10 December 2024
1. Resumen Ejecutivo
El informe presenta un análisis detallado de la situación actual del mercado vitivinícola tanto a escala global como en España, destacando los principales retos económicos, climáticos y comerciales que enfrenta el sector.
En el ámbito internacional, Estados Unidos sigue mostrando un crecimiento económico estable acompañado de una demanda sólida, que impulsa el consumo de vinos premium y lo consolida como un mercado estratégico para los productores globales. En contraste, Europa enfrenta importantes desafíos derivados de tensiones geopolíticas, altos costes energéticos y una débil recuperación de la demanda interna.
Estos factores económicos se combinan con determinantes sociales estructurales, delineando un panorama global de consumo que continúa con una tendencia a la baja. Esta disminución se atribuye principalmente al descenso constante en Europa y China, mientras que los mercados anglosajones, como Estados Unidos y Canadá, mantienen un crecimiento sostenido, que se proyecta continuar tras el control de la inflación que se está experimentando.
Aunque el volumen total del mercado global ha disminuido, los elevados precios han estabilizado parcialmente su valor. Esto se debe, en parte, a una caída del 10 % en la producción mundial durante la campaña 2023/24, afectada por las bajas cosechas en la Unión Europea, responsable del 60 % de la producción global, y en Australia, que experimentó su peor vendimia en una década. Se anticipa que la nueva caída esperada en la cosecha europea, junto con la progresiva tendencia hacia consumos más selectivos y ocasionales, mantendrá bajo el volúmenes de comercio aunque sostendrá los precios.
En España, la campaña 2024/25 comenzó con las existencias más bajas desde 2018, particularmente en vinos blancos y a granel, debido a las limitaciones de la vendimia anterior. Aunque se espera una recuperación moderada en 2024, la producción se mantiene por debajo de los niveles históricos, lo que evidencia un panorama incierto. En cuanto a las exportaciones, estas han registrado una disminución en volumen, pero un incremento en valor, superando los 2.940 millones de euros en los últimos 12 meses, impulsadas por la creciente demanda de vinos premium en mercados clave como Estados Unidos, que representa el 22 % del valor de las exportaciones de vino envasado. Sin embargo, las exportaciones hacia la Unión Europea enfrentan mayores dificultades, especialmente en los segmentos de gama media y baja.
El mercado interno español también está experimentando cambios significativos en los patrones de consumo. Aunque el vino tinto sigue siendo el más consumido, su volumen ha disminuido, manteniéndose estable en valor gracias a la preferencia por productos más reconocidos y de mayor precio. Por otro lado, los vinos blancos y espumosos destacan por su crecimiento tanto en volumen como en valor, impulsados por cambios demográficos y un consumo más diversificado que responde a nuevas preferencias sociales y económicas.
2. Introducción
En 2024, las economías avanzadas muestran diferencias notables en sus perspectivas de crecimiento. Estados Unidos, con una demanda interna sólida y una inflación en proceso de moderación, mantiene un crecimiento estable, aunque más lento que en años anteriores. Europa, en cambio, enfrenta mayores desafíos, condicionada por altos costes energéticos, tensiones geopolíticas y una recuperación débil de la demanda interna, especialmente en mercados clave como Alemania y Francia. Por su parte, el Reino Unido, aún lastrado por las secuelas del Brexit y una inflación persistente, experimenta un crecimiento marginal y un mercado interno limitado.
Estas diferencias tienen un impacto directo en el sector vitivinícola. En Estados Unidos, el poder adquisitivo relativamente fuerte impulsa la preferencia por vinos premium y de alta calidad, consolidando al país como el principal mercado de exportación para los productores globales. En Europa, el consumo en volumen sigue disminuyendo, afectado por la pérdida de poder adquisitivo, especialmente en las gamas medias y bajas. Sin embargo, el valor de las ventas se mantiene gracias a un crecimiento en los segmentos de mayor valor añadido, impulsado por un consumo más selectivo y ocasional. Este cambio responde, además, a un patrón emergente en el que las generaciones más jóvenes consumen menos vino, mientras que las mujeres están ganando protagonismo como consumidoras, favoreciendo una mayor demanda de blancos y espumosos.
