26 February 2024
La digitalización del campo debe sobrepasar diferentes obstáculos. Aunque para ello cuenta con algunos ‘aliados’.
A lo largo de la historia, la innovación ha permitido lograr grandes cambios en las sociedades, incluyendo el sector agrícola.
Gracias a ella, se permite la diferenciación a través de la implementación de tecnologías o técnicas con capacidad de generar valor.
La innovación sirve como catalizador del progreso
Para lograr este progreso, es necesario compartir el conocimiento generado, de manera que otras personas puedan utilizarlo en sus procesos productivos. También es imprescindible que los 'protagonistas' estén dispuestos a utilizar las innovaciones en sus negocios, ya que esto requiere un proceso de cambio.
Por tanto, las grandes revoluciones tienen diferentes actores, y es necesario que haya una combinación de diferentes factores para superar las barreras de entrada que puedan existir.
En la actualidad, en el sector agroalimentario, al igual que en otros sectores, estamos en medio de un gran proceso de cambio: la digitalización o revolución tecnológica.
Salto de obstáculos
En el Observatorio de la Digitalización del Sector Agroalimentario Español, en el que participo de manera significativa, indicamos que las principales barreras que la digitalización agro tenía que superar eran el costo de las nuevas tecnologías, la falta de financiación pública, la falta de capacitación de los agentes y la posible falta de retorno de la inversión.
Mirando los resultados con perspectiva, echo en falta algunas cuestiones:
- El inmovilismo de los productores agropecuarios.
- Las fuentes de conocimiento utilizadas por los productores para implementar nuevas técnicas.
- La necesidad de adaptar las tecnologías al campo.
- La posible falta de comunicación entre el sector tecnológico y científico y el campo.
Inmovilismo productivo
La aversión al cambio de los productores es una cuestión que puede echar por tierra cualquier proceso de ‘revolución’. Existen diferentes factores sociodemográficos que determinan el dinamismo de agricultores y ganaderos a la hora de usar nuevas técnicas.
Algunas investigaciones indican que la edad y la formación son aspectos clave para calificar a un productor primario como inmovilista o dinamista al cambio.
Otros trabajos resaltan que también puede influir tanto el tamaño del negocio agroalimentario, como las recomendaciones ofrecidas por las personas de su entorno.
La edad, la formación, el tamaño del negocio agroalimentario o el entorno puede influir en los procesos de cambio en el sector agrícola
Sin embargo, también es necesario tener en cuenta las propias creencias y el tipo de fuentes de información utilizadas por agentes del sector primario. También influido por sus propia visión o realidad, a partir del trato que tiene con los propios asesores, donde, por ejemplo, pueden identificar a especialistas teóricos con poca práctica y les cause cierto rechazo.
Por ejemplo, un agricultor de 32 años de invernaderos de Villa del Prado indica lo siguiente: “Al final Donato se va a jubilar este año y yo veo a pocos como Donato que vengan a hacer lo mismo que hace él. Tendrá sus faltas, tendrá sus cosas, pero al final el que está aquí y lucha es él. Y los que están en Madrid pocos veo que vengan aquí a sustituirlo. No saben… Pero Donato no sabía y aprendió con la experiencia, pero si no salen de allí, solo ven papeles. Y aquí no vale ver papeles” ('AKIS. Del conocimiento a la innovación en el sector agroalimentario', p. 127).
En segundo lugar, tal y como he indicado anteriormente, la preferencia de los agricultores por los medios de adquirir conocimiento puede variar. Algunos productores agrícolas dan mayor valor a la tradición como principal recurso formativo, seguido de la experiencia, ubicando a la formación en último lugar.
Lo indicado anteriormente puede suponer un obstáculo para la innovación. Sin embargo, es importante destacar que no todos los agricultores y ganaderos comparten la misma opinión al respecto. Se pueden identificar diferencias entre los diferentes subsectores, como los productores de olivar, vid, porcino u ovino/caprino.
Modelado tecnológico
La adaptación de las tecnologías a las necesidades de los campos y de las granjas es una de las cuestiones más importantes a tener en cuenta durante las revoluciones tecnológicas.
No sirve de nada una solución tecnológica general, que no resuelva completamente un problema, pues con el paso del tiempo va a causar un rechazo en el sector productivo.
Es necesario adaptar las tecnologías a las necesidades del campo
El algunos casos, los agricultores y los ganaderos sienten que es necesario adaptar la investigación a las necesidades del sector. Es una cuestión que comunicaron los expertos en un estudio al Observatorio de la Digitalización del Sector Agroalimentario Español.
Se debe trabajar con la premisa de que no todas las soluciones tecnológicas se adaptan a todos los campos.
También es un asunto que identifican los productores agrícolas. Por ejemplo, los productores agrícolas de Villa del Prado indican que el sector científico debe orientar sus investigaciones a las necesidades del sector.
Aunque aquí identificaríamos a otro actor más: las empresas tecnológicas. Por lo que estas deben realizar un proceso de adaptación tecnológico con el cliente, es decir, dar paso a la cocreación.
La colaboración público-privada y la cocreación podría ayudar derribar algunos de los obstáculos que se obtienen de las creencias de los productores.
La colaboración público-privada y la cocreación como elementos dinamizadores de la digitalización
De las tres R a las tres C
La transferencia de innovaciones es otro pilar clave para el éxito de los procesos de cambio. Actúa como el eje central para convertir el conocimiento en innovación.
No tiene sentido desarrollar técnicas de cultivo o soluciones tecnológicas si nadie las conoce. Algunos productores consideran esto como una barrera para la innovación.
En la anterior revolución agrícola, la Revolución Verde, existía una figura llamada la red EA, que se implementó para facilitar la difusión y acompañamiento en el proceso de adopción de innovaciones. En la actualidad, se ha adoptado el modelo AKIS.
Para que se logre esta transferencia de conocimiento a innovación, se deben cumplir con algunos principios, que abarcan desde la generación del conocimiento hasta su transferencia. Algunos autores han denominado "las tres C" para facilitar su recuerdo, al igual que ocurre con las tres R en la economía circular, un modelo de producción y consumo en tendencia.
Los tres aspectos destacados son la generación de conocimiento, la comunicación del conocimiento y el apoyo al cambio o innovación. La siguiente figura resume estos principios.
En resumen, en primer lugar, se debe realizar una identificación de las necesidades del campo y generar conocimiento adaptado a estas necesidades. Luego, se debe establecer un proceso de comunicación que facilite la transferencia del conocimiento teórico a la práctica. Y por último, se debe impulsar el cambio brindando apoyo económico, acompañamiento y concienciación.
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