26 November 2024
Casi nadie podrá decir que la elección y confirmación del que ya es comisario de Agricultura y Alimentación de la Comisión Europea, el hasta ahora eurodiputado luxemburgués del Partido Popular Europeo (PPE), Christophe Hansen (42 años), ha sido una sorpresa, puesto que su nombre se venía ya barajando desde hace muchos meses.
Hansen, políglota y familiarizado con el mundo agrícola (creció y ayudó en la explotación agrícola familiar), fue designado el 17 de septiembre por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el cometido principal de desarrollar una visión de la agricultura y la alimentación durante sus primeros 100 días en el cargo, en base a las recomendaciones del Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Agricultura de la UE.
Tras convencer con sus respuestas al examen de los eurodiputados el 4 de noviembre, se mostró dispuesto a trabajar desde el primer día, abriendo un diálogo con los jóvenes agricultores y comprometiéndose a crear un Observatorio Europeo de Tierras Agrarias, que aporte transparencia y mayor accesibilidad a las mismas.
También dijo que pondrá en marcha cuanto antes un Comité Europeo Agroalimentario, para que se escuche la voz de los agricultores ante cuestiones como los objetivos del Pacto Verde Europeo o el impacto sobre la competitividad de los acuerdos comerciales con países terceros en el sector.
En su alocución parlamentaria, Hansen afirmó que “nueve millones de explotaciones agrícolas suministran a los europeos alimentos seguros y de alta calidad, a la vez que constituyen la primera línea de defensa de Europa contra la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Sin embargo, sufren también la creciente presión económica de la competencia mundial y son las primeras en padecer los fenómenos meteorológicos extremos”.
Se declaró así mismo como un “comisario con las botas sobre el terreno”, en referencia tanto a su conocimiento sobre la realidad del sector agrario, como a su disposición para estar presente allí donde sea necesario (visitará en breve las zonas afectadas por la DANA en Valencia).
Hizo un emocionado relato para responder a la eurodiputada irlandesa María Walsh, que le cuestionó sobre la elevada tasa de suicidios y los problemas de salud mental del sector, a la realidad de agricultores y ganaderos, de los que dijo viven en una continua presión, con problemas financieros, embarcados en grandes inversiones, con ayudas que llegan tarde, con poco asesoramiento y con una renta que es el 60 % de la de un ciudadano medio.
Antes del examen, el luxemburgués había respondido ya por escrito a preguntas del Parlamento Europeo sobre las prioridades de su mandato, que serán la simplificación de la burocracia administrativa, el relevo generacional y el apoyo a los jóvenes agricultores, la mejora de la gestión del riesgo y el reforzamiento del poder de negociación de los productores en la cadena de valor agroalimentaria.
El nuevo comisario insistió también en la importancia de la ayuda a la renta agraria que, en su opinión, debe seguir siendo un elemento esencial de la PAC, al igual que lo es asegurar una renta estable que compense suficientemente los esfuerzos medioambientales y producir en zonas con dificultades naturales.
Financiación
Sin embargo, a pesar de su buena predisposición y sus intenciones, Hansen no lo tendrá nada fácil en su nuevo puesto. La primera prueba de fuego vendrá con la partida que la CE asignará a la Política Agraria Común (PAC) post-2027 en el nuevo Marco Financiero Plurianual (MFP) 2028-2034.
A los europarlamentarios les dijo que peleará por, al menos, mantener el monto presupuestario actual, pero la realidad es que la UE tendrá que afrontar en los próximos años otras prioridades (defensa, ampliación, I+D+i, crisis climática…) y tanto la PAC (representa hoy, computando los fondos Next Generation, menos del 25 % del presupuesto comunitario y menos del 0,4 % del PIB de la UE) como los fondos de cohesión están en el punto de mira si no hay nuevas fuentes de ingresos para estos gastos.
Como su cartera toca también la alimentación (desaparece el término de 'Desarrollo Rural', que se asume como una intervención más de los planes estratégicos nacionales), Hansen propuso examinar toda la cadena de valor agroalimentaria para proponer formas que garanticen la competitividad, sostenibilidad y atractivo del sector a largo plazo, sin menoscabo de la diversidad de la agricultura europea.