El cambio climático añade además un desafío significativo, afectando especialmente a Europa, donde sequías y heladas han reducido las cosechas en países clave como Francia, Italia y España, así como a regiones como Australia, que enfrenta condiciones climáticas extremas.
De cara a 2025, Estados Unidos seguirá siendo un mercado estratégico para vinos premium, aunque el resultado de las elecciones presidenciales podrían reactivar riesgos como nuevas guerras arancelarias. Europa, mientras tanto, enfrentará el reto de estabilizar su consumo interno y fortalecer su competitividad en exportaciones, especialmente frente a competidores emergentes como Chile y Australia. Estas dinámicas reflejan cómo los factores económicos, climáticos y políticos están configurando el comportamiento de los principales mercados vitivinícolas.
3. Mercado Global del Vino
La campaña 2023/24 se ha visto marcada por dos factores principales que han definido su desarrollo. Por un lado, la producción mundial registró una caída del 10 % en términos porcentuales, debido principalmente a la disminución de la cosecha en la Unión Europea, que representa el 60 % de la producción global. A esta situación se sumaron las dificultades en Australia, que en 2023 enfrentó su peor vendimia en una década. Aunque la cosecha de principios de 2024 logró un incremento del 9 %, siguió siendo una de las más bajas en los últimos años.
Por otro lado, la pérdida de poder adquisitivo derivada de la inflación continuó afectando el consumo. Durante 2023, este retrocedió 3 puntos porcentuales adicionales. La combinación de una menor producción y una disminución en el consumo impactó también las exportaciones, que cayeron casi 6 puntos en el mismo periodo. Sin embargo, la contracción del consumo fue menor en proporción a la de la producción, lo que permitió mantener cierta estabilidad en el mercado global.
A largo plazo, el análisis del consumo durante los últimos cinco años revela una tendencia general a la baja, aunque con comportamientos diferenciados según las regiones. En los países anglosajones, como Estados Unidos, Australia y Canadá, el consumo ha crecido de forma notable en este periodo. En cambio, mercados como la Unión Europea, que sigue siendo el mayor consumidor mundial con un 48 % del total, y otros países como China, Argentina y Rusia, han experimentado un claro descenso.
En los mercados de los países más avanzados, estas tendencias han mostrado una moderación en los últimos tres años, con menores variaciones porcentuales en comparación con los años anteriores, aunque la dirección general sigue siendo la misma. Esta desaceleración también se observa en economías más débiles, como Rusia y Argentina, donde a pesar de la fragilidad económica, el ritmo de caída parece haberse estabilizado. Sin embargo, en China la situación es diferente, ya que la disminución del consumo no muestra signos de haber tocado fondo.
El descenso del consumo en China es responsable del 50 % de la caída del consumo global en los últimos 10 años, y mantiene la misma tendencia desde 2018, mientras que la UE sería responsable del 35 %.
La caída de las exportaciones en 2023 ha afectado a todos los grandes exportadores, salvo a Nueva Zelanda y Australia. No obstante, el impacto ha sido más moderado en la Unión Europea, que sigue liderando las ventas globales. Aunque el volumen global de ventas muestra signos de estabilización e incluso de recuperación en 2024, esta tendencia no se ha reflejado en las exportaciones de los países europeos hacia mercados fuera de la UE. Durante los últimos 12 meses, estas ventas han representado aproximadamente el 54 % del volumen total y el 70 % del valor del mercado mundial.
