El campo europeo protesta, Francia gana

En la Unión Europea, en las últimas semanas, ha habido numerosas protestas protagonizadas por agricultores, ganaderos y sus tractores. El motivo es ampliamente conocido: la falta de rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas medianas y pequeñas, el aumento de la burocracia y las políticas medioambientales de la Unión Europea que pretenden limitar el uso de ciertos insumos que han sido utilizados durante décadas en el sector primario. 

Estas protestas se han registrado en países como Francia, Bélgica, Italia, Alemania, Polonia, Rumanía, Grecia, Portugal, Países Bajos y España. Los agricultores y ganaderos están expresando su malestar ante esta situación y demandan, entre otras cosas, un mayor apoyo por parte de las autoridades y una Política Agrícola Común (PAC) más justa y flexible.

Una de las protestas más destacadas ha sido la de Francia, la cual ha incluido ataques hacia la producción agroalimentaria de otros países, como España. Los franceses han llegado incluso a afirmar que algunos de sus socios comerciales más cercanos tienen normativas de producción más permisivas que las que se aplican en Francia, lo cual es completamente falso. 

Como hemos mencionado anteriormente, la normativa de producción agrícola es similar en todos los Estados miembros de la Unión Europea, aunque puedan existir pequeñas diferencias. Sin embargo, según el indicador de riesgo de productos fitosanitarios de la Unión Europea, estas no se aprecian.

Muchas de las demandas de los agricultores y ganaderos franceses se centran en la necesidad de mejorar el diseño de la PAC. En este sentido, surge la pregunta de cuál es la distribución de las ayudas agrícolas en la Unión Europea.

Gana el que más reclama

La PAC ha representado la mayor parte del presupuesto de la Unión Europea desde su creación. En los últimos años, sigue siendo un pilar importante, llegando a ocupar aproximadamente el 40 % del presupuesto de esta comunidad internacional. 

La distribución de este presupuesto se lleva a cabo en periodos de programación que suelen durar alrededor de siete años. Durante estos periodos, se establecen objetivos comunes y se distribuye el según distintos criterios, como la superficie agrícola, el número de agricultores y la importancia económica y social del sector primario en cada país miembro, entre otros. 

En 2022, solo cuatro Estados miembros recibieron más de 5.000 millones de euros en subsidios agrícolas: Francia, España, Alemania e Italia, siendo Francia el líder en esta clasificación. Francia recibió un 37,1 % más de ayudas que España, un 49,2 % más que Italia y un 67,9 % más que Alemania en 2022.

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Tras analizar estas cifras, se puede observar que los agricultores franceses han disfrutado de condiciones muy favorables en cuanto a ayudas antes de la última reformulación de la PAC, y posiblemente después.

Francia tiene la mayor superficie agrícola de la UE, con un 15,9 %, seguido de cerca por España con un 13,3 %. Aunque no tiene el mayor número de explotaciones, ya que estos se encuentran principalmente en Rumanía, Polonia, Italia y España. 

Parece que uno de los criterios que influye en la concesión de las ayudas es el poder de presión ejercido por los productores primarios. Cabe mencionar que hace poco más de una semana, el primer ministro de Francia pronunció un discurso en una granja en defensa del sector agrícola francés. Al día siguiente, el presidente de la República Francesa mantuvo una reunión con la presidenta de la Comisión Europea para buscar una solución a las problemáticas del sector.

Gana el más rentable

Una cuestión utópica es que los agricultores y ganaderos franceses, quienes disfrutan de más ayudas, también presentan el sector agroalimentario que tiene una mejor sostenibilidad económica de los 27 Estados miembros de la Unión Europea.

La rentabilidad debería reducir al apoyo constante. Las ayudas deberían centrarse en aquellos productores que más lo necesiten. Aunque es cierto que la mayoría de los agricultores y ganaderos que más se han manifestado son aquellos que tienen los peores márgenes de rentabilidad, principalmente los pequeños y medianos productores. 

Los grandes productores no suelen tener este problema en gran parte de los casos, aunque sí sufren el aumento de las trabas burocráticas. Estos se han unido a las protestas por esta última razón y por apoyar a los compañeros que más están padeciendo la crisis. 

El campo necesita de la ciudad y la ciudad del campo. La solución a los problemas del sector primario europeo radica en el diálogo. 

Es necesario establecer objetivos para reducir los insumos y mejorar las condiciones del campo en el continente.

También se debe implementar una política agrícola con diversos enfoques para promover la sostenibilidad en todas sus dimensiones. Es importante tener en cuenta que no todos los países y regiones se encuentran en la misma posición en cuanto a la sostenibilidad de su sector primario, por lo que se requerirá un enfoque diferenciado y que, en algunos casos, se obvia.