31 October 2022
El pasado 16 de octubre se celebró el Día Mundial de la Alimentación, que representa el aniversario de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), la cual se fundó en 1945.
La celebración de este día tiene como objetivo promover el acceso sostenible y equitativo a los alimentos y crear conciencia sobre la inseguridad alimentaria y la malnutrición
Según la FAO, actualmente 821 millones de personas sufren hambre severa en el mundo y se estima que cerca de 670 millones seguirán desnutridas en 2030.
Además, otro dato alarmante es que hay más de 3 mil millones de personas que no pueden pagar una dieta saludable en nuestro planeta, 112 millones más que en 2019, lo que supone un 40 % de la población mundial.
La desnutrición y el difícil acceso a una dieta saludable constituye una violación del derecho humano a la alimentación y continúa generando desigualdades sociales y de salud. De ahí el lema del pasado Día Mundial de la Alimentación, “No dejar a nadie atrás”.
En España, la alimentación se está convirtiendo en uno de los principales factores de riesgo que reducen la salud y la calidad de vida, causando enfermedades como la obesidad, la diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Causas de las desigualdades para acceder a una dieta saludable
No hay ni un solo país en el mundo que no esté empeorando en salud alimentaria. El principal factor del aumento en el número de personas sin acceso a una dieta saludable ha sido provocado por el aumento de los precios de los alimentos. La inflación ha afectado a todos los eslabones de la cadena como la luz, materias primas, combustibles… Esto ha incrementado los costes de producción y por ende el precio final de los alimentos. El año 2022 se cerrará con la tasa de inflación más alta registrada durante la última década, según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional.
Esta subida de los precios tiene como detonantes diferentes factores:
- La Guerra de Ucrania: a parte de frenar el crecimiento económico y generar daño en las cadenas de suministros alimentarios, la Guerra de Ucrania ha provocado el aumento de la inflación, lo cual disminuye la capacidad de los hogares más pobres para acceder a una buena alimentación. Rusia y Ucrania son exportadores clave de fertilizantes y además Ucrania es el granero de Europa, con una producción de cereal del 70 %, necesario para alimentar al ganado y esencial en la producción de pasta, pan, etc. Si hay menos materia prima, los productos suben de precio.
- Covid 19: la pandemia provocó la paralización de la actividad en los momentos más duros, lo que supuso un retraso en la producción. La demanda continuaba pero la oferta escaseaba por lo que los precios subían.
- Fenómenos climáticos: eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, son factores que siguen poniendo en riesgo la seguridad alimentaria alrededor del mundo. La sequía guarda relación directa con la economía. Este año está siendo uno de los más secos de las últimas décadas y puede provocar que la fragilidad de los sistemas de abastecimiento del continente se agrave al reducirse los cultivos y niveles de producción por la escasez de agua.
El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en un promedio de 136,3 puntos en septiembre de 2022 lo que supone un aumento en torno a un 40 % con respecto a los niveles promedio de 2020. Si el nivel de ingresos no aumenta en la misma magnitud, es de esperar que la crisis alimentaria y el acceso a una dieta saludable estén empeorando, sobre todo en los países y hogares con menos ingresos.
La importancia de poder acceder a una dieta saludable
Según los estudios los períodos de crisis y dificultades económicas suelen coincidir con mayores tasas de obesidad infantil provocada por la malnutrición. Sin embargo, son muchas las consecuencias que se derivan de la dificultad de la población para acceder a una dieta saludable. Entre algunas de las consecuencias de las desigualdades y el difícil acceso a una dieta saludable podemos destacar:
- Aumento de consumo de alimentos ultraprocesados: El aumento de los precios en los alimentos básicos provoca que los consumidores escojan opciones más baratas, que a menudo son de baja calidad, quitan el apetito, pero no nutren y que pueden ser nocivas para la salud como los alimentos ultraprocesados.
- Desarrollo de enfermedades: la malnutrición afecta negativamente la salud de las personas, su bienestar y su productividad. Igualmente genera altos costos socioeconómicos en todas las regiones del mundo. La mala alimentación está relacionada con seis de los diez principales factores de riesgo para la carga mundial de enfermedades. Algunas de las enfermedades más destacables son:
- Obesidad
- Síndrome metabólico
- Diabetes
- Enfermedades neurodegenerativas
- Enfermedades cardiovasculares
- Cáncer
El Atlas Mundial de la Obesidad afirma que, para 2025, más de 1.200 millones de personas serán obesas, un 22,9 % de la población mundial. Esta cifra era del 15,5 % en 2010. La obesidad se ha convertido en la mayor amenaza nutricional de América Latina y el Caribe, donde casi uno de cada cuatro adultos es obeso.