A pesar de este escenario, la Unión Europea es la única región que ha conseguido mantener el valor de sus exportaciones por encima de los niveles de 2021. Este logro se debe al aumento sostenido de los precios durante 2022 y 2023, los cuales han permanecido estables en el último año, compensando en parte la disminución del volumen exportado. Por el contrario, otros grandes exportadores, como Chile, que ocupa la segunda posición mundial con una cuota del 13 %, han optado por reducir sus precios en un promedio del 8 % durante el último año. Esta estrategia ha favorecido un repunte en las ventas, un comportamiento que también se observa en las exportaciones de Estados Unidos.
Un caso diferente es el de Australia, que está recuperando sus exportaciones a China, tras la retirada de los aranceles chinos a los vinos australianos en marzo de 2024, y le permite crecer en volumen y valor con un crecimiento de los precios de exportación del 13 %.
4. Análisis del Mercado Europeo
La campaña europea se espera que vuelva a retroceder por segundo año consecutivo debido a la notable caída de la producción en Francia y las débiles recuperaciones en España y e Italia, que se quedan por debajo de las cosechas de los 5 años anteriores.
Según las últimas estimaciones del Ministerio francés, la campaña se espera que se quede en 37,5 millones de hl, un 22 % más baja que la del año pasado y un 15 % por debajo de las cinco anteriores. De hecho, esta campaña se perfila como al menos la segunda peor de las últimas dos décadas, superando únicamente la de 2016, cuando se registraron 36,7 millones de hectolitros.
En el caso de Italia, aunque se prevé un incremento del 7 % en la producción, esta cifra representaría apenas el 87 % de la media cosechada en las cinco campañas anteriores. Una situación similar se observa en España, donde la producción no alcanzaría el 93% de la media del quinquenio previo. Estas cifras reflejan una recuperación parcial que aún se encuentra lejos de los niveles históricos habituales en ambos países. Este avance podría contribuir a equilibrar un sector europeo que, en 2023, enfrentó múltiples destilaciones de crisis en España y Francia, donde además se está considerando seriamente la opción del arranque de viñas como medida adicional.
Al analizar el impacto de estos cambios en las exportaciones, resulta fundamental examinar las diferencias entre los tres principales países productores, que concentran el 80 % de la producción europea. En el caso de España, el mercado de exportación se caracteriza por una mayor dependencia del vino a granel. Sin embargo, dentro de las exportaciones de vino envasado (sin el granel), destaca una clara predominancia de los vinos tranquilos embotellados, tanto en valor como en volumen. Estos representan el 70 % del volumen y el 72 % del valor de las exportaciones envasadas. En comparación, los vinos espumosos tienen un peso menor, aunque significativo, con un 19 % del volumen y un 21% del valor de las exportaciones de vino envasado.
Italia, por su parte, muestra una estructura exportadora diferenciada, con un mayor protagonismo de los vinos de aguja y espumosos en términos de volumen. Sin embargo, es en Francia donde los espumosos alcanzan un impacto sin parangón, logrando un diferencial de valor único. Aunque solo representan el 16 % del volumen exportado, consiguen alcanzar un 37 % del valor total, lo que evidencia la capacidad de este país para posicionar sus espumosos como productos premium en el mercado internacional.
Una de las diferencias clave entre los tres principales productores de vino radica en la dispar importancia del mercado extracomunitario para las exportaciones de vinos envasados. En el caso de España, este mercado tiene un peso 10 puntos porcentuales menor en comparación con sus competidores. Este factor es especialmente relevante, ya que mercados como Estados Unidos, Reino Unido, Suiza y Japón ofrecen mayores oportunidades para alcanzar precios más elevados. Esto se evidencia en que, para los tres países, la proporción de exportaciones fuera de la UE es significativamente mayor en términos de valor que de volumen, lo que contribuye a reforzar la rentabilidad y el posicionamiento estratégico de los vinos exportados.
No obstante, como se evidencia en estas gráficas que comparan la diferencia entre el volumen y el valor de las exportaciones según su destino, esta diferencia en los precios de exportación entre los mercados extracomunitarios y los comunitarios es más pronunciada en el caso de Francia y España que en Italia.
