23 min

Se reduce la oferta de hortalizas al aire libre y aumentan las cotizaciones en 2022/23

10 May 2023
Economía Agroalimentaria
Estadísticas
El clima continúa complicando la producción y determinando el desarrollo de la campaña junto con los elevados costes y el efecto de la inflación
Campo de lechugas

10 May 2023

Introducción

Durante la campaña 2022/23 la oferta de hortalizas se ha visto reducida, lo que ha provocado un aumento de las cotizaciones en origen para la mayoría de los productos. La sequía, las elevadas temperaturas durante el otoño y gran parte del invierno, así como como la bajada de las mismas a principios de año, han sido los principales responsables de esta disminución de la oferta.

Este descenso también se pudo observar en otros países productores como Marruecos, lo que generó cierta alarma en febrero cuando surgieron noticias en los medios de comunicación con estantes vacíos y restricciones en algunos supermercados de Reino Unido. Finalmente, no se llegó a producir una escasez real, sin embargo, sí que hubo cierta preocupación en los mercados centroeuropeos y tensión entre los distribuidores por la menor oferta. 

Hay que señalar que además del clima otros factores han afectado al desarrollo de la campaña:

  • Los elevados precios de la energía: que han provocado el crecimiento del coste de los insumos de producción, especialmente de los fertilizantes. Este incremento se inició en 2021 debido al desequilibrio en los mercados energéticos causado por la aparición de la COVID-19, pero se disparó tras la invasión de Ucrania. Este aumento y el de los demás inputs productivos han afectado a las decisiones de siembra tanto en España, como en el resto de los países productores, con especial repercusión en Centroeuropa por la elevada dependencia energética de su producción en los meses invernales. Esta circunstancia ha hecho disminuir la oferta global de hortalizas y ha afectado al mercado, aunque este análisis se centra en los cultivos al aire libre.
  • Contexto inflacionario: la situación económica y geopolítica de los tres últimos años ha provocado un crecimiento general de los precios y una disminución del poder adquisitivo de la población en España y en Europa, principal destino de nuestras exportaciones.

A continuación, se analiza qué ha pasado en la producción hortícola española al aire libre en 2022 y cómo se ha desarrollado la campaña 2022/23 para las principales hortalizas cultivadas en invierno.

Evolución del sector en 2022

En 2022 tuvo lugar un descenso de la superficie y producción del conjunto de las hortalizas cultivadas en España. Según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Avances de superficie y producción), la superficie se redujo un -8,2 % y la producción un -14,8 % respecto a 2021.

Los principales descensos en superficie tuvieron lugar en tomate (-19,2 %), con un acusado retroceso de la producción de verano (-29,5 %) ante las expectativas de falta de agua. A estos le siguieron los de melón (-16,5 %), cebolla (-14,2%), zanahoria (-12,0 %) y lechuga (-9,7 %).

La menor superficie se debió a varios factores. Por un lado, la sequía y la incertidumbre sobre la disponibilidad de agua para riego llevaron a los agricultores a reducir las hectáreas cultivadas. Por otro, también afectó el incremento de los costes de producción y las dificultades en la comercialización durante 2021 para algunas hortalizas como el ajo, el puerro, la cebolla y la zanahoria, debidas en su mayoría a las todavía restricciones en el canal horeca a consecuencia de la pandemia. 

El incremento de las cotizaciones en origen aumentó el valor de la producción en un +4,9 % en 2022

La disminución de la superficie de cultivo junto con una climatología poco favorable ha dado como resultado el descenso productivo anteriormente mencionado. Durante otoño e invierno las bajas temperaturas ralentizaron el ritmo de los cultivos, las lluvias en primavera tampoco fueron favorables mermando la calidad de algunos productos como la lechuga y dificultando las plantaciones posteriores. Finalmente, las olas de calor en verano y la ausencia de precipitaciones también contribuyeron a un descenso de los rendimientos. 

 

Aunque cada especie vegetal se comporta de forma diferente, la tendencia descendente ha sido generalizada para la producción de la mayor parte de los cultivos analizados. Tan solo el puerro ha superado las cifras presentadas en 2021 debido al incremento de los rendimientos en Andalucía. 

La menor oferta provocó un aumento de los precios que fueron superiores a los de 2021 para la mayoría de las hortalizas. Sin embargo, no todos los productos presentaron un comportamiento positivo. Así, la comercialización del ajo se vio afectada por la falta de calibre y la del puerro por una demanda ralentizada. En el caso de la alcachofa, la estabilidad de la oferta favoreció las cotizaciones, aunque estas fueron inferiores a las alcanzadas en 2021.

