03 August 2022
El sector agroalimentario se ha considerado una actividad atrasada. La adhesión de tecnologías digitales generalistas es alta, mientras que la incorporación de disruptivas es heterogénea.
La Axencia Galega de Innovación de la Xunta de Galicia (GAIN) y DATAlife DIH han presentado los resultados preliminares de una encuesta realizada para analizar la madurez digital del sector agroalimentario gallego.
En este evento se destacó que el sector agroalimentario hacía uso tanto de tecnologías generalistas (por ejemplo, tenencia de internet, sistemas ERP, etc.) como disruptivas (por ejemplo, internet de las cosas, realidad aumentada o virtual, etc.).
En el primer grupo de tecnologías, se destaca desde la implantación una conexión a internet hasta el uso de herramientas especializadas ERP, para la gestión de las explotaciones o empresas del sector agroalimentario.
Por otro lado, hacían un uso limitado del comercio online, quizás por el carácter perecedero de los productos agroalimentarios; o la automatización de tareas.
En el segundo grupo de tecnologías, las disruptivas, se observó una implantación irregular.
La fabricación aditiva, la realidad virtual y aumentada, los gemelos digitales, la visión artificial, el reconocimiento de voz, la minería de textos y la digitalización verde eran poco o nada usadas.
En cambio, otras como el internet de las cosas, en todo el sector agroalimentario; el blockchain, en pesca; los sistemas de ejecución de fabricación, en industria alimentaria; la robótica, en industria alimentaria; y los sistemas de análisis de datos, en todo el sector agroalimentario; tienen una implantación elevada.
La inserción de algunas de las tecnologías de mayor impacto superaba los valores ofrecidos por el Índice de la Economía y Sociedad Digital (DESI) para la Unión Europea y España.
En el evento, se destacó que algunas de las barreras que tienen que superar las tecnologías disruptivas son las altas necesidades de capital o el miedo al no retorno del capital invertido.
Por otro lado, se indicó que el intercambio de experiencias en digitalización puede actuar como catalizador, junto con la mejora del contacto postventa entre los proveedores tecnológicos y los adquirentes.
El dato en el centro
En la digitalización, los datos suponen un pilar fundamental para toma de decisiones y la mejora de los sistemas, como, por ejemplo, los sistemas de inteligencia artificial.
Luis Pérez Freire, director de Gradiant: “Los datos se encuentran en el centro de la digitalización: no son el fin, pero sí son el medio”
Sin duda, la cooperación para compartir y usar los datos generados por todos los actores en la digitalización tiene una importancia elevada. La Estrategia Europea de Datos quiere actuar como elemento facilitador de las innovaciones, creando el Espacio Europeo de Datos o definiendo figuras como el intermediario de datos.
La Unión Europea identifica al sector agroalimentario como unas de las actividades que puede obtener grandes innovaciones a través de los datos.
La gobernanza
La gobernanza del datos es uno de los asuntos que más preocupa a los actores de la cadena agroalimentaria que generan los datos, llegando a plantear las siguientes cuestiones: "¿Qué datos? ¿A quién pertenecen? ¿Por qué y para qué? ¿De quién y para quién? ¿Cómo?”.
Por ello, es importante crear un marco de gobernanza claro, fundamentado en la confianza. En este se debe establecer la interoperabilidad, la accesibilidad de los datos, la aportación de valor de los datos y, por último, la creación de una masa crítica, que genere un volumen de datos los suficientemente grande para obtener conclusiones de ellos.
El sector agroalimentario es uno de los pocos que tiene un código de conducta especifico, donde se define las buenas prácticas para compartir los datos generados en las explotaciones agrícolas.
Algunas empresas, como Just Connect, han digitalizado ese texto y lo han convertido plataforma de datos accesible por los productores, donde pueden compartir sus datos de forma segura y se respeta la soberanía de los datos.
Just Connect actúa como facilitador de datos a las empresas que desarrollan la tecnología, reduciendo las trabas administrativas que pueden surgir del proceso y permitiéndole testar sus aplicaciones.
Fuente de datos
Los valores comunicados por GAIN y DATAlife DIH muestran cómo existe una gestión y uso diferente de los datos entre la actividad primaria (agricultura, ganadería, pesca y forestal) y la industria agroalimentaria, siendo esta última quien presentaba un mayor desarrollo en el aprovechamiento de los datos.
Sin embargo, existía una tendencia común entre todas las actividades: el almacenamiento digital casi total de los datos, aunque tenía un carácter mayoritario la recopilación manual de los mismos.
Por otro lado, la actividad primaria mostraba un bajo enriquecimiento de los datos internos con fuentes externas, tanto públicas como privadas. Además, se destacó una falta de interoperabilidad entre los datos generados por algunas de las tecnologías que usan de manera habitual, tanto por los productores primarios como por los empresarios agroalimentarios.
Reflexiones finales
El sector agroalimentario se enfrenta a un cambio de importancia por necesidad, para implementar la sostenibilidad en la producción primaria y alimentar a una población en expansión continua con menos insumos.
Este sin duda debe realizarse mediante la aplicación de aquellas tecnologías que se dispongan en cada momento, fundamentadas en el conocimiento.
Para ello, se deben utilizar las que mejor se adapten a las necesidades de cada explotación agropecuaria o industria agroalimentaria en particular. Por la elevada oferta de productos y servicios tecnológicos que existe en la actualidad.
A pesar de que al sector agroalimentario se le atribuye un carácter inmovilista, hace un uso de extendido de tecnologías disruptivas. Aunque, GAIN destacó principalmente el uso de internet de las cosas y los sistemas de análisis de datos.
Existe una cierta aversión al riesgo, ante la importante inversión inicial que deben de realizar los agentes para su implantación, y se identifica principalmente en las pequeñas explotaciones e industrias agroalimentarias.
La financiación pública concedida por las distintas administraciones supone una oportunidad para hacer frente a esta problemática.
El dato debe ser la piedra angular sobre la cual se tomen las decisiones y las nuevas tecnologías. Su recolección y almacenamiento no debe suponer un esfuerzo extra. Además, se debe facilitar su transmisión. Para ello debe de generase un clima de confianza, y velar por una buena gobernanza de estos.