02 May 2024
Con la llegada de la primavera se inicia la campaña de níspero, el primer fruto de la temporada. Esto es así porque, al contrario de la mayoría de los frutales, el níspero florece en otoño, sus frutos se desarrollan durante el invierno y maduran y se recolectan al inicio de la primavera.
En los lineales de los supermercados aparecen desde marzo hasta junio, junto a las frutas típicas de invierno como cítricos, manzanas, peras o plátanos, por lo que se configuran condiciones de mercado favorables para su venta.
El níspero japonés (Eriobotrya japonica) es originario del sudeste de China y se ha adaptado muy bien a las zonas templado-cálidas de todo el mundo y en especial a la Cuenca Mediterránea. Son muchos los autores que indican la idoneidad del cultivo del níspero en las zonas citrícolas.
La producción mundial de níspero casi alcanza el millón de toneladas en 2020, con algo más de 162.000 hectáreas cultivadas
China es el primer productor de largo, con más de 900.000 toneladas anuales y una superficie de 157.400 hectáreas. Otros productores importantes, pero a gran distancia del gigante asiático, son España, Turquía, Italia, Israel y Japón (Polat y Mitra, 2022).
España es el segundo productor mundial de níspero y el principal país exportador
En los años 2000 la superficie de níspero estaba estabilizada en torno a las 3.000 hectáreas con una producción que rondaba las 40.000 toneladas anuales.
En aquel momento, las zonas tradicionalmente productoras de níspero eran la Comuninitat Valenciana, con unas 1.500 ha de cultivo, la mayoría concentradas en la comarca de la Marina Baja en Alicante; y Andalucía, en las costas de Málaga y sobre todo Granada, con alrededor 1.200 ha. Dicha superficie ha ido disminuyendo paulatinamente hasta llegar a las 2.500 ha en 2015 y a algo menos de 2.300 ha en 2020. En este mismo periodo la producción ha descendido hasta las 30.000 toneladas.
España cuenta en la actualidad con una superficie total cultivada de 2.290 ha y una producción de 27.249 t (MAPA, 2023). Si consideramos la encuesta sobre superficie y rendimiento de cultivos, que anticipa la evolución de los cultivos, la superficie de níspero es aún menor, en torno a las 1.700 ha (ESYRCE, 2023).
En la Comunitat Valenciana se mantienen unas 1.100 ha, por lo que se han perdido 400. En Andalucía la caída ha sido bastante más acusada y se contabilizan solo 350 ha en la actualidad (ESYRCE, 2023).
Este descenso en la superficie de níspero ha coincidido con el boom de los tropicales, especialmente el aguacate, que en la última década prácticamente ha duplicado la superficie de cultivo en España. Se ha pasado de las 10.500 ha en 2012 a 19.500 ha en 2022 (MAPA, 2023).
El mango también ha experimentado un importante crecimiento en el mismo periodo, pasando de las 2.000 a las 6.000 ha. Además, son precisamente la Comunitat Valenciana y Andalucía las regiones donde más se han desarrollado estos cultivos.
En Alicante, en particular, se introdujeron aguacates como alternativa a los cítricos, y tras comprobar su adaptación y viabilidad, han ido sustituyendo poco a poco a las plantaciones de níspero más antiguas y menos productivas.
En Andalucía, el aguacate se ha extendido a nuevas zonas en las provincias de Cádiz y Huelva y ha seguido creciendo en Málaga y Granada.
En el caso concreto de la Costa Tropical granadina, donde se concentraba la mayor parte de la producción andaluza de níspero, se han perdido unas 400 hectáreas de cultivo en favor del aguacate y mango.
El factor limitante más importante para el mantenimiento de la producción de níspero ha sido el elevado coste de producción, especialmente en mano de obra.
Los costes de cultivo en concepto de abonado, tratamientos fitosanitarios y riego no son mayores a los de otros frutales. Sin embargo, el níspero cuaja en exceso de forma natural y requiere del uso de técnicas de aclareo de frutos para conseguir calibres comerciales.
Además, el fruto del níspero es muy delicado y la recolección y manipulación debe hacerse manualmente para evitar en lo posible los golpes que lo ennegrecen y le dan un aspecto poco presentable.
De todo lo anterior se deduce que el níspero necesita gran cantidad de mano de obra para realizar las operaciones manuales de poda, aclareo de frutos y recolección; operaciones que en conjunto suponen el 75 % del total de los costes variables del cultivo.
Además, esta mano de obra debe ser especializada y es requerida en momentos puntuales en gran cantidad. Es por tanto difícil manejar fincas grandes, que puedan beneficiarse de la economía de escala, siendo mayoritarios los huertos manejados con mano de obra familiar.
