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Aplicación de biocontroladores para el manejo de plagas

12 August 2024
Manejo de Cultivos
Sanidad Vegetal
Europa se ha propuesto reducir el uso de fitosanitarios en un 50 % para 2030, promoviendo el uso de depredadores naturales como alternativa sostenible para mejorar la salud de las plantas y respetar el medio ambiente
Agricultor aplicando insectos para el control biológico.


12 August 2024

Las plagas pueden causar daños significativos a los cultivos, afectando la producción y la calidad de los productos agrícolas. Por eso, el control de plagas es crucial para garantizar la sostenibilidad y rentabilidad de la agricultura

La propuesta de la Unión Europea para reducir el uso de fitosanitarios permite que los países miembros establezcan sus propios objetivos de reducción de plaguicidas químicos con el fin de lograr una disminución del 50 % para el año 2030.

Esta propuesta parte de la Estrategia 'De la Granja a la Mesa' y del Pacto Verde Europeo para fomentar el uso de alternativas más sostenibles y menos dañinas para el medio ambiente y la salud humana.

En este contexto, propone el control biológico de plagas a través de biocontroladores como una de las soluciones para favorecer la salud de las plantas, respetando el medio ambiente.

Cuáles son las principales plagas en los cultivos

En España existen diversas plagas afectan significativamente a los cultivos agrícolas, comprometiendo tanto la producción como la calidad de los productos. Algunas de las más destacadas son:

  • La mosca del olivo (bactrocera oleae): el olivo es uno de los cultivos destacados en España, sobre todo en Andalucía. La hembra de la mosca del olivo pone sus huevos en las aceitunas, y al eclosionar, las larvas consumen el fruto, causando daños directos que disminuyen la calidad y cantidad de la cosecha.
  • Pulgones (Aphididae): son pequeños insectos que se alimentan de savia, causando hojas rizadas, retraso del crecimiento y transmisión de enfermedades víricas. Existen varias especies que afectan a distintos cultivos, pero son comunes en cultivos como cítricos, frutales, hortalizas y cereales.
  • Polilla del tomate (tuta absoluta): es una pequeña polilla cuyas larvas se alimentan de las hojas, tallos y frutos solo de los cultivos de tomate, provocando grandes daños en la plantaciones.
  • Araña roja (tetranychus urticae): es una plaga diminuta que succiona la savia de las plantas, lo que provoca que disminuya su crecimiento. Afecta principalmente a cultivos como tomate, fresas, pimientos y diversos frutales.
  • Psílido de los cítricos (trioza erytreae): como su nombre indica, este tipo de plagas se encuentra en cultivos cítricos como naranjas y limones, muy populares en España. Esta plaga causa deformaciones en las hojas y además supone una gran amenaza para estas plantas, ya que transmite una bacteria que causa la enfermedad del enverdecimiento de los cítricos (huanglongbing).
  • Mosca del melocotón (bactrocera zonata): afecta principalmente a los melocotoneros, aunque también puede atacar otros frutales como cítricos y mangos. Este insecto deposita sus huevos en los frutos y las larvas destruyen el fruto alimentándose de éste.
  • Barrenador europeo del maíz (ostrinia nubilalis): se da exclusivamente en el cultivo de maíz. Es una polilla cuyas larvas se alimentan de los tallos y las mazorcas, provocando que las plantas tiendan a caerse, reduciendo la calidad de la cosecha. 

 

Pulgones (Aphididae) en hojas y tallos de plantas.
Pulgones (Aphididae) en hojas y tallos de plantas.


 

Las técnicas de gestión integrada de plagas, como la vigilancia y el uso de enemigos naturales (biocontroladores), son esenciales para controlar la mayoría de estas plagas, especialmente en invernaderos, donde no suelen estar los enemigos naturales de estas plagas. 

Qué son los biocontroladores de plagas

El control biológico de plagas, generalmente llamado biocontrol, es un método de prevención contra las plagas que utiliza parásitos o patógenos naturales en lugar de productos químicos.

El funcionamiento de este control biológico de plagas es sencillo. Se introducen organismos depredadores que se alimentan de otros insectos, como avispas parasitoides y ácaros en los cultivos agrícolas para que ataquen las plagas que están dañando el cultivo. A estos organismos se les llama biocontroladores.

