09 August 2022
La sociedad avanza y en España se está dando muestra de la conciencia que están tomando los ciudadanos con uno de los principales problemas de nuestro tiempo: el desperdicio de alimentos.
En este sentido, las últimas noticias, basadas en datos estadísticos, invitan al optimismo. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), los residentes en España desperdiciaron 1.245,88 millones de kilos de alimentos en 2021, esto es un 8,6 % menos que el año anterior; tal y como recoge el nuevo Informe del Desperdicio Alimentario en España 2021 y del que se hace eco Efe Agro.
Luis Planas, ministro de Agricultura: “Luchar contra el desperdicio alimentario es trabajar también para beneficiar al conjunto de la sociedad”
Imagen de presentación del Informe del Desperdicio Alimentario en España 2021, presentado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Ha sido el propio ministro del ramo, Luis Planas, quien ha destacado una tendencia que responde a un cambio en los hábitos que se alude principalmente a la pandemia. "Luchar contra el desperdicio alimentario es trabajar también para beneficiar al conjunto de la sociedad, sobre todo en momentos como el actual, en el que los alimentos se han encarecido por el aumento de los costes de la energía y de las materias primas", explica el ministro.
La vuelta a bares y restaurantes, factor clave
Además del cambio de rutinas derivado de las limitaciones sanitarias impuestas en las diferentes olas de la pandemia por la COVID-19, como el confinamiento; posteriormente fenómenos ahora asentados como el teletrabajo o la vuelta al consumo en bares y restaurantes también ha fomentado un mejor aprovechamiento de los alimentos.
En el año de estudio, 2021, en cuyo desarrollo terminaron finalizando las restricciones más severas, los españoles empezaron a hacer vida de nuevo en la calle, lo que llevó a cocinar menos en casa. Por tanto, el volumen de la cesta de la contra, también se descendió y se cifra en torno a un -7,2 %. Al tiempo, el consumo en la hostelería se incrementó un 10,4 %.
Según el estudio del MAPA, de media, cada persona desperdició 28,21 kilos en 2021, lo que supone 2,72 kilos menos que en 2020
Igualmente, el 3,8 % de todos los alimentos y bebidas comprados dentro y fuera de los hogares terminó en la basura (frente al 3,9 % del año 2020), un porcentaje que se elevó al 4,2 % dentro de casa y se redujo al 0,8 % fuera de ella.
Según naturaleza y producto
Atendiendo a la naturaleza de los productos desperdiciados, el estudio diferencia entre sobras y otros alimentos que se tiran sin haber sido usados. Así, la proporción de sobras del plato que no han sido aprovechadas baja del 23,8 % al 18,9 % en el año analizado.
En el caso de todo aquello que se tira a la basura sin haber sido usado, durante 2021, destacaron:
- Las carnes congeladas (con una tasa de desperdicio del 16,7 %)
- Las salsas (15,9 %)
- Cafés, infusiones y legumbres (todos ellos con tasas que ascendieron en un año al 12 %)
Según recoge Efe Agro, hay una serie de platos que suponen el 66 % de las recetas desperdiciadas y que, sin embargo, son los que más vieron reducir su despilfarro: desde los platos con base de pescado (-50,4 %) y de carne (-42,5 %) hasta los que llevan arroz (-35,6 %) y pasta (-35,4 %).
Fuera del hogar, las bebidas fueron los productos que más se desperdiciaron, el 53,6 % del total, seguidos de alimentos (44,1 %) y aperitivos (2,3 %).
Una nueva Ley para evitar el desperdicio, en camino
En este contexto, y en el marco de la presentación de estos datos sobre desperdicio en España, el ministro Luis Planas sostuvo que, en un momento como el actual, "se hace más necesario que nunca implantar medidas que eviten el despilfarro de los recursos naturales y energéticos invertidos para la producción de alimentos".
Entre las iniciativas que buscan poner fin a ese problema, Planas destaca la futura Ley de Prevención de Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, que se prevé que entre en vigor a principios de 2023 y que el Consejo de Ministros aprobó el pasado 7 de junio y remitió a las Cortes para su tramitación parlamentaria.
Se trata de una ley que busca "orientar la producción hacia un sistema más eficiente, más inteligente y más enfocado hacia la economía circular", explicó Planas, y despertar la conciencia hacia un consumo más responsable.