12 August 2024
Imitar a la naturaleza para recuperar el suelo de los viñedos y que sus plantas puedan obtener todo lo que necesitan por sí mismas, esa es la propuesta de la viticultura regenerativa, que además de luchar contra el cambio climático busca generar un valor añadido en los vinos.
Así lo ha explicado en una entrevista con Efeagro la secretaria de la Asociación de Viticultura Regenerativa, Montse Catasús, quien ha asegurado que el resultado final sobrepasa la categoría clásica de "terroir" o "terruño", que determina la elaboración de un vino, para abarcar toda una "biodiversidad propia".
Catasús es enóloga en Familia Torres, bodega que junto a Clos Mogador, Can Feixes, Jean Leon y AgroAssessor fundó en 2021 la Asociación de Viticultura Regenerativa.
Actualmente, la asociación cuenta con más de 110 socios de nueve países, que comparten conocimientos para implementar lo que llaman "la viticultura del cambio climático".
¿En qué consiste la viticultura regenerativa?
Este tipo de viticultura se basa en prácticas que incluyen cubiertas vegetales, no labrado, enmiendas orgánicas, pastoreo racional (o control mecánico sustitutivo), conservación de la biodiversidad y realización de ensayos de campo y análisis microbiológicos.
Es un "sistema holístico", un "nuevo paradigma" en la gestión de los viñedos, basado en el ciclo del carbono para regenerar los suelos, frenar su erosión, activarlos e incrementar su capacidad de retener agua, ha explicado Catasús, ingeniera técnica agrícola y experta en biodinámica.
La idea es que las vides estén vivas, sean "totalmente independientes y funcionen por sí mismas para conseguir los minerales cuando realmente los necesiten", ha añadido.
Con esto, ha apuntado, se consiguen "plantas más resilientes que puedan sobrevivir en momentos de extrema sequía", al tiempo que la cubierta vegetal "ayuda a mantener temperaturas del suelo más bajas".
La experta ha considerado que no hay marcha atrás para este tipo de agricultura, porque hoy día la materia orgánica de los suelos está por debajo del 1 % debido al laboreo convencional.
Diferencias con la viticultura biodinámica
Catasús ha precisado que la viticultura biodinámica y la regenerativa tienen la misma finalidad (incrementar la materia orgánica de los suelos), pero utilizan diferentes herramientas.
Así, por ejemplo, mientras la biodinámica hace labrado, la regenerativa no remueve la tierra para no destruir la cubierta vegetal ni los microorganismos.
Respecto a los vinos con etiqueta ecológica, ha indicado que la diferencia es que éstos surgen de una labor agraria convencional, en la que las plantas siguen siendo dependientes, aunque se utilicen herbicidas respetuosos con el medio ambiente y la salud humana.
El tiempo para completar la transición de pasar de una viña labrada a la manera tradicional a una basada en agricultura regenerativa puede durar de 15 a 20 años en el caso de las zonas secas, y de 3 a 5 años en lugares húmedos, ha detallado.
En este tiempo, la planta no dejará de producir, pero el rendimiento será menor hasta que se complete la transición, ha destacado la ingeniera, quien, no obstante, recuerda que este cambio no hay por qué hacerlo a un terreno al completo, sino que puede hacerse por partes.
¿Compensa este esfuerzo?
Los beneficios de tener unas vides más resilientes también se van a notar en la calidad de los vinos, según Catasús.
"Mucha gente me pregunta si los vinos son más buenos, no puedo dar este dato, pero seguro que son más auténticos porque tienes tu biodiversidad propia y más único que esto no lo vas a tener, y aparte nos ayuda a mitigar y a adaptarnos al cambio climático", ha manifestado.
Además de promover este tipo de agricultura, la Asociación de Viticultura Regenerativa tiene la voluntad de ayudar a los consumidores a reconocer los vinos que nacen de la aplicación de estas prácticas y estén dispuestos a pagar un poco más por ellos.
En este sentido, ha desarrollado una certificación internacional, realizada por Ecocert, que reconoce los esfuerzos realizados por los viticultores y productores de vino de todo el mundo que aplican este modelo y certifica las elaboraciones que proceden de estos viñedos.
La cosecha del 2023 ha sido la primera en llevar este sello para las bodegas del hemisferio norte y siete bodegas repartidas entre Francia, Portugal, Chile y España han sido las primeras en ser certificadas.
Francesc Font: el cuidado del suelo y la agricultura regenerativa
El pasado 18 de julio, Cajamar organizó una jornada (Requena, Valencia) con el título: 'Futuro del sector vitivinícola: cuidemos el suelo y al consumidor', en el que se abordaron dos cuestiones de especial importancia en torno a este sector, como son: la necesidad de adoptar prácticas de cultivo en el viñedo que sean más respetuosas con el suelo y la necesidad de ajustar la elaboración de los vinos a los nuevos gustos de los consumidores.
Sobre el primer aspecto, Francesc Font, agricultor, ingeniero agrícola y fundador de 'The Regen Academy', contó qué le llevó hace 12 años a pasar de la agricultura convencional que practicaba a la regenerativa en la finca familiar dedicada a viñas, olivos y cereales.
En su intervención remarcó el potencial de la agricultura regenerativa como alternativa. Según indicó: "La solución al cambio climático, la crisis social y la baja rentabilidad de las empresas agrarias se encuentra justo bajo nuestros pies, en el suelo". La agricultura convencional "exprime" el suelo, lo deja empobrecido con niveles inferiores al 0,5 % de materia orgánica y sin microorganismos. Por eso es necesario cambiar.
Aquí puedes volver a ver la grabación de su intervención en el evento: