02 September 2024
La agricultura, un pilar esencial en la historia y el desarrollo de la humanidad, enfrenta un desafío creciente en atraer a nuevas generaciones y mantener una fuerza laboral suficiente para sostener sus operaciones.
A pesar de su importancia crítica para la seguridad alimentaria global y su papel fundamental en las economías de muchos países, la agricultura contemporánea lucha por captar el interés de los jóvenes o personas de nuevo ingreso. Esta dificultad para atraer a nuevos trabajadores tiene raíces en una combinación de factores económicos, sociales y tecnológicos que han evolucionado con el tiempo.
Uno de los principales problemas es la percepción negativa que se tiene de la agricultura como una actividad ardua, con trabajos físicos exigentes y condiciones laborales duras. En un mundo donde las opciones profesionales se diversifican y las carreras tecnológicas y urbanas parecen ofrecer mejores oportunidades económicas y de estilo de vida, la agricultura se ve como una opción poco atractiva.
Además, la falta de infraestructuras y servicios en muchas áreas rurales contribuye a esta imagen desfavorable, dificultando aún más la vida de quienes deciden dedicarse a este sector.
Otro factor clave es la insuficiente modernización y adopción de tecnología en muchas regiones agrícolas. Mientras que otros sectores han avanzado significativamente en términos de automatización, digitalización y uso de tecnologías de vanguardia, la agricultura a menudo se percibe como rezagada. Esto no solo afecta la eficiencia y productividad, sino que también reduce su atractivo para las nuevas generaciones, quienes buscan carreras que ofrezcan innovación y un entorno dinámico.
Además, la rentabilidad limitada de la agricultura, agravada por fluctuaciones en los precios de los productos agrícolas, las políticas gubernamentales inestables y los desafíos climáticos, disminuye el incentivo para ingresar a este campo. A medida que los márgenes de ganancia se reducen, se hace más difícil atraer y retener talento.
¿Qué entendemos por personas de nuevo ingreso?
El concepto de personas que entran por primera vez al sector primario es difícil de definir, no hay un consenso elevado en él. Es algo que indican numerosos autores. Aunque se pueden identificar dos corrientes principalmente.
La primera hace referencia al conjunto de profesionales agropecuarios que comienzan nuevas explotaciones sin tener experiencia previa.
Mientras que la segunda también incluye a personas que crean empresas o nuevos productos agrícolas o prácticas.
La entrada de las personas de nuevo ingreso puede producirse por varias formas, aunque principalmente se destacan las siguientes:
- En primer lugar, destacan aquellos agricultores o ganaderos que heredan una explotación y continúan con el negocio familia. No debemos olvidar que el sector primario tiene un fuerte arraigo en la transferencia de la profesión de padres a hijos.
- En segundo lugar, existe un grupo de personas que crea una nueva explotación tras haber adquirido una experiencia previa en el sector en negocios ajenos.
La radiografía de los agricultores de la OCDE
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado recientemente un informe en el que se analiza el perfil de los nuevos agricultores que crean nuevas explotaciones.
La edad media de estas personas es relativamente alta, casi alcanzando los 40 años, lo que la aleja de la figura tradicional del joven agricultor. Por ello, en diversos territorios, como la Unión Europea, se diferencia entre el joven agricultor y el nuevo productor. El primero se suele definir como una persona de hasta 35-40 años. En el segundo no hay límites.
La edad media de los nuevos agricultores en los países de la OCDE es relativamente alta
Al observar la distribución de edad en los países miembros de la OCDE, se identifica que los territorios de nuevo ingreso presentan una menor edad promedio entre sus productores.
Sin embargo, existe una tendencia preocupante: la mayoría de los Estados miembros de la OCDE tienen nuevos agricultores con una edad superior a la media de la organización. En este contexto, España se destaca por tener a los cuartos nuevos agricultores más viejos.
El nivel de estudios de las personas que crean nuevos negocios es ligeramente superior al de aquellas con negocios ya establecidos, con una mayor presencia de estudios de bachillerato entre los primeros.
Uno de los parámetros clave, como el nivel de ingresos, también es ligeramente superior en los nuevos emprendedores, destacando un mayor número de ellos con ingresos medios. Esto podría deberse a una mayor competitividad en este tipo de empresas.
La percepción de la posibilidad de crear una explotación es mayor entre los agricultores de nuevo ingreso en comparación con los ya establecidos. Sin embargo, pueden existir diversas circunstancias que dificulten las oportunidades para este último grupo, aunque la percepción de oportunidad, en general, no es muy elevada.
