05 November 2024
El sector hortofrutícola nacional está cada vez más profesionalizado y apuesta por tendencias innovadoras, que contribuyen a mantener el liderazgo en algunos subsectores.
El valor de la producción ha experimentado un importante auge durante la última década, superando los 25.000 millones de euros en el último año.
Nuestro comercio exterior bate récords
Las frutas y hortalizas son de los principales subsectores exportadores agroalimentarios de España y, además, muestran una evolución positiva en lo que se refiere a valor exportado durante la última década. Y todo ello a pesar de que el volumen exportado ha decrecido durante este periodo un 7 %, poniendo de manifiesto el aumento del precio medio de los productos hortofrutícolas.
El valor de las importaciones también ha experimentado un incremento considerable, motivado por el crecimiento también del volumen en más de un 67 %, con precios medios al alza.
Los precios en origen evolucionan positivamente
En el siguiente gráfico se muestra la evolución de los precios medios de los principales grupos, correspondientes al primer cuatrimestre de los últimos tres años.
Como se puede apreciar, los tubérculos representan el grupo con mayor incremento en el precio, seguido de frutas frescas y hortalizas; mientras que cítricos y frutos secos son los que menor encarecimiento han experimentado.
En un contexto general del sector hortofrutícola, se puede indicar que la evolución de los precios en el periodo analizado muestra una tendencia alcista
Los principales insumos muestran comportamientos desiguales
A continuación, se detalla el comportamiento de los principales insumos a lo largo del primer cuatrimestre de los últimos tres años.
El precio de los fertilizantes y carburantes tras dos años (2022 y 2023) de elevados precios, en parte motivados por el conflicto bélico en Ucrania, conllevó cierta escasez en el suministro en el primer cuatrimestre del presente año, donde se ha apreciado un descenso considerable.
En cuanto al resto de insumos, se muestra una cierta estabilidad durante los tres últimos años. Por tanto, se puede indicar que durante el presente año se está produciendo una regularización de los principales insumos agrícolas, que esperemos siga normalizándose hasta alcanzar valores más acordes con estas actividades, repercutiendo en una mejora en la rentabilidad de las explotaciones.
La búsqueda de productos más saludables
La tendencia de los consumidores está cambiando hacia productos alimentarios más saludables y esto está provocando que los productores tiendan a implementar distintivos de calidad en sus procesos de producción.
Por ejemplo, la superficie de agricultura ecológica se ha incrementado en más de un millón de hectáreas en la última década y el número de operadores ecológicos aumentó en un 80 % en este periodo.
La superficie de agricultura ecológica se ha incrementado en más de un millón de hectáreas en la última década
Existen otros registros de calidad ligados a la producción integrada, agricultura biodinámica, Global GAP, etc.; que ponen de manifiesto la vertiente más medioambiental de las prácticas sostenibles.
Además, el módulo específico de Global GAP Grasp muestra la importancia de evaluar las prácticas sociales en la explotación, abordando temas específicos relativos a la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores. Este es un aspecto muy importante para la vertiente sostenible desde su ámbito más social.
Una adecuada reconversión varietal
Es conveniente llevar a cabo una adecuada reconversión varietal que permita renovar las plantaciones más antiguas y menos productivas por modernas orientadas a variedades demandadas por el mercado.
Aproximadamente entre un 10-20 % de la superficie dedicada a frutales de hueso, pepita y cítricos está aún en fase de desarrollo. Es decir, tienen una edad inferior a 4 años, dependiendo del tipo de cultivo. Por tanto, en los próximos años la entrada en producción de esta superficie permitirá incrementar la productividad.
Frutos secos y olivar, preferencias en las nuevas plantaciones
Según datos de ESYRCE, durante los últimos 10 años las plantaciones que han experimentado un mayor crecimiento han sido las destinadas a almendro (196.409 ha), olivar (194.537 ha) y pistacho (74.023 ha).
Se trata de cultivos adaptados a regímenes tanto de secano como de regadío, con elevadas densidades de plantación que permiten maximizar la productividad y donde la mecanización de las principales tareas minimizan los costes de explotación.
Otro grupo como los cítricos presenta una evolución desigual, en naranjo y mandarino no se han apreciado grandes diferencias, mientras que la superficie de limonero se ha incrementado en un 44 %.
La superficie de limonero se ha incrementado en un 44 %
La superficie dedicada a los cultivos hortícolas apenas ha experimentado diferencias significativas durante los últimos 10 años, si bien se aprecia una tendencia al alza en productos como espárrago, remolacha de mesa, sandía, pimiento y tomate, principalmente. Esto puede estar ligado a la búsqueda de valor añadido a través de variedades más demandadas por los consumidores, y que ofrezcan una interesante rentabilidad.
Perspectivas de cara al futuro
El sector hortofrutícola nacional está experimentando una importante transformación durante los últimos años. De cara a para poder amortiguar el coste de los principales insumos hemos de continuar realizando transformaciones hacia explotaciones de mayor tamaño, plantaciones más intensivas, búsqueda de valor añadido, optimización de los recursos naturales, uso eficiente del suelo, etc.
En cuanto al consumo nacional, es cierto que la actual situación de inflación ha repercutido en un descenso del 14 % en el consumo de frutas y hortalizas frescas en los últimos 5 años. Una causa es la merma productiva en algunas plantaciones, ligadas a la situación de sequía de los últimos años. Así que, en gran medida, la mejora de las condiciones climáticas a corto y medio plazo podrán contribuir a normalizar la producción, y estabilizar así algunos mercados interiores.
Por otro lado, la actual coyuntura permitirá concienciar aún más a los consumidores de la importancia de no desperdiciar alimentos, así como de comparar muy bien los productos antes de comprar. Además, las premisas de cercanía y alimentación saludable seguirán estando muy presentes entre los usuarios finales.
Pese al alza en los precios, las empresas distribuidoras deberán continuar llevando a cabo campañas publicitarias que pongan de manifiesto los beneficios de estos alimentos para concienciar al consumidor final de su importancia en detrimento de otros menos saludables.
En cuanto a los clientes exteriores, debido a nuestra clara tendencia exportadora, no debemos descuidar nuestros sistemas de producción sostenible, que nos permitan fidelizar a los principales clientes, así como poder incorporar nuevos países entre nuestros consumidores.