17 February 2023
Son muchos los que piensan que el ser humano debe intervenir de forma activa en los ciclos de la tierra para poder contrarrestar los efectos derivados del cambio climático. En este contexto, científicos de todo el mundo han denunciado que esta crisis llega a su momento crítico y alcanzará un punto de no retorno en las próximas décadas si las emisiones de gases de efecto invernadero no se reducen drásticamente.
El año 2022 terminó como el quinto más cálido a nivel mundial desde que hay registros y el octavo consecutivo en el que la temperatura media global supera en 1 ºC el valor medio previo a la revolución industrial (1850).
Desde hace un tiempo, el término geoingeniería se ha hecho cada vez más recurrente, presentándose como posible solución a este problema, eso sí, de grandes proporciones. Se habla de “tapar el sol”, de “espejos en el espacio” alrededor de la tierra, de globos gigantes… Pero ¿de qué trata exactamente todo esto? ¿puede la geoingeniería realmente revertir el cambio climático?
¿Qué es la geoingeniería?
El término “geoingeniería” hace referencia a la combinación de la ingeniería y la geología con el fin de desarrollar soluciones sostenibles para optimizar la gestión de los recursos naturales y ayudar a contrarrestar los efectos del cambio climático, mediante la manipulación a gran escala del medioambiente de la Tierra.
La geoingeniería incluye una amplia gama de proyectos y tecnologías potenciales, desde construcción de presas o manipulación de los mares hasta gestión de la contaminación del aire o incluso dar a la Tierra una sombrilla de azufre para desviar la luz solar.
Aunque parece un concepto novedoso, se considera que se originó entre 1950 y 1960 y se enfocaba principalmente en la construcción de infraestructuras y la maximización de la eficiencia de los recursos naturales.
En un principio no se tenía en cuenta el impacto ambiental de estos proyectos, pero con el tiempo ha evolucionado para incluir una variedad de técnicas y enfoques, donde se incluyen la mitigación del cambio climático, la gestión de residuos, la conservación de la biodiversidad y la gestión sostenible de los recursos naturales.
Diagrama de esquema de intervenciones de geoingeniería para soluciones de crisis climática terrestre.
¿Cuáles son los principales tipos de geoingeniería?
En la lucha contra el cambio climático, tradicionalmente, la tecnologías de geoingeniería se podían dividir en dos categorías principales:
Geoingeniería de dióxido de carbono
Se engloban en esta categoría las estrategias orientadas reducir y aspirar dióxido de carbono del aire, almacenándolo de forma segura, para que la atmósfera acumule menos calor.
Dentro de esta geoingeniería de descarbonización del aire existen varios proyectos, algunos todavía en fase experimental:
- Reforestar y plantar árboles: Es el mejor de los métodos y el más natural, el cual debería impulsarse en lugar de deforestar de forma intensiva grandes áreas del mundo.
- Descarbonizar en el origen con técnicas para capturar el CO2: son técnicas caras, aún en fase experimental, que pueden ser una solución para las centrales eléctricas que queman gas, carbón o petróleo.
- Fertilizar los océanos con polvo de hierro para aumentar la cantidad de fitoplancton: estos microorganismos extraen CO2 de la atmósfera mediante la fotosíntesis y al morir, se llevan este CO2 al fondo del mar. Aún no sabemos qué consecuencias puede tener esta técnica sobre los ecosistemas marinos.
Geoingeniería solar
Se trata de estrategias orientadas a reflejar parte de la radiación solar al espacio para reducir la temperatura. Este tipo de geoingeniería conocida como geoingeniería solar, es la más popular y también la más polémica. Se trata de un término general que abarca distintas ideas, como la instalación de protectores solares en el espacio y la dispersión de partículas microscópicas en el aire capaces de aumentar la reflectancia de las nubes costeras, disipar las nubes de tipo cirro que atrapan el calor o dispersar la luz solar en la estratosfera. Esta última es la más famosa, y se le conoce como "inyección estratosférica" o "dispersión estratosférica de aerosoles".
La popularidad de este enfoque se debe a que la naturaleza ya ha demostrado que es posible. En 1991, durante la erupción masiva del Monte Pinatubo (Filipinas), se arrojaron al cielo unas 20 millones de toneladas de dióxido de azufre. Estas partículas en la estratosfera reflejaban la luz solar de vuelta al espacio, lo que ayudó a reducir las temperaturas globales alrededor de 0,5 °C en los dos años siguientes.
En la vertiente de reflejar radiación solar, existen varías líneas de investigación, dos de las cuales generan aún más controversias:
- Pulverizar partículas sobre océanos, tierra y nubes con productos reflectantes tales como el dióxido de azufre.
