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La chirimoya: el tesoro tropical de España

06 November 2023
Desarrollo Rural
Economía Agroalimentaria
Nutrición y Salud
Aunque aún desconocida para muchos consumidores, incluso nacionales, España es el primer productor comercial de este subtropical en el mundo. Málaga, y especialmente Granada, concentran el 99 % de la producción
Chirimoyos

06 November 2023

En el paisaje agrícola español, la chirimoya ha emergido como un diamante en bruto. Esta fruta, originaria de América del Sur, ha encontrado en Andalucía un hogar perfecto para florecer.

En el mes de octubre se encuentra en plena temporada y con las nuevas técnicas de cultivo su producción se extiende mayo. Pero, ¿cómo llegó este manjar tropical a ser una joya del agro español?

Origen y características de la chirimoya

La chirimoya (Annona Cherimola) es el fruto de un árbol que pertenece a la familia de las anonáceas, género Annona, fruta tropical originaria de América del Sur.

Aunque hay cierto debate sobre la región exacta de su origen, se considera que proviene de las zonas altas de la región andina de Sudamérica, concretamente entre el sur de Ecuador y el norte de Perú

Esta fruta tropical ha sido cultivada y apreciada por sus propiedades nutritivas y sabor delicioso desde tiempos precolombinos

A lo largo de los años, la chirimoya fue introducida a otras regiones del mundo con climas cálidos, caso de Centroamérica, México, algunas zonas de Estados Unidos y, más tarde, a partes de Europa, Asia y África.

Está considerada como una de las frutas comestibles tropicales más valoradas dentro del género Annona y según la revista gastronómica Taste Altas, la chirimoya es una de las 10 frutas tropicales más populares de Europa.

Características de la chirimoya:

  • Tiene una textura cremosa y un sabor dulce que recuerda a una combinación de plátano, piña y fresa.
  • Por fuera es de color verde, aunque puede tornarse más pálida o amarillenta a medida que la fruta madura. 
  • La piel presenta un patrón escamoso o con marcas que se asemejan a impresiones dactilares. Esta es delgada y no es comestible debido a su textura rugosa y ligeramente correosa.
  • Generalmente, tiene de forma redonda, ovalada o en forma de corazón.
  • Su tamaño oscila entre 10 y 20 cm de longitud.
  • Su peso promedio es de entre 150 y 500 gramos, aunque algunas pueden ser más grandes.
  • La chirimoya contiene varias semillas negras, brillantes y de forma ovalada. Estas semillas presentan cierta toxicidad y no deben ser consumidas.
Chirimoya

Propiedades y beneficios de la chirimoya

Además de su sabor dulce y su textura cremosa, la chirimoya cuenta con diversos nutrientes y beneficios para nuestra salud. 

Según numerosos estudios, posee propiedades nutricionales, digestivas, antitumorales y antioxidantes:

  • Es rica en vitamina C, que es esencial para fortalecer el sistema inmunológico y tiene propiedades antioxidantes.
  • Contiene vitamina B6, crucial para el funcionamiento del cerebro y la producción de neurotransmisores.
  • Contiene minerales esenciales como el potasio, que ayuda a regular la presión arterial y la función cardíaca. 
  • También aporta hierro, esencial para la producción de glóbulos rojos, y magnesio que es vital para muchas funciones celulares.
  • Es una buena fuente de fibra, que ayuda a regular el sistema digestivo y puede contribuir a reducir el colesterol.
  • Contiene varios antioxidantes, incluyendo la catequina y la epicatequina, que pueden proteger las células contra el daño de los radicales libres, previniendo el envejecimiento prematuro.
  • A pesar de su dulzura, es relativamente baja en calorías, lo que la hace una opción saludable para quienes buscan satisfacer un antojo dulce sin consumir demasiadas calorías.
  • Además, sus hojas se han utilizado para elaborar productos cosméticos como cremas regeneradoras y sus semillas en la elaboración de productos anticaspa y antipiojos.

España, líder en producción mundial de chirimoya

El chirimoyo se introdujo en España a finales del siglo XVIII. Sin embargo, no fue hasta el siglo XX cuando realmente comenzó a florecer como cultivo comercial en la región de Andalucía. Particularmente en la Costa Tropical de Granada y Málaga. Por su clima mediterráneo templado, esta región le confiere un equilibrio perfecto de condiciones climáticas para el cultivo de la chirimoya. 

El clima mediterráneo templado de la Costa Tropical de Granada y Málaga le confiere al chirimoyo un equilibrio perfecto para su desarrollo

La chirimoya de la Costa tropical de Granada-Málaga es es en su mayor parte de la variedad Fino de Jete. De hecho, cuenta incluso con su propia Denominación de Origen Protegida de la Costa Tropical Granada-Málaga.

 

Denominación de Origen Protegida de la Costa Tropical Granada-Málaga

 

El chirimoyo es el segundo cultivo en extensión, con alrededor de 3.000 hectáreas, en la Costa Tropical. Los municipios con mayor extensión pertenecen a Granada y son por orden: Almuñecar, Motril, Salobreña y Jete.

En términos de producción, Andalucía concentra el 99 % del total de la chirimoya española y casi del mundo

La producción anual de cultivos subtropicales en la Costa Tropical es de alrededor de 73.000 toneladas. Y en el caso de la chirimoya representa una producción que gira entre los 40 y 50 mil toneladas anuales, según datos estadísticos anuales del Observatorios de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía. 

Este peso específico del cultivo ha convertido a España en el primer productor de chirimoya de la variedad Fino del Jete a nivel mundial.

 

 

Mientras que otros frutos subtropicales, como el mango, el aguacate o el níspero, están más destinados a la exportación, la chirimoya se comercializa fundamentalmente en el mercado nacional, con una cuota entre el 80-90 % de la producción anual. 

