condiciones ambientales, teniendo en cuenta parámetros como la velocidad del viento, la humedad relativa y la temperatura máxima. 

La elección de productos de bajo impacto, como los biopesticidas, de los que falta información para mejorar la eficacia haciendo un buen uso de la maquinaria de aplicación, especialmente cuando se manejan organismos vivos, como Bacillus thuringiensis y Beauveria bassiana. Hay que adecuar las dosis, considerando el volumen y la concentración del producto.

Para ello el IVIA ha generado una aplicación APP Citrusvol, que permite ajustar las dosis, recomendando volumen de caldo a utilizar en la explotación, partiendo de los datos de la plantación. También está en formato web, Android e IOS. Esta aplicación ha sido validada para las principales plagas en cítricos, consiguiendo reducir las pérdidas de materias activas, la reducción de la exposición humana y una reducción del caldo en un 42 %.

Patricia nos recordó que en los años 80 del siglo pasado aparecieron los primeros equipos sensorizados con ultrasonidos e infrarrojo, capaces de detectar la vegetación, con aplicación en cultivos de baja densidad como olivos, para poder hacer aplicaciones discontinuas. 

En 2005, se podían ajustar las dosis según el perfil de vegetación, con apertura y cierre de boquillas y, para el 2025, se esperan los primeros pulverizadores inteligentes con GPS, capaces de generar mapas de tratamientos que nos dirán cómo se ha realizado este en tiempo real o en diferido.

También nos explicó las bases del funcionamiento de la pulverización electrostática con el movimiento de gotas, que generan una fuerza de atracción. Las gotas quedan cargadas negativamente y la planta con carga positiva para conseguir que dichas gotas, salvando la fuerza gravitatoria, lleguen a los órganos de la planta. 

El proceso de esta tecnología pasa por cargar las gotas en condiciones adecuadas de transporte y de deposición evitando la evaporación para conseguir un mojado adecuado.

En cuanto al uso de los drones, como máquina de tratamiento fitosanitario, puede ser útil en zonas de difícil acceso

Los drones actuales están aumentando su capacidad de trabajo y reducen los riesgos del aplicador. Pero tienen algunas limitaciones, caso de su baja autonomía y una capacidad de carga es limitada. Además, el vuelo depende de condiciones meteorológicas, la normativa y una regulación que prohíbe su uso por considerarlo tratamiento aéreo. 

No es comparable con los tratamientos convencionales si se requiere un recubrimiento total de la planta. Podría ser interesante en aplicaciones de ultra bajo volumen o cebo.

Ana Cortés de pulverizadores FEDE explicó la nueva tecnología que monta los turboatomizadores de la empresa FEDE, nacida en 1967. Los tractores los están dotando de sensores y cámaras que leen la vegetación al tiempo que realizan sus labores. Cuentan con internet de las cosas (IoT), que envía la información a la nube, para posteriormente proceder a su análisis.

Han patentado la tecnología H₃O, en la que el atomizador inteligente conecta al técnico y el operario. Hace el ajuste de boquillas en función de la lectura del volumen de copa de los árboles, reduciendo un 50 % la deriva, que se traduce en un ahorro del 25 % del producto fitosanitario. 

Lleva incorporada la tecnología GPS, que conectada con la plataforma que permite gestionar los tratamientos realizados, con trazabilidad real. Además de rellenar el cuaderno de campo, no necesita internet y en el caso de mala cobertura, registra la información y la descarga cuando detecta conexión de red.

También están trabajando con un tractor autónomo, con cámaras en el frontal y con la tecnología KFAST en la que han conseguido un robot autónomo de pulverización multitarea. Con tracción 4X4 facilita el movimiento fluido y la capacidad de maniobrar en las calles mas estrechas de los campos.

Por su parte, Miguel Ángel Sánchez, de Comercial Agrosegura de Maquinaria, confirmó la información aportada por Patricia Chueca en relación con la tecnología de tratamientos electrostáticos. Incidiendo sobre la importancia del tamaño de gota para el éxito de la tecnología, consiguiendo mayor homogeneidad del tratamiento, evitar escorrentía y asegurando que el producto llega a la planta.

Imagen del artículo: Nebulizador Tecnovid Qi de Nebulizadores Fede.