Papel de los restos de cosecha para el diseño de una nutrición sostenible de suelos agrarios

Introducción

En otros artículos publicados en Plataforma Tierra, ya se han desgranado algunos aspectos referentes al Real Decreto 1051/2022, de 27 de diciembre, por el que se establecen Normas para la Nutrición Sostenible en los Suelos Agrarios.

Cabe recordar que el objetivo es la aplicación de una política que permita disminuir el impacto ambiental de la aplicación en los suelos agrarios de productos fertilizantes y otras fuentes de nutrientes o materia orgánica para regular un aporte sostenible de nutrientes en los mencionados suelos. 

Además, se persigue reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y otros gases contaminantes, en especial el amoniaco; evitar la contaminación de las aguas, tanto superficiales como subterráneas; preservar y mejorar las propiedades biológicas de los suelos agrarios, potenciando su manejo como 'suelos vivos'; evitar la acumulación de metales pesados y otros contaminantes en los suelos agrarios; y preservar la biodiversidad ligada a dichos suelos.

Este marco general buscará también mantener y aumentar la capacidad de los suelos agrarios como sumideros de carbono y, por tanto, su papel clave para conseguir la neutralidad climática, así como fomentar la adaptación y mayor resiliencia a los impactos del cambio climático.

Para calcular la cantidad de nutrientes que habrá que aportar a los cultivos mediante la fertilización, se tendrán en cuenta, como mínimo, los siguientes factores: 

1. datos de suelo;
2. incorporaciones debidas a los restos de cultivos anteriores, en el caso de los cultivos herbáceos y hortícolas;
3. los aportes realizados al suelo, en particular por la adición de enmiendas orgánicas; y 
4. nutrientes procedentes del agua de riego. 

Con toda esta información, desde la Herramienta de Fertilización de Plataforma Tierra se elabora un balance de masas y, con él, un plan de fertilización para cada cultivo y explotación.

Aprovechamiento de restos de cosecha para obtener una fertilización más eficiente

Como se ha visto en el epígrafe anterior, la utilización de restos de cosecha puede reducir la aportación de fertilizantes de síntesis.

En fruticultura se pueden aprovechar los restos de poda, que se suelen triturar entre hileras de cultivo y evitar así la quema de estos restos. 

En cultivos herbáceos extensivos y hortícolas, por medio de la incorporación de sus restos o mediante triturado y posterior incorporación al suelo.

En la tabla n.º 1 se estima el contenido en nutrientes de restos de cosecha en cultivos hortícolas, del que hay que considerar la cantidad de biomasa real que puede quedar en el campo, dado que cultivos como la lechuga, apio o espinaca, apenas dejan restos tras la recolección, o bien otros cultivos como rábano o zanahoria, en los que las máquinas recolectoras se suelen llevar toda la cosecha, incluida la hoja.

En cuanto al resto, comercialmente se aprovecha el fruto, la inflorescencia o el tubérculo, dejando los restos de cosecha generalmente en el campo.

Hay prácticas ancestrales, como por ejemplo en alcachofa, que extraen los restos de tallos y aprovechan para quemarlos y utilizar las brasas para asar a la parrilla embutido y carne, para así organizar una celebración en el campo.

En la serie de webinars:  'Cómo mejorar la salud del suelo',  constituida por cinco sesiones íntimamente ligadas a la agricultura regenerativa y desarrollada en Plataforma Tierra durante los meses de enero y febrero, se dedicó la sesión III, 'La Importancia de la materia orgánica en el suelo' a contar las experiencias realizadas en relación con el uso de restos de cosecha en cultivos hortícolas.

En las experiencias realizadas en el Centro de Experiencias Cajamar ubicado en Paiporta (Valencia) en colaboración con el IVIA, se estudió de manera comparativa y en base a una rotación de cultivos hortícolas 3 tipos de manejo: 2 de ellos incorporaban los restos de cosecha del cultivo anterior, en un caso con una predescomposición en superficie y posterior incorporación al suelo, en el segundo con una incorporación inmediata y el tercero que fue un testigo, en el que se recogían y se retiraban los restos de cosecha.

Los cultivos de la rotación fueron patata, sandía, coliflor, hinojo, col china y alcachofa que se mantuvo en campo durante 2 años utilizando diferentes parcela de manera simultánea,  tal y como se observa en el gráfico nº 1. 

Resultados y conclusiones

Tras la recolección de cada uno de los cultivos se procedió a la determinación de los distintos parámetros de producción (rendimientos, peso medio y destríos) y se realizó un muestreo de suelo a mediados de 2011 a diferentes profundidades, procediéndose al análisis físicoquímico y biológico del mismo.

Sobre la producción, se pudo constatar que la gestión de los restos de cultivo afectó de forma significativa al rendimiento comercial de cuatro de los cultivos implantados (patata 2010, coliflor 2010, patata 2011 e hinojo 2009/2010) obteniéndose los mayores rendimientos con las modalidades de incorporación de restos de cultivo.

Sobre las propiedades del suelo, la incorporación de los restos de las cosechas mejoró la fertilidad del suelo frente a la retirada de los mismos, principalmente en la materia orgánica, nitrógeno orgánico, potasio soluble, fósforo asimilable y actividad biológica del suelo.

Bibliografía

1. Ramos, C y Pomares, F. 2010. Guía práctica de la fertilización racional de los cultivos en España. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Cap 23. 
2. Abonado de los cultivos hortícolas. Real Decreto 1051/2022, de 27 de diciembre.