- Pulverizar aerosoles de compuestos sulfúricos en la estratosfera. La idea se basa en la creación y despliegue de una serie de burbujas hechas de silicio ultrafino.
Aunque la geoingeniería se refiere a una tecnología a escala planetaria, algunos investigadores también han analizado la posibilidad de llevarla a cabo a nivel local, con pequeñas modificaciones del clima como causar lluvias o granizo. Se están explorando varios métodos que podrían proteger localizaciones concretas como los arrecifes de coral, las secoyas costeras y las capas de hielo.
Proyectos y ejemplos de geoingeniería
Algunos ejemplos conocidos de proyectos, unos en fase de investigación y otros en fase experimental, basados en estas ideas son:
- Inyección de azufre: Bill Gates o la Universidad de Harvard son algunos de los financiadores de proyectos basados en esparcir partículas de azufre cada año en la estratosfera para reducir la radiación solar y los efectos del cambio climático. Esta técnica ha tenido mucha repercusión estos días a raíz de que la startup estadounidense Make Sunsets afirmara haber lazando varios globos de azufre de prueba en la zona de México. Esto ha provocado mucha controversia debido a que estas acciones fueron llevadas a cabo sin permiso y sin tener en cuenta los efectos negativos que puedan derivarse. Como consecuencia, México ha cerrado la puerta a todas las empresas de geoingeniería solar.
- ScoPex: desarrollado por la Universidad de Harvard, el proyecto ScoPex es un experimento que consiste en el lanzamiento de dos globos a la estratosfera, con una altura de unos 20 kilómetros, que rociarán primero agua y después carbonato de calcio sobre la parte suroeste de Estados Unidos. Esto generara el denominado 'velo estratosférico’ con la capacidad de reflejar la luz solar.
- Burbujas espaciales: esta idea desarrollada por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), ha sido una de las más sonadas y se basa en la creación y despliegue de una especie de burbujas congeladas hechas de silicio ultrafino en el espacio. Estas estructuras se denominan ‘burbujas espaciales' y actuarían como una especie de protección extra frente al sol, reduciendo la cantidad de radiación que llega a la Tierra.
- Espejos espaciales: el astrónomo Roger Angel, ha propuesto un proyecto que consistiría en colocar millones de pequeños discos reflectores a una distancia de la Tierra de 1,6 millones de kilómetros, donde la fuerza de gravedad de esta última y el Sol se equipara, los cuales actuarían como una sombrilla sobre nuestro planeta.
- Blanqueamiento de nubes: algunos científicos, meteorólogos e investigadores han propuesto opciones para ‘blanquear’ ciertas nubes de altas altitudes. Esto se debe a que se ha demostrado que estas nubes blancas reflejan mayor cantidad de rayos solares que aquellas “sin blanquear” o que las nubes oscuras. Una opción para lograr este fin es bombear agua de mar hacia estas nubes, ya que los cristales de sal que contienen provocan que las nubes formadas sean más blancas, y por ende reflejen más luz solar. A diferencia del resto, este método presenta la ventaja de que puede ser revertido rápidamente si se produjese algún efecto negativo debido a su implantación.
- Drones: científicos del Instituto de Investigaciones Desérticas de la Universidad de Nevada están diseñando un proyecto de geoingeniería basado en el uso de una flota de grandes drones, que en las zonas cercanas a los polos, rociarían los cielos durante el invierno con materiales muy finos para conseguir que se generen cristales de hielo más grandes de lo normal. Estos cristales ayudarían a disolver las nubes de tipo cirro, las cuales absorben gran parte de la radiación emitida por la Tierra.
- Sal: Robert Nelson, del Planetary Science Institute de Pasadena, propone esparcir grandes cantidades de sal en la atmósfera, la cual haría rebotar los rayos solares y reduciría la temperatura de la Tierra. Según Robert, la sal no bloquearía el calor infrarrojo liberado por la Tierra, lo que aumentaría su capacidad de enfriamiento.
- Lluvia artificial: El Gobierno Chino está realizando en El Tíbet la mayor acción de geoingeniería desarrollada hasta el momento a nivel global. Con una tecnología diseñada por la agencia espacial Aerospace Science and Technology Corporation, China utiliza la llamada siembra o fertilización de nubes. Mediante cañones, drones y aviones se sueltan gases químicos como el yoduro de plata que ascenderán impulsados por las corrientes de aire de los vientos monzones mezclándose con las nubes y produciendo precipitaciones.
