El amaranto es un cereal considerado como sagrado de México, que ha ganado reconocimiento en el mundo por ser el alimento de origen vegetal más completo y una de las fuentes más importantes de proteínas, minerales y vitaminas de origen natural.

Además, ha sido incluido en la lista elaborada por WWF (Fondo mundial para la Naturaleza), en colaboración con Knorr y el Centro de Salud Nutricional Pública de la Universidad de Washington de los '50 Alimentos del Futuro', por su bajo impacto ambiental y su elevado valor nutricional.

Qué es el amaranto

El amaranto es una planta perteneciente a la familia de las Amaranthaceae, originaria principalmente de América, cuyo cultivo se remonta a hace 8.000 años de historia.

De esta planta surgen las semillas de amaranto, catalogadas como un pseudocereal comestible, al igual que ocurre con la quinoa.

Los pseudocereales son semillas que utilizamos en la alimentación como cereales, aunque su valor nutricional es más elevado, cuenta con proteínas de mayor calidad que los cereales y no contienen gluten, por lo que es perfecto para celíacos.

Fue uno de los cultivos más importantes de las civilizaciones aztecas tanto por su valor nutricional como por sus propiedades medicinales. Los aztecas además lo consideraban un alimento divino, por lo que era utilizado en ceremonias y rituales de esta cultura.

Características del amaranto

La planta del amaranto destaca por su vistoso color, sobre todo durante su ciclo de crecimiento, y su ligero peso comparado con los cereales tradicionales.

Sus hojas y tallos suelen presentar un color verde en sus primeras etapas, pero comienza a adquirir ese color púrpura intenso, que conocemos conforme la planta continúa creciendo y madurando. Esta característica de color destaca su alta presencia de antioxidantes.

Por otro lado, los granos o semillas de amaranto son pequeñas, redondas y de textura suave, similares a la quinoa y pueden variar desde tonos dorados hasta rojizos o marrones.

El amaranto tiene un sabor suave y evoca ligeramente al de la nuez, con un toque terroso y un ligero matiz dulce. Su textura puede ser crujiente cuando está tostado o suave cuando se cocina, lo que lo hace versátil tanto en platos dulces como salados

Beneficios y propiedades del amaranto

El amaranto es considerado un 'superalimento' por su completo valor nutricional. A grandes rasgos es una importante fuente de aminoácidos, calcio, magnesio y hierro, incluso más que las espinacas, así como de zinc y selenio, que favorece al sistema inmunitario.

Este pseudocereal cada vez más popular en el mercado contribuye a favorecer la salud humana gracias a sus múltiples propiedades y beneficios como:

Fortalece los tejidos del cuerpo: al ser una fuente de proteínas de origen vegetal, el amaranto ayuda a cuidar los tejidos del organismo.
Cuida del sistema cardiovascular: teniendo en cuenta que es un alimento bajo en grasas, ayuda a controlar los niveles de colesterol que tenemos en sangre. Además mejora procesos vitales de la sangre como la circulación y la presión arterial.
Tiene propiedades saciantes: otro de sus beneficios y propiedades es la capacidad saciante debido a su alto contenido en fibra, por lo que al incluirlo en una dieta equilibrada, ayuda a mantener el peso.
Promueve la salud intestinal: gracias a su alto contenido en fibra, facilita las deposiciones y reduce la sensación de hinchazón..

Las propiedades alimenticias del amaranto, ya sea consumido en su forma fresca como en grano inflado o harina, son muy valoradas para utilizarlo como base de otros productos alimenticios.

Para qué sirve el amaranto

El amaranto ha sido utilizado tradicionalmente en la medicina popular por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.

Según algunos estudios, esta planta ayuda a prevenir enfermedades como el cáncer de colon, afecciones gastrointestinales, diabetes, estreñimiento, obesidad, mejora la salud del corazón, el sistema circulatorio y regula el colesterol.

Algunos especialistas indican que también puede incluirse en dietas para la pérdida de grasa y ganancia de músculo, siendo una excelente fuente de energía y saciante de apetito.

