27 March 2024
La aprobación de la ley de Restauración de la Naturaleza de la UE, que busca proteger la biodiversidad y recuperar los ecosistemas del continente, quedó en el aire después de que Hungría se sumase este lunes al grupo de países críticos, imposibilitando así una mayoría a favor de aprobarla.
Los ministros de Medio Ambiente deberían haber puesto el sello final a la normativa, pero el expediente, que ya generaba reticencias en otros siete gobiernos, ha quedado bloqueado a la espera de nuevos trabajos que encuentren una salida al texto.
Esta ley no estaba en el orden del día de la reunión, dedicada inicialmente a otros proyectos sobre gestión de residuos o de microplásticos, pero fue incluida por el Gobierno belga, que ostenta este semestre la presidencia de turno de la UE, para visibilizar a nivel político las posiciones de cada uno de los Estados miembros.
Durante un debate público, el comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, criticó profundamente la situación de "punto muerto" en la que queda ahora la normativa y advirtió de que manda al resto del mundo una "señal desastrosa" que perjudica a la credibilidad de las instituciones comunitarias.
"Estoy profundamente preocupado no solo por las consecuencias políticas de la no conclusión de este acuerdo clave, sino también por la señal desastrosa que mandaríamos sobre la credibilidad de nuestras instituciones", dijo ante los ministros del ramo.
"A la UE le faltará la herramienta más importante para cumplir con sus compromisos y obligaciones", denunció antes de señalar que el club corre el riesgo de acudir en octubre a la COP16 sobre la biodiversidad "con las manos vacías".
La ley fue aprobada hace dos semanas por el Parlamento Europeo en una votación ajustada que superó el rechazo mayoritario del Partido Popular Europeo (PPE) y también contaba con un equilibrio frágil entre los Estados miembros, puesto que siete de ellos tenían problemas con el acuerdo provisional.
El grupo formado por Finlandia, Suecia, Países Bajos, Austria, Polonia, Bélgica e Italia no tenía entonces fuerza suficiente para bloquear la ley, pero el cambio de Budapest ha sido suficiente para evitar una mayoría cualificada a favor.
La secretaria de Estado de Medio Ambiente de Hungría, Aniló Raisz, defendió que la protección de la naturaleza es una competencia nacional, que su aplicación supone mayores costes y que es necesario buscar un mayor apoyo a la ley por parte del sector agrícola.
"No podemos aceptar más cargas económicas y administrativas para el sector agrícola, no podemos olvidar la situación en la que se encuentra", justificó la viceministra italiana de Medio Ambiente, Vanna Gava, mientras que Finlandia también aludió a sus costes y Austria apuntó al rechazo de algunos de sus Estados.
A favor de la ley intervinieron países como Alemania, Francia, Portugal, Estonia, Dinamarca o Irlanda, cuyo representante hizo una encendida crítica al bloqueo, afirmando que se trata de una "vergüenza" y una "desgracia" para la UE.
La vicepresidenta española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, subrayó que "solamente un buen estado de conservación de los ecosistemas es una garantía para la practica totalidad de las actividades" y también avisó de que la credibilidad de la UE quedaría "gravemente afectada" si no saca adelante este expediente.
"No me cabe en la cabeza que Europa esté en condiciones, a estas alturas del partido, de dejar caer una iniciativa así", remarcó ante el resto de ministros, al tiempo que cargó contra el hecho de que algunos gobiernos estén bloqueando acuerdos ya cerrados.
Tras la reunión ministerial, la presidencia belga aseguró que trabajará "duro" durante las próximas semanas "para encontrar posibles soluciones" que permitan desbloquear este semestre una ley que considera "todavía viva".