20 February 2023
El Banco de Germoplasma de Cítricos del IVIA (BGCI) nace en 1975 vinculado a la historia de la citricultura y la aparición de enfermedades de cítricos en España. Las primeras plantaciones se establecieron en el siglo XVIII utilizando como sistema la multiplicación las semillas, pero a mediados del siglo XIX este sistema se cambió por el de injerto de yemas procedentes de árboles adultos, ya que las plantas requerían largos periodos de tiempo para su entrada en producción (de 4 a 10 años según la variedad). Los primeros patrones en utilizarse fueron el naranjo amargo junto con el cidro y el naranjo dulce.
En 1862 apareció en España la gomosis, una enfermedad, causada por el hongo Phytophthora sp. que se extendió rápidamente por todo el territorio provocando unos efectos catastróficos, ya que causó la muerte de todos los árboles cultivados salvo de aquellos injertados sobre naranjo amargo, que desde ese momento paso a ser el patrón más utilizado por su resistencia a esta enfermedad. Esto traería devastadoras consecuencias, pues un siglo más tarde, en la década de los 60 del siglo XX, apareció otra gravísima enfermedad, la causada por el virus de la tristeza de los cítricos, que produjo la muerte de todos los árboles injertados sobre naranjo amargo (patrón sensible a esta enfermedad), que en aquel momento eran la práctica totalidad de los cultivados.
Ver la grave amenaza que las enfermedades suponían para la citricultura en nuestro país hizo que, en 1968, se adoptaran medidas legales drásticas como la prohibición de la importación directa de variedades (actualmente ya prohibida en toda la UE) y del uso del naranjo amargo como patrón.
Además, se reestructuraron todos los viveros de cítricos en torno a asociaciones llamadas viveros base y se resolvió crear el Programa de Saneamiento, Cuarentena y Certificación de Cítricos, para asegurar la identidad varietal y estado sanitario óptimo de las plantas que se cultivan en nuestro país. Y es en este contexto en el que nace el Banco de Germoplasma de Cítricos con su sede en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) (Figura 1).
Figura 1. El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias sito en Carretera CV-315, Km 10,7 46113 - Moncada (Valencia).
Funcionamiento
En la figura 2 se presenta el funcionamiento del Programa. Tanto las plantas importadas como las variedades locales pasan por un proceso de saneamiento, siguiendo el procedimiento de microinjerto de ápices caulinares in vitro, tras el cual se incorporan al BGCI. Este material sano constituye el bloque inicial de material para el sistema de certificación.
Los viveros base (asociaciones de viveristas) establecen sus bloques de árboles madre de base en su sede central. Partiendo de yemas que proceden de estos árboles madre de cada vivero comercial se establece su campo de multiplicación, que tiene por objeto la multiplicación intensiva de injertos para su utilización en la producción de plantones certificados, que son los que finalmente adquiere el agricultor.
Desde 1979, año en que se entregaron a los viveros las primeras yemas libres de patógenos desde el BGCI, todas las plantas de cítricos producidas por los viveros comerciales españoles son certificadas (más de 170 millones de plantones sanos originados en las últimas 4 décadas)
Figura 2. Funcionamiento del Programa de Saneamiento, Cuarentena y Certificación de Cítricos.
La colección
El BGCI pertenece a la Red de Bancos de Germoplasma del Programa de Conservación y Utilización de los Recursos Fitogenéticos para la Agricultura y la Alimentación. Su objetivo fundamental es el mantenimiento de genotipos sanos y que estos incluyan la mayor variabilidad genética posible en el género Citrus y los géneros afines de la subfamilia Aurantioideae. Tiene dos importantes características que hacen de él lugar de referencia a nivel internacional:
- Todos los genotipos se conservan libres de patógenos tras pasar por el Programa de Saneamiento obligatorio por ley.
- Gracias a que se realiza un proceso de evaluación morfológica, fenológica y molecular rutinario, todos los genotipos son únicos, no existen duplicados en la colección.
La conservación de los recursos genéticos de los cítricos mediante semillas es impracticable debido a que estas son elevadamente sensibles a la deshidratación y pierden su viabilidad rápidamente a medida que disminuye su contenido de humedad. En las mejores condiciones no son capaces de conservar su viabilidad más allá de uno escasos meses, por lo que se hace imperativa su conservación en planta.