La dependencia de la mano de obra en aguacate o mango es bastante menor, lo que, añadido a las buenas cotizaciones de estos frutos en la pasada década y acompañado de una demanda creciente por parte del mercado, han contribuido al cambio de cultivo, especialmente si se trata de grupos inversores o grandes productores.
La falta de relevo generacional en las explotaciones de níspero de tipo familiar también ha jugado en su contra
En el contexto actual de cambio climático ¿se abren nuevas oportunidades para el cultivo del níspero?
La escasez de agua y el déficit hídrico estructural de nuestras cuencas, junto con la sequía que estamos sufriendo en los últimos años, están provocando graves problemas para el sector de las frutas subtropicales, especialmente en el sur.
En la pasada campaña algunos productores de la Axarquía malagueña se vieron obligados a arrancar plantaciones de aguacate para salvar otras, ya que la dotación para riego era insuficiente.
Para garantizar la sostenibilidad de estos sistemas agrícolas, se impone la necesidad de buscar fuentes alternativas de agua (como aguas regeneradas y aguas desaladas), mejorar la eficiencia en el uso del agua disponible y buscar especies más tolerantes a la sequía en las zonas más comprometidas, como el níspero.
Una práctica, muy aplicada especialmente en frutales, es el riego deficitario, que consiste en regar el cultivo por debajo de sus necesidades óptimas, buscando ahorrar agua minimizando los impactos negativos sobre la producción y la calidad.
El níspero japonés se ha comportado como una planta modelo para la aplicación de estrategias de riego deficitario controlado. Se trata de un cultivo sensible a situaciones de estrés hídrico que pueden emplearse, además de para ahorrar agua, para promover un adelanto de la floración y con ello de la cosecha y así mejorar la rentabilidad (Hueso y Cuevas, 2008).
Trabajos llevados a cabo en nuestra Estación Experimental Cajamar 'Las Palmerillas' demuestran que una restricción total del riego durante 7-9 semanas, tras la recolección, durante el crecimiento de los brotes (junio-julio), permite adelantar la floración y la cosecha sin afectar a los rendimientos ni a la calidad de la fruta. Esta mejora incrementa notablemente los ingresos y por tanto la rentabilidad, al conseguir aumentar el precio hasta 2,5 veces.
También permite ahorrar hasta un 26 % de las dotaciones de riego (2.000 m3 ha-1) en verano, cuando la demanda evapotranspirativa es mayor y la disponibilidad de agua para los cultivos es mínima (Cuevas et al., 2012).
Además, combinando el riego deficitario prefloración con un riego deficitario precosecha (febrero-marzo), se ha conseguido ahorrar hasta un 40 % del agua de riego, una mayor cantidad de cosecha precoz y frutos más dulces y firmes, que se estropean menos durante el manipulado y son menos sensibles a la mancha morada. Por tanto, con una dotación de 3.000- 3.500 m3 ha-1 es posible sacar adelante una buena cosecha de níspero (Hueso et al., 2021).
El cultivo bajo malla está muy extendido en níspero, especialmente en zonas expuestas al viento, para reducir los daños por tarameado del fruto producido por el roce de las hojas y ramas que pueden suponer la pérdida de más del 40 % de la cosecha y los golpes de sol. Bajo malla también se reduce la transpiración, por lo que podemos ahorrar hasta un 20 % adicional en las dotaciones de riego.
El uso de acolchados, como las mallas anti-hierba, también permite ahorrar agua sobre todo durante los primeros años de la plantación, al limitar la evaporación directa del suelo de la superficie cubierta.
El empleo de herramientas digitales para la programación y gestión del riego y la instalación de sensores también contribuye a aprovechar mejor el agua disponible.
Por otro lado, el establecimiento de plantaciones intensivas y superintensivas permite reducir los costes de producción y especialmente los asociados a la mano de obra necesaria para la poda, la recolección o el aclareo de flores o frutos.
El menor tamaño de los árboles y su especial arquitectura, con menos madera estructural, facilitan el acceso de las personas o la maquinaria y contribuyen a mejorar la eficiencia en el uso de agua y fertilizantes y la eficacia y eficiencia de los tratamientos fitosanitarios.
Además, en estos sistemas las plantas ocupan el espacio disponible en menos tiempo, lo que adelanta su entrada en producción y permite alcanzar la plena cosecha en tiempo récord.
El níspero también se puede adaptar muy bien al modelo de producción intensiva
Ensayo de níspero japonés en la Estación Experimental Cajamar
En un trabajo, realizado en nuestra Estación Experimental, se confirma la viabilidad de una plantación de alta densidad de níspero japonés injertado sobre membrillero EM-C, a un marco de 2,5 m x 1,7 m (2.353 árboles por hectárea).
Producimos antes, más cantidad, con mejor calidad y a un menor coste, aunque la inversión inicial es mayor.
