Los nuevos mandamases europeos (I)

Después de las elecciones europea de junio, ha llegado el momento para nuestros jefes de Estado y de Gobierno y para los europarlamentarios de elegir a los nuevos mandamases europeos para los próximos 5 años. 

Nada es sencillo en Europa 

Por un lado, la primera institución que tiene algo que decir es el Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno, que se reúne en las llamadas 'Cumbres Europeas'. 

Su nombre es tan farragoso porque reúne a todos los jefes de Gobierno de los Estados miembros, más el jefe del Estado francés. En efecto, el presidente de la República francesa, a diferencia, por ejemplo de nuestro monarca, tiene la última palabra en lo referente a la política europea y exterior. 

Asisten pues, por parte de Francia, tanto el presidente como el primer ministro. 

La primera institución que tiene algo que decir es el Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno

La segunda institución que interviene en varios de los nombramientos es el Parlamento Europeo. Antes de entrar en los detalles de la operación –el quién–, conviene explicitar el procedimiento de elección –el cómo–, que es distinto para unos cargos y para otros. 

Los tres primeros cargos que deben ser nombrados son el (o la) presidente (presidenta) de la Comisión, el presidente del Consejo y el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. 

El caso mas sencillo es el del presidente del Consejo; puesto permanente que no se ha de confundir con la presidencia rotatoria del Consejo, asumida este semestre por Hungría. 

Su nominación depende únicamente de los jefes de Estado y de Gobierno. Ya han escogido a António Costa, el anterior primer ministro portugués, de la familia socialista. Por cierto, su candidatura fue apoyada por el actual Gobierno luso, de derechas, en un gesto de honra política al que ya no estamos acostumbrados en nuestro país. 

En el caso de los otros dos cargos, deben ser ratificados en el Parlamento por al menos 361 diputados. Los jefes de Gobierno ya han decidido sus candidatos: Ursula von der Leyen (del Partido Popular Europeo) y Kaja Kallas, de la familia liberal. 

Se confirma, por lo tanto, una gran coalición que margina, en particular, a la derecha extrema y la extrema derecha, representada en particular por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. 

Se confirma una gran coalición que margina, en particular, a la derecha extrema y la extrema derecha

La primera en ser refrendada debe ser la presidenta de la Comisión. El 18 de julio debe conseguir alcanzar los 361 votos favorables. 

Esto, en principio, no tendría que ser difícil, ya que las tres familias de la gran coalición suman 401 diputados:

• Partido Popular Europeo (PPE): 185 escaños
• Socialdemócratas (S&D): 137 asientos
• Y los liberales de 'Renew Europe': 79 eurodiputados

Pero en la Eurocámara no hay disciplina de voto en los grupos. Por lo tanto, siempre hay 'electrones libres' que no votaran con la mayoría. 

Este es el caso ya anunciado de los franceses de 'Les Républicains', del PPE, y podría ser también el caso de algunos eurodiputados del PP español. 

Un margen teórico de 40 votos es escaso, pero ampliar el campo no es cosa fácil. Una mirada cómplice hacia la derecha extrema es inadmisible para los socialdemócratas, pero un acercamiento a los Verdes, si va acompañado de compromisos medioambientales importantes, sería difícil de admitir para muchos diputados del PPE. 

Una vez nombrado (o nombrada) el (o la) presidente (o presidenta) de la Comisión, cada Estado miembro debe proponer sus candidatos a comisario. 

Como aconteció la vez anterior, en principio debería proponer dos candidatos: un hombre y una mujer. No hay ninguna obligación legal, e Irlanda ya ha anunciado que solo propondrá a uno: su ministro de Finanzas.

Aunque la distribución de carteras (y vicepresidencias) es responsabilidad oficialmente de la Presidencia de la Comisión, está claro que entre bastidores las negociaciones se están desarrollando. 

Estas incluyen también las competencias específicas de cada Dirección General, y existen rumores persistentes de grandes cambios y redistribuciones. Algunos de estos rumores conciernen también a la actual Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural. 

Existen rumores persistentes de grandes cambios y redistribuciones en las competencias específicas de las nuevas Direcciones Generales 

Una vez propuestos, deberán ser ratificados por el Parlamento Europeo. Para ello deberán presentar su programa y ser refrendados por los miembros de la Comisión Parlamentaria correspondiente, en nuestro caso por la de Agricultura y Pesca.

Este no es un simple ejercicio formal. Los candidatos a Comisarios pueden tener que repetir su audiencia si la primera vez no han sido suficientemente brillante (como le aconteció al actual comisario de Agricultura), o incluso ser rechazadas. 

Así aconteció, por ejemplo, en el 2019 con los comisarios designados Rovana Plumb, de Rumanía, y László Trócsányi, de Hungría, por conflicto de intereses.

Como el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad es también comisario, su nombramiento definitivo tendrá que esperar a esta segunda fase. No cabe esperar ninguna (mala) sorpresa en este caso, ya que la candidata goza de gran aceptación y prestigio, en particular por su firmeza frente a la Rusia de Putin.

En la próxima entrega...

Como puede ver el sufrido lector si ha tenido la paciencia de llegar hasta este final del artículo, muchos temas están todavía abiertos. Por esto su título va acompañado de un paréntesis que indica que solo es la primera parte. 

Nos proponemos en próximas entregas detallar y analizar el desarrollo del proceso, con especial atención a los comisarios que más impactan nuestro sector. Se trata no solo del de Agricultura, sino también del responsable de Medio Ambiente (puesto para el cual se posiciona Teresa Ribera), Comercio, Sanidad y Salud Pública.