A pesar de la mala cosecha registrada en Italia durante la pasada campaña, el país destaca como el único de los tres grandes productores que ha logrado incrementar el volumen de sus exportaciones. Este crecimiento parece estar relacionado con una mayor contención de los precios de los vinos envasados desde marzo de 2023.
En contraste, tanto en Francia como en España la demanda externa de vinos envasados, especialmente de los de menor precio, ha continuado bajando. Sin embargo, en Francia se observa una tendencia hacia la estabilización del mercado de exportación desde 2024, logrando frenar el deterioro continuo del valor de las exportaciones, que había caído 15 puntos en los últimos 12 meses.
En España, aunque el volumen de exportaciones de vino envasado continúa disminuyendo, los vinos que se venden logran posicionarse a precios más altos gracias a la creciente demanda de productos de mayor valor añadido. Este aumento en los precios ha permitido mantener estable el valor total de las exportaciones, compensando la caída en el volumen.
Gran parte del crecimiento en Italia se ha concentrado en los vinos tintos embotellados y espumosos, lo que ha impulsado tanto el volumen como el valor de sus exportaciones desde diciembre de 2023.
Entre los tres grandes productores, se observan notables diferencias. Los precios de los vinos blancos tranquilos han aumentado en todos los mercados, pero solo en España se ha logrado un crecimiento significativo en volumen. Sin embargo, este incremento parece haber alcanzado su punto máximo en marzo.
En contraste, las exportaciones de vinos tintos y rosados han experimentado un fuerte descenso en España y Francia. No obstante, el incremento en los precios de estos productos sugiere que la demanda de vinos de mayor valor añadido se mantiene relativamente sólida dentro de este segmento.
5. Mercado Español del Vino
La campaña 2024/25 comenzó con las existencias más bajas desde 2018, especialmente en los vinos a granel y aquellos sin Denominación de Origen Protegida (DOP). Este descenso es particularmente notable en los vinos blancos: las existencias de granel blanco han disminuido un 33 % respecto a la media de los últimos cinco años, si se clasifica por presentación. Por tipología, los blancos fuera de una DOP muestran un descenso aún más pronunciado, del 47 %.
En el caso de los tintos, las existencias también cayeron, aunque en menor medida. El vino tinto a granel registra una reducción del 11 %, y el tinto sin DOP ha descendido un 32 %, ambos comparados con la media de los cinco años anteriores.
Estas cifras tienen su origen en la baja vendimia de 2023, pero la recuperación prevista en 2024 podría mejorar parcialmente estos datos. Las últimas estimaciones del Ministerio de Agricultura estiman una vendimia de casi 5 millones de toneladas, un 14 % más que la campaña anterior, aunque un 7 % inferior a la media de los últimos 5 años. El resultado sería una producción de vino y mosto por encima de los 37 millones de hl., aunque el grueso de la recuperación se produciría en Castilla-La Mancha y Extremadura, donde se concentra el 66 % de la producción.
Esta recuperación, marcada por su carácter regional, se reflejaría principalmente en un aumento de la producción de uva blanca, que representaría más de dos tercios del incremento total. En consecuencia, la producción de vino blanco experimentaría un crecimiento del 21 % en comparación con el año pasado, alcanzando los 17,7 millones de hectolitros, de un total de 29,9 millones.
A pesar de las mejoras en la producción, la recepción de uva y vino ha mostrado un avance más lento. Hasta el 30 de septiembre, los datos de entrega de uva y producción de vino se mantenían más de un 1 % por debajo de los registrados en el mismo período de 2023. Sin embargo, los primeros datos de octubre ya comenzaban a reflejar una recuperación. Esta lentitud en la entrada ha impactado en el ritmo de las salidas, que en octubre siguen mostrando pocos signos de mejora en comparación con el año anterior. A pesar de ello, las cifras de existencias en octubre continúan siendo inferiores a las de 2023, salvo en el caso de los vinos blancos a granel.