El resultado económico del año 2022 aumentó un +4,9 % respecto a 2021 por esta mayor apreciación en el mercado, alcanzando una cifra total de 11.153,7 millones de euros.

Otro de los factores relevantes ha sido el incremento de los costes de producción que han mantenido la tendencia ascendente iniciada en 2021 por influencia de los precios de la energía. Esto ha provocado el encarecimiento de los productos y servicios derivados del coste de la energía y del petróleo, con especial repercusión en los productos fertilizantes, por su dependencia del gas en la fabricación.

En 2023 las decisiones del agricultor en la elección y superficie de cultivo seguirán condicionadas por los costes y la escasez de agua

A principios de 2023, el precio del gas y de los fertilizantes se ha moderado, pero se mantiene en niveles elevados. En los próximos meses el desenlace de la guerra en Ucrania, la recuperación de la actividad comercial de China tras su política de cero COVID y las decisiones de la OPEP respecto a la extracción de crudo van a repercutir en el coste de los insumos de producción, todavía muy dependiente de la situación geopolítica internacional. 

Por tanto, se prevé que los costes continúen elevados este año y sigan presionando a la baja la rentabilidad de las explotaciones, condicionando al agricultor, junto la escasez de agua, en la toma de decisiones en cuanto a la superficie a cultivar y la selección de cultivos. 

 

 

El contexto internacional no solo ha afectado a los insumos agrícolas, sino que ha provocado un incremento de la inflación global que los gobiernos están tratando de reducir con una subida de tipos de interés. Esto está mermando el poder adquisitivo de las familias en Europa y afectando al consumo en nuestro país junto con la vuelta a los hábitos de consumo anteriores a la pandemia (menor consumo de productos frescos por la menor disponibilidad de tiempo en casa). Esta circunstancia queda reflejada en la evolución del consumo en el hogar por habitante que disminuyó en 2022 (enero-noviembre) en volumen un -14,0 %, con una contracción del gasto per cápita del -5,6 %. 

 

 

El descenso de la producción nacional y la ralentización de la demanda quedaron reflejadas en una disminución del volumen exportado del -6,9% y un total de 6.188,7 miles de toneladas. Sin embargo, en términos de valor la evolución fue positiva por la mayor apreciación de las hortalizas en los mercados internacionales, alcanzando un total de 8.028,8 miles de euros (+7,6 %). Cifra que supusieron un resultado favorable para el sector productor-exportador en su conjunto.

Hay que señalar que las hortalizas cultivadas bajo abrigo presentaron un mejor comportamiento en términos de valor, mientras que las hortalizas más representativas de las cultivadas al aire libre han presentado una evolución menos favorable. De manera que tan solo alcachofa y cebolla aumentaron el resultado económico de su exportación. En el caso de la cebolla, por un descenso generalizado de la oferta en Europa, principalmente en Países Bajos y Ucrania, junto con una demanda activa durante 2022 que ha continuado los primeros meses de 2023.

Respecto a lechuga, coliflor, brócoli y ajo, es destacable el descenso en el valor de exportación respecto a 2021 a pesar del incremento en los precios medios de comercialización, siendo lechuga la hortaliza con mejor comportamiento a pesar del signo negativo.

 

 

Hortalizas de invierno en 2022/23

Respecto a la campaña de los cultivos hortícolas de invierno 2022/23, ha vuelto a estar marcada por una climatología atípica y desfavorable para la mayoría de los cultivos. La presencia de temperaturas altas durante la mayor parte del invierno, el acusado descenso de la mismas a finales de enero y la escasez de precipitaciones han hecho caer lo rendimientos, junto con un menor uso de fertilizantes por su elevado coste.

Esta disminución de la oferta ha provocado un nuevo aumento de las cotizaciones en origen de forma generalizada. No obstante, hay que señalar que las bajas temperaturas que tuvieron lugar a principio de año redujeron la oferta de forma puntual, no solo en España, sino también en otros proveedores europeos lo que provocó un incremento acusado de los precios y tensión en los mercados internacionales como se indicaba anteriormente. 

Las exportaciones han disminuido un -9,6 % desde septiembre hasta febrero con un total de 3.318,9 miles de toneladas de hortalizas comercializadas por un importe total de 4.812,3 millones de euros (+10,4 %). En cuanto a la evolución del comercio exterior en febrero, el volumen de hortalizas exportado fue un -15,9 % inferior febrero de la campaña anterior y un -20,3% a la media de lo enviado en dicho mes durante los tres periodos anteriores a 2022/23.

Debido a que el sector hortícola agrupa gran cantidad de productos, en este informe nos centraremos en el análisis de la campaña 2022/23 de lechuga, coliflor, brócoli y alcachofa por su relevancia económica en el periodo analizado

No obstante, hay que destacar la evolución de la campaña de cebolla por sus elevados precios en origen, que han aumentado un 254,4 % respecto a 2022 y un 164,6 % respecto a la media de los últimos cinco años (desde el 6 de enero hasta el 21 de abril).

 

 

Este excepcional crecimiento de las cotizaciones se debe fundamente a la menor oferta nacional y europea. En España las primeras estimaciones a falta de datos oficiales estiman un retroceso productivo de entre el 30-40 % comparado con la campaña anterior.  Además, la producción obtenida ha sido de menor calibre debido a la sequía, aunque la menor humedad ha favorecido la conservación de las cebollas y, por tanto, la vida postcosecha del producto.

La cosecha en Europa se ha visto afectada tanto por una disminución de la producción en Países Bajos, principal exportador europeo, pero también por la guerra en Ucrania, ya que este país era un gran productor antes del conflicto. 

De cara a los próximos meses se prevé que la demanda se mantenga activa y los precios elevados por la menor cantidad de esta hortaliza en el mercado.

 

Lechuga

 

Aunque el clima siempre influye de forma habitual en el desarrollo de los cultivos, en 2022/23 está teniendo un papel protagonista por segunda campaña consecutiva. Probablemente, las cifras de producción finales de lechuga sean similares o incluso superiores a las del periodo anterior, pero con una presencia irregular en los mercados que está afectando a la comercialización. 

Desde el mes de septiembre y durante gran parte del invierno las temperaturas han sido más elevadas de lo habitual para las fechas, lo que ha provocado un mayor ritmo de crecimiento en los cultivos, un adelanto de la producción y mayores calibres. Asimismo, los programas de producción se han visto alterados por las anormales condiciones climáticas

La mayor presencia en el mercado y el mayor calibre ha dificultado la comercialización, como muestra el hecho de que las cotizaciones en origen durante los primeros meses de la campaña se encontrasen en niveles cercanos al mínimo de los cinco últimos periodos.

La bajada de las temperaturas a finales de enero cambió el comportamiento de los precios, al limitarse la oferta, pero los precios han vuelto a descender debido a una primavera con registros de temperatura más propios del verano y su consiguiente efecto en la producción.

Con todo, los precios medios en origen han aumentado para lechuga iceberg y baby en un 8,3 % y un 19,2 %, mientras que han disminuido un -7,7 % para lechuga romana, por lo que el balance en cuanto a precios hasta mediados de abril se mantiene en positivo.

 

 

 

Las exportaciones de lechuga desde septiembre hasta febrero han disminuido respecto a la campaña 2021/22, con un retroceso en las cantidades comercializadas del -15,3 % y del valor obtenido, del -1,9 %. De manera que el incremento de los precios no ha podido compensar hasta el momento la contracción de los envíos. 

Según destino, las cantidades exportadas a Italia (-25,5 %), Alemania (-19,2 %) y Francia (-18,6 %) son las que más han retrocedido hasta febrero. Estos descensos son especialmente significativos por ser tres de los cinco mayores destinos de la lechuga española. 

En cuanto al Reino Unido, que ha sido protagonista en prensa por la escasez de lechuga y otros productos en algunos de sus supermercados, ha tenido lugar una menor contracción de las exportaciones, de un -3,3 %. Si se analiza la evolución de las importaciones de lechuga de nuestro país realizadas por el país anglosajón, se observa que en enero y febrero los descensos son más acusados que el acumulado de campaña. Sin embargo, inferiores a los presentados por Alemania o Francia, sin que en estos destinos se hayan producido problemas de suministro. 

Por tanto, los problemas de abastecimiento de hortalizas en general y de lechuga en particular en el mercado inglés durante el mes de febrero, no se han debido solo a la menor oferta de producto si no a la suma de una serie de factores:

  • La contracción de la producción en el Sureste Español que ha visto mermada su producción por el frío. 
  • El elevado coste de la energía, que ha llevado a los productores ingleses y de Centroeuropa a modificar sus programas de producción evitando los meses de más frío para minimizar costes. 
  • Cambios en la estructura de aprovisionamiento en la distribución, disminuyendo los programas de compras por campaña y sustituyéndolo por la adquisición libre de producto priorizando el bajo coste. 
  • El brexit ha tenido una repercusión menor, tal y como muestran los datos de exportación española y los de importación de Reino Unido. Sin embargo, el mayor coste derivado del carácter insular de este país y el nuevo marco normativo y de relaciones con la UE no favorecen en situaciones excepcionales como la que tuvo lugar en febrero. 

A falta de que se desarrollen los cultivos de verano, el resultado económico de la campaña de lechuga está siendo menos favorable de lo esperado. Si la climatología lo permite, es posible que mejore en los próximos meses, aunque las elevadas temperaturas primaverales continúan complicando la producción y comercialización de esta hortaliza.

 

 

 

Brócoli y coliflor

La climatología también ha afectado al desarrollo de los cultivos de brócoli y coliflor desde el inicio de la campaña. Así, el calor provocó una parada vegetativa en el momento del trasplante. La calidez del otoño e invierno hasta enero también ha disminuido los rendimientos de estos cultivos y ha modificado los calendarios de los programas de producción, igual que en lechuga.

El hecho de que la campaña anterior no fue satisfactoria desde un punto de vista comercial y la incertidumbre de la presente ante las expectativas de déficit hídrico ha hecho que la mayor parte de la producción sea comercializada a través de programas con la distribución

El comportamiento de la curva de precios ha sido similar a la lechuga tanto para coliflor como para brócoli, con cotizaciones más bajas al inicio de la campaña que se recuperaron a partir de enero para caer nuevamente con el incremento de las temperaturas al inicio de primavera. 

A pesar de las dificultades, las cotizaciones medias durante el periodo analizado (septiembre-mediados de abril) han sido superiores a las de la campaña anterior en un 41,8% en el caso de brócoli y un 38,1% en el caso de la coliflor.

 

 

 

 

Las exportaciones en brócoli y coliflor han descendido desde septiembre hasta enero un -17,1 % en volumen respecto a la campaña anterior con un total de 196,7 miles de toneladas comercializadas. Sin embargo, el valor de estas ha aumentado un 3,3 % por el incremento de los precios medios alcanzando los 303,9 millones de euros

Los destinos con mejor comportamiento en estos meses han sido el mercado británico y el portugués, cuyas compras han sido similares a 2021/22 en volumen pero que han experimentado un crecimiento considerable en valor derivado del mayor precio de estas hortalizas en los mercados. 

Por el contrario, los destinos que han presentado una mayor contracción en volumen y valor son Francia y Polonia. El resto de los principales clientes internacionales se han mantenido muy estables en valor a pesar de los menores volúmenes comercializados. 

Igual que en lechuga aún faltan las producciones de verano para realizar un análisis completo de la campaña. No obstante, a pesar de ser una campaña tan compleja o incluso más que la anterior, hasta febrero el ciclo de invierno de brócoli y coliflor presenta un balance positivo.

 

 

Alcachofa

 

Al igual que en los cultivos anteriores, el comportamiento de los precios medios está directamente relacionado con lo ocurrido a pie de campo. El retraso en la producción por las elevadas temperaturas al inicio del periodo propició un escenario favorable en las cotizaciones, sin embargo, la calidez de las temperaturas se extendió tanto que afectó a la calidad del producto y favoreció una mayor incidencia de plagas y enfermedades. Posteriormente, la bajada de las temperaturas a finales de enero y principios de febrero volvió a mermar los rendimientos en las principales zonas de producción y favorecer las cotizaciones. A pesar de estas oscilaciones en el comportamiento de los precios de alcachofa, estos han sido hasta mediados de abril de 2023 un 27,0 % superiores a los de la campaña anterior y un 33,4 % respecto a la media de las cinco últimas. 

Otro aspecto productivo reseñable es la expansión de las variedades híbridas frente a la tradicional Blanca de Tudela, que continúan la tendencia ascendente iniciada campañas atrás.

 

 

Respecto al comportamiento del comercio exterior, las exportaciones de alcachofa en conserva en términos económicos presentan una mejor evolución que los envíos en fresco.

Los datos de comercio hasta febrero reflejan un crecimiento del 10,5 % del importe obtenido de las ventas exteriores de alcachofa de industria frente a un descenso del -6,7 % obtenido de la comercialización de producto fresco en el exterior. Esta diferencia se debe a diversos factores: el principal es la menor oferta nacional de producto fresco, pero también ha influido el incremento de su precio y la vuelta de las pautas de consumo prepandemia que han favorecido el consumo de la conserva sobre el producto fresco.

De los principales destinos de la alcachofa española, los que mejor evolución han presentado en volumen y valor han sido Alemania y Países Bajos para consumo en fresco. Las toneladas comercializadas con estos países han aumentado un 21,2 % y un 4,2 %, respectivamente. Sin embargo, Francia e Italia que son los destinos más relevantes en el ranking han disminuido sus compras a España en un -20,4 % y un -38,9 %. 

Respecto a la distribución de las exportaciones de alcachofa en conserva según países, destacar que se han recuperado los envíos a EEUU tras dos campañas de descensos, superando las 2,1 mil toneladas y consolidándose como segundo destino de esta hortaliza.

El descenso productivo nacional ha sido en parte suplido con un incremento de las importaciones, que se han duplicado en volumen y se han multiplicado por tres en valor en alcachofa fresca. Sin embargo, el incremento de la entrada de alcachofa en conserva no ha sido tan elevado, con un 10,2 % más de toneladas y un importe de adquisición un 23,9 % superior.

Francia e Italia continúan siendo principales suministradores en fresco, así como Perú lo es en conserva, con una representatividad de más del 90 % de las importaciones (septiembre-febrero) en sus correspondientes categorías y todos ellos han aumentado sus ventas a España en cantidad y en términos económicos.

Todo lo anterior apunta a una rentabilidad para el cultivo de alcachofa en 2022/23 que está siendo limitada para los agricultores a pesar del incremento de los precios, especialmente en las zonas con una mayor reducción de los rendimientos. 

 

Conclusiones

El sector de las hortalizas al aire libre lleva dos campañas complicadas a nivel productivo por unas condiciones climatológicas cambiantes y adversas para el desarrollo de los cultivos. Asimismo, el incremento de los costes y el incremento de la inflación han configurado un escenario complejo en el que enmarcar el comportamiento ya de por sí complicado de los mercados agroalimentarios en 2022/23.

En 2022 el resultado económico fue positivo para el conjunto de las hortalizas a pesar de las dificultades, con un total de 11.153,7 millones de euros y un +4,9 % más respecto a 2021. Este incremento se debió al incremento de los precios, ya que tanto la superficie de cultivo (-8,2 %), como la producción disminuyeron (-14,8 %). 

El aumento de los precios fue generalizado, pero el resultado de la comercialización no fue favorable para todos: algunos porque el incremento de las cotizaciones no fue suficiente para compensar la menor oferta, como en lechuga; y en otros, por otras dificultades derivadas de la falta de calibre en ajo, o la menor demanda de puerro y cebolla. 

Todo ello sin dejar de lado el incremento del precio de los insumos de producción, que ha afectado doblemente a la cuenta de resultados: por la imputación directa en el gasto realizado por el agricultor y por una disminución del uso de estos insumos. Este es el caso de los fertilizantes, cuyo consumo ha disminuido contribuyendo a la reducción de rendimientos. 

La menor oferta de hortalizas y la ralentización de la demanda por el incremento de la inflación quedaron reflejadas en un retroceso de las cantidades exportadas del -6,9 % respecto a 2021 con un total de 6.188,7 miles de toneladas. Sin embargo, el incremento de los precios medios de comercialización dio un resultado favorable para el sector productor-exportador en su conjunto, con un mayor valor de las exportaciones del 7,6 % y un total de 8.028,8 miles de euros

Hay que señalar que los cultivos bajo abrigo contribuyeron positivamente al resultado económico del conjunto de hortalizas por el buen resultado de su comercialización. Siendo el de los principales cultivos al aire libre más ajustados. 

La campaña 2022/23 está manteniendo la complejidad de la anterior en cuanto a una climatología adversa para el desarrollo de los cultivos, unos costes que se mantienen elevados y la incertidumbre de la demanda por el aumento de la inflación. 

A consecuencia del clima se espera una nueva contracción de la oferta de hortalizas en general, y de hortalizas al aire libre en particular, lo que está provocando un buen comportamiento de las cotizaciones medias en origen. Así, los registros medios obtenidos desde septiembre hasta mediados de abril están siendo superiores a los de la campaña anterior. 

El valor de las exportaciones, por su parte, también está evolucionando de forma favorable en lo que va de campaña hasta febrero, hasta alcanzar los 4.812,3 millones de euros (+10,4 %). De momento, estos indicadores muestran una evolución favorable del sector hortícola durante el ciclo de otoño-invierno en términos generales. 

Sin embargo, las hortalizas comprenden una amplia gama de productos y no todos se han comportado de la misma forma. De hecho, en algunos de ellos todavía es pronto para determinar los volúmenes finales, ya que por ejemplo aún hay que esperar que terminen de desarrollarse los ciclos de primavera-verano. De los productos analizados, la campaña de brócoli y coliflor está siendo positiva, mientras que los resultados preliminares de la de lechuga y alcachofa muestran un resultado más ajustado.

Asimismo, el sector hortícola sigue pendiente de la evolución de la situación económica y geopolítica internacional, por su influencia en la rentabilidad del agricultor tanto por el lado de la oferta como de la demanda, así como por la incertidumbre que genera al resultado final de campaña.