26 July 2023
¿Suelos artificiales? Sí, se trata de una de las investigaciones en las que la comunidad científica andaluza lleva años trabajando para regenerar el territorio de una región que es de las más azotadas por la desertificación.
Los denominados tecnosuelos son suelos artificiales elaborados a través de una mezcla de residuos, no peligrosos, derivados de diferentes procesos industriales y que, además, dentro de su composición final llevan incluidos restos procedentes de la actividad agroalimentaria.
En definitiva, se trata de la restauración de zonas degradadas por medio de la valorización de residuos, erigiéndose así en paradigma de la bioeconomía.
Después de algunos ensayos y casos de éxito llevados a cabo principalmente en el último lustro, en términos generales el tecnosuelo está compuesto por un porcentaje bastante grande, del orden del 70-85 %, de material procedente de residuos industriales, como por ejemplo diferentes tipos de lodo, más materia orgánica y un porcentaje muy pequeño, de entorno a un 3 % de bentonita, una arcilla con alta capacidad de intercambio catiónico que permite que el suelo funcione como tal.
Las investigaciones y ensayos, por el momento, han demostrado que las plantas se adaptan a este tipo de suelos siempre que se incluyan las especies idóneas y adaptables para la zona
Sin embargo, aún queda mucho recorrido por delante para estabilizarlos y adaptarlos a los diferentes enclaves en los que sean implementados.
Se trata de crear un suelo artificial y, por tanto, también de comunidades microbianas de diferentes procedencias y que se incorporan a una nueva zona a restaurar, tal y como explican desde la Estación Experimental de Zonas Áridas EEZA CSIC (Almería), que trabaja desde hace años en un proyecto de estas características y forman parte de un caso de éxito con la compañía almeriense Grupo Cosentino, mediante la cual, han creado tecnosuelos a través de la unión de los residuos de la fabricación de los materiales para el mundo de la arquitectura y el diseño de la multinacional con residuos de la agricultura.
Estos tecnosuelos ya cubren buena parte de las zonas degradadas en los aledaños del polígono industrial de Cosentino en Cantoria (Almería)
Al final, la circularidad es la premisa, pues se emplean residuos de industrias como es el caso de la piedra con residuos de la industria agroalimentaria.
El objetivo es restaurar el territorio dotándolo de unas propiedades que anteriormente no tenía por haberse desertificado.
Lourdes Luna, investigadora de la Estación Experimental de Zonas Áridas. Fuente: Fundación Descubre.
El tecnosuelo permite una mayor retención de agua, según los ensayos desarrollados y permite una implantación de especies donde anteriormente no era viable.
Resultados positivos en un proyecto conjunto de las universidades de Huelva y Sevilla
La Fundación Descubre se hace eco estos días de los resultados del proyecto ‘Diseño y aplicación de tecnosuelos formulados con residuos no peligrosos para la recuperación ambiental de espacios mineros y el sellado de vertederos’, liderado por el investigador Juan Carlos Fernández Caliani de la Universidad de Huelva, y en el que participan también las investigadoras Isabel González Díez y Cinta Barba Briosos de la Universidad de Sevilla, financiado por la Junta de Andalucía y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en colaboración con la empresa DSM Soluciones Medioambientales.
Los tecnosuelos elaborados han demostrado su eficacia a escala de laboratorio como técnica de recuperación natural asistida de suelos mineros severamente contaminados por arsénico y metales pesados. Fuente: Universidad de Huelva.
Esta investigación, que finalizó el pasado 30 de junio tras tres años en liza, ha dejado resultados positivos según sus promotores de cara a la recuperación ambiental.
Entre los principales logros dentro de los objetivos planteados en el proyecto destacan:
- Neutralización de la hiperacidez de los suelos mineros tratados, contribuyendo significativamente a mejorar las condiciones ambientales
- Estabilización química de los elementos potencialmente tóxicos, minimizando su impacto negativo en el entorno
- Restablecimiento exitoso de la vegetación mediante ensayos en macetas utilizando Brassica juncea, una planta indicadora de la recuperación ambiental.
Los investigadores explican que los tecnosuelos han demostrado su eficacia a escala de laboratorio como técnica de recuperación natural asistida de suelos mineros severamente contaminados por arsénico y metales pesados.
Además, cabe destacar que han diseñado un tecnosuelo con propiedades geotécnicas y ambientales óptimas para implementarlo en la capa de cobertura de vertederos.
Con todo ello, los resultados son prometedores para la implantación de la bioeconomía y para el objetivo de restaurar paisajes medioambientalmente dañados por el cambio climático.
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