12 September 2022
El sector agroalimentario tiene un importante valor estratégico para la economía española, no solo por su aportación al PIB y su proyección internacional, sino también desde un punto de vista social y medioambiental, ya que provee a la población de bienes esenciales.
Este sector es complejo de analizar por los muchos y diferentes subsectores que interactúan en él.
Se puede decir que el agroalimentario se compone del primario (silvicultura, ganadería, agricultura y pesca); y por otra parte, de la denominada ‘agroindustria’, formada por las empresas dedicadas a la transformación y comercialización de las materias primas.
¿Cuál es la relevancia económica del sector agroalimentario?
El agroalimentario es uno de los sectores más importantes de nuestro país, con un peso relevante en la economía próximo al 10 % del PIB.
En estos enlaces puedes consultar la edición 2021 del Observatorio Agroalimentario Cajamar y el primer análisis del Observatorio para la Digitalización del Sector Agroalimentario que impulsa el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y coordina Grupo Cajamar.
España el valor añadido bruto (VAB) generado por la agricultura y la pesca fue de 35.196 millones de euros en 2020. A ello hay que añadirles los 24.115 millones de euros generados por la industria de alimentación
En el gráfico inferior observamos el peso del sector agroalimentario en la economía española por sectores.
¿Cuál es la relevancia social del sector agroalimentario?
El número de explotaciones agrarias (914.871) y empresas agroalimentarias (30.260) existentes en territorio español son claros indicadores del gran número de personas, familias y empresas que dependen del sistema agroalimentario.
Otro importante indicador de su relevancia a nivel social es que, considerando los tres eslabones de la cadena (agricultura, industria y comercialización), este sector representa en torno al 12 % del trabajo en España (datos de 2020).
El mayor peso se lo lleva el comercio, seguido por la agricultura y la industria alimentaria.
Si no fuese por la actividad generada por la agricultura y la industria alimentaria, los problemas de despoblación de las zonas rurales españolas serían más graves
Características del sector agroalimentario en España
Alta productividad
El sector destaca por su productividad y competitividad, situando a España entre los principales países productores de la UE, superando la media europea con respecto a los demás países, hecho que ha aumentado las exportaciones de nuestro país en los últimos años.
España es el cuarto mayor exportador agroalimentario de la Unión Europea y el octavo del mundo, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Reducción de explotaciones
Según el último Censo Agrario del INE, el número de explotaciones agrícolas se redujo un 7,6 % en 2020 respecto al anterior 2009. Sin embargo, la cantidad de superficie agrícola utilizada apenas ha variado, por lo que se deduce que las explotaciones se han concentrado; aunque hay menos explotaciones, estas son más grandes en expansión.
Este hecho se relaciona con la crisis de rentabilidad en el sector, donde se necesita disponer de explotaciones más grandes para que sean más rentables.
La baja rentabilidad de las explotaciones más pequeñas provoca que acaben siendo absorbidas por las más grandes
Sector ocupado por hombres
Otra característica relevante es que al analizar el sector agroalimentario por sexo obtenemos que la proporción de hombres (71,5 %) es muy superior a la de mujeres (28,5 %). En las actividades relacionadas con agricultura y pesca este porcentaje es aún mayor, llegando al 76,8 %.
Sin embargo, en los últimos años se ha puesto de manifiesto el valor del papel de las mujeres en los entornos rurales, pues son claves para luchar contra la ‘España vaciada’ y conseguir el rejuvenecimiento del entorno rural.
Envejecimiento
La falta de jóvenes en el mundo rural es uno de los grandes problemas de España. Se calcula que en torno a tres de cada cinco agricultores tienen ya más de 55 años.
A nivel nacional, el envejecimiento es mayor dentro de la agricultura que en la industria. Esto también se relaciona con la crisis de rentabilidad.
Las dificultades burocráticas y los altos costes de la actualidad empujan a los jóvenes a abandonar el sector agrario. Es aquí donde la tecnología tiene un papel crucial y puede servir para acercar a los jóvenes al campo y luchar contra los desafíos futuros y la despoblación rural.
¿Cómo ha influido la tecnología en el cómputo global?
A pesar de lo expuesto arriba, la agricultura sigue siendo la base sobre la que se construye el resto de la cadena. De la capacidad competitiva de este primer eslabón va a depender en gran medida la del conjunto del sector.
En la actualidad, tanto el sector agroalimentario como el conjunto de la economía abordan dos transformaciones de transición simultáneas que se complementan: la digital y la ecológica
Gracias a la implementación de la tecnología en este sector, se promueve el aumento de las urbanizaciones de las zonas rurales, potenciando la ‘España Vaciada’ con la digitalización, además de impulsar una gestión inteligente y más eficiente en los procesos de producción.
Por otro lado tenemos los desafíos medioambientales y de sostenibilidad. La implementación de la tecnología es un medio para conseguir la eficiencia y la sostenibilidad económica, social y medioambiental del sistema agroalimentario.
El creciente interés del sector agroalimentario por las nuevas tecnologías y las soluciones que puede aportar la digitalización, las oportunidades de negocio que presentan y el apoyo de distintas organizaciones y administraciones públicas están facilitando que cada vez haya más iniciativas digitales
España ha llegado a convertirse en una potencia en materia de digitalización en el sector agroalimentario, colocándose a la cabeza en Europa y siendo el tercer país con más empresas ‘agrotech’ del mundo.
Además, la inclusión de la tecnología y la digitalización del sector ha convertido a España en una de las principales potencias mundiales en materia de Foodtech con más de 400 empresas y una creciente y sostenida inversión por encima de otros sectores desde 2015.