Una de sus ventajas más destacadas es que es una alternativa para los celíacos, ya que el amaranto no contiene gluten, lo que lo convierte en un alimento seguro para quienes padecen esta enfermedad o tienen sensibilidad al gluten

Además, gracias a su aporte nutricional, el amaranto puede ser clave en la lucha contra la desnutrición y su cultivo es relativamente fácil debido a su resistencia y adaptabilidad a diferentes climas y suelos, lo que hace que sea una solución ideal para regiones con pocos recursos o vulnerables.

Cómo se consume el amaranto

Al igual que ocurre con otros cereales, el amaranto es capaz de adaptarse tanto a recetas dulces como saladas.

Puede consumirse de diferentes formas, ya sea como germinado, harina, hinchado, tostado o hervido y debe lavarse adecuadamente antes de su consumo.

Algunas de las formas más populares de consumo son:

Amaranto cocido: para cocinarlo, se recomienda poner en remojo las semillas, ya que así sientan mejor en el estómago. Luego se hierve en proporción de 1 taza de amaranto por 3 de agua o caldo y se cocina a fuego suave durante 20 o 25 minutos.
Popcorn de amaranto: Similar a las palomitas de maíz, el amaranto puede tostarse hasta que “exploten” las semillas.
Harina de amaranto: se puede utilizar para hornear galletas, panes y otras preparaciones
Incorporado en recetas: puedes añadirlo a sopas, guisos, ensaladas, o incluso usarlo para espesar salsas.

El cultivo de amaranto, México elegido país demostración de este cereal

La FAO nombra a México como el país de demostración del amaranto y reconoce a este país y sus productos por su compromiso y trabajo para intensificar la promoción del amaranto, un cultivo ancestral.

Este reconocimiento ofrece una alternativa ante la desertificación que afecta a muchas regiones del centro-norte de México y otras áreas del mundo.

El amaranto, por su resistencia a climas secos y su alto valor nutricional, se presenta como una opción sostenible para fortalecer la seguridad alimentaria y apoyar a comunidades rurales en la adaptación al cambio climático.

Existen diferentes especies de amaranto, que pueden encontrarse también en Europa, Asia, África y Australia. Los cultivos de zonas como Europa y Norteamérica (Amaranthus Caudatus) suelen ser de carácter ornamental, es decir, plantas destinadas a decoración.

Mientras que en México (Amaranthus Cruentus y Amaranthus Hypochondriacus), su grano se cultiva para consumo como alimento, el cual también se comercializa.

Además, este país se ha centrado en fortalecer la siembra de este cultivo nativo, con acciones de mejoramiento genético, conservación de la semilla, aprovechamiento sustentable y dentro de la diversificación productiva, así como en comercialización y promoción en su consumo.

Cómo se cultiva el amaranto

La planta de amaranto destaca por su alta resistencia y adaptabilidad a diferentes temperaturas y cultivos.

Puede crecer en suelos pobres en nutrientes para el crecimiento de las plantas y tolera bien la sequía, lo que lo convierte en un cultivo ideal para regiones con climas extremos.

Sus condiciones ideales de cultivo oscilan entre los 25 y 30 °C con un suelo bien drenado para evitar el exceso de humedad, ya que podría afectar a su rendimiento.

El cultivo de amaranto puede hacerse de manera directa o mediante el trasplante, siendo esta última opción la menos común.

En México se siembra en surcos separados 60 o 70 cm y dentro de este se pueden colocar entre 10 y 20 semillas, tapando posteriormente con 1 o 2 cm de suelo.

Es un cultivo capaz de adaptarse a las condiciones climáticas extremas que sufren algunas regiones, la cantidad total de agua requerida por el amaranto a través de su ciclo vital es de solo el 60 % del agua en comparación al trigo o la cebada, por lo tanto el amaranto de semilla es un cultivo ideal para las regiones secas.

La historia del amaranto, sus beneficios para la salud y su adaptabilidad a diferentes climas lo han posicionado como uno de los 50 alimentos del futuro. Aunque su cultivo en España es casi nulo por el momento, su potencial es muy importante, y podría ser un componente clave en la agricultura sostenible.

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