22 February 2021
El proceso y comportamiento emprendedor ha estado tradicionalmente vinculado a sectores tecnológicos o de servicios y ha sido menos analizado dentro del sector agrícola, a pesar de que la agricultura y las zonas rurales se han beneficiado de las externalidades del emprendimiento, mejorando su relevo generacional, competitividad y sostenibilidad futura.
Estos efectos positivos han incrementado el interés institucional por este fenómeno dentro del sector y el número de investigaciones sobre los factores que determinan y moldean el agro-emprendimiento ha crecido notablemente durante los últimos años.
Sin embargo, todavía desconocemos muchos aspectos sobre la naturaleza, características y entorno más favorable de los comportamientos emprendedores vinculados directamente a la actividad agraria, ya que un gran número de estudios se han centrado en analizar el emprendimiento agrario como diversificación hacia otros sectores, obviando a aquellos agricultores y ganaderos que realmente desarrollan ese proceso dentro de la actividad agrícola.
El número de investigaciones sobre los factores que determinan y moldean el agro-emprendimiento ha crecido notablemente
El proyecto STRINN profundiza en los factores que determinan el espíritu emprendedor dentro de la actividad agraria
Por ello, el grupo de investigación de innovación en la cadena agroalimentaria del proyecto STRINN, Agri_Innova, formado por investigadores de:
- La Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
- La Universidad Politécnica de Valencia (UPV)
- La Universidad Pública de Navarra (UPNA)
Trata de avanzar en el conocimiento sobre los factores que determinan el espíritu emprendedor dentro de la actividad agraria, tanto a nivel nacional como internacional y diferenciando entre agricultores establecidos y de nueva incorporación.
De la investigación inicial realizada por el grupo, se concluye que los agricultores establecidos tienen menores recursos y capacidades emprendedoras respecto a otros sectores.
Sin embargo, los jóvenes agricultores no parecen tener menor orientación emprendedora que otros sectores, destacando solo su menor capacidad para introducir innovaciones en producto.
Además, el sector cuenta con una mayor legitimidad de la actividad emprendedora frente a otros sectores, es decir, los agricultores perciben el emprendimiento como la herramienta adecuada para prosperar socialmente.
Además, respecto a los factores que determinan ese comportamiento emprendedor de los jóvenes agricultores, los resultados del proyecto sugieren que la proactividad hacia la búsqueda e identificación de nuevas oportunidades de negocio requiere de conocimientos específicos y está influenciada por complejas relaciones de coste-oportunidad.
Los jóvenes agricultores con confianza en sus competencias emprendedoras y experiencia emprendedora previa tienden a ser más proactivos hacia la identificación de nuevas oportunidades dentro del sector ya que tienen las competencias necesarias para explotarlas efectivamente.
Esta proactividad depende también de su capacidad de relacionarse con otros emprendedores bien sean del sector o de otras actividades, permitiendo su acceso a nuevos conocimientos y oportunidades.
Finalmente, la investigación del entorno de este proceso pone de relieve la naturaleza multidimensional del emprendimiento dentro del sector agrícola y cómo los factores individuales y externos afectan de manera diferente a la estrategia emprendedora seguida por los jóvenes agricultores.
Los emprendedores con alto potencial de crecimiento se encuentran influenciados por fuerzas de convergencia entre los niveles de competitividad agrícola a nivel nacional, es decir, los nuevos entrantes en países con niveles bajos de competitividad agrícola tienen mayores probabilidades de estar orientados al crecimiento.
Ahora bien, a pesar del efecto ejercido por estos factores externos, nuestro estudio pone de relieve el papel crucial que juega el agricultor en su orientación hacia el crecimiento.
Concretamente sus competencias para establecer relaciones con otros empresarios, identificar oportunidades de mercado y explotarlas, así como aquellas para ofrecer efectivamente nuevos productos a sus clientes, determinan su orientación hacia el crecimiento.
Además, las competencias para la innovación en producto dependen del entorno, siendo más efectivas y relevantes en países con sectores muy competitivos.
Los objetivos de los programas educativos en el sector agrario
De los estudios realizados por el grupo Agri_Innova se derivan importantes implicaciones desde el punto de vista institucional. En primer lugar, el papel del agricultor como empresario es fundamental.
Por lo tanto, las políticas públicas deben abordar esto a través de programas educativos emprendedores efectivos que consigan realmente emprendedores competentes.
Estos programas no solo tienen que desarrollar capacidades de gestión, sino también las necesarias para la identificación de oportunidades.
Además, las conexiones sociales de los agricultores con otros empresarios son fundamentales. En consecuencia, existe la necesidad de fomentar su trabajo en equipo, colaboración y habilidades comunicativas.
La posibilidad de organizar actividades en red con otros empresarios rurales (dentro y fuera del sector) podría ser una herramienta útil
Los responsables de la formulación de políticas deben caracterizar con precisión los ecosistemas empresariales agrícolas e identificar sus debilidades y fortalezas para crear entornos adecuados donde los emprendedores agrícolas con mayor potencial de cambio de su entorno puedan prosperar.
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