- Placas solares en el Sáhara: las Universidades de Illinois y de Maryland han revelado un descubrimiento sobre los efectos positivos que podría tener la instalación de paneles solares y aerogeneradores en el desierto del Sáhara, tales como el aumento de la tasa de lluvias y la generación condiciones favorables para la aparición de vegetación e incluso prácticas agrícolas.
¿Cuáles son los pros y los contras de la geoingeniería?
La geoingeniería es un término muy poco conocido por el momento y que despierta bastante controversia entre los que sí lo conocen.
Algunos científicos y formuladores de políticas argumentan que la geoingeniería puede ser necesaria para mitigar los efectos del calentamiento global, mientras que otros están preocupados por los riesgos potenciales y las consecuencias no deseadas de tales intervenciones a gran escala.
Entre las ventajas que nos puede ofrecer la geoingeniería cabe destacar:
- Mitigación del cambio climático: como ya hemos comentado, la geoingeniería podría utilizarse para mitigar el calentamiento global.
- Protección de los cultivos: con ella se podría proteger los cultivos de condiciones climáticas extremas, como sequías o inundaciones.
- Protección de los ecosistemas costeros: la geoingeniería podría proteger los ecosistemas costeros de los efectos del aumento del nivel del mar.
- Generación de energía: algunas tecnologías de geoingeniería podrían utilizarse incluso para generar energía de forma más eficiente.
Por otro lado, algunas de las desventajas que presenta la geoingeniería son:
- Incertidumbre: la geoingeniería implica intervenciones en sistemas naturales complejos, y por ello es difícil prever todas las consecuencias de estas acciones
- Coste: los proyectos de geoingeniería son grandes y complejos, lo que los hace ser muy costosos y difíciles de financiar.
- Riesgos: algunos proyectos pueden tener efectos no deseados, como el cambio en los patrones climáticos, la acidificación del océano o la pérdida de biodiversidad.
- Dificultad para medir el éxito: es difícil medir el éxito de los proyectos de geoingeniería debido a la complejidad de los sistemas naturales y la incertidumbre en los resultados.
- Pérdida de foco: el mitigar los efectos negativos del cambio climático puede hacer que olvidemos el verdadero origen de este, alejándonos del foco principal que es reducir las emisiones de CO2. Podría contribuir a que la continuación y aumento de emisiones de gases de efecto invernadero continuase.
- Dependencia: algunas técnicas de geoingeniería podrían dar lugar a una dependencia en su uso continuo, lo que al final podría tener consecuencias negativas para el medioambiente y la sociedad.
La inteligencia artificial como aliada de la geoingeniería
Como hemos podido observar, una de las cosas que más rechazo crea respecto a la geoingeniería es la dificultad para medir los posibles efectos secundarios de su aplicación. Sin embargo, esto puede cambiar con la aparición de nuevas herramientas, como por ejemplo la inteligencia artificial. La IA puede ser aplicada en geoingeniería para mejorar la toma de decisiones, creando escenarios que simulen los efectos que la geoingeniería podría provocar en nuestro planeta, teniendo en cuenta las miles de variables que antes eran imposibles de gestionar.
La inteligencia artificial se erige como el único aliado de la geoingeniería para controlar sus efectos
De este modo, primero se podrían testear en laboratorios los efectos y consecuencias de actividades como rociar la atmósfera con productos químicos sin exponer al planeta a ningún tipo de riesgo.
Un ejemplo de esto, es la iniciativa AI For Earth, desarrollada por Microsoft, que pone a disposición de los científicos herramientas de Inteligencia Artificial y capacitación, cuyo objetivo es lanzar proyectos que ayuden a mejorar la situación del medioambiente.
¿Podrá entonces la geoingeniería frenar el cambio climático?
A día de hoy no existe certeza de que la geoingeniería pueda ser la solución al cambio climático. Aunque la idea de que sí es lo que se ha convertido en el motivo de apoyo por parte de algunos ejecutivos y legisladores del sector energético. Sin embargo, numerosos científicos se muestran escépticos al respecto, resaltando los serios impactos medioambientales, políticos y sociales que esta puede llegar a provocar.
Además, los críticos argumentan que en el caso de funcionar, esta solución solo sería temporal, reduciendo la presión para reducir el problema real: el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Algo que puede llegar a ser contraproducente.
Por ello, es importante destacar que la geoingeniería no debe ser vista como una solución a largo plazo al cambio climático, sino más bien como un complemento a las medidas más efectivas de mitigación y adaptación, tales como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la adopción de energías renovables.
Por tanto, de momento la única solución segura y efectiva es asumir la necesidad de reducir drásticamente el consumo de energías fósiles y las emisiones de C02, buscando modelos de crecimiento socioeconómico basados en la sostenibilidad y el respeto medioambiental.
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