07 January 2023
El olivar es uno de los principales cultivos de la agricultura española, con más de 2,7 millones de hectáreas repartidas por buena parte del territorio nacional. No obstante, Andalucía concentra el 60 % del total de la superficie, seguida a distancia por Castilla-La Mancha y Extremadura, con un 16 % y 10 %, respectivamente.
El 97 % de la superficie está dedicada a plantaciones destinadas a la aceituna de almazara, ocupando la aceituna de mesa tan solo un 3 % del total.
Evolución reciente
La superficie dedicada al olivar ha experimentado un importante crecimiento en los últimos 10 años, incrementándose hasta un 10,6 %.
El 68 % del total de la superficie se corresponde con plantaciones en régimen de secano, si bien en la última década el olivar de regadío ha pasado de representar el 24 % a ocupar el 32 % en la actualidad.
Se trata de un cultivo implantado en casi toda España, destacando provincialmente Jaén, Córdoba, Granada y Sevilla, entre otras muchas, como se puede apreciar en el siguiente mapa.
Distribución de la superficie de olivar en relación al territorio provincial. En porcentaje
Fuente: MAPA (ESYRCE)
Según datos de la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos Cultivos (ESYRCE 2021), aún existen más de 226.000 ha entre plantaciones jóvenes y de primer año, que auguran un incremento medio de producción para las próximas campañas, cuando estén en pleno rendimiento.
Hacia un sector más intensivo, tecnificado y rentable
Históricamente las densidades de plantación han sido bajas en el sistema conocido como ‘olivar tradicional’. En la actualidad todavía el 51 % del total se corresponde con este tipo de plantaciones, estableciéndose sobre todo en terrenos de elevadas pendientes donde es difícil mecanizar las tareas.
En los últimos años se está llevando a cabo una importante transformación, apostando por sistemas de producción más intensificados, sobre todo en zonas más llanas y con acceso a regadío, lo que permite una mayor productividad, rápida entrada en producción y un importante ahorro en mano de obra debido a la tecnificación de las principales tareas, como pueden ser poda y recolección.
Como se puede apreciar, los sistemas más intensivos requieren de una mayor inversión inicial, dado que el número de árboles por hectárea es bastante superior.
Sin embargo, la intensificación permite a su vez incrementar la productividad y minimizar los costes de producción unitarios, repercutiendo todo ello en un menor periodo de retorno de la inversión: desde los 13 años para plantaciones tradicionales hasta los 7 años en marcos superintensivos.
Aplicación de técnicas sostenibles
La conservación de los suelos es fundamental para poder garantizar la fertilidad de los mismos en un futuro. Hay que destacar que tan solo el 13 % de las explotaciones realizan laboreo tradicional, siendo las principales técnicas el laboreo mínimo (38 %), cubierta vegetal (29 %) y no laboreo (13 %), encaminadas a la mejora de la conservación del terreno.
La agricultura ecológica tiene en el olivar un gran exponente. En la última década se ha producido un importante crecimiento en este tipo de plantaciones, incrementándose en 175.245 ha, hasta llegar a las 256.507 ha censadas en 2021.
La optimización del agua es un factor primordial. En la actualidad más del 95 % de la superficie ya cuenta con sistemas de regadío localizado, permitiendo así optimizar el agua aportada en los riegos.
A partir de ahora, habrá que continuar mejorando la eficiencia en los sistemas de regadío, mediante la sensorización, teledetección, equipos avanzados de control, etc.
Líderes en producción mundial de aceite de oliva
El promedio de la producción mundial de aceite de oliva durante las últimas 5 campañas ha sido de 3,3 millones de toneladas, siendo España el país líder con el 43 % del total de la producción mundial y el 66 % del total producido en la Unión Europea. El resto de los principales productores se concentran también en la cuenca mediterránea.
En lo que respecta al consumo, el promedio de las 5 últimas campañas se ha situado en 3,1 millones de toneladas, repartiéndose casi en partes iguales entre los países de la Unión Europea y los extracomunitarios. Los principales consumidores son los países de la cuenca mediterránea, destacando también EEUU y Brasil.
Económicamente, la importancia de las aceitunas y el aceite de oliva en España es notable, representando el 14 % del total de la facturación de la producción vegetal nacional.
El valor promedio de la producción de las 5 últimas campañas ha sido de 4.074 millones de euros, estimándose para la presente campaña 2022/23 un valor de 4.736 millones de euros, según datos del MAPA.
En el siguiente gráfico se muestra la evolución de las últimas campañas, así como la estimación de la presente 2022/23, apreciándose una importante merma en la producción estimada, tras dos campañas con oferta elevada.
La menor producción de esta campaña propiciará una menor exportación, y respecto al consumo interior lo normal es que decaiga debido también al elevado precio que ostenta el aceite de oliva en la actualidad.
Y es que a lo largo del año 2022 el precio ha ido aumentando linealmente, desde los 3,4 €/kg en enero hasta alcanzar los 5,4 €/kg registrados en la semana 50.
En la actualidad los precios de venta del aceite de oliva muestran una tendencia al alza, y gracias a ello se está consiguiendo mitigar el incremento de los costes de producción.
La mayor parte de la producción de aceite de oliva se comercializa a granel
En lo que respecta al aceite embotellado, de cara a incrementar la competitividad del sector hay que reseñar que el ‘top 10’ de los principales comercializadores de aceite de oliva envasado en el mercado nacional aglutina 311,6 millones de litros, gracias a la integración y fusión de varios grupos, lo que permite optar a un mayor poder de negociación.
Un sector con fuerte arraigo cooperativo
El olivar es la sección del cooperativismo agroalimentario español que ocupa la segunda posición en el ranking de facturación, solo por detrás de frutas y hortalizas, con el 13 % de la facturación total según Cooperativas Agro-alimentarias España (2021).
En muchos municipios, sobre todo de Andalucía, es el principal cultivo y motor económico, poniendo de manifiesto su repercusión social
En lo que respecta al número de cooperativas la importancia es aún mayor, ostentando el 36 % del total de las cooperativas agroalimentarias nacionales, con un crecimiento del 2 % en los últimos 5 años.
El cooperativismo en el olivar ha tenido una facturación promedio en los últimos 5 ejercicios superior a los 3.500 millones de euros, quedando patente su importancia económica.
Perspectivas de futuro
Nos encontramos ante un sector con un futuro prometedor, donde es importante la incorporación de jóvenes al mismo para favorecer el relevo generacional, continuar aplicando técnicas ligadas a la sostenibilidad, eficiencia en los sistemas de regadío, incrementar la apuesta por el aprovechamiento de los subproductos, y el apoyo de la innovación y digitalización para intentar ser más competitivos.