Existen diferentes tipos de control biológico:

  • Control biológico clásico: es el método tradicional, que consiste en introducir una especie exótica para combatir una cepa con el fin de que se haga permanente y se convierta en parte de la fauna.
  • Control biológico aumentativo: en este tipo se aumenta la especie cultivada en laboratorio para poder liberarla varias veces a lo largo del año.
  • Control biológico por conservación: se basa en alterar el entorno para aumentar la población de agentes biológicos ya presentes en la plantación.

Los biocontroladores en la lucha integrada

La lucha integrada, también conocida como manejo integrado de plagas (MIP), es un concepto que surgió durante los años 60 en Europa y Estados Unidos.

Se define como una estrategia de control de plagas en los cultivos que combina agentes biológicos o biocontroladores con agentes químicos buscando el equilibrio entre ambos y así minimizar el daño de las plagas y los insecticidas en los cultivos y el medio ambiente.

El objetivo principal de la lucha integrada es reducir la dependencia de pesticidas químicos para el control de plagas, promoviendo prácticas que favorezcan la biodiversidad y la salud de las plantas.

Al integrar distintas estrategias de control, se busca no solo la eficiencia, sino también la sostenibilidad a largo plazo de estas producciones agrícolas teniendo en cuenta las siguientes claves:

  1. La aplicación del método de lucha integrada no está justificada si la plaga no ha sobrepasado al cultivo, de tal modo que afecte a la producción y a la economía.
  2. Los recursos utilizados en esta 'lucha' no deben impedir la acción de los agentes naturales.
  3. Este método debe brindar una buena protección a los cultivos, generando al agricultor una garantía de que obtendrá cosechas económicamente aceptables y sostenibles medioambientalmente.

Elementos que pueden utilizarse para el control biológico de plagas 

Estos son algunos de los elementos u organismos más usados en el control biológico de plagas:

  • Depredadores: como mariquitas, chinches asesinas y ácaros depredadores. Se alimentan de pulgones, ácaros y otros insectos pequeños. 
  • Parásitos: como avispas y taquínidas. Estas depositan sus huevos dentro o sobre las larvas de moscas blancas y pulgones. Estas larvas emergentes se alimentan de la plaga.
  • Patógenos: bacterias, hongos entomopatógenos y virus, los cuales producen toxinas que infectan la plaga. Suelen atacar a mosquitos de la fruta, mosca blanca, pulgón, escarabajo de la patata y gusano blanco.
  • Controladores microbianos: hongos y bacterias. Controlan enfermedades o agentes patógenos en las plantas que son producidos tras la infección de una plaga, compitiendo con los agente orgánicos que le están afectando. Suelen atacar a pulgones, mosca blanca y gusanos blancos entre otros.
  • Controladores de malezas: insectos herbívoros y patógenos vegetales. Se alimentan exclusivamente de plantas invasoras reduciendo el uso de herbicidas químicos.
  • Agentes externos: insectos o microorganismos no nativos que se centran en atacar a la plaga objetivo en cuestión.

Aunque todos estos agentes biológicos para el control de plagas pueden encontrarse de forma natural, muchas empresas han optado por su producción industrial para favorecer y optimizar su uso.

Esta iniciativa responde a la necesidad de asegurar un suministro de manera constante pero controlado, favoreciendo así una mayor eficacia en la gestión de plagas agrícolas.

Un caso de éxito en el desarrollo de este tipo de producto fue Agrobío, una empresa ubicada en La Mojonera, Almería. 

Esta fue la primera empresa de España en comercializar colmenas de abejorros hace 20 años con el objetivo de polinizar de forma natural el cultivo de tomates. Y hace en torno a una década, comenzó a hacer lo propio con la producción de insectos depredadores o biocontroladores. 