La exportación, que supone entre el 10-20 % de la producción total, se realiza ampliamente a través de mayoristas en destino, aunque minoritariamente también se llevan a cabo acuerdos directos con la distribución organizada.

Cultivo de la chirimoya en España

La chirimoya proviene de un árbol, el chirimoyo, de crecimiento lento, que puede llegar a alcanzar entre 7 y 8 metros de altura.

Su follaje es espeso y sus hojas son simples, enteras y de forma ovada-lanceolada. Sus flores, perfumadas, presentan pétalos amarillentos, salpicados con violeta.

 

 

 

Plantación de chirimoya en la costa tropical de Granada.


En cuanto a su cultivo, presenta las siguientes características:

  • Clima: requiere un clima subtropical o tropical con temperaturas cálidas, preferentemente sin heladas. La chirimoya necesita temperaturas suaves. Esto es, ni mucho calor asfixiante ni mucho frío nocturno, lo que convierten a la costa granadina en el paraíso de la chirimoya. Esta región cuenta con una protección natural de los vientos, gracias a las Sierras Penibéticas, que se alinean paralelas a la costa, suavizando el clima y dando lugar a unas temperaturas más tropicales que mediterráneas.
  • Suelo: se adapta bien a diferentes tipos de suelos, aunque prefiere suelos fértiles, bien drenados y ligeramente ácidos.
  • Requerimientos de agua: la chirimoya necesita riegos regulares, especialmente durante la temporada de sequía. Este no debe ser excesivo y es importante evitar el encharcamiento, por lo que se recomienda el riego por goteo.
  • Plagas y enfermedades: puede ser susceptible a plagas como la mosca de la fruta y enfermedades como el hongo de la Antracnosis. Se deben aplicar medidas de control para proteger los cultivos.
  • Plantación: la chirimoya se planta generalmente al final del invierno o principio de la primavera, cuando el riesgo de heladas ha pasado. 
  • Polinización: una particularidad del árbol de chirimoyo en España es que a menudo requiere polinización manual. En su región de origen, las flores son polinizadas por un tipo de escarabajo, pero allí donde su cultivo ha sido introducido, la falta de este insecto representa un grave problema, que España se ha solventado mediante la polinización manual de la chirimoya. Por tanto, para garantizar una buena cosecha, los agricultores suelen transferir el polen de una flor a otra manualmente.
  • Temporada de cosecha: la producción se concentra en la primera floración, entre los meses de septiembre y diciembre, en cuyo período se comercializa más del 85 % del volumen de la campaña. Sin embargo con las técnicas de cultivo actuales su comercialización se extiende hasta mayo.

 

El grueso de la cosecha de chirimoya española se concentra entre los meses de septiembre y diciembre

Desafíos y proyecciones de futuro: la chirimoya sigue siendo una gran desconocida

A pesar de ser el primer país en producción de chirimoya, esta fruta tiene, de momento, un menor impacto que otras frutas tropicales.

Hay una desconexión entre la producción y el consumo, pues uno de los principales motivos es que la chirimoya esta fruta continúa siendo una gran desconocida para muchos y aún no posee la demanda de otras frutas tropicales, como el mango o el aguacate.

Además, del obvio impacto de la sequía y el aumento en los costes de producción, ha hecho que a este cultivo se le presenten algunos desafíos importantes, destacando:

  • La necesidad de polinización manual: como hemos visto antes, el cultivo de chirimoya requiere de una polinización manual, lo que se traduce es mayor esfuerzo y mayor coste de mano de obra.
  • Su propio proceso de maduración: son frutos climatéricos, por lo que continúan madurando después de su recolección. Al ser frutas altamente perecederas, se deben recolectar verdes, lo que acaba afectando a su proceso de maduración.
  • Tiene una piel delicada: la piel de la chirimoya es muy fina y se rasga con facilidad, lo que significa que es susceptible a daños durante el transporte. Un simple golpe o roce puede dañar la piel, lo que afecta la presentación del fruto y, potencialmente, su vida útil.
  • Dificultades en la comercialización extranjera: debido a esta piel delicada y maduración postcosecha, su exportación es más complicada que la de otras frutas. Las empresas exportadoras deben tener mucho cuidado al empacar, transportar y almacenar estas frutas para garantizar que lleguen en buen estado a los mercados extranjeros. Esto puede implicar costos adicionales en embalaje especial o transporte más seguro y rápido.
  • Mano de obra cualificada: todos estos factores y la dificultad para automatizar los procesos, hace que se dependa en gran medida del factor humano. Tanto su polinización como su recolección son manuales y se necesita una mano de obra especializada.

 

Esto ha llevado a que muchos agricultores malagueños estén arrancando chirimoyos para plantar mango y aguacate en su lugar, frutos con una mayor rentabilidad comercial, dejando un cultivo testimonial y otorgando a Granada casi toda la responsabilidad de la producción, con más del 95 %.

Sin embargo, a pesar de estos desafíos, las proyecciones indican un crecimiento sostenido en la exportación debido al aumento en la demanda en países como Alemania o Francia.

 

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Además, innovaciones en biotecnología agraria prometen abordar todos los retos actuales, asegurando la prosperidad del cultivo. 

Investigadores españoles del Instituto Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea “La Mayora” (IHSM) han secuenciado el genoma del chirimoyo y los resultados proporcionan una herramienta fundamental para avanzar en la mejora genética de la especie y alargar su resistencia y vida útil.

La Cooperativa La Palma de Granada ya trabaja en una variedad de chirimoya que en 5 ó 10 años será clave, porque aguantará mucho mejor los posibles golpes y el paso del tiempo, adaptándose a las exigencias del consumidor actual.