07 November 2021
La agricultura vertical consiste en cultivar en altura, utilizando diferentes estructuras, canalones, prototipos sobre fachadas para establecer jardines verticales. La base para garantizar el éxito del desarrollo de la agricultura vertical son los cultivos hidropónicos, el conocimiento de control del clima, la infraestructura y recursos necesarios para poder cultivar a diferentes alturas, reduciendo el uso de insumos y así conseguir un sistema más eficiente de producción.
Los sistemas de cultivo hidropónico empleados en agricultura vertical, en muchos casos, se basan en lo que el inglés Dr. Allan Cooper patentó, como un sencillísimo y eficaz sistema de NFT (nutrient film technique) a mediados de la década de los 70 del siglo pasado.
Con estos sistemas se soslayan algunos problemas de patógenos del suelo, las cosechas pueden ser más abundantes y sobre todo pueden mejorar la calidad de estas. Debido a la fragilidad de este sistema, la tendencia es a utilizar sustrato para el soporte y mantenimiento de las plantas.
Existen antecedentes de sistema de cultivo vertical, como los jardines colgantes de Babilonia en el 605 a.C. y las chinampas de los aztecas en el lago Xochimilco de México, en las que cultivaban maíz, porotos, amarantos, tomates, ajíes y flores. En algunos casos también se citan los jardines flotantes de China descritos por Marco Polo.
Entre las distintas propuestas podemos encontrar: las granjas verticales conocidas como agricultura indoor, que requiere de una alta inversión, se desarrolla en ambientes o almacenes cerrados, con sistema de cultivo hidropónico o aeropónico, con recirculación de la solución nutritiva, control de ambiente y utilización de luz artificial con la tecnología LED, o con otro tipo de lámparas.
Esta fórmula de producción puede reducir el transporte de estos productos frescos y perecederos, facilitando la distribución en grandes ciudades, en las que el movimiento de camiones resulta cada vez más complicado.
Otra de las posibilidades de la de agricultura vertical es la de cultivar en invernadero, utilizando estructuras que permiten aprovechar la luz solar, incrementar la densidad de plantación, favorecer la velocidad de crecimiento al mejorar el clima y las ventajas que aportan los sistemas de cultivo hidropónico.
Investigación desarrollada en el Centro de Experiencias Cajamar
En el Centro de Experiencias Cajamar (Paiporta, Valencia) se puso en marcha hace un año un sistema de cultivo vertical, utilizando una estructura que permite cultivar en 4 o 5 pisos, hasta 2 metros de altura, bajo invernadero, sobre unos canales de PVC que tiene la opción de modificar la densidad de plantación, adecuándola hasta una densidad de 30 plantas/m2, con un sistema de cultivo hidropónico con solución nutritiva recirculada.
La primera plantación se llevó a cabo con un cultivo de lechuga del tipo little gem, el 24 de septiembre de 2020, de la que se recolectaron los cogollos el 26 de octubre, obteniendo un rendimiento de 8 kg/m2, del que un 50 % de dicha producción quedó afectada por la presencia de tip burn y espigado de las piezas, especialmente en las hileras inferiores de la estructura.
El 10 de noviembre se realizó un transplante de cultivo pack choi, que fue recolectado en 2 pasadas, la primera a los 40 días y la segunda una semana después, el 28 de diciembre. En este caso la producción total fue de 7,35 kg/m2, del que solo 4,56 kg/m2 fueron considerado como comercial. El resto de las piezas no tuvieron un desarrollo suficiente, y eso ocurrió en los canalones más bajos de la estructura.
El tercer cultivo se plantó el 12 de enero, para lo cual se estudió el comportamiento de una lechuga del tipo hoja de roble, que fue recolectada en 2 pasadas (el 22 de febrero y el 2 de marzo), con un rendimiento comercial de 3,64 kg/m2 y una producción en las hileras de cultivo más bajas, que dieron piezas con el esbozo floral excesivamente desarrollado y que se contabilizó como producción de destrío en 2,1 kg/m2.
El cuarto cultivo correspondió a una lechuga tipo salanova crispy, que se plantó el 18 de marzo y se recolectó en su totalidad como producto comercial el 15 de abril, con un rendimiento total de 5,62 kg/m2, del que las mejores piezas se obtuvieron en las hileras superiores, obteniendo un peso medio inferior en las lechugas recolectadas de las hileras más bajas y sombreadas.
El 22 de abril se plantó una espinaca, en la que el desarrollo del cultivo no fue favorable, como consecuencia de las altas temperaturas alcanzadas bajo invernadero durante el mes de mayo, que provocó necrosamiento de las hojas y pérdida de raíces, que hizo que no se pudiese aprovechar comercialmente este cultivo.
Para el trasplante del día 9 de junio se seleccionó un cultivo resistente a las altas temperaturas, como es el caso de la menta, en el que se observó un buen desarrollo vegetativo y buena calidad del producto final.
La menta fue recolectada el día 1 de julio y posteriormente el 26 de julio, aprovechando el rebrote de la planta. Aunque se apreciaron diferencias de rendimiento importantes entre las hileras superiores y las más bajas del sistema vertical, toda la cosecha fue clasificada como comercial, con un rendimiento final de 4,78 kg/m2.
Conclusiones
Durante algo menos de un año, se desarrollaron un total de 6 cultivos, con una producción acumulada comercial de 26,6 kg/m2.
Con una mejor selección y programación de cultivos y variedades adaptadas a esas condiciones particulares se podría mejorar el rendimiento comercial y el número de cultivos.
Posiblemente reforzando la iluminación con luz artificial en las hileras más bajas, se podría mejorar la calidad y rendimiento de este sistema de cultivo.