10 January 2024
Solo un 14 % de los agricultores utiliza la asociación de cereales y leguminosas en su rotación habitual, una práctica lastrada por las muchas barreras que encuentran (como maquinaria o rendimientos), según una encuesta difundida este martes por la organización agraria UPA.
España cuenta con casi 12 millones de hectáreas de cultivos extensivos, de los que unos 6 millones se dedican a la producción de cereales y alrededor de un millón a cultivar leguminosas, principalmente guisantes, veza, alfalfa, yeros, lentejas y garbanzos.
De acuerdo a los resultados de diversas encuestas llevadas a cabo por UPA en el marco del proyecto europeo Leguminose, en el que también participa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), apenas el 14 % de los agricultores señala la asociación de cereales y leguminosas suele formar parte de su rotación.
El 25 % de los encuestados nunca ha oído hablar de esta posibilidad, aunque el 32 % cree que hay bastantes probabilidades de que pueda realizarla
Entre los motivos de esa baja apuesta por implantar dicha combinación, el 32 % de los productores cita la falta de maquinaria adecuada; el 39 %, la falta de ayudas específicas; y el 34 %, la incertidumbre sobre los rendimientos.
La falta de formación (en un 23 % de los casos), la dificultad de venta del producto obtenido (35 %) y el control de las malas hierbas (24 %) son otros de los motivos por los que no se desarrollan más estos cultivos.
Además, según han detallado UPA, el 5 % de los agricultores emplea las leguminosas para mejorar la fertilidad del suelo, frente al 41 % que utiliza estiércoles o purines, solos o con fertilizantes minerales.
El 5 % de los agricultores emplea las leguminosas para mejorar la fertilidad del suelo
UPA ha destacado en un comunicado que el cultivo de leguminosas aporta “significativos beneficios al campo, al mejorar la estructura de los suelos y su materia orgánica, algo muy importante en el contexto de crisis climática”.
En la encuesta, el 78 % de los agricultores dice haber sufrido episodios de sequía importantes; fenómenos de erosión (40 %), baja fertilidad de sus suelos (50 %), inundaciones (22,5 %) e infestaciones de malas hierbas (70 %).
Entre las ventajas más destacadas que observan los encuestados en la incorporación de leguminosas están la reducción del uso de fertilizantes (47 %), el aporte de nutrientes al cultivo siguiente (40 %), la mejora de la estructura del suelo (39 %), y la colaboración en el control de malas hierbas (35 %) y de plagas y enfermedades (34 %).
UPA realiza ensayos en campo en estos momentos en once localizaciones de cinco regiones de España, con el objetivo de analizar las posibilidades y los problemas del intercultivo de cereales y leguminosas.