- Aumento de la mortalidad: Según los estudios cada año, las dietas poco saludables (dietas altas en grasas, azúcares y sal y bajas en frutas y verduras) son responsables de 11 millones de muertes y 420.000 personas más fallecen por consumir alimentos nocivos. Las malas dietas y mala nutrición provocan una de cada cinco muertes en el mundo.
Diferencias entre países en el acceso a dietas saludables
En la actualidad, no hay ni un solo país en el mundo que no esté empeorando en salud alimentaria. La FAO indica que "una dieta saludable es aquella que satisface las necesidades energéticas diarias así como los requerimientos dentro de las pautas alimentarias y dietéticas creadas por el país”.
Número de personas sin acceso a dieta saludable por región
Según los últimos datos del informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022, el país con mayor número de personas sin acceso a una dieta saludable es Asia con 1.891 M de personas, seguido de África con 1.031 M . En el centro encontramos al Caribe y Latinoamérica con 131,3 M de personas. Con datos más alejados, se sitúan Europa (14,6 M), Norteamérica (5,2 M) y Oceanía (0,7 M).
Países con mayor número de personas sin acceso a una dieta saludable
En 52 países, más de la mitad de la población no puede permitirse una dieta saludable. La mayoría de estos se encuentran en África y el resto se encuentra en Asia, Oceanía y América Latina y El Caribe. Aunque el hambre es una preocupación mundial, es particularmente aguda en los países africanos, que ocupan los 20 primeros lugares en cuanto a número de personas sin acceso a una dieta saludable.
La asequibilidad a una dieta saludable se mide comparando el costo de la misma con los niveles de ingresos del país. Una dieta saludable puede considerarse no asequible si el costo supera el 52 % de los ingresos de un hogar promedio. En la siguiente tabla se puede comparar el costo de una dieta saludable en los diferentes países, así como el porcentaje de la población que no tiene acceso a una dieta saludable.
Otro aspecto a destacar es que el hambre también parece ser una cuestión de género. A nivel global, cerca del 32 % de las mujeres padece inseguridad alimentaria moderada o grave, en comparación con el 27,6 % de los hombres. Las cifras más altas se registran en América Latina, donde la diferencia de género en términos de seguridad alimentaria supera el 11 %.
Perspectivas de futuro y soluciones
Como hemos comentado, el mundo se enfrenta a un escenario donde diferentes factores como las crisis económicas, la Guerra de Ucrania y la inflación y altos precios de los alimentos amenazan con intensificar y aumentar los problemas de hambre e inseguridad alimentaria en los próximos años.
El Director General de la FAO, QU Dongyu, dijo que "la pandemia puso de manifiesto tanto la resistencia como la debilidad de nuestros sistemas agroalimentarios”, resaltando la necesidad de hacer que los sistemas de los países sean más resistentes ante las crisis.
La ONU trabaja actualmente en estrategias para fortalecer la capacidad para soportar crisis derivadas de fenómenos meteorológicos extremos, enfermedades repentinas, así como plagas de plantas y animales.
Otro aspecto importante es el de concienciar a la población y educarla en hábitos alimentarios más saludables, ofreciéndole ayuda y alternativas asequibles y saludables para evitar el consumo de alimentos altos en grasas, sal y azúcares. Por ejemplo hace un año, el Ministerio de Consumo publicaba un libro llamado “Comida rápida, barata y saludable” que incluía recetas saludables, rápidas de cocinar, asequibles y "apetecibles", con las que quieren plantar cara al fast food.
Se espera que la población mundial aumente hasta 9.700 millones en 2050 y, para satisfacer la creciente demanda de alimentos, la producción de cultivos deberá duplicarse. Dado que la agricultura es uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero, este aumento en la producción deberá estar basado en una agricultura sostenible.
A medida que aumente la población y la demanda de alimentos y se intensifiquen los impactos del cambio climático, la reducción del desperdicio de alimentos, la digitalización, la agricultura sostenible y la mejora de la productividad jugarán un papel clave en la reducción sostenible de los niveles de inseguridad alimentaria y el desigual acceso a una dieta saludable.
Imagen del artículo: Hermes Rivera.