Al respecto, presentará también propuestas sobre la lucha contra las prácticas comerciales desleales transfronterizas y la reforma de la OCM para reforzar la posición negociadora de los agricultores en la cadena de suministro de alimentos.
Sobre la ampliación de la UE, sobre todo de Ucrania, un gran país proveedor de materias primas agroalimentarias, el nuevo comisario señaló que “debe ser soportable para nuestros productores y hacerse de forma progresiva, pero permitirá que "seamos más independientes, por ejemplo, en proteínas vegetales”.
Respecto a los acuerdos comerciales, que afectan de lleno a la competitividad de la producción agraria de la UE, Hansen se posicionó a favor desde un punto de vista pragmático, recordando que tienen efectos beneficiosos, pero también de la reciprocidad (cláusulas espejo) de las normas a aplicar.
Jessika Roswall, comisaria de Medio Ambiente
Los europarlamentarios dieron su visto bueno también el 5 de noviembre a la nueva comisaria de Medio Ambiente, la sueca Jessika Roswall, a pesar de que no ser suficientemente convincente en sus respuestas en asuntos tan trascendentales como la puesta en marcha de la Ley de deforestación importada; la Ley para restaurar la naturaleza; la Estrategia sobre la resiliencia hídrica o el desarrollo de un sistema de 'créditos de naturaleza', avanzado por la presidenta von der Leyen, pero que no se sabe muy bien en qué consiste (se dice similar a los 'créditos de carbono') y mucho menos cómo o cuándo se va a aplicar para remunerar a agricultores y silvicultores.
Aunque Roswall reconoció el papel esencial del colectivo agrario en la preservación del clima, el agua, la bioeconomía y la biodiversidad, y garantizó que se perseguirán los objetivos del Pacto Verde Europeo, los eurodiputados dudaron de que fuese competente para desarrollar los créditos de carbono y llevar a cabo la necesaria simplificación de las exigentes normativas medioambientales, sin menoscabo del mantenimiento de la competitividad del sector agroalimentario.
Teresa Ribera, vicepresidenta para una Transición Limpia, Justa y Competitiva y comisaria de Competencia
Al final, tuvo que alcanzarse el pasado 20 de noviembre un acuerdo político entre los tres principales grupos 'pro Europa' de la Eurocámara (PPE, S&D y Renew), para que, con suspense, saliera adelante en un solo paquete la aceptación no solo de Teresa Ribera, como nueva vicepresidenta y comisaria de Competencia de la UE, sino también del italiano del ECR, Raffaele Fitto (vicepresidente de la CE y comisario de Cohesión y Reforma y que deberá supervisar aspectos de las políticas de Christophe Hansen), y del húngaro Olivér Várhelyi (comisario de Salud y Bienestar Animal).
Este último no convenció a los europarlamentarios en su examen. De él dependerán asuntos clave para nuestro sector agroalimentario como todo lo relativo con la seguridad y el etiquetado de los alimentos, la normativa sobre bienestar animal, el control biológico de plagas, la lucha contra la resistencia de los antibióticos, etc.
En cuanto a Ribera, no tendrá responsabilidades directas sobre el sector agroalimentario pero, de forma indirecta, sí contará con competencias que afectarán al mismo, como la reforma de las ayudas estatales a los agricultores o las políticas sobre medioambiente. La hasta ahora ministra española para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se comprometió a seguir trabajando para alcanzar, sobre la base del Pacto Verde Europeo, los objetivos climáticos de reducción de emisiones GEI, acordados para 2030 y 2040.
Además, ante las críticas por su gestión de la DANA en España, dijo que había que hacer más y mejor para mejorar la resiliencia de la UE ante episodios climáticos extremos y prometió un nuevo Plan Europeo de adaptación climática y situar como prioridad la resiliencia hídrica. De hecho, desde su vicepresidencia supervisará las carteras de los comisarios de Energía, Clima, Vivienda y Medio Ambiente y responderá también directamente ante la presidenta von der Leyen.