Los nuevos agricultores ven más oportunidades en el sector que los implantados
Numerosas voces señalan que las oportunidades son escasas y que los planes políticos destinados a fomentarlas no se adaptan a las necesidades reales, lo que lleva a su fracaso.
Aunque es cierto que el fracaso empresarial es más alto entre los nuevos agricultores, esto podría estar relacionado con su menor experiencia en un entorno tan variable, donde los precios agrícolas son altamente inestables. No obstante, en este grupo de agricultores existe una mayor confianza en que poseen los conocimientos necesarios para desarrollar su actividad.
Las barreras que deben enfrentar muchos de los agricultores, siendo comunes entre los países de la OCDE, es el acceso limitado al capital, las parcelas y los servicios que se requieren. A lo que hay que unir la falta de personal.
En la tecnología está la clave…
La digitalización es una de las herramientas que puede ayudar a superar los obstáculos que enfrentan los nuevos productores. Estas tecnologías pueden contribuir a mejorar la productividad del campo, además de incrementar la rentabilidad medioambiental de la actividad.
Sin embargo, hay una cuestión de mayor importancia para atraer a nuevos productores: la transformación de la imagen de una actividad caracterizada por un elevado trabajo manual y una baja flexibilidad laboral.
Las nuevas generaciones tienen nuevas necesidades. Valoran en gran medida una mejor calidad de vida y una mayor cantidad de tiempo disponible.
Es cierto que, en determinadas actividades del sector primario, la flexibilidad horaria es complicada, ya que las plantas o, principalmente, los animales requieren un cuidado continuo. No obstante, la transformación digital puede ser un medio para lograrlo.
Las nuevas tecnologías facilitan una monitorización autónoma de las explotaciones. Por ejemplo, actualmente existen dispositivos que detectan la presencia de partos, lo que permite al ganadero identificarlos y asistirlos a tiempo.
La digitalización del sector primario puede ser una herramienta para atraer a nuevos agricultores
Por otro lado, las innovaciones en torno a la robotización de la agricultura y la ganadería son cada vez más comunes. Hoy en día, se pueden observar algunos robots piloto que operan de manera autónoma en las explotaciones. En pocos años se conseguirá reducir en gran medida el esfuerzo y la dedicación aplicada a la producción de alimentos con su robotización.
Estas nuevas innovaciones pueden mejorar la atracción de personas hacia la agricultura y la ganadería. De hecho, tal y como indica la OCDE, estos nuevos profesionales ya hacen un mayor uso de tecnologías avanzadas en comparación con aquellos establecidos desde hace más tiempo. Por lo tanto, tienen un carácter más innovador y se apoyan en estos instrumentos para satisfacer sus necesidades.
... y está en la formación digital
El manejo de estas herramientas requiere conocimientos específicos para poder aprovechar todos sus beneficios. Sin estos, los productores pueden sentir que no tienen una solución completa a sus necesidades, lo cual podría deberse a no saber cómo utilizarlas de manera correcta.
La digitalización requiere de nuevos conocimientos
Por tanto, es crucial que los esfuerzos de la administración se enfoquen en apoyar la formación de los productores primarios, lo que debería incluir la subvención de estos programas. Sin embargo, no debemos olvidar la necesidad de subvencionar el coste de las herramientas tecnológicas. Por lo tanto, las ayudas en materia de digitalización deberían fundamentarse en los siguientes aspectos:
- Subvención del coste de las herramientas: en muchas ocasiones, las nuevas tecnologías tienen un alto coste, por lo que es necesario un apoyo inicial para favorecer su implantación.
- Promoción de la formación continua en nuevas tecnologías para los productores: es esencial reducir la brecha de conocimientos digitales entre los productores. Para ello, se debe fomentar la creación de planes de capacitación adaptados a las necesidades de cada grupo de agricultores, especialmente en función de las particularidades de cada subsector.
Además, para la mejorar la formación es fundamental contar con la colaboración de todas las entidades de referencia, como la Administración, las Universidades, los centros de formación profesional, los centros de investigación, los hubs de innovación y las organizaciones profesionales agrícolas.
Para lograr una red de conocimiento eficiente, es necesaria una adecuada coordinación entre todas estas entidades.
Porque ¿qué será del sector primario sin la expansión de las tecnologías y sin el conocimiento necesario para gestionarlas adecuadamente?
Plataforma Tierra se exime de cualquier tipo de responsabilidad derivada del contenido publicado en el presente espacio web por sus respectivos autores. Los respectivos autores firmantes del contenido publicado en este espacio web son los exclusivos responsables del mismo, de su alcance y efectos, los cuales garantizan que dicho contenido no es contrario a la ley, la moral y al orden público, y que no infringen derechos de propiedad intelectual.