Cómo se implementan los biocontroladores para combatir las plagas

La implementación de biocontroladores en el control biológico de plagas sigue un proceso estructurado para garantizar su efectividad:

  1. Identificación de la plaga: se investiga qué tipo de plaga tiene el cultivo y qué organismos son efectivos para erradicar la plaga sin que afecte al cultivo.
  2. Liberación e integración en el cultivo: según el tipo de biocontrolador que se utilice deben aplicarse unos métodos u otros para su liberación en el cultivo y posterior integración en el hábitat. 
  3. Monitoreo y evaluación: se hace un seguimiento de la población de la plaga y de los agentes biológicos utilizados para establecer si la estrategia de liberación es adecuada o hay que hacer ajustes.

 

Beneficios del uso de biocontroladores para combatir las plagas

Con el uso de control biológico se consigue un mantenimiento del cultivo sostenible y se obtienen productos de mayor calidad, ya que no están expuestos a pesticidas. Además conlleva otros beneficios como:

  • Menor impacto ambiental: estos insectos son organismos naturales por lo que no generan un impacto negativo en el medio ambiente y la salud humana durante su uso. Además no dejan residuos tóxicos en los cultivos ni en el suelo.
  • Reducción de costes: su uso puede ser más económico a largo plazo ya que estos agentes se encuentran de manera 'natural' en el entorno.
  • Efectividad a largo plazo: a diferencia de los pesticidas químicos, que pueden perder eficacia con el tiempo, estos biocontroladores se adaptan al entorno y aumentan su durabilidad. 
  • Promueven la biodiversidad: el uso de depredadores puede ayudar a conservar la biodiversidad, ya que no afectan a otras especies no objetivo y pueden ayudar a controlar las plagas sin dañar a otros organismos.
  • Producción sostenible y de calidad: este tipo de producciones agrícolas son más respetuosas con el medio ambiente, pues no utilizan pesticidas que dañan la atmósfera. Además, al tampoco dañarse el cultivo durante su cosecha, se obtiene un producto de calidad mayor que asegura a su vez, un mejor posicionamiento en el mercado garantizando la seguridad del producto

 

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Selección de biocontroladores para el control biológico por conservación en invernaderos de Almería

España cuenta con alrededor de 27.000 invernaderos, que contribuyen con más de un 15 % a la producción agrícola, por lo que su valor socio-económico es indudable para el país.

Sin embargo, este desarrollo ha reducido aproximadamente un 50 % los hábitats únicos en Europa, perdiéndose el control biológico natural

Desde 1998, el Ecosistema de Innovación Agroalimentaria de Cajamar y, en este caso a través de la Estación Experimental Cajamar 'Las Palmerillas' (La Mojonera, Almería), ha contribuido en fomentar el desarrollo del control biológico de plagas en la horticultura intensiva para mejorar la sostenibilidad.

Por ello, una de las primeras estrategias que se plantearon para este proyecto fue restaurar la biodiversidad que se estaba perdiendo a través de una selección de plantas, setos en este caso, para adaptarlos entre los invernaderos de Almería con la finalidad de establecer un control biológico por conservación.

En 2011 se estableció en la Estación Experimental de Las Palmerillas (El Ejido, Almería), una parcela de forma experimental formada por especies vegetales autóctonas escogidas para aportar recursos a los enemigos naturales de las plagas como por ejemplo: alimento en forma de polen, refugio y presas alternativas. 

Cada planta fue evaluada mensualmente durante un año, y se clasificaron los artrópodos encontrados en ellas para crear un catálogo de plantas y sus enemigos naturales asociados

 

 

→ Experiencias de control biológico por conservación en horticultura protegida 

 

Este trabajo ha permitido identificar qué plantas se relacionan mejor con cada agente biológico, promoviendo su evolución y asegurando un manejo adecuado del hábitat que favorezca el control biológico natural en la horticultura intensiva de Almería.

 

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El control biológico por conservación modifica el entorno y manipula el hábitat favoreciendo y potenciando la presencia de enemigos naturales.  Imagen: Estación Experimental Cajamar.

 

El control de plagas biológico se presenta como una alternativa natural pero efectiva frente a los métodos tradicionales que utilizan pesticidas químicos. 

Este es una realidad ya en España, por ello, la Unión Europea pretende seguir implantando estas medidas de control de plagas hasta que dejen de utilizarse pesticidas y químicos, que no sólo afectan a los cultivos, sino que también a los humanos.