Los principales indicadores sobre la rentabilidad revelaron que este modelo productivo es viable y más rentable, y que se recupera antes la inversión que con plantaciones tradicionales (400 plantas por hectárea) (Hueso et al., 2012).
Para disminuir los costes que genera la mano de obra utilizada para el aclareo, ya sea de flor, ya sea de fruto, se han realizado varias investigaciones encaminadas a conseguir aclarar el níspero con productos químicos.
En este sentido, Cuevas et al. (2004) han conseguido resultados muy satisfactorios, tras cuatro años de ensayos, con el uso de una amida del ácido naftalenacético (ANAm) para el cv. Algerie. Otras experiencias con ANA también han logrado resultados positivos.
En cuanto al material vegetal, solo dos variedades suponen más del 95 % de la producción: Algerie y sus mutaciones en el levante peninsular y Golden Nugget en el sur.
Sin embargo, se están buscando nuevas variedades para ampliar la oferta, más tempranas y tardías, más productivas, con frutos más grandes, buen sabor, resistencia o tolerancia a enfermedades y fisopatías, como el moteado o la mancha morada, y buena conservación.
El IVIA, en colaboración con la DO Nísperos Callosa d’En Sarrià, cuenta con un Programa de Mejora que se inició en 2002. Como fruto de este destacan la variedad ‘Oliver’, en vías de registro, de media estación y de gran calibre y productividad, con sabor excelente y sin mancha morada.
De la mano de Biogold EM, también ha salido recientemente al mercado la variedad ‘Guardiola’ temprana, con alto rendimiento y buen tamaño y sabor.
La variedad ‘Xirlero’ lleva varios años comercializándose a través de la Cooperativa de Callosa y destaca por su precocidad y mayor tamaño que ‘Algerie’.
La introducción de nuevas variedades que pueden proporcionar mayores ingresos a los productores es clave para plantearse su cultivo como alternativa.
Como se ha comentado anteriormente, España es el principal exportador de níspero a escala mundial, no hay competencia de terceros países, como sucede con otras frutas, lo que garantiza cierta estabilidad para la comercialización, al no haber grandes fluctuaciones entre la oferta y la demanda.
No en vano, el níspero ha sido considerado durante mucho tiempo como uno de los cultivos con menor pérdida de ingresos a pesar de los altos costes, gracias a la estabilidad de los precios, por lo que el riesgo de no obtener beneficios es bajo (Caballero y Fernández, 2004).
Es por tanto lógico pensar que en el contexto actual de cambio climático y las innovaciones desarrolladas el níspero puede recuperar terreno entre los subtropicales. Como hemos visto, el níspero puede ser una alternativa interesante en zonas con escasez de agua. Un modelo de producción intensivo en zonas precoces, con variedades tempranas, productivas y de calidad, con estructura de malla y empleando estrategias de riego deficitario, puede ser una opción rentable.
Es fundamental ofertar un producto de calidad contrastada, por lo que en la comercialización debe hacerse hincapié en las cualidades organolépticas del fruto, destacando su equilibrada acidez, ligero dulzor y delicado aroma, así como sus propiedades dietéticas por su alto contenido vitamínico, bajo contenido calórico, riqueza en calcio y fósforo, alto contenido en potasio y bajo contenido en sodio.
Literatura citada
- Anuario de estadística del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. 2023.
- Caballero, P. y Fernández, M.A. 2004. Loquat, production and market. Options méditerrannéennes Serie A. nº 58 First International Symposium on loquat, 11-20.
- Cuevas, J., Pinillos, V., Cañete, M.L., Parra, S., González, M., Alonso, F., Fernández, M.D. and Hueso, J.J. 2012. Optimal duration of irrigation withholding to romote early bloom and harvest in ‘Algerie’ loquat (Eriobotrya japonica Lindl.). Agric. Water Manag. 96:831-838.
- Encuesta sobre superficie y rendimiento de cultivos. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. 2023.
- Hueso, J.J., Cuevas. J., 2008. Loquat as a crop model for successful deficit irrigation. Irrig. Sci. 26, 269-276.
- Hueso, J.J., Parra, S., González, M., Alonso, F. y Cuevas, J. 2012. Viabilidad de una plantación de alta densidad de níspero japonés cv. Magdal. Actas del XIII Congreso Nacional de Ciencias Hortícolas.
- Hueso, J.J.; Alonso, F.; Cañete, M.L.; González, M.; Pinillos, V.; Chiamolera, F.M.; Cuevas, J. 2021. The Effects of Combined Pre and Postharvest Deficit Irrigation on Loquat Yield, Fruit Quality and Handling Aptitude. Agronomy 2021, 11, 201.
- Polat, A.A. y Mitra, S. 2022. Loquat: Botany, production and uses. CAB International, Oxfordhire, UK. 328 pp.
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