Aceite de oliva: más oro líquido que nunca

En las últimas semanas existe un tema candente en el sector agroalimentario: el ascenso del precio del aceite de oliva. 

La noticia ha sido referenciada por medios de comunicación de tirada nacional, siendo objeto de numerosos debates en franjas horarias de máxima audiencia. 

Hasta tal punto ha llegado la situación, que el propio ministro de Agricultura en funciones, Luis Planas, ha expresado su preocupación por la situación coyuntural que presenta este mercado. 

Cambio de ritmo

Ahora bien, la escalada de precios que padece el aceite de oliva no es algo nuevo, tal y como indicaron Roberto García Torrente y Ana Cabrera Sánchez. 

En los últimos dos años se ha registrado un ascenso gradual del precio del producto, aunque en los últimos meses la cotización ha aumentado a un ritmo vertiginoso, superando en junio de 2023 por primera vez los 7,1 €/kg en España, pero que si nos fijamos en nuestro país vecino, Italia, el precio llegó a alcanzar los 7,86 €/kg. 

Según el MAPA, el precio del aceite de oliva ascendió un 15 % en tres semanas

Fuente: EL ORDEN MUNDIAL: “La evolución del precio del aceite de oliva español”.

En Andalucía, principal región productora a escala mundial, el precio del aceite de oliva virgen extra alcanzó los 8,40 €/kg a finales de agosto de 2023.

Las preguntas que surgen de ver estas cifras son claras: ¿qué sucesos han ocurrido para llegar a esta situación? ¿Es viable para el sector olivarero? 

La primera cuestión puede tener una respuesta más clara que la segunda. 

Motivos

Tal y como indica el anterior gráfico, en 2020 el incremento del precio se originó tras la pandemia y la crisis de suministro, que incidió en los costes del envasado, distribución, etc.

En 2021, volvió a existir un incremento a causa de la guerra de Ucrania que cambió la tendencia en los precios del aceite. 

El conflicto bélico contrajo la oferta de aceite de girasol, incrementando la demanda de aceite de oliva en España y, en consecuencia, se redujeron la existencias del producto a un ritmo mayor del esperado. 

Adicionalmente, con dicho acontecimiento se incrementaron los costes de producción debido a la crisis energética o los grandes ascensos del precio de los fertilizantes u otros insumos. 

En esta última campaña, a pesar de diluirse algunos de los efectos de la guerra, han afectado otros condicionantes. 

Uno de los principales causantes ha sido una enorme reducción de la oferta de aceituna para aceite, siendo el campo español uno de los afectado y el principal productor a escala mundial. La producción de aceite de oliva se ha reducido un 55,6 %. 

La producción de aceite de oliva español cae un 56 % en la campaña 2022/2023

Adicionalmente, hay que considerar las existencias de aceite de oliva. Sin embargo, teniendo estas, las existencias la disponibilidad de la producción se encuentra entre un 25,5-44,1 % por debajo de un año estándar. 

Si observados la situación de los principales proveedores de aceite de oliva, su producción también se ha resentido. Por lo que existe una baja disponibilidad casi a nivel general. 

Fuente: EL ORDEN MUNDIAL: “La evolución del precio del aceite de oliva español”.

Los motivos de la mala producción española han sido las olas de calor, que afectaron a la floración y al cuajado de las olivas, y a la sequía de 2022, que afectó al desarrollo de los frutos. Por lo que el sector atraviesa una compleja situación. 

Nos encontramos en un momento donde España puede necesitar de exportaciones de aceite de oliva para que no ocurra un desabastecimiento, según palabras de Luis Planas, ministro de Agricultura. 

Aunque también una variable que puede influir de manera capital en este posible desabastecimiento es la bajada del consumo de los hogares que ha registrado el producto. Comportamiento lógico a consecuencia de que nos podemos encontrar un litro de aceite a más de 10 euros en los lineales de los supermercados. La designación de oro líquido toma más sentido que nunca en estos meses. 

Consecuencias

Ahora tocaría contestar a la segunda pregunta que se ha planteado en un inicio: ¿es recomendable para el sector del aceite de oliva que el producto en origen supere los 7 euros por litro?

La respuesta a esta pregunta depende del origen del problema comentado con anterioridad.

El incremento del precio del producto no se ha obtenido de su revaloración, sino que se ha experimentado por una reducción de la cosecha interna. 

Esta situación ha llevado a que muchos agricultores obtengan rentabilidades nulas por la venta de la oliva o su aceite. 

Por lo que el reparto de la riqueza generada por este ascenso de los precios solo recae sobre aquellos productores que no hayan perdido su cosecha, siendo principalmente aquellos que tienen olivar de regadío, siempre que no hayan experimentado una reducción en la concesión del agua.

Hay que recordar que el 77,6 % de las plantaciones de olivar se encuentran en secano. 

Ante esta situación una de las principales soluciones para reducir el precio del aceite de oliva y, casi la única, son las precipitaciones. Además de hacer una magnífica gestión del agua, por lo que es necesario aplicar todas aquellas acciones que puedan mejorar la eficiencia del agua en la agricultura.