En cuanto a las salidas acumuladas de vino en esta campaña respecto al mismo periodo del año anterior, se observa una disminución en los movimientos interiores de graneles, especialmente de blancos (-18 %) y, en menor medida, de tintos (-12 %). Por otro lado, los vinos envasados se mantienen estables, gracias a un leve incremento del 1 % en los tintos.
En el ámbito de las exportaciones, el descenso acumulado durante los tres primeros meses de la campaña es significativo, con una reducción de aproximadamente 876 mil hectolitros, concentrada en ciertos destinos y formatos. Las exportaciones de graneles hacia la UE, su principal mercado, han caído de forma notable, tanto en blancos (-29 %) como en tintos (-17 %). Asimismo, las exportaciones de vinos envasados hacia la UE han disminuido, con un descenso más pronunciado en blancos (-15 %) que en tintos (-9 %). Sin embargo, fuera de la UE, estas exportaciones se han mantenido relativamente estables, con una ligera caída del 1 % en los tintos, pero conviene destacar el aumento general en las ventas provenientes de regiones como Castilla-La Mancha y Cataluña.
Analizando las salidas exteriores, según los datos de Aduanas, con datos disponibles hasta septiembre, en todo 2024 se han exportado 1.449 millones de litros, lo que supone un 5 % menos que en los primeros nueve meses de 2023. Sin embargo, el aumento en los precios de exportación ha permitido que el valor total de las exportaciones crezca un 1,5 % en el mismo periodo, hasta situarse en los 2.165 millones de euros.
En otras palabras, la caída del volumen de exportaciones de vino en lo que llevamos de campaña, continúa la tendencia que se viene observando desde 2022, aunque es mucho más pronunciada desde abril de 2024.
Las ventas de vino a granel en el mercado exterior mostraron un crecimiento sostenido desde finales de 2023 hasta abril de 2024, impulsadas principalmente por la alta demanda de vinos blancos. Sin embargo, a partir de ese mes, el volumen comenzó a disminuir, registrando una caída cercana al 10 %, debido al agotamiento progresivo de las existencias y al aumento de los precios. Este repunte en la demanda ha elevado el precio del vino blanco sin indicación geográfica a un promedio de 46 €/hl en el mercado interno, superando en 3 euros al precio del vino tinto.
El auge de las exportaciones de vino a granel coincidió con un leve ajuste en los precios de exportación de vinos embotellados y espumosos en España, una tendencia similar a la observada previamente en el mercado francés.
En contraste, el volumen de exportaciones de vinos embotellados tranquilos y espumosos ha experimentado una disminución constante desde enero y octubre de 2022, respectivamente. En este contexto, el incremento de los precios de exportación ha sido crucial para mantener el valor global de estas transacciones, compensando la caída en los volúmenes exportados.
En el caso de los vinos tranquilos embotellados, los resultados han sido heterogéneos. Los vinos blancos, que representan el 40 % de las exportaciones de esta categoría, tuvieron un desempeño destacado, con un incremento del 15% en el volumen exportado durante la campaña 2023/24. Sin embargo, esta tendencia comenzó a revertirse en mayo, debido a la reducción de las existencias, y que podría estar remontando con la nueva campaña. A pesar de la disminución en el volumen exportado, los productos que se mantienen en el mercado logran posicionarse a precios significativamente más altos, reflejando una apuesta por el valor añadido.
Por su parte, los vinos tintos han seguido una tendencia opuesta. Durante la campaña pasada, el volumen exportado se redujo en un 17 %, especialmente en las gamas de precios más bajos. No obstante, este segmento experimentó una estabilización desde mayo, acompañada de un incremento en el valor de las exportaciones, impulsado por precios más elevados en las categorías superiores.
En cuanto a los espumosos, los volúmenes exportados han continuado recortándose por segundo año consecutivo, con una caída del 6 % en 2024. A pesar de ello, el aumento en los precios ha permitido que el valor total de estas exportaciones se mantenga estable.
Este panorama refleja una tendencia hacia la diferenciación de productos de mayor valor añadido, a medida que las limitaciones en las existencias y los incrementos de precio se convierten en factores clave para la sostenibilidad del sector vitivinícola en España.
El incremento de los precios de los vinos envasados, tanto tranquilos como espumosos, se explica en parte por el crecimiento de las exportaciones hacia Estados Unidos, un mercado preferente donde estos productos alcanzan las cotizaciones más altas y que se posiciona como uno de los más dinámicos, especialmente en el segmento de vinos premium.
Aunque los volúmenes exportados aún no igualan los niveles de 2022, la evolución muestra una tendencia positiva en el último año con potencial de crecimiento, sustentada en la estabilidad de los precios medios y el buen desempeño de los vinos blancos y espumosos.
En el caso de los vinos blancos, las exportaciones han aumentado un 11 % en el último año, representando ya un tercio del total de las ventas de vinos tranquilos a este mercado. Por otro lado, las ventas de vinos tintos registraron una leve contracción del 1 % en volumen, aunque el valor se mantuvo estable, reflejando una resiliencia en el segmento de mayor valor añadido.
En cuanto a los espumosos, el volumen exportado creció un 4 %, acompañado de un incremento del 9 % en valor, consolidando su posición como una categoría en alza y altamente demandada en Estados Unidos y en Japón, aunque sin llegar a los volúmenes de 2021.
Este desempeño en el mercado estadounidense resalta la capacidad de los vinos españoles para competir en segmentos premium, consolidando su posicionamiento en un entorno global cada vez más competitivo. Y aunque Europa continúa siendo el principal mercado de exportación, el papel de las exportaciones a los EEUU va creciendo lentamente, sobre todo en su peso económico y ya representan un 22 % del valor total de nuestras ventas de vino envasado frente al 20 % de hace 5 años.
El mercado interno del vino refleja y confirma tendencias de consumo que también se observan en el ámbito internacional, con cambios significativos en las preferencias y hábitos de los consumidores.
En 2024, el vino tinto tranquilo sigue siendo el más consumido en los hogares españoles, representando el 47 % del volumen total y el 48 % del gasto. Por su parte, los vinos blancos ocupan un 30 % del volumen y un 24 % del gasto. Sin embargo, los datos del panel de consumo publicado por el Ministerio evidencian importantes transformaciones en estos patrones.
Mientras el volumen de consumo de vino tinto ha experimentado una notable caída, el valor se ha mantenido estable, lo que indica una disminución en el consumo habitual pero una creciente preferencia por productos de mayor calidad y precio. Este fenómeno refleja un cambio hacia un consumo más selectivo. Además, la recuperación económica de España y el aumento de la renta en segmentos de población más tradicionales han contribuido a estabilizar la demanda en el último año.
En contraste, los vinos blancos, espumosos y rosados han mostrado un crecimiento tanto en volumen como en valor, destacando un cambio claro en los patrones de consumo impulsado por la incorporación de nuevos perfiles de consumidores, como el creciente protagonismo del segmento femenino.
Estas nuevas dinámicas han favorecido un incremento del gasto de los hogares en vino, que creció un 4 % durante el último año. Este aumento se debe principalmente a un incremento promedio de precios pagados por los consumidores según el panel de consumo, que aunque en 2022 y 2023 se situaron al mismo nivel del IPC o incluso por debajo, este año se han incrementado por encima del 6 %. Esto sugiere que desde finales de 2023 se apuesta cada vez más por el consumo de vinos de mayor valor añadido en un contexto de mayor crecimiento económico y de una vuelta a la normalidad de la inflación en general y de los vinos en particular, siguiendo la tendencia general de la economía.
En resumen, el mercado interior del vino en España está en plena transformación, marcado por un consumo más consciente y diversificado, que responde a cambios demográficos, económicos y sociales en evolución.
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