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La producción de alimentos es una actividad estratégica para los Estados, pues permite dotar de nutrientes y fibras a su población.
No obstante, también es un sector criticado por la sociedad, ya que puede contribuir a la contaminación de los ecosistemas, si no se gestiona adecuadamente.
Las razones de esta preocupación pueden verse reflejadas en los límites planetarios comunicados por el Centro de Resiliencia de Estocolmo, una entidad de referencia.
La producción de alimentos puede tener un impacto directo o indirecto en el sobrepasamiento de estos límites, como cambios en el uso del suelo o afectaciones a la biodiversidad de los ecosistemas, entre otros.
Sin embargo, quizás la mayor preocupación radica en la emisión de sustancias contaminantes a los flujos biogeoquímicos, especialmente compuestos nitrogenados y fosfatados.
La mala gestión de la fertilización puede causar graves perjuicios sobre la salud de los ecosistemas
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Esta situación deriva en las críticas que he comentado al iniciar este artículo.
Sin embargo, se me plantean dos preguntas ¿cómo se gestiona la aplicación mundial de fertilizantes nitrogenados? ¿Cómo podría mejorarse la eficiencia de la aplicación de los fertilizantes?
Para ello, les voy a comenzar a mostrar una serie de indicadores obtenidos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que tratarán de responder a esta pregunta para el último año disponible, 2021.
La demanda de nitrógeno
Al observar los 30 principales países con la mayor dotación de fertilizantes nitrogenados por unidad de superficie, se pueden destacar comportamientos de interés.
El primero de ellos es que algunos países de la Unión Europea se encuentran entre los cinco países con mayor consumo de fertilizantes, como Irlanda.
Más específicamente, se aprecia que Islas Feroe, Egipto, Turkmenistán, Kuwait e Irlanda son los países que consumen más fertilizantes nitrogenados, siendo consumos desorbitados, que van desde los 21.753 hasta los 201 kg/ha. Le siguen de cerca países como Bélgica (181 kg/ha), China (171 kg/ha) o Reino Unido (124 kg/ha).
España, por su parte, tiene un consumo de 54 kg/ha, no entrando entre los 60 países que mayor consumo tienen de estos compuestos. Francia se ubica en el top 40.
España no posee un consumo de fertilizantes nitrogenados por unidad de superficie elevado
En cuanto a la aplicación de estiércol al suelo, Islas Feroe también lidera el ranking, le sigue Singapur, Kuwait, Brunei Darassalam y Montenegro.
En esta clasificación también se identifican a países de la Unión Europea en posiciones relevantes, como Bélgica, Malta y Países Bajos. España se ubica en el top 50.
Un problema...
Anteriormente, he mostrado dos parámetros de interés: el consumo de fertilizantes nitrogenados y el aporte de enmiendas orgánicas al suelo.
Ahora, cabe preguntarse cuántas pérdidas de nutrientes nitrogenados se producen a causa de la lixiviación y la volatilización.
Realizando un primer análisis de los datos, se observa una clara correlación entre las aplicaciones de fertilizantes nitrogenados y enmiendas orgánicas, y las pérdidas por lixiviación y volatilización.
Islas Feroe y Singapur ocupan los primeros lugares en términos de pérdidas por lixiviación, con emisiones de 594 y 322 kg/ha, respectivamente. Además, también lideran el ranking de pérdidas por volatilización, con valores de 891 y 492 kg/ha, respectivamente.
Países como Bélgica, Irlanda, Países Bajos o Malta ocupan posiciones relevantes en este ranking de pérdidas de fertilizantes nitrogenados. En cambio, España se posiciona en el top 60.
Islas Feroe y Singapur lideran el ranking de pérdidas de compuestos nitrogenados
Una solución...
Como se ha apreciado con anterioridad existen unas elevadas pérdidas de nutrientes nitrogenados en muchos países.
Si se realiza un análisis de la eficiencia del uso de los nutrientes, según la FAO los países africanos disponen de la mayor eficiencia de la aplicación de nutrientes, principalmente, por la pobreza de los nutrientes. La media mundial en la aplicación de los nutrientes está entorno al 50 %. Aunque es cierto que, en valores absolutos, las pérdidas medias pueden ser menores.
Ante esta situación es necesario desarrollar e implantar todas aquellas estrategias que permitan expandir la eficiencia de la aplicación de los nutrientes, pues tendrá efectos beneficiosos sobre la rentabilidad socioeconómica como medioambiental de la producción de alimentos.
Una de ellas es la implantación de herramientas digitales que vienen de la mano de la ‘Revolución Tecnológica’, pues ellas permiten modular la dotación de fertilizantes a partir de las necesidades particulares de cada parcela e, incluso, de cada subparcela de cada explotación agrícola.
Existe tecnologías de dotación variable de insumos que permiten mejorar la eficiencia de aplicación de fertilizantes en hasta un 65 %, pues aportan los nutrientes en aquellas zonas del terreno donde realmente son necesarias.
El último estudio publicado por el Observatorio de la Digitalización del Sector Agroalimentario Español ha identificado a las tecnologías de aplicación variable de insumos como fertilizantes y fitosanitarios como las innovaciones que serán más importantes para el sector agrícola en cuestiones ligadas a la maquinaria del campo.
En este marco, la digitalización aporta herramientas esenciales para solucionar los problemas planteados en torno a la aplicación de fertilizantes. Sin embargo, no debemos olvidar que es una herramienta que debe ser gestionada de manera adecuada y adaptada a las necesidades del campo, para que pueda aumentar la eficiencia en la aplicación de fertilizantes.
... y unas barreras
No debemos olvidar que cualquier proceso de revolución está asociado a barreras de entrada. Es un conjunto indivisible del cual debemos estar bien informados para desarrollar estrategias de implementación que nos ayuden a superar estos obstáculos.
En este sentido, el Observatorio de la Digitalización del Sector Agroalimentario Español ha publicado recientemente los principales obstáculos sociales, personales, tecnológicos y económicos que afectan al sector agroalimentario en su transformación digital.
Los principales obstáculos se muestran en la infografía a continuación. Entre ellos se encuentran "viejos conocidos" como la falta de relevo generacional en las explotaciones agrícolas. También encontramos otros obstáculos, como la baja valoración que los agricultores pueden tener de las nuevas tecnologías al considerarlas un gasto.
Estos obstáculos coinciden con los identificados por otros proyectos europeos como CODECS, según lo señalado por una de sus investigadoras, Mar Alonso Rondán. Esta investigadora indica que "la digitalización en la agricultura puede verse como un proceso con distintas etapas, cada una con sus propias barreras". Por lo tanto, es necesario abordar estas barreras de forma individual.
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