25 September 2023
En la actualidad, los fitosanitarios son denominados por la Unión Europea con el acrónimo PPP (Productos de Protección de las Plantas). Aunque este cambio de denominación no se ha popularizado, este indica como las autoridades europeas son conscientes de la necesidad de transmitir a la sociedad la necesidad, seguridad e importancia que tiene el uso de los fitosanitarios autorizados.
Sin ellos, si desaparecieran, el mantenimiento de los actuales rendimientos agrícolas y el actual grado de soberanía alimentaria de la Unión Europea se reducirían hasta niveles muy preocupantes.
La alimentación de la población europea dependería casi totalmente de las importaciones. Asimismo, el sector agrario y los agricultores siguen teniendo relevancia en la sociedad europea.
Incluso, recientemente, un partido agrario, el Farmer-Citizen Movement (BBB por sus siglas en holandés), ha ganado las elecciones provinciales en Holanda, y en las encuestas para las próximas elecciones a celebrar el próximo noviembre aparece como el cuarto partido en intención de voto compitiendo con Los Verdes, que aparecen en tercer lugar.
En este breve articulo intentaremos contribuir a entender la situación actual, con especial referencia a la hortofruticultura y la postcosecha.
Es obvio que las autoridades europeas deben conjugar diversas necesidades, siendo, probablemente, las que siguen las de mayor relevancia:
- Seguridad alimentaria, los niveles de residuos de los PPP que quedan en los alimentos, y que pueden ingerirse, deben ser seguros.
- Medioambientalmente seguros para fauna, acuíferos, suelos, y mantenimiento de la biodiversidad.
- Mantenimiento de unos rendimientos agrícolas que permitan la sostenibilidad de las explotaciones agrarias, y de los mismos agricultores.
- Mantenimiento de la soberanía alimentaria de la Unión Europea, por lo menos en cierto grado.
- Mantenimiento de una alimentación nutritiva y saludable para la población europea, siendo la disponibilidad de frutas y hortalizas a precios razonables, imprescindibles para la consecución de la misma. Este es un capítulo de relevancia dentro de lo que es la sostenibilidad social.
Por supuesto que la relevancia legislativa que se da a estas necesidades depende de los equilibrios políticos en el Parlamento y Comisión Europea, además de en los distintos países de la UE.
Si los partidos verdes fueran mayoritarios, probablemente se aplicarían las políticas preconizadas por Greenpeace que establecen la práctica desaparición del uso de los PPP, a los que Greenpeace siempre denomina pesticidas.
A este respecto, cabe señalar cómo la ‘Farm to Fork Strategy’ de la UE establece que la Comisión Europea debe tomar medidas para en 2030 alcanzar una disminución de un 50 % en el uso de PPP químicos.
Se quiere incentivar la producción ecológica para que alcance el 25 % del total de la producción agrícola europea en 2030, y un 60 % para 2050
La disminución en el uso de PPP químicos quiere lograrse con el desarrollo y la adopción de otras tecnologías de control de plagas y enfermedades, pero probablemente también con el progresivo endurecimiento de la normativa de EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) para la aprobación, o renovación, de los PPP químicos.
Este endurecimiento de los estudios requeridos en materia de residuos, toxicología, etc., incrementa mucho el costo de dichos procesos, por lo que en muchas ocasiones son las mismas empresas ‘dueñas’ de una materia activa las que renuncian a su renovación y mantenimiento en el arsenal de las mismas.
De hecho, desde 2011 a la actualidad han desaparecido un total de 118 materias activas, no solo químicas sino también agentes de biocontrol (BCA, por sus siglas en inglés).
La actual situación lleva años dificultando la producción de varios productos hortofrutícolas en España
Sin ánimo de ser exhaustivos siguen algunos ejemplos, la abamectina desapareció el pasado 1 de julio. Este es un acaricida muy utilizado en cítricos y en otros productos hortofrutícolas que, si bien tiene alternativa, el acequinocil, se trata de un producto mucho más caro.
Otro caso que toca muy de cerca nuestra agricultura mediterránea es la materia activa sulfoxaflor, con autorización excepcional para caquis, pero no para cítricos, que se ha venido utilizando con éxito frente cotonet y pulgones, y cuya autorización de uso fue recientemente derogada.
Pero se da el caso de que, existiendo alternativas válidas, en términos de eficacia y sostenibilidad, que están a punto de completar el proceso de legalización en países como EEUU y México, no se cree que estén disponibles en la UE hasta dentro de 5 años.
Esto es consecuencia de lo complejo de la realización de todos los test y estudios medioambientales y toxicológicos que la UE requiere.
Según los expertos, los requisitos de la UE para la aprobación de PPP, ya sean químicos o agentes de biocontrol, son los más exhaustivos del planeta
Quizás la UE debería establecer mecanismos claros y eficaces para que estos procesos de sustitución de PPP por otros de perfil más seguro se acelerarán, pues en otro caso es la sostenibilidad de explotaciones y agricultores, y el mantenimiento de la soberanía alimentaria europea, lo que se pone en riesgo.
La UE debería establecer un mecanismo formal para proteger los rendimientos de los agricultores y evitar la desaparición de PPP que no tienen recambio. En la actualidad el único mecanismo son las autorizaciones excepcionales.
Cabe señalar cómo la situación en la postcosecha es, por el momento, mejor
Como razonamos en un artículo anterior (Valencia Fruits n.º 3018, 2023), los PPP actualmente autorizados en postcosecha son muy necesarios para evitar los podridos en las cadenas de suministro de cítricos, bananas, fruta de hueso y pepita, además de en otros, sobre todo para la comercialización de fruta de otros continentes y para la confección en origen de pre-empaquetados (mallas, girsacs, barquetas, flow-packs, etc.) en unidades de venta con hasta 30 o más frutos.
Los PPP de uso en postcosecha hacen posible, junto la utilización de recubrimientos eficaces, la reducción de las pérdidas que en frutas y hortalizas se sitúan en torno a un 5-20 % en los países desarrollados y un 15-40 % en los subdesarrollados, siendo la reducción de estas pérdidas y del desperdicio muy importantes para el incremento de la productividad agraria a fin de que nuestro planeta pueda seguir alimentando toda su población.
Adicionalmente, pienso que la postcosecha está dando un ejemplo positivo en lo que respecta al mantenimiento de un paquete de materias activas que permitan controlar los podridos con eficacia. Se trata del esfuerzo que está realizando el Postharvest Cluster, que agrupa a las principales empresas del sector europeo de recubrimientos y tratamientos postcosecha, para el mantenimiento del orto-fenilfenol, único fungicida disponible en la UE con capacidad de control sobre el patógeno Geotrichum candidum.
Para ilustrar al lector, diremos que el esfuerzo económico realizado por estas empresas, en las que se incluye Citrosol, en los estudios y ensayos necesarios tanto para contrastar su eficacia como para garantizar su seguridad de uso, alcanza los 2 millones de euros hoy.
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