
25 March 2025
El granado (Punica granatum L.) se enfrenta a desafíos importantes en el contexto del cambio climático. Entre los principales trastornos fisiológicos que afectan a la calidad de sus frutos destacan el agrietado y el albardado, problemas que pueden comprometer su valor comercial.
El agrietado se produce debido al rápido crecimiento de los arilos que genera una presión excesiva sobre la corteza. Este fenómeno es más común cuando existen fluctuaciones bruscas en la disponibilidad de agua para la planta. Por otro lado, el albardado ocurre cuando los frutos están expuestos a una intensa radiación solar, especialmente en días muy calurosos.
El manejo adecuado del riego es clave para evitar estos trastornos y garantizar la calidad de la fruta. El riego deficitario (RD) consiste en aplicar menos agua de la que el cultivo requiere para su desarrollo óptimo, lo que permite ahorrar agua sin comprometer el rendimiento de la cosecha (Fereres y Soriano, 2007).
Existen fundamentalmente dos tipos de RD: el riego deficitario sostenido (RDS), que mantiene un déficit de agua constante a lo largo del ciclo del cultivo, y el riego deficitario controlado (RDC), que reduce el riego solo en etapas específicas del crecimiento de la planta.
Este estudio tiene como objetivo analizar cómo el RDS y el RDC afectan tanto la calidad del fruto como la aparición de trastornos fisiológicos, y se presenta como complemento al artículo: 'Respuesta productiva del granado al riego deficitario, sostenido y controlado en la provincia de Valencia'.
Estas estrategias no solo permitirán mejorar el uso de los recursos hídricos, sino que también permitirán a los agricultores adaptarse mejor a las condiciones climáticas cambiantes y optimizar la producción en un contexto de creciente escasez de agua.

Rendimiento y características del Fruto
Se han observado diferencias importantes en el rendimiento (total y comercial) entre campañas, obteniéndose en 2023 un mayor número de frutos que en 2022, lo que condujo a un mayor rendimiento (Fig. 1), pero también a un menor peso unitario de los frutos, como consecuencia de la mayor competencia entre ellos (Melgarejo et al., 2003).
Con el RDS se obtuvieron los rendimientos más bajos total (31 t/ha, 40 t/ha) y comercial (19 t/ha, 17 t/ha), con diferencias significativas frente a demás tratamientos de riego en ambas temporadas.

En cuanto a la coloración externa de los frutos, los frutos de 2023 presentaron una coloración más rojiza (porcentaje de superficie color rojo), especialmente con el riego RDS, lo que se relaciona con que el estrés hídrico moderado en esta estrategia de riego favorece la producción de antocianinas que dan color al fruto (Kayesh et al., 2013), lo que mejora la apariencia comercial y puede permitir un adelanto de la cosecha, aumentando el valor de la producción.
En 2022, los frutos producidos en la estrategia RDS presentaron un mayor contenido en sólidos solubles (17 °Brix) que, en las otras estrategias, mostrando valores similares del índice de madurez. En cuanto al peso de los arilos en relación con el peso total del fruto, fue mayor en la estrategia de riego RDS (62 %) en comparación con el tratamiento control (56 %), lo que indica que los frutos bajo riego RDS contenían una mayor proporción de parte comestible.

Desórdenes fisiológicos en la fruta
La estrategia RDS resultó en un alto porcentaje de destrío debido a problemas fisiológicos, destacando el elevado valor obtenido en 2023 (Fig. 4).
En 2023, las temperaturas fueron excepcionalmente altas durante el verano (promedio de 26.1 °C, con máximas de hasta 46.8 °C) lo que incrementó la incidencia de frutas quemadas por el sol al 15 %, en comparación con el 11 % registrado en 2022 para el tratamiento control. En 2023, la estrategia RDS presentó un 25 % de frutos agrietados, superando en más de 8 veces la incidencia observada en otras estrategias (Fig. 3).
Durante el verano de 2023, factores como las altas temperaturas, la baja humedad relativa, las fluctuaciones térmicas y las lluvias registradas en septiembre incrementaron la incidencia del agrietado, que se vio agravado por el manejo del riego que provocó un moderado estrés hídrico, y consecuentemente una diferente velocidad de crecimiento de los arilos y de la corteza de los frutos.
El agrietado de los frutos del granado es principalmente causado por fluctuaciones en la humedad del suelo. Con el riego el riego deficitario sostenido se aumentó la concentración de sólidos solubles en el jugo de los arilos, lo que mejora la calidad organoléptica del fruto. Pero en condiciones de verano muy caluroso y seco, esta estrategia incrementó la incidencia de agrietado, reduciendo el rendimiento comercial.

La estrategia de riego deficitario controlado se posicionó como una alternativa equilibrada, ya que permitió un ahorro significativo de agua sin comprometer la calidad ni el rendimiento de las granadas, convirtiéndose en una opción recomendable para los productores.


Referencias
- Fereres E., Soriano M.A. 2007. Deficit irrigation for reducing agricultural water use. J Exp Bot 58:147–159.
- Melgarejo Moreno, P.; Salazar Hernández, D.M. Tratado de fruticultura para zonas áridas y semiáridas (Vol. II). Algarrobo, granado y jinjolero, AMV-Mundi-Prensa: Madrid, Spain, 2003; ISBN 8484761118.
- Kayesh, E.; Shangguan, L.; Korir, N.K.; Sun, X.; Bilkish, N.; Zhang, Y.; Han, J.; Song, C.; Cheng, Z.M.; Fang, J. Fruit skin color and the role of anthocyanin. Acta Physiol. Plant. 2013, 35, 2879–2890.