La colección del BGCI consta de 420 entradas que incluyen 48 especies del género Citrus y 47 especies de 20 géneros afines de los cítricos
La mayor representación de variedades se da en las especies de mayor interés comercial: 93 de naranjo dulce, 128 de mandarino y sus híbridos y 33 de limonero (ver figura 3 para mayor detalle). Cada genotipo está representado por 2 a 6 árboles injertados generalmente sobre citrange Carrizo y/o mandarino Cleopatra, excepto los limoneros que se injertan preferentemente sobre Citrus macrophylla. La colección ocupa 6 parcelas con una superficie total de 5,7 hectáreas (Figura 4).
Figura 3. Composición del número de variedades por grupos.
Para la utilización eficaz de un banco de germoplasma, la variación genética incluida en la colección debe ser caracterizada, identificada y evaluada adecuadamente y, en este sentido, en el BGCI se realizan trabajos de caracterización y evaluación morfológica, fenológica y agronómica de los genotipos, así como su análisis y caracterización molecular.
La caracterización morfológica se realiza en base a descriptores estándar de organizaciones internacionales de recursos fitogenéticos y variedades como el IPGRI, (International Plant Genetic Resources Institute), y la UPOV (International Union for the Protection of New Varieties of Plants) analizando más de 150 caracteres diferentes de vegetación, hojas, flores, frutos y semillas. También, se evalúan aspectos tan importantes como la producción, la época de maduración, la calidad de la fruta, el contenido en zumo y un largo etcétera de caracteres de interés agronómico. Además, y no menos importante, también se ha realizado la caracterización molecular utilizando marcadores genéticos que es muy importante para determinar la conformidad de cada entrada y para evitar las duplicaciones en la colección.
Figura 4. Vista parcial de una de las parcelas de campo.
Funciones y utilización
- Una de las importantes funciones de los bancos de germoplasma es la de servir como material de partida en múltiples y diversos programas de mejora. En el IVIA existen importantes programas de mejora que han utilizado y utilizan como material parental de partida el material existente en el BGCI. Existe información disponible de estos programas de mejora en la página web del IVIA.
- Otra aplicación de gran importancia del BGCI es la utilización del material de forma rutinaria en múltiples y diversos proyectos de investigación. En este sentido, el BGCI recibe al año una media de 140-150 peticiones de material de grupos que realizan su investigación en instituciones públicas españolas y extranjeras.
- No menos importante es su función como plataforma divulgativa y de aprendizaje para la promoción del conocimiento de la biodiversidad y su importancia. Anualmente visitan el BGCI alumnos de másteres oficiales y europeos de la Universidad Politécnica y de la Universidad de Valencia. Además, el material el banco se usa rutinariamente en las prácticas de las asignaturas impartidas por el departamento de producción vegetal de la ETSIA y Medio Ambiente Rural. Y en este mismo ámbito, se reciben numerosas visitas y peticiones de información y asesoramiento por parte tanto de agricultores y empresas privadas del sector como de instituciones públicas.
- EL BGCI se utiliza como de colección de referencia para los trabajos relacionados con la protección de variedades que se realiza en la Unidad de Examen Técnico de Identificación Varietal (UETIV) del IVIA por encargo de las Oficinas Española y Comunitaria de Variedades Vegetales.
El reconocimiento de una nueva obtención vegetal requiere de un estricto examen técnico de caracterización de la nueva variedad a registrar, que son exigidos por la normativa nacional y europea, con el fin de garantizar la diferenciación del nuevo material vegetal, su homogeneidad y su estabilidad genética. Además, la oficina española, dictamina la novedad que representa dicho material respecto al ya existente. Estos trabajos se realizan utilizando como colección vegetal de referencia el BGCI.
Consultas e información
La información relativa al BGCI está disponible a través de la web del IVIA. Desde el menú pueden consultarse las entradas de las que consta la colección y al clicar en cada entrada nos despliega una ficha descriptiva de cada una de ellas.
También, en el repositorio del IVIA, se podrá disponer en breve de la serie de libros que recogen los resultados del trabajo del grupo de investigación de BGCI en cuanto a la evaluación y caracterización de las variedades públicas de mayor interés comercial. En ellos se detallan sus características a nivel fisiológico, bioquímico, morfológico y agronómico, y se acompaña de numerosas fotografías que facilitan la identificación y el